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tenido en cuenta varios factores como las influencias entre culturas, su historia, genética y posición
geográfica entre otros muchos.
También puede suceder que una persona desarrolle un comportamiento que lo adapta mejor a su
entorno y el resto de personas, al ver que es ventajoso, lo imiten extendiendo este nuevo rasgo
cultural.
Un ejemplo clásico de determinismo ambiental lo tenemos en la explicación dada por varios
antropólogos del siglo XIX. Estos asociaron el hecho de que una cultura estuviera más alejada
de los trópicos con un mayor grado de complejidad cultural y desarrollo tecnológico porque,
según ellos, los climas tropicales eran más benignos que los fríos, habiendo más recursos. Las
culturas tropicales, al tener más fácil acceso a tales recursos, tenían una vida más cómoda y no
tenían que desarrollar complejas estrategias de supervivencia a diferencia de los que vivían en
sitios fríos, las cuales desarrollaron una mayor inteligencia.
Otro ejemplo también determinista ambiental es la idea de que las culturas insulares tienen unas
culturas muy diferentes a las continentales, debido sobre todo a su aislamiento físico. Si bien con el
paso del tiempo los transportes hacia las islas han ido mejorando, habiendo mayor facilidad para
poder entrar y salir de ellas y habiendo, a su vez, mayor contacto intercultural, los habitantes de
cualquier isla tienen la idea de pertenecer a un mundo más conservador y cerrado , “puro”,
que los habitantes de regiones continentales.
Antecedentes clásicos
Si bien las ideas modernas de determinismo ambiental tienen sus orígenes en el siglo XIX, cabe
mencionar que la idea de que el medio ambiente puede influir en la cultura de un grupo humano es
bastante antigua.
Grandes pensadores clásicos como Estrabón, Platón y Aristóteles defendían que las
características climáticas de Grecia eran las que habían permitido a los griegos ser una
civilización más desarrollada en comparación con sociedades en territorios más cálidos o más
fríos, teniendo climas benignos pero no lo suficiente como para no tener que desarrollar una
sofisticada sociedad y conocimientos.
Otros pensadores no únicamente asociaron el medio ambiente con los aspectos culturales y
psicológicos de un grupo humano, sino que también creyeron ver en el entorno aquello que
explicaba las características físicas de las razas. Un ejemplo de ello lo tenemos en el pensador Al-
Jahiz, intelectual árabeque pensaba que los factores ambientales explicaban el color de la piel.
Creía que la piel oscura propia de los africanos, varias aves, mamíferos e insectos era debida a una
alta cantidad de rocas de basalto negro en África Oriental y la Península Arábiga.
Tiempos modernos
Pese a sus antecedentes clásicos, las ideas deterministas ambientales actuales tienen su auge y
orígenes a finales del siglo XIX, establecidas fundamentalmente por el geógrafo alemán
Friedrich Ratzel quien las convirtió en la teoría central de su pensamiento. La teoría de Ratzel fue
desarrollada tras la publicación de “El Origen de las Especies” de Charles Darwin en 1859, un libro
en el que se daba a conocer cómo las características del medio influye en el desarrollo de una
especie, estando el ya clásico ejemplo de los pinzones de las Galápagos o la evolución de la polilla
moteada en la Inglaterra de la Revolución Industrial.
El determinismo ambiental se volvería muy popular en los países anglosajones y llegaría a Estados
Unidos a principios del siglo XX de la mano de Ellen Churchill Semple y Ellsworth Huntington,
dos estudiantes de Ratzel. A Huntington se le atribuye haber relacionado el desarrollo
económico de un país y la distancia que tenía con respecto al ecuador geográfico , indicando
que tanto los climas tropicales como los demasiado polares no son beneficiosos para el desarrollo
económico, mientras que los templados tirando para fríos sí, coincidiendo con los países
anglosajones y sus colonias.
Los deterministas ambientales, sesgados por el supremacismo blanco, ignoraron que a lo largo de
la historia han existido innumerables culturas muy desarrolladas que se encontraban en
climas que, según ellos, no deberían ser beneficiosos . Algunos ejemplos son el Antiguo Egipto,
las civilizaciones mesoamericanas, Japón, India, China y Corea. También ignoraban que el hecho
de que Estados Unidos, Alemania, Australia o Sudáfrica tuvieran un mayor desarrollo económico
no era debido a su posición geográfica, sino al ser influidos culturalmente por Inglaterra, cuna de la
Revolución Industrial.
Un ejemplo de ello lo tenemos en la investigación llevada a cabo por el grupo de Talhelm y English
del 2020, en el que relacionan el grado en el que se respetan las normas sociales con si la cultura de
base ha cultivado arroz o trigo.
A lo largo de todo el globo existen todo tipo de pueblos que han plantado diferentes tipos de
cultivos, siendo el arroz y el trigo muy comunes . En China existe un hecho bastante curioso que
es que existen diferentes culturas que, pese a tener la misma lengua, estar bajo el mismo gobierno
político y tener la misma etnia, tienen visiones sobre qué significa quebrantar las normas sociales
muy distintas en función de si su cultura ancestral cultivaba arroz o trigo.
Los investigadores explican que el cultivo de arroz ha sido siempre más laborioso que el del trigo,
con lo cual, las comunidades en donde se ha cultivado el primero se han visto obligadas a
intercambiar tareas entre sus miembros para garantizar que el cultivo no se echa a perder.
Además, el cultivo de arroz implica más pasos y recursos que el de trigo, lo cual obligó a las aldeas
tener una estructura diseñada de forma más cuidadosa.
Al tener que compartir tareas los miembros de las aldeas en donde se cultivaba arroz han
desarrollado un fuerte sentido de respeto por las normas sociales y la reciprocidad. No devolver un
favor o no participar en actos sociales es visto de forma muy negativa en la China con cultivos de
arroz que no en la China con cultivos de trigo.
Esto también se ha visto en Japón, Corea e, incluso, en territorios africanos con arrozales, en donde
impera una cultura colectivista. Alejarse de la norma social en estos países puede hacer que el
sujeto se convierta en un paria social.
En cambio, en el mundo occidental, como Estados Unidos o Europa Occidental, ha existido mayor
tradición de cultivo de trigo con alguna excepción. En Occidente alejarse de la norma social,
siempre y cuando no implique un delito o un daño a otras personas, no está tan mal visto como en
el Lejano Oriente, y se percibe más como un simple acto de egoísmo o reivindicación del
individualismo antes que un ataque a la sociedad.