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CURSO DE TÉCNICAS

DE
SUPERVIVENCIA PERSONAL

MANUAL DEL PARTICIPANTE


Curso de técnicas de supervivencia personal

ÍNDICE

Introducción 3

Capítulo 1
Adiestramiento en las Técnicas de Supervivencia 6

Capítulo 2
Situaciones de Emergencia 11

Capítulo 3
Cuadro Orgánico de Obligaciones 18

Capítulo 4
Señales de Alarma para Situaciones de Emergencia 23

Capítulo 5
Señalización de Seguridad para Equipos y Medios de Supervivencia 26

Capítulo 6
Dispositivos de Salvamento 34

Capítulo 7
Principios Generales de la Supervivencia 43

Capítulo 8
Cuidados por la exposición a la intemperie y otros agentes internos 48

Capítulo 9
Prevención de los efectos de la inmersión en el agua 53

Capítulo 10
Aspectos Psicológicos a bordo de las embarcaciones de supervivencia 58

Capítulo 11
Supervivencia en el mar (Contenido práctico) 62

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Curso de técnicas de supervivencia personal

INTRODUCCIÓN

Los accidentes marítimos han existido desde que el hombre empezó a navegar
por los mares del mundo; algunas veces ha sido por condiciones meteorológicas
adversas y otras atribuidas al error humano, estos accidentes han provocado
pérdidas de vidas humanas.

A principios del siglo XX, los buques mercantes aumentaron considerablemente


sus dimensiones, principalmente los buques de línea trasatlántica, por lo tanto, su
capacidad para transportar más pasajeros. Cuando estos buques empezaron a
tener siniestros en el mar, el número de pérdidas de vidas humanas también se
incrementó considerablemente, ello motivó a que las naciones de esos buques
que enarbolaban su bandera, promulgaran reglas para tratar de evitar mayores
pérdidas de vidas humanas y desastres marítimos que contaminaran el medio
ambiente.

En 1912, uno de esos buques llamado “Titanic” naufragó en las aguas frías del
Océano Atlántico, provocando la muerte de más de 1500 personas. Posterior a
este accidente, el Reino Unido convocó a las naciones marítimas a una
conferencia para elaborar un nuevo Convenio Internacional para la Seguridad de la
Vida Humana en el Mar, conocido por SOLAS 1914. Las Naciones Unidas en
1959 fundan la Organización Consultiva Marítima Intergubernamental hoy
conocida como Organización Marítima Internacional (OMI) y le delegan la
responsabilidad de la administración y actualización de este Convenio, hasta
lograr lo que conocemos como SOLAS 74/78.

Bajo este Convenio surgen las primeras prescripciones que deberán cumplir los
buques de pasaje y de carga. Un Capítulo del SOLAS está dedicado a las reglas
que deben cumplir los buques en cuanto a los dispositivos de salvamento
personal y las embarcaciones de supervivencia, así como las indicaciones para
sobrevivir en caso de que el buque naufrague.

No obstante que el SOLAS 74/78 se aplica a todos los buques mercantes en


viajes internacionales, cuyo tonelaje de registro bruto sea igual o mayor a 500
T.R.B., los siniestros marítimos continúan sucediendo, es por ello que la
Organización Marítima Internacional ha puesto en vigor un Convenio
Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la gente de
mar, en 1978 y su posterior Enmienda de 1995, donde prescribe los
conocimientos técnicos que deben tener los oficiales y tripulantes, además los
conocimientos mínimos del correcto uso y operación de los dispositivos y equipos
de salvamento que lleva el buque, así como efectuar las prácticas necesarias para
adquirir la destreza y conocimientos necesarios para conservar la vida humana en
el mar.

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Es por lo antes expuesto que el Fideicomiso de Formación y Capacitación para el


Personal de la Marina Mercante Nacional ha hecho una compilación de
información sobre el tema de supervivencia en el mar, para ayuda informativa en
la impartición del Curso de Técnicas de Supervivencia Personal, con el objetivo
principal de que el participante esté mejor adiestrado y capacitado para hacer
frente ante una situación de emergencia como pudiera ser, el abandono del
buque y su naufragio. Con esto deseamos un mayor desarrollo de la Marina
Mercante Mexicana.

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CAPÍTULO 1
ADIESTRAMENTO EN LAS TÉCNICAS DE SUPERVIVENCIA.

A pesar de que la dotación de equipos y medios de salvamento a bordo de los


buques actuales cubren buena parte de las necesidades existentes en la flota, en
la práctica no se obtiene de ellos toda la eficiencia esperada. Una de las causas
que contribuyen principalmente a esta falta de eficacia de los equipos, es la falta
de información hacia la tripulación.

Consecuentemente toda acción correctora de esta situación debe pasar por la


formación del personal marítimo, y también por su motivación ante este
problema.

La motivación y concientización en materia de seguridad, perseguirá que los


tripulantes se convenzan de que una formación adecuada, unida a la
disponibilidad de un equipo en buena condición operacional, son las claves para
intentar afrontar con éxito una situación de emergencia en la mar. Se trata de
una labor de mentalización que debe inculcarse al trabajador del mar desde sus
primeros conocimientos del medio marítimo.

Este curso junto con otras disposiciones, forman parte del compromiso adquirido
por esta Institución educativa para eliminar el desfase existente entre lo
disponible y los conocimientos precisos para su uso óptimo.

Análisis General del Salvamento en la Mar.

Cuando una emergencia desemboca en una situación en la que el buque no


ofrece garantías de salvaguardar la integridad de su tripulación, se toma la
decisión de abandonarlo.

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En tales circunstancias, los diferentes aspectos que condicionarán el salvamento


de dicha tripulación son:

 La formación de la misma.
 La disponibilidad operacional de los equipos de salvamento.
 El buen orden de las operaciones de abandono del barco, la
preservación de sus tripulantes en las embarcaciones de supervivencia,
y el rescate de náufragos con los medios lanzados desde el buque.
 La búsqueda y el rescate exterior.

Los tres primeros factores dependen del propio barco, mientras que el cuarto es
un factor exterior al mismo.

Formación de la tripulación.

Abundamos en la necesidad de una formación y un adiestramiento adecuados de


la tripulación para obtener un óptimo aprovechamiento de los equipos de a bordo,
ya sean colectivos o individuales.

Una enseñanza completa y realmente eficaz consistirá en una acción continuada


que se actualizará en cada ejercicio de simulación. En dicho adiestramiento puede
establecerse la siguiente secuencia:

a) Conocimiento de los medios y equipos, así como su manejo.


b) Conocimiento de las técnicas de supervivencia, abandono y rescate.
c) Realización práctica de ejercicios periódicos con los equipos disponibles
a bordo.

La formación de las tripulaciones es un asunto de gran preocupación por parte de


los organismos internacionales del ámbito marítimo, como es el Convenio
Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente de
Mar (STCW 78/95) de la Organización Marítima Internacional (OMI). Este
Organismo ha dictado, además, numerosas recomendaciones en materia de
formación marítima, algunas en colaboración con la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), y con la Organización para la Alimentación y la Agricultura
(FAO).

El Convenio sobre la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS), exige el


adiestramiento de la tripulación y el mantenimiento de los dispositivos salvavidas.
También obliga a los buques a proveerse de:

* Instrucciones Operacionales
* Manuales de Formación

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Instrucciones operacionales.

Se deben fijar carteles y señales cerca de las embarcaciones de supervivencia y


de los mandos de puesta a flote, en los que se describan brevemente como deben
ser manejadas. Los símbolos y figuras utilizadas deben ser los establecidos por la.
Organización Marítima Internacional (OMI).

Además de dichas instrucciones de orden operacional, deberán señalizarse


adecuadamente los accesos o los puntos de reunión y embarque, así como
cualquier otro medio o dispositivo de salvamento.

Estas instrucciones operacionales no sustituyen el conocimiento del equipo ni al


de su puesta en servicio, sino que tratan de evitar posibles equivocaciones, y en
otros casos, disminuir el tiempo de estas operaciones.

Manuales de formación.

En los comedores, salones de recreo, pasillos o camarotes, existirán manuales de


formación para uso de la tripulación. En estos manuales se darán instrucciones
sencillas sobre el funcionamiento de los dispositivos de salvamento, su puesta a
flote, métodos de supervivencia, realización de primeros auxilios y
procedimientos de rescate.

Al hablar de Manual de Formación no hay que pensar necesariamente en un


compendio generalizado de normas, sino de facilitar información e instrucciones
relativas a los dispositivos de salvamento de que disponga el buque, así como
resaltar ciertas normas básicas de supervivencia.

Una vez establecidos los fines y el contenido del Manual de Formación, pueden
utilizarse los métodos de exposición que se consideren más adecuados, como:
ilustraciones, pictogramas, videos, etc. Por tanto el contenido es amplio y abierto
a las necesidades de cada buque y de cada sector. No obstante, la necesidad de
establecer unos conocimientos mínimos hace necesario concretar los contenidos
que deben incluirse en todos estos manuales y que, a continuación detallamos:

 Acceso a los puntos de reunión y organización de la misma.


 Ubicación de interruptores para la iluminación de las zonas de puesta a
flote.
 Métodos y dispositivos de protección en las zonas de puesta a flote.
 Uso de los chalecos salvavidas, trajes de inmersión y ayudas térmicas.
 Suelta de los dispositivos de puesta a flote.
 Funciones definidas según el cuadro de obligaciones y consignas.

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 Procedimiento de embarque en embarcaciones de supervivencia y en


los botes de rescate, tanto desde el buque como desde el agua.
 Maniobra completa de estas embarcaciones.
 Empleo del motor del bote y sus accesorios.
 Empleo de anclas flotantes.
 Maniobra de recuperación de un náufrago, su reembarque y sujeción.
 Empleo de otros equipos de supervivencia y su mejor utilización.
 Utilización de los equipos de detección.
 Empleo de los dispositivos radioeléctricos de salvamento.
 Métodos de rescate, incluyendo la posible utilización de helicópteros,
salvamento desde tierra (arnés) y uso de lanzacabos.
 Instrucciones para la reparación de los dispositivos de salvamento que
pudieran darse en los casos de emergencia.

Ejercicios de adiestramiento.

Los ejercicios de abandono de buque y los ejercicios de lucha contra incendios


completan el adiestramiento de la dotación de un buque. También deben
realizarse ejercicios de hombre al agua y otras que se juzguen convenientes,
dependiendo del tipo de buque de que se trate.

Los ejercicios de abandono de buque y contra incendios se realizarán, por lo


menos, una vez cada catorce días. A todo nuevo tripulante, se le dará información
lo antes posible y cuando más del 25% de la dotación haya sido reemplazada en
un puerto, se efectuarán los ejercicios dentro de las 24 horas siguientes a la
salida. Siempre que se lleven a cabo estas prácticas, se anotarán debidamente en
el Diario de Navegación. Los motores de los botes salvavidas y de rescate
deberán arrancarse, por lo menos, una vez a la semana.

Debe recordarse que “sólo sale bien aquello, que se ha practicado antes”, los
ejercicios serán los más parecidos posibles a las situaciones que simulan. El
conocimiento del equipo y su manejo da confianza.

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Disponibilidad Operacional de los Equipos de Salvamento.

Junto a la formación, la disponibilidad operacional de los equipos, es uno de los


elementos primordiales de la supervivencia.

Debe comprobarse periódicamente la disponibilidad operacional de los equipos y


medios de salvamento, para lo cual se requiere un mantenimiento adecuado que
asegure una utilización inmediata y eficaz.
Las instrucciones de mantenimiento de los dispositivos y medios de salvamento
deben estar dentro de un programa de mantenimiento preventivo que debe ser
aplicado con rigor.

Se procurará que los equipos tengan el mejor mantenimiento posible.

Debe utilizarse un método sistemático para el seguimiento (plan de


mantenimiento, programa informático, fichas, libros, etc.) que asegure de forma
regular los servicios periódicos de revisión de cada uno de los elementos. Con la
incorporación de estos métodos se evitan los problemas que puedan resultar de
las frecuentes rotaciones de las tripulaciones, así como la aplicación de criterios
personales en dicho trabajo.

Además de las revisiones periódicas - obligatorias por la legislación vigente- se


deben realizar inspecciones de comprobación semanal o mensualmente,
realizando las anotaciones pertinentes en el Diario de Navegación.

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Mantenimiento de los equipos.

Siguiendo las instrucciones de mantenimiento, se realizarán a bordo las


operaciones establecidas para mantener los equipos en buenas condiciones. Los
buques con botes salvavidas o de rescate, dispondrán de instrucciones con fácil
comprensión y convenientemente ilustradas, incluyendo la lista de
comprobaciones periódicas a efectuar, las reparaciones de las averías más
frecuentes, puntos de lubricación y aceites recomendados.

Las balsas salvavidas no requieren mantenimiento por parte de la tripulación. El


mantenimiento debe ser realizado por estaciones de servicio especializadas y
reconocidas por la Administración Marítima Mexicana. Todos los dispositivos y
accesorios de supervivencia (chalecos, trajes, lanzacabos, señales pirotécnicas,
radiobalizas, aparatos portátiles de radio, etc.) llevarán adheridas las
instrucciones de uso, las normas de conservación y mantenimiento y su
periodicidad. En los que sea aplicable, se indicará también su caducidad.

Las balsas y los chalecos salvavidas inflables serán revisados antes de doce
meses por las estaciones de servicio aprobadas por la Administración Marítima
Mexicana. También tendrán esa periodicidad de revisión las radiobalizas y las
botellas de aire de los botes provistos de un sistema autónomo de aire.

Las unidades de zafa hidrostática, serán sometidas a revisiones inferiores a 12


meses, en las cuales se comprobará su mecanismo de zafa a una profundidad no
mayor de 4 metros. Nunca deberán ser reparadas ni revisadas por personas o
talleres no autorizados para ello.

Los botes de rescate serán revisados cada 2 años por las estaciones de servicio,
aunque no estén averiados.

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CAPÍTULO 2
SITUACIONES DE EMERGENCIA

Las situaciones de emergencia en un buque son aquellas en las que la integridad


y/o la seguridad de sus tripulantes está amenazadas. Esas situaciones provienen
de determinados casos que a continuación señalamos:

Casos de Emergencia.

Son los que pueden presentarse en un buque como consecuencia, generalmente,


de un suceso imprevisto, no deseado y súbito, que interrumpe la normalidad en el
mismo, poniéndolo en una situación de emergencia. Clasificaremos los siguientes
tipos de emergencias:

 Vía de agua
 Encallamiento o varada
 Abordaje o colisión
 Incendio y/o explosión
 Mal tiempo
 Hombre al agua
 Pérdida de estabilidad
 Pérdida de gobierno
 Fallos estructurales del barco
 Otras causas

La mayoría de las veces no es posible atribuir el origen de una situación de


emergencia a un solo caso. De hecho en la mayoría de las ocasiones, serán dos o
más casos como los enunciados, los que puedan contribuir para provocar una
situación de emergencia. Pongamos, por ejemplo, la vía de agua que se produce
como consecuencia del mal tiempo.

En la práctica, a bordo de los buques las situaciones de emergencia pueden


clasificarse en las siguientes:

 Incendio
 Abandono
 Hombre al Agua
 Otros peligros

Consideramos los peligros de incendio y de hombre al agua como situaciones de


emergencia directamente.

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Vía de agua.

La técnica más adecuada para controlar y reparar provisionalmente las vías de


agua es la de taponamiento del orificio por el que entre agua, con objetos que
obstruyan su paso. El taponamiento, que puede realizarse tanto del interior como
desde el exterior del buque, para que sea eficaz, debe evitar totalmente la
entrada de agua o reducirla a cantidades que puedan ser eliminadas por los
sistemas de achique del buque.

Encallamiento.

Por su distinta peculiaridad, se distinguen los tres casos siguientes:

Encallamientos. Son provocadas por el contacto violento del fondo del buque
con un fondo marino de constitución dura, es decir, rocosos o coralinos,
quedando el buque aprisionado, normalmente de forma definitiva.
Varada. Son contactos del fondo del buque durante su navegación, contra un
fondo marino de tipo blando y más o menos plano, generalmente en arena y
fango. Las Varaduras pueden ser hechas voluntariamente, en un intento de evitar
un abordaje o extinguir un incendio o evitar que el buque se hunda. En las
varaduras el buque puede quedar inmovilizado temporal o definitivamente.
Choques con bajos. Son los contactos violentos entre el buque e irregularidades
de cualquier tipo del fondo marino próximas a las superficies de las aguas (rocas,
arrecifes, barras, restos de naufragio, etc.). Las posibles causas de los
Encallamientos son:
 Desconocimiento de la zona por donde se navega
 Utilización de cartas marinas no actualizadas
 Utilización incorrecta de los sistemas de ayuda a la navegación
 Imprudencia de los responsables de la navegación
 Alteraciones en el estado físico y mental de los tripulantes
 Formación inadecuada de los mismos
 Averías o fallas mecánicas

Abordaje o Colisión.

Es el choque de un buque contra otro o contra un objeto, sea o no flotante. Entre


las causas más importantes que dan origen a estos sucesos podemos citar las
siguientes:
 Falta de vigilancia personal en el puente durante la navegación.
 Exceso de confianza en la información proporcionada por el radar y
otros aparatos de navegación.
 Imprudencia de los responsables de la navegación, al no reducir la
velocidad del buque cuando navega en condiciones de visibilidad
reducida u otros motivos.

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 Alteraciones físicas y mentales de los oficiales responsables de la


navegación.
 Negligencia de la administración, en caso de la utilización y
mantenimiento de las ayudas a la navegación.
 Averías o fallas mecánicas.

Cuando la colisión es inevitable se procurará aplicar los siguientes criterios: menor


velocidad posible, menor ángulo posible y a proa del “mamparo de colisión”. Las
estaciones de control marítimo en las zonas de tráfico marítimo pueden
contribuir a evitar estos casos de emergencia.

Incendio y/o Explosión.

El incendio y/o explosión a bordo, es uno de los casos de emergencia que con
mayor frecuencia se suceden en los buques mercantes. El poder hacerle frente a
un incendio depende de disponer de los equipos convenientes a bordo y la
práctica de la tripulación para combatirlo con éxito. Los lugares y causas en
donde se originan con frecuencia los incendios son:

 Departamento de Máquinas.
 Fugas de combustible o líquidos inflamables.
 Falta de orden y limpieza (trapos o estopas impregnadas de
combustible, aceite o solventes).
 Instalaciones eléctricas defectuosas o en mal estado.
 Equipos de soldadura y corte usados en condiciones inseguras.

 Bodegas o tanques de carga y cubierta.


 Bodegas de carga con inadecuada ventilación.
 Mercancías peligrosas mal estibadas o trincadas.
 Ductos de venteo defectuosos.
 Fugas de líquidos o gases inflamables.
 Recipientes semivacíos que hayan contenido productos flamables.
 Gasolina o solventes usados para limpieza de pisos, mamparos o
equipos.
 Equipos de soldadura y corte usados en condiciones inseguras.

 Alojamiento de la tripulación y cocina.


 Falta de orden y limpieza (estufa y campana sucias, con residuos de
aceite).
 Instalaciones eléctricas defectuosas.
 Fumadores de cigarros irresponsables, no cumplen las reglas de
seguridad al respecto.

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Mal tiempo.

La navegación marítima se desarrolla en condiciones de mar y viento que han de


tenerse en cuenta en el proyecto y construcción del buque. El mal tiempo es
inherente a la navegación, y puede ser una causa de que el buque zozobre y se
hunda por problemas de estabilidad u otros motivos. En general, las causas que
contribuyen a una pérdida de estabilidad relacionada con las malas condiciones
meteorológicas, son las siguientes:

 La navegación con marejada por la popa o por la amura.


 El efecto combinado del viento a través, y movimiento de balance.
 El corrimiento de la carga.
 El embarque de agua.
 El efecto de la superficie libre en tanques de carga.
 La formación de hielo en las superestructuras y arboladura.

El mal tiempo puede dar lugar a otros casos de emergencia, tales como hombre al
agua, vía de agua, etc.

Hombre al agua.

El caso de caída de hombre al agua constituye directamente una auténtica


situación de emergencia, donde la rapidez de actuación es prioritaria. Las fases de
salvamento en estos casos son las siguientes:

1. Alarma.
A la señal de llamada de “hombre al agua” (tres pitadas largas), la
tripulación efectuará las operaciones especificadas en el Cuadro Orgánico
del buque.
2. Lanzamiento de aros salvavidas.
Por el costado en que haya caído el náufrago se lanzarán, inmediatamente,
aros provistos con luz y señal fumígena, o en su defecto, cualquier otro
aro.
3. Maniobra.
Sin pérdida de tiempo, el buque debe efectuar una maniobra de “hombre al
agua” (por ejemplo, la de Boutakow o de Williamson). De esta forma
volveremos al punto de partida previo a la maniobra, si esta se realiza
correctamente.
4. Arriado del bote de rescate.
En caso de disponer de esta embarcación, cuya misión específica es la de
salvar a las personas en peligro, se pondrá a flote para realizar el rescate, y
en los casos en que no se disponga de la misma, se arriará el bote
salvavidas, o de no ser posible las alternativas anteriores, será el propio
buque el que realice la función de rescate del náufrago.

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5. Rescate del náufrago


Los casos de hombre al agua suelen tener un efecto negativo, la mayoría
de las veces, por alguna de las siguientes circunstancias:

 No ha sido visto el accidente.


 No se señaliza con la rapidez precisa y con los medios adecuados al
punto de caída.
 La tardanza en el rescate hace que las bajas temperaturas del agua
provoquen la muerte del náufrago.
 Este no sabe nadar o pierde el conocimiento de un golpe.
 Otras causas.

Problemas de estabilidad.

Como ya se ha dicho, la falta de estabilidad puede acarrear el pantoque y/o


hundimiento del buque. Esta circunstancia se debe, entre otros factores, a una
mala distribución de la carga, o un corrimiento de la misma, o a la influencia de
superficies libres en los tanques.

En los buques mercantes, la mejor medida preventiva es el reparto adecuado de


la carga, su estiba y el correcto trincado de la misma. Esto debe hacerse en toda
circunstancia, incluso cuando no se prevea encontrar mal tiempo durante la
navegación.

Pérdida de gobierno.

Estos casos de emergencia incluyen a todos aquellos que afectan directamente el


gobierno del buque, y por lo tanto, interrumpen la navegación. El origen puede
deberse a averías o cualquier tipo de fallas mecánicas de los sistemas de gobierno
o propulsión.

Esta eventualidad, que al principio puede tener solo repercusiones económicas,


conduce en ocasiones a verdaderas situaciones de emergencia, tales como: las
derivadas de encallamiento o colisiones.

Fallas estructurales del buque.

En este grupo están recogidos todos los casos de emergencia producidos por las
fallas de resistencia estructural del buque ante los esfuerzos a que está sometido
durante la navegación.

La mayor parte de los buques afectados por fallas estructurales son: los buques
tanque, los graneleros, OBOs y los que cargan minerales, entre otros. Y las causas
de estos pueden ser los siguientes:

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 Materiales de mala calidad.


 Reparto inadecuado de cargas
 Fallo de cálculos en el diseño del proyecto.
 Exposición del buque a esfuerzos mayores para los que ha sido
construido.

Entre las medidas de precaución a destacar, señalamos las siguientes:


 Correcto proceso de carga en los buques mercantes.
 Investigación y control de la calidad de los materiales y sistemas de
construcción empleados.
 Estudio de nuevos y mejores sistemas del comportamiento de la
estanqueidad de los buques.
 Mayor capacitación de los tripulantes, especialmente de los mandos de
las embarcaciones de poco tonelaje.

Factores que intervienen en las Situaciones de Emergencia.

Las situaciones de emergencia no pueden atribuirse a un solo factor, aun cuando


este único factor sea el más clarificante para la explicación del suceso. El análisis
causal de los accidentes marítimos puede ayudarnos a diferenciar los distintos
factores que han intervenido en mayor y menor medida, en los mismos.

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Factores estructurales:
 La condición del buque (el buque)
 Las características de la carga (la carga)
Factores humanos:
 La condición del navegante (la tripulación)
Factores contribuyentes ambientales:
 Las condiciones naturales (el medio).
 Las condiciones de la ruta (la ruta).
 Las condiciones del tráfico (el tráfico).
Factores de adaptación entre el hombre y la máquina:
 Todo lo relacionado con la ergonomía en la construcción y equipamientos
de buques.
Factores contribuyentes sociológicos y económicos-sociales:
 Armadores, sindicatos, sociedades de clasificación, autoridades sanitarias
y marítimas, sistema educativo, etc.

Conviene destacar la influencia de estos últimos factores, ya que una


simplificación del análisis causal en la que solo estuvieran presentes los factores
estructurales, humanos y ambientales, sería incompleto al no tener en cuenta los
entornos físicos y socioeconómicos en los que se desenvuelve el trabajo
marítimo.

Según los resultados de una investigación del Seguro de Protección e


Indemnización (P & I), el 98 % de los accidentes se deben al factor humano. Pero
naturalmente, el marino envuelto en un accidente no es el único (factor humano)
responsable, existen otros más.

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CAPÍTULO 3
CUADRO ORGÁNICO DE OBLIGACIONES

En el Cuadro Orgánico de Obligaciones para situaciones de emergencia se


encuentran todos los deberes y consignas (con instrucciones muy concretas para
cada tripulante) para todos los tipos de emergencia.

En este cuadro se incluyen las obligaciones de cada tripulante en caso de


abandono del buque, incendio, hombre al agua y peligro indeterminado. Se
indicará, asimismo, cada una de las señales de alarma.

Las instrucciones deben ser claras y concisas.

Deberán estar colocadas en lugares bien visibles y en los puntos de reunión. Se


designarán las personas sustitutas de los puestos claves, que por causa de la
propia emergencia, no puedan asumir la responsabilidad asignada en dicho
cuadro. De esta forma quedan establecidos los posibles cambios de instrucciones,
que salvo esta excepción, no podrán realizarse entre la tripulación. Cada
tripulante debe conocer perfectamente su cometido y responsabilidad.

En la actualidad, este Cuadro Orgánico de Obligaciones para la tripulación en caso


de emergencia, constituye una exigencia para los buques con una eslora de
registro de 47.5 mts. o más.

En los camarotes existirá una tarjeta individual con las funciones de cada
tripulante de acuerdo con el Cuadro.

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Ejercicios Periódicos.

La potenciación de la formación de los tripulantes pasa por los cursos


establecidos por la Administración y los centros educativos, pero esta parte de la
formación, aunque necesaria e imprescindible, no será verdaderamente efectiva si
no se adapta a las necesidades reales y su posterior puesta en práctica a bordo.
Por ello, es necesario simular en los ejercicios que se hagan en los barcos, el modo
más parecido posible o las situaciones de emergencia que pueden presentarse en
un buque. En algunos casos se considerará la realización de tales ejercicios sin
previo aviso y sin esperar a las mejores condiciones meteorológicas.

La frecuencia y el horario de la realización de los ejercicios deben ser compatibles


con las actividades laborales de forma que no modifiquen la actividad normal del
buque. Esto no siempre se consigue. Por ello, algunos expertos recomiendan su
realización en puerto antes de la salida del buque y bajo control de los
Inspectores de Seguridad Marítima (Capitanía de Puerto). En la flota mercante
hay tiempo suficiente para realizar los ejercicios durante la navegación y,
consecuentemente en condiciones mucho más reales, tanto de la tripulación
como del buque. Cosa que no sucede en los buques pesqueros.

Ejercicios de abandono del buque

Como norma general, y para conseguir un adiestramiento adecuado, los ejercicios


de abandono del buque deben realizarse de forma periódica con participación de
toda la tripulación.

En un ejercicio de esta índole se ejecutarán todas las operaciones reales de un


abandono, incluyendo como mínimo los siguientes:

1. Convocatoria de toda la tripulación en los puestos de reunión asignados, a


la señal de alarma. Prueba del alumbrado de emergencia y de su
efectividad, especialmente en los accesos y lugares de abandono.
2. Presentación de cada tripulante en los lugares asignados.
3. Inspección de la correcta colocación de los dispositivos individuales de
salvamento.
4. Comprobación de que todos conocen sus obligaciones.
5. Preparativos para la puesta a flote de las embarcaciones.
6. Preparativos y arranque de motor del bote salvavidas.
7. Accionamiento de los pescantes para balsas salvavidas.
8. Arriado de un bote con toda su tripulación (puesta a flote y maniobra en el
agua, como mínimo una vez cada tres meses).
9. Puesta a flote del bote de rescate con toda su dotación realizando
maniobras (como mínimo una vez al mes).

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Curso de técnicas de supervivencia personal

La puesta a flote de los botes salvavidas se realizará con el buque atracado, o


como máximo con el buque en navegación con una viada inferior a 5 nudos,
procurando que sea nula durante la recuperación del bote. Deberán realizarse en
las mejores condiciones de mar.

Todos los integrantes de la tripulación del bote salvavidas irán provistos de


chalecos salvavidas y trajes de inmersión, si procede, y permanecerán en
contacto por radio con el Puente de mando en todo momento. El motor del bote
deberá estar en funcionamiento antes de su puesta a flote.

Será preciso dotar de personal experto en los casos de instalaciones


radiotelegráficas para botes. La persona responsable de una embarcación tendrá
una lista completa de la tripulación asignada, debiendo comprobar que todos
conocen las órdenes y saben operar y manejar los equipos.

Aunque puede ocurrir que no todas las embarcaciones de supervivencia tengan la


misma dotación, debe procurarse una distribución equitativa del personal técnico
y del personal titulado de manera que todos los integrantes de la tripulación
tengan las mismas posibilidades de supervivencia. Las distintas composiciones se
encuentran reflejadas en el Cuadro Orgánico, en el que cada uno de ellos tendrá
asignado su cometido.

Ejercicio de lucha contra incendios

Existirán distintos grupos de actuación con sus respectivos jefes y funciones


específicas. Habrá un número determinado de tripulantes que mantengan la
operatividad del buque y el resto formará los equipos de intervención.

Primeramente se asegurará la operatividad de los sistemas de lucha contra


incendios. Después actuarán los equipos de intervención. Si el incendio es
importante será necesario que intervenga toda la tripulación. Cada una de las
funciones personales estarán perfectamente detalladas en el Cuadro Orgánico de
obligaciones del buque, respondiendo a la operatividad más efectiva, tanto de los
equipos como del personal.

Para que los ejercicios de lucha contra incendios tengan verdadera utilidad, deben
ir acompañados de una información teórica.

Al mismo tiempo, durante la realización de los mismos se tendrá la precaución de


ejecutarlos en las mejores condiciones de seguridad para el personal que
interviene, evitando exposiciones de claro peligro. Por ello, se observarán las
actitudes de cada uno de los integrantes de los grupos, intentando corregir
actuaciones arriesgadas de tipo individual.

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En el ejercicio de lucha contra incendios se supondrá que se ha declarado un


incendio en algún lugar del buque y se tomarán todas las medidas necesarias para
su extinción, incluyendo entre otras las siguientes:

 Se prepararán las bombas de contra incendio.


 Se transportarán los extintores al lugar del incendio.
 Se extenderán las mangueras y se conectarán a los hidrantes más próximos.
 Se alistará el sistema fijo de contra incendio (CO2, halón o espuma).
 Se prepararán las señales pirotécnicas, el aparato lanzacabos y el proyector
de señales.
 Se cortará la corriente eléctrica del lugar incendiado.
 Se cerrarán las válvulas necesarias para evitar comunicaciones con otros
compartimientos y especialmente de aquellas líneas que transporten fluídos
combustibles o tóxicos, así como las del cierre de los tanques de
combustible.
 Se parará todo el sistema de ventilación, especialmente, el de la sala de
máquinas y la cocina.
 Se parará el aire acondicionado.
 Se comprobará el funcionamiento manual del timón.
 Se prepararán los trajes de protección contra incendios y los equipos de
bombero.
 Se dispondrán los equipos de respiración autónomos (ERA) que posea el
buque.
 Se comprobará el funcionamiento de la lámpara eléctrica de seguridad.
 Se procederá al cierre de las puertas contra incendio.

En la realización de este ejercicio, se deben utilizar extintores y mangueras con


presión. Se procurará entrenar a aquellos tripulantes que tengan menos
conocimientos de los equipos o desconozcan su utilización. Se aprovecharán las
circunstancias para examinar las instalaciones y el material.

Otros ejercicios.

Se aconseja la realización de otros ejercicios, tales como el de “hombre al agua”,


gobierno de emergencia, transporte de heridos, etc.

Conclusiones a la terminación de los ejercicios.

Una vez finalizados los ejercicios se deben anotador en el Diario de Navegación,


indicando las simulaciones realizadas, equipos empleados y aquellas incidencias
dignas de mención, tales como irregularidades observadas, comentarios sobre el
proceso seguido y todo aquello que sea útil para un análisis del que podrán
deducirse posibles modificaciones.

21
Curso de técnicas de supervivencia personal

A la llamada de fin de ejercicios se realizará una reunión para comentar la


actuación de cada uno de los tripulantes, equivocaciones y aciertos, rapidez de
actuación, colocación y utilización de los medios y equipos, operatividad de las
funciones asignadas y todo lo que pueda ser útil para posteriores intervenciones.

Estas reuniones de seguridad forman parte de la formación integral de las


tripulaciones, ya que con ellas se consigue la mayor eficacia y puesta a punto de
los efectivos del buque. Paralelamente a las anotaciones en el Diario de
Navegación, debe hacerse lo mismo en el Diario de Bitácora y en el Diario de
Máquinas, donde se desarrollarán las respectivas incidencias en la realización de
los ejercicios.

22
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 4
SEÑALES DE ALARMA PARA SITUACIONES DE EMERGENCIA

Señales de Emergencia.

Una vez que cada tripulante conoce perfectamente el puesto y los deberes que le
corresponden en las emergencias, deberá ponerlo en práctica cuando se activen
las señales de alarma.

Todos los tripulantes deben conocer y diferenciar, sin ninguna duda, cada una de
las señales de alarma: abandono del buque, incendio, hombre al agua y peligro.
Del mismo modo, deberán diferenciar entre la señal de emergencia real y la señal
de realización de un ejercicio.

Sistema de alarma general de emergencia.

La regla 50 del Capítulo II del Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida


Humana en el Mar (SOLAS 74/78) describe la señal de alarma general de
emergencia como aquella constituìda por siete o más pitadas cortas seguidas de
una pitada larga, realizadas por el silbato del buque y por el sistema general de
alarma del mismo (las cuáles serán audibles en todos los espacios de alojamiento
y de trabajo).

Esta señal puede considerarse como una llamada general para una situación de
emergencia, que tendrá que ser empleada por un mensaje (otra señal), que
especifique que tipo de emergencia se está alertando.

23
Curso de técnicas de supervivencia personal

Las señales que a continuación se exponen para cada caso - que pueden ser
utilizadas como tales mensajes- son las que tradicionalmente se han utilizado en
los buques mercantes para estas situaciones de emergencias y que proceden, en
parte, del desarrollo de la regla 26 del antiguo Capítulo III de SOLAS 74.

Abandono de buque.

Al oír la señal de abandono, todos los tripulantes acudirán a los puntos de


embarque provistos de su chaleco salvavidas, y trajes de inmersión, si los poseen.

Señal de ejercicio: Una sucesión de seis sonidos largos repetidos durante quince
segundos con los timbres generales de alarma.

Señal de abandono: Una sucesión de más de seis pitadas cortas seguidas de una
larga suplementada por la misma señal con los timbres generales de alarma.

Fin de abandono: Tres pitadas cortas.

Extinción de lncendios.

Cualquier tripulante que detecte un incendio deberá comunicarlo inmediatamente


al Puente y seguidamente ocupará su puesto según el Cuadro Orgánico de
Obligaciones.

Señal de Ejercicios: Sonido continuo no menor de 10 segundos de duración


realizado con el timbre general de alarma.

Señal de emergencia Contra Incendios: Sonido prolongado producido por el pito


del buque y por el timbre general de alarma, no menor de 10 segundos de
duración.

Fin de emergencia Contra Incendios: Tres pitadas cortas.

Hombre al agua.

Cuando un tripulante vea caer un hombre al agua, gritará enérgicamente


“hombre al agua”, y lo comunicará, con la mayor brevedad posible al Puente,
indicando si es por babor o por estribor, no sin antes arrojar un aro salvavidas.

Señal de hombre al agua: Una sucesión de tres pitadas largas durante intervalos
de 15 segundos, hechas simultáneamente con el pito del buque y con los timbres
generales de alarma.

24
Curso de técnicas de supervivencia personal

Peligro.

La señal de peligro podrá darse para casos de varada, colisión, y en aquellas


situaciones que puedan exponer al buque a un peligro que afecte a su seguridad.

Señal de ejercicio: Un sonido largo y dos cortos repetidos durante 15 segundos


con los timbres generales de alarma.

Señal de peligro: Una pitada larga y dos cortas repetidas durante 15 segundos
realizadas por el pito del buque y por el timbre general de alarma.

Fin de ejercicio: Tres pitadas cortas.

Maniobra de botes.

En cualquiera de las situaciones de peligro, abandono u hombre al agua que se


requiera el manejo de botes, se tendrán en cuenta las siguientes señales para su
maniobra:

 Arriar botes: una pitada corta


 Parar Arriado: dos pitadas cortas
 Final: tres pitadas cortas.

25
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 5
SEÑALIZACIÓN DE SEGURIDAD PARA EQUIPOS Y MEDIOS DE
SUPERVIVENCIA

La Señalización

Mediante la señalización se pueden transmitir mensajes y atraer la atención hacia


aquellos aspectos que se quieran resaltar. Para que sea eficaz, esta debe exponer
de forma clara y sencilla la información que desea transmitir. Los distintos tipos
de señalización usados en los buques con fines de seguridad son los ópticos y los
acústicos.

La señalización óptica a bordo en materia de seguridad ha tenido un realce en los


últimos tiempos y su eficacia está basada en la apreciación de los colores y de las
formas por el sentido de la vista. La señalización de seguridad utilizada a bordo
para los equipos y medios de supervivencia se agrupa en:

 signos, y
 señales

Con información propia y en materiales reflectantes usados sobre dispositivos y


medios de supervivencia.

Signos de Seguridad

Las instrucciones operacionales, en las proximidades de las embarcaciones de


supervivencia, en los equipos y en los puestos de reunión y embarque, se colocan
en carteles o señales que indiquen la información relevante. La visión del signo
depende del tono, la cantidad de color y la luminosidad del mismo, que será
modificada, a su vez, según la luminosidad del entorno en que se encuentre
colocado.

Por todo esto, deben usarse colores normalizados que ofrezcan cualidades
óptimas y que, debidamente combinados, proporcionen un contraste adecuado
para mostrar la información o característica que se desee resaltar.

La eficacia de los signos o señales está relacionada con el tamaño de la señal, el


tamaño del pictograma, el tamaño de las letras y números, la distancia a que es
posible verla correctamente y el nivel de luminosidad que recaiga sobre ella y
sobre la zona donde se encuentra colocada.

Debido a la eficacia demostrada en casos de emergencia reales por signos


orientadores a bordo, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha
recomendado su uso en la forma que se muestra en las siguientes figuras:

26
Curso de técnicas de supervivencia personal

Dispositivos Individuales de Salvamento

Aro Salvavidas

Chaleco Salvavidas

Aro Salvavidas con Rabiza

Aro Salvavidas con Artefacto Luminoso y Fumígeno

Chaleco Salvavidas para Niño

Traje de Inmersión

Ayuda térmica

27
Curso de técnicas de supervivencia personal

Dispositivos Colectivos de Salvamento


y Sistemas de Embarque

Bote de Rescate Bote Salvavidas Balsa Salvavidas

Rampa de Desembarque Balsa Salvavidas Arriada


con Pescante

28
Curso de técnicas de supervivencia personal

Equipos de Señalización y Emergencia

Aparato Radioelectrónico Portátil para Embarcación de


Supervivencia

Radiobaliza de Localización

Respondedor de Radar

Aparato Lanzacabos

Bengala con Paracaídas

Bengala de Auxilio

29
Curso de técnicas de supervivencia personal

Puesto de Reunión y Embarco

Punto de Reunión
Se exhibirá con el número del punto de reunión, si existe más
de uno.

Puesto de Embarque
Se exhibirá con el número del puesto y podrá utilizarse en
lugar del signo del puesto de reunión cuando coinciden el
puesto de embarque y el de reunión. Utilícese el signo
adecuado para el tipo de embarcación de supervivencia que
haya en el puesto.

Indicación de Dirección
Puede utilizarse con cualquier signo; insertando en el
cuadrado el signo apropiado y la flecha debe estar orientada
hacia el dispositivo o el puesto.

30
Curso de técnicas de supervivencia personal

Signos Operacionales

Abróchense los cinturones

Arríen Botes Salvavidas

Arríen Balsa Salvavidas

Arríen Bote de Rescate

Larguen Tiras

Abran Rociadores

Abran Alimentación de Aire

Suelten Trincas

31
Curso de técnicas de supervivencia personal

Los signos que deban utilizarse para indicar la ubicación del equipo de emergencia
y los puestos de reunión y de embarque, serán blancos sobre un fondo verde. Los
signos sobre la finalidad y modo de accionamiento de los mandos de las
embarcaciones de supervivencia y dispositivos de puesta a flote, serán blancos
sobre un fondo azul.

La forma de los signos también juega un papel en la señalización, de tal modo que
el color verde y una figura rectangular con el fondo del mismo color nos indicará
seguridad, mientras que el azul y una figura circular del mismo color nos indicará
obligación. La familiarización con dicha señalización es necesaria para conseguir
que su efecto sea eficaz.

Cintas reflectantes.

Cuando la iluminación es insuficiente o cuando se pretende resaltar las señales,


equipos o medios de supervivencia, se utilizan materiales reflectantes,
generalmente en forma de cintas.

Estos materiales, cuando se iluminan, tienen la propiedad de captar la luz en las


numerosas esferas microscópicas de vidrio de los que están compuestos y
devolverla a su fuente de origen. De esta forma, se consigue una brillantez
cientos de veces mayor que la conseguida por medio de una superficie blanca.

De noche, los náufragos con chalecos salvavidas, trajes de inmersión, aros


salvavidas o bien las embarcaciones de supervivencia y rescate, son elementos
extremadamente difíciles de localizar. Aunque los distintos sistemas de
señalización de emergencia (radiobalizas, bengalas, respondedores, etc.) pueden
determinar la zona de búsqueda, la operación siguiente de localización visual de
los náufragos en el mar durante la noche, se ve facilitada en gran medida por los
materiales reflectantes colocados en los equipos.

La existencia de luces en las embarcaciones de supervivencia y en algunos


dispositivos individuales de salvamento no resta importancia al uso de materiales
reflectantes. Estos constituyen un medio sencillo para resaltar objetos en la
obscuridad, son de gran efecto y no dependen del náufrago para su activación.

Quizás sea esta última característica una de las razones por las que se ha
impulsado tanto su uso por parte de la OMI.

Botes salvavidas.

Deben fijarse cintas reflectantes en la parte superior de la regala y también en la


parte exterior del bote, lo más cerca posible de la regala.

32
Curso de técnicas de supervivencia personal

Balsas salvavidas.

Deberán llevar cintas reflectantes alrededor de la capota de la balsa a intervalos


adecuados de 50 cm., y a una altura que quede por encima de la línea de
flotación. Sobre la parte superior llevará dos cintas reflectantes formando una
marca en forma de cruz. En la superficie inferior de la base llevará otra señal en
forma de cruz.

Aros salvavidas.

Deben llevar una cinta reflectante, de unos 5 cm. de ancho, alrededor y a ambos
lados del aro en cuatro puntos equidistantes.

Chalecos salvavidas.

Un chaleco salvavidas debe llevar cintas reflectantes en las partes frontales, en


las posteriores y en las partes más altas, por lo menos en seis puntos. Debido a
que los chalecos salvavidas son reversibles deben ser marcados por ambos lados.

Trajes de inmersión.

Los trajes de inmersión deberán, igualmente, llevar cintas reflectantes de igual


modo que los chalecos salvavidas.

33
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 6
DISPOSITIVOS DE SALVAMENTO.

Los distintos elementos y medios de salvamento que actualmente se utilizan en


los buques pueden clasificarse en dos grandes grupos:

 Individuales y Colectivos

Esta clasificación se realiza en función del objetivo y finalidad del salvamento,


diferenciando entre los destinados al uso personal y los destinados para uso
colectivo.

Dispositivos Individuales de Salvamento.

Estos elementos procuran flotabilidad al usuario y/o contribuyen a evitar su


enfriamiento. Los dispositivos que mantienen a flote son: chalecos salvavidas,
aros salvavidas y trajes de inmersión. Los que contribuyen a evitar la hipotermia
son los trajes de inmersión y las ayudas térmicas.

Aros Salvavidas.

Este equipo, aunque está incluido como individual,


obviamente, puede utilizarse por más de un náufrago. Son
flotadores provistos de una guirnalda sujeta por cuatro
puntos equidistantes en la circunferencia exterior del aro, que
forman cuatro senos iguales.

La mitad de la dotación de aros deberán de estar dotados de


un sistema de luz de encendido automático al entrar en
contacto con el agua y como mínimo, dos de ellos estarán
dotados de señales fumígenas de funcionamiento automático.

34
Curso de técnicas de supervivencia personal

Chalecos Salvavidas.

Son prendas de protección personal de ayuda contra la


inmersión. Deberán poder mantener una persona a flote -
incluso cuando está inconsciente- permitiendo una relativa
libertad de sus movimientos.

El chaleco salvavidas podrá ser colocado perfectamente por la


persona que lo utilice sin necesidad de ayuda, aunque no esté
especialmente adiestrada para ello. El tiempo de colocación no
deberá ser superior a 1 minuto. Los buques llevarán un chaleco
por cada persona que pueda llevar, más un número adicional.

Los chalecos deberán ir equipados con un pito o silbato firmemente sujeto por
medio de un cordón. Su sonido tendrá un alcance mínimo de 200 metros con
viento en calma, después de haber estado sumergido durante 8 horas.

Serán de color naranja vivo e irán provistos de una luz en la parte superior, llevará
aplicadas cintas reflectantes en no menos de 6 puntos en su exterior e interior.
Llevarán marcados el nombre del buque, el del fabricante, el sello de aprobación,
el número de homologación y el modelo comercial de que se trate.

Trajes de Inmersión.

El traje de inmersión proporciona un aislamiento entre el cuerpo


humano y el agua que hace posible una permanencia prolongada
en ella, sin que se sufran los efectos de la hipotermia. Con él se
facilitan enormemente las posibilidades de supervivencia de un
náufrago y las operaciones de rescate.

Cabe destacar que la causa de la muerte de la mayoría de los


náufragos ha sido debida al enfriamiento del cuerpo
(hipotermia), más que al ahogamiento. El traje de inmersión
cubre todo el cuerpo, salvo la cara, mientras que las manos
también quedan cubiertas mediante guantes y manguitos
estancos en las muñecas.

El tiempo de colocación no debe ser superior a dos minutos, incluido el tiempo


empleado en sacarlo de la bolsa que lo contiene, ponérselo debidamente sobre las
ropas normales y colocarse. Así mismo, colocar el chaleco salvavidas por encima
del traje cuando éste no tiene flotabilidad añadida.

Si el traje de inmersión tiene la condición de flotabilidad añadida, no es necesario


colocarse el chaleco salvavidas. En este caso deberán cumplirse todos los

35
Curso de técnicas de supervivencia personal

requisitos exigidos para los chalecos salvavidas, debiendo llevar por tanto, un
silbato y un artefacto luminoso.

Igualmente, dispondrán de cintas reflectantes en su parte anterior y posterior.


Algunos modelos llevan incorporados un arnés con grillete y mosquetón para
facilitar el izado en las labores de rescate.

Ayudas Térmicas.

Las ayudas térmicas se fabrican con material impermeable


y estarán confeccionadas de tal modo que, cuando se haga
uso de ellas para envolver a una persona, reduzcan la
pérdida de calor que por convección y por vaporización
pueda sufrir su cuerpo.

Cubrirán todo el cuerpo de una persona que lleve un chaleco


salvavidas, pero no su cara. Las manos quedarán asimismo
cubiertas, a menos que lleven guantes unidos
permanentemente. Podrán desempaquetarse y ser puestas fácilmente, sin ayuda,
en una embarcación de supervivencia o en un bote de rescate.

Dispositivos Colectivos de Salvamento.

Los dispositivos colectivos de salvamento van encaminados a cumplir una doble


finalidad:

 El rescate de las personas que puedan caer en el mar durante la navegación


normal del buque, de la forma más rápida posible y en las mejores
condiciones.
 El salvamento de todas las personas que se encuentren a bordo en caso de
tener que abandonar el buque.

Con base en ello, podemos hacer la siguiente clasificación:

a) Botes de rescate.
b) Embarcaciones de supervivencia. (botes salvavidas y balsas salvavidas).

Para realizar el rescate de personas caídas al mar, se usan los botes de rescate.
Estos están especialmente diseñados y ubicados a bordo para una rápida
utilización. Cuando es necesario abandonar el buque, los botes y balsas de
salvamento dan a las personas soporte y protección desde el primer momento
del abandono.

36
Curso de técnicas de supervivencia personal

a) Bote de Rescate.

Es un bote proyectado para salvar a personas en peligro, remolcar y reunir


embarcaciones de supervivencia. Los tipos existentes en el mercado son muy
variados. Dependiendo de la clase de material empleado para su construcción y
de su disposición, encontramos las siguientes clases: rígidos, inflados (con suelo
duro) y rígido - inflados.

b) Embarcaciones de Supervivencia.

Las embarcaciones de supervivencia son embarcaciones destinadas a preservar la


vida de las personas que están en peligro por haber tenido que abandonar el
buque.

Botes Salvavidas: Son embarcaciones provistas de cajas de aire estanco para


aumentar su flotabilidad y para que resulten insumergibles. Pueden ser
construidas de latón, cobre o poliéster reforzado con fibra de vidrio. El interior de
las cajas estancas está relleno de material flotante resistente a la corrosión y a
los hidrocarburos o sus derivados.

Todos los botes deberán ser propulsados


mecánicamente mediante remos, pedales,
manivelas o mediante un motor diesel, poseen un
equipo de supervivencia compuesto de agua,
alimento, señales pirotécnicas, botiquín y todo
aquello que pueda necesitarse en situaciones de
emergencia, junto con un manual de instrucciones.
Estos pueden ser parcialmente cerrados,
totalmente cerrados, con sistema autónomo de abastecimiento de aire, con
sistemas de contra incendios propios y de caída libre.

Balsas Salvavidas: Son embarcaciones de supervivencia que sólo pueden


utilizarse en situaciones de emergencia, con capacidad de transporte de un
mínimo de 6 personas y un máximo de 25. Una de sus características es que

37
Curso de técnicas de supervivencia personal

carecen de sistemas de propulsión y de gobierno. Existen dos tipos de balsas


salvavidas: rígidas e inflables.

Las balsas inflables van metidas en un contenedor que la


aísla de las inclemencias del tiempo, chispas, roedores y
posibles golpes a bordo. Se inflan automáticamente al
activar el mecanismo de disparo con un gas no perjudicial
para los tripulantes, en un tiempo máximo de 3 minutos,
dependiendo de la temperatura del medio ambiente. Van
trincadas en cubierta en un lugar adecuado.

Llevan un doble sistema de destrinque: uno manual


(gancho), y otro automático que actúa al hundirse
el buque (liberador hidrostático). Este último
permite que la balsa flote libre de forma
automática, en los casos en que el buque se hunda
antes de que pueda ponerse en servicio por los
medios convencionales. Van dotadas de un equipo de salvamento similar a los
botes salvavidas, aunque con menos raciones de agua y algunos accesorios
menos.

Estarán marcadas con el número de personas autorizadas a transportar y con la


altura de estiba, número de homologación, número de serie y modelo, nombre del
fabricante (todo ello para su identificación) y dispondrán de un cuadro gráfico
con las instrucciones de puesta en funcionamiento que sea de fácil comprensión.

Técnicas de Agrupamiento de Náufragos en el Agua.

Cuando varios náufragos se encuentran en el agua, es necesario que se agrupen


para ayudarse mutuamente, facilitando su localización y aumentando las
posibilidades de supervivencia.

Mediante los brazos (o usando las tiras con mosquetón que llevan los trajes de
inmersión) se mantendrá unido el grupo formando una circunferencia. De esta

38
Curso de técnicas de supervivencia personal

forma, se podrá colocar en el centro a un náufrago sin chaleco salvavidas o en


peores condiciones que el resto. No se recomienda amarrarse con nudos.

La tira con mosquetón de los trajes de inmersión se utiliza para el agrupamiento,


ya que si se emplean las manos, al cabo de un tiempo estas se entumecen y se
acaba soltando. Se recomienda, en cualquier caso, agruparse uniéndose por los
codos. (ver las siguientes figuras).

El mantenerse en grupo da mayores


expectativas de vida

39
Curso de técnicas de supervivencia personal

Abordaje a las Embarcaciones de Supervivencia.

Siempre que sea posible se debería entrar en las embarcaciones de supervivencia


sin tocar el agua pero, desgraciadamente, a menudo esto no es así debido a la
falta de tiempo o al peligro adicional que entrañaría el conseguirlo.

Los distintos procedimientos que se emplean en el embarque en seco son muy


variados, siendo los más habituales los siguientes:

Escalas de peldaños:
Similares a las usadas por los prácticos. Deben proporcionar un agarre seguro y
no deben formar vueltas. El descenso se realizará dando la espalda a la mar y
bajando, peldaño por peldaño, sin cambiar las posiciones de las manos (que se
agarran a los cabos que configuran los costados de la escala) hasta que no se
haya fijado el pie en el peldaño siguiente.

Este tipo de escalas están diseñadas para poder descender, incluso con escoras
muy pronunciadas.

También se utilizan en múltiples ocasiones las “escalas de gato”, aunque son más
inseguras que las anteriores.

Escalas de cabos:
Esta clase de escalas requieren realizar un gran esfuerzo por parte de quien las
utiliza, representando, por tanto, un peligro adicional a la situación de abandono.
Por lo demás tienen una serie de ventajas que, en muchas ocasiones, puedan
disminuir este inconveniente, tales como su pequeño peso, su fácil
maniobrabilidad y la posibilidad de posicionarlas en cualquier lugar de forma muy
rápida.

Su utilización es la misma que las de gato, es decir, se desciende por el plano


lateral de la escala.

Descenso por cabo o por vinateras:


Este método, tan tradicional, es muy eficaz cuando no se dispone de otro medio
para acceder a las embarcaciones de supervivencia. No obstante, requiere estar
en una buena forma física para practicarlo.

La técnica para descender por el cabo consiste en pasar el mismo por un pie, darle
media vuelta en el mismo y aprisionarlo con el otro a modo de freno. Al mismo
tiempo, se controla la velocidad de bajada con las manos. Por ello, es necesario un
calzado apropiado y unos guantes que protejan las manos para evitar
quemaduras.

40
Curso de técnicas de supervivencia personal

El guardamancebos dispondrán de nudos cada 50 cm., aproximadamente, de


modo que proporciona un agarre más seguro y la posibilidad de descansar en
cualquier momento.

Redes de desembarco:
En los buques mercantes existe diversidad de redes que pueden usarse para tal
fin. En los buques pesqueros es muy probable que las redes empleadas para las
capturas tengan una luz de malla suficiente para poder ser utilizadas también
como redes de desembarco. Deben colocarse de modo que caigan libremente, y
si ello no es factible, buscar, la manera de separarlas lo más posible del costado
del buque.

Procedimientos de embarco en las embarcaciones de supervivencia desde


el buque:
Cada tipo de embarcación de supervivencia tiene unas características especiales
de embarque que vendrán determinadas por el propio equipo: balsas de arriado
por pescante, botes de caída libre, etc.

Antes de iniciar el embarque en los botes se comprobará que las bozas estén
perfectamente firmes y que la embarcación se mantenga pegada al costado. Es
conveniente que una persona ordene, desde el exterior, el embarque de todo el
personal en las embarcaciones. Una vez dentro se deberán ocupar, en primer
lugar, los sitios más apartados de los accesos. Un tripulante experto deberá ser el
primero en embarcar y distribuir al personal de forma adecuada, para obtener el
mejor comportamiento a efectos de estabilidad y de una buena distribución de
pesos.

En todos los casos se deberán seguir las instrucciones específicas del equipo,
especialmente en las balsas arriables con pescantes y en los botes de caída libre.
Estos últimos, poseen unas características tan especiales que una imprudencia
puede convertirse en un serio accidente, debido al impacto a que se ve sometida
la embarcación en su caída al mar.

En cualquier caso, los ejercicios periódicos y una buena información a la


tripulación son suficientes para garantizar un normal acceso a este tipo de
embarcaciones.

Embarco en las embarcaciones de supervivencia desde el agua:

Sin ayuda.
Lo primero que se hará es tomarse un tiempo de respiro y acumular fuerzas para
abordar la embarcación a la vez que se estudia la situación, buscando los puntos
de apoyo a los pies y agarrándose a partes cómodas situadas por encima de la
línea flotación.

41
Curso de técnicas de supervivencia personal

Para embarcar, se aprovecharán los balances de la embarcación de forma que la


altura de francobordo sea la menor, ayudándose por medio de un impulso
realizado con las piernas. En caso de conseguir subir, intentaremos asirnos a algún
punto más elevado, o que esté situado más al interior de la embarcación. A
continuación, sin soltar las manos, intentaremos pasar el tronco y las piernas por
encima de la borda. Cuando se haya embarcado, ayudaremos a los que todavía
no lo han hecho.

Con ayuda.
En esta situación consideramos que con la ayuda de dos personas es suficiente,
aunque el náufrago no realice ningún esfuerzo. Se tendrá en cuenta lo siguiente:

 El náufrago se colocará de espaldas a la embarcación.


 Las dos personas que hagan la maniobra desde el interior de la
embarcación agarrarán al náufrago por las axilas, o por cualquier otro
punto próximo que sea lo suficientemente resistente (chaleco, traje, etc.).
 Una vez bien agarrado, se procederá a su izado introduciéndolo en la
embarcación de espaldas.
 Se embarcarán primero aquellos náufragos que se encuentren en peores
condiciones físicas animando, en todo momento, a los que se encuentren a
la espera agarrados a las guirnaldas.

42
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 7
PRINCIPIOS GENERALES DE LA SUPERVIVENCIA.

Un análisis de nuestro entorno unido a una formación adecuada en las técnicas


de supervivencia, nos facilitará el trazado del camino por donde han de transcurrir
nuestras acciones y tareas más urgentes en caso de convertirnos en náufragos.
Para sobrevivir en estas circunstancias es necesario disponer de una serie de
medios materiales con los cuales hacer frente a la emergencia. Estos medios
deberán mantenerse en óptimas condiciones de uso.

Cuando se produce un siniestro importante y se teme por la integridad del buque,


debe ponderarse su abandono. Se procurará, sin embargo, no tomar decisiones
precipitadas sobre este particular. Procederá el abandono de buque solo cuando
sea absolutamente obvio que el buque ya no ofrece ninguna protección y está a
punto de arder totalmente, hundirse o perderse de algún otro modo.

Prioridades

Cuando el abandono del barco es inevitable, debemos pensar que la prioridad en


las situaciones de supervivencia, debe ser la seguridad de la mayoría. Para
conseguir esta finalidad será necesario establecer unas pautas concretas hacia
las que se dirijan todos los esfuerzos del grupo. Estos pueden ser los siguientes:

Protección: De los elementos y efectos ocasionados por la exposición a la


intemperie.

Organización: Cuando el jefe asignado de la embarcación de supervivencia no se


encuentre a bordo, se debe nombrar un líder que coordine todas las acciones y
establezca un turno de guardia para vigilancia.

Situación: Tratar de conocer dónde nos encontramos y la mejor manera de atraer


el rescate.

Agua: Hacer un inventario de las reservas existentes. Racionar desde el primer


momento. Aunar esfuerzos para conseguirla por otros medios.

Comida: No comer, a menos que se disponga de grandes cantidades de agua.

Deseo de vivir: La soledad, el miedo y el aburrimiento pueden dar lugar a


situaciones depresivas que disminuyen la voluntad de vivir. Por ello es necesario
mantener la mente ocupada y una actitud positiva.

43
Curso de técnicas de supervivencia personal

Situaciones de Supervivencia

Hipotermia
El hombre tiene una temperatura interior aproximada de 37.6 ºC. Cuando baja
más de 2ºC de su valor normal surge la hipotermia (34ºC a 35ºC). Por debajo de
los 35ºC la persona empieza a sufrir grados variables de incapacidad física y
mental que pueden llevarle a la muerte, los procesos fisiológicos se ralentizan, el
grado de consciencia empeora y puede sobrevenir el paro cardiaco respiratorio, el
coma y la muerte alrededor de los 30ºC.

Una persona sumergida en el mar siempre sufrirá


una pérdida de calor, independientemente de la
zona donde se halle. Las dificultades serán mayores
a medida que vaya decreciendo la temperatura del
agua. Cuando ésta es de unos 20 °C (una
temperatura muy benigna y ciertamente alta para
algunos mares) la pérdida ya es significativa. Entre
15 y 10°C la situación se torna crítica en poco
tiempo. La única prevención es protegerse convenientemente, por ejemplo, con
un traje de inmersión.

Temperatura del agua Abrigado Desabrigado


5ºC La persona se mantiene protegida 60 min. 20/30
min.
10ºC La persona se mantiene protegida 3 hrs. 1 hr.
15ºC La persona se mantiene protegida 5 hrs. 2
hrs.
20ºC La persona se mantiene protegida 8 hrs. 4 hrs.

La Sed.
La cantidad de agua que es necesario beber diariamente para mantener una
buena condición física es, como mínimo de 1 litro. Cuando al cuerpo humano no
se le proporciona el agua que necesita hace uso de sus reservas y comienza la
deshidratación. Las raciones de agua para los náufragos que se encuentran en
buen estado físico deben suministrarse de la siguiente forma:

Día 1º: Nada de agua. El cuerpo humano cuenta con una reserva suficiente para
las primeras 24 horas.
Días 2º a 4º: 400 mililitros si hay agua suficiente.
Día 5º y sucesivos: 55 a 220 mililitros diariamente, dependiendo del clima y agua
disponible.

44
Curso de técnicas de supervivencia personal

De forma general se tendrán en cuenta las siguientes recomendaciones:


 Cuando beba, humedezca los labios, la lengua y la garganta, antes de
tragar.
 Si se dispone de muy poca agua, utilícela únicamente para mojar la boca y
la garganta ocasionalmente.
 No se beberá agua de mar. La concentración salina que contiene produce
vómitos, diarreas y un incremento en la producción de orina, con los que se
pierden todavía más líquidos y el náufrago se sentirá más sediento que
antes.
 No se debe beber la orina, debido a que los productos tóxicos que contiene
causarían náuseas y vómitos.

El suministro de agua potable puede ser muy diverso: raciones previstas en las
embarcaciones, agua de lluvia, condensaciones, hielo, destilación solar, agua de
mar potabilizada con tabletas y pescado.

Raciones. Están disponibles en la embarcación de supervivencia y deben


reservarse hasta donde sea posible.
Agua de lluvia. Se recogerá y guardará utilizando todos los medios disponibles.
Condensación. Previamente deben limpiarse las superficies expuestas al aire de
incrustaciones de sal, de forma que las finas gotitas de agua de condensación
puedan recogerse con una esponja o un paño.
Hielo. Del hielo puede obtenerse agua potable. Pero el hielo que se forma en el
mar es salado, no obstante, al cabo de un año aproximadamente, éste ha perdido
una gran cantidad de concentración salina. El hielo viejo es de color azul-grisáceo
y tiene perfiles redondos. Puede chuparse o dejarlo que se derrita de forma
gradual.
Destilador solar. Aunque no forma parte del equipo habitual de las
embarcaciones de supervivencia este destilador, aprovechando el calor solar y
mediante la vaporización y posterior condensación del agua de mar en zonas
cálidas, se puede producir hasta 1.5. lts. de agua dulce por día.
Tabletas potabilizadoras. Estás tabletas introducidas a un recipiente con agua
de mar reaccionan con las sales produciendo productos insolubles que se
depositan en el fondo. Tienen un uso prolongado, pero desgraciadamente, no
están incluidas en el equipo de las embarcaciones de supervivencia.
Peces. Los peces grandes tienen a lo largo del espinazo y en los ojos, un líquido
acuoso que puede calmar la sed. No se debe beber ningún otro líquido, ya que se
necesitan mayores reservas de agua del organismo para poder digerirlos.
Tampoco se comerá su carne a no ser que se disponga de agua.
Agua salada. Produce vómitos, diarreas y un incremento en la producción de
orina, con lo que se pierde más líquidos del cuerpo, provocando que el náufrago
sienta más sediento que antes.

45
Curso de técnicas de supervivencia personal

Inanición.
El hambre es la agresión menos peligrosa para el náufrago. Un hombre que
disponga de bastante agua puede vivir sin comer alrededor de 30 días o quizás
más, pero si ésta falta sólo vivirá unos pocos días. Como norma general, si hay
provisión de agua se puede comer, pero si no la hay no debe comerse nada. Las
raciones alimenticias que llevan las embarcaciones de supervivencia son pobres
en sales y están constituidas por caramelos de azúcar de cebada, galletas y latas
de preparados de grasas no saturadas, glúcidos e hidratos de carbono.

El Miedo.
De acuerdo con algunos investigadores, es el principal causante de la muerte
rápida de los náufragos por hidrocución. El corazón se paraliza o entra en
fibrilación ventricular, incapacitando al náufrago a reaccionar ante estas
situaciones. El conocimiento y el entrenamiento ofrecen la mejor protección
posible contra un pánico destructor.El miedo ha de ser refrenado y debidamente
canalizado para que no se transforme en pánico. El pánico conduce no pocas
veces a la desesperación, principal enemigo de la voluntad de supervivencia. Una
formación adecuada en supervivencia proporciona al náufrago, una vez llegado el
caso, una mayor confianza que hace frente a sus dificultades.

La Exposición al Sol.
El sol puede causar quemaduras muy graves, con dolores, estado de choque,
agotamiento y pérdidas de líquido del cuerpo. Para protegernos de esta agresión
debemos cubrir la piel con ropas (camisas, pantalones, calcetines, etc.). También
se cubrirá la cabeza, cara y nariz. Se puede utilizar algún ungüento para los labios
y cara se tiene a la mano. Igualmente se deberán proteger los ojos para evitar
molestias en los mismos e incluso complicaciones mucho más serias como la
ceguera.

Organización de la permanencia en las embarcaciones de supervivencia.

En primer lugar, trataremos aquellas acciones que deberán mantenerse presentes


en todo momento durante la permanencia a bordo, ya que son las que
posibilitaran la supervivencia y eventualmente, el rescate.

Flotabilidad y navegabilidad.
Se realizara una buena distribución de pesos, control de la estanqueidad, inflado,
reparaciones, achique, etc.

Higiene.
Se mantendrá la mejor higiene que permitan las circunstancias, tanto individual,
como de la propia embarcación.

46
Curso de técnicas de supervivencia personal

Racionamiento.
Se racionarán el agua y los alimentos, estableciendo los horarios de las tomas y
las cantidades asignadas en función de las existencias y aprovisionamientos.

Distribución de funciones.
Se distribuirán las funciones a bordo, estableciéndose las guardias con
instrucciones concretas y precisas sobre la utilización de señales, revisiones
periódicas de la embarcación, turnos de los vigías, tareas de aprovisionamiento:
recolectar agua, pescar, etc.

Agrupamiento de embarcaciones.
Se tratara de agrupar a otras posibles embarcaciones de supervivencia en todo
momento, disponiendo los medios necesarios y ejerciendo una constante
vigilancia.

Unidad del grupo.


Los náufragos se mantendrán unidos, no solo físicamente, si no en todas sus
acciones, de forma que minimicen los aspectos psicológicos negativos inherentes
a tales situaciones.

Se intentará mantener alta la moral y animar a los náufragos que puedan ser más
propensos a deprimirse. Quien sea el líder del grupo tiene un papel primordial, que
deberá adaptarse a las circunstancias y condiciones del momento con una única
idea: “el salvamento del grupo”.

47
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 8
CUIDADO POR EXPOSICIÓN A LA INTEMPERIE Y OTROS AGENTES
INTERNOS.

Los efectos producidos por exposición están condicionados por diversos factores,
entre lo que podemos destacar:

 Estación del año en que suceda el naufragio y temperatura del lugar y del
agua.
 Estado en la mar.
 Fuerza del viento.
 Equipo y medios de supervivencia que posean (balsa, botes, chalecos,
ayudas térmicas, trajes de inmersión, etc.).
 Reservas de agua y alimentos.
 Espacio disponible dentro de la embarcación de supervivencia.

Los náufragos de una embarcación de supervivencia están sometidos a


condiciones físicas muy duras. De hecho, la propia permanencia a bordo durante
horas o días, es una tortura. Si a esto se le suma el roce continuo contra las
paredes y el suelo, la inmovilidad, los calambres musculares que pueden
producirse, la sequedad de la piel y otros tipos de afecciones debidas al efecto del
sol y del agua salada, podemos hacernos una idea de la importancia que tiene
aliviar o mitigar en lo posible los efectos de la intemperie en estas situaciones.
Analizando todas las circunstancias, no será difícil imaginar que, al cabo de unos
días, el náufrago está tan debilitado que permanezca inmóvil, acurrucado y sin
fuerza alguna.

Vamos a estudiar los efectos más destacados, así como la forma de prevenirlos.

Pies arreciados.

Cuando se exponen los pies mucho tiempo al frío y a la humedad, a una inmersión
prolongada y a la inmovilidad, la circulación sanguínea se hace insuficiente y
pueden aparecer hormigueos, entumecimientos, arrugamiento de la piel e
hinchazón. En tales circunstancias también pueden aparecer ampollas. Tal cuadro
es conocido por “pies arreciados”.

Prevención: Es necesario activar la circulación de la sangre en los pies y en los


dedos de los mismos, moviéndolos con frecuencia y aflojando el calzado. Se
pondrán los pies y las piernas en alto durante treinta minutos, varias veces al día.
También se procurará, en la medida de lo posible, mantener los pies en un lugar
seco.

48
Curso de técnicas de supervivencia personal

Alteraciones de las piernas.

Debido al reducido espacio disponible dentro de las embarcaciones de


supervivencia, las piernas de los náufragos permanecen inmovilizadas durante
mucho tiempo. Ello provoca el debilitamiento de los músculos, el endurecimiento
de las articulaciones y la falta de coordinación de movimiento de estas
extremidades.

Prevención: Es necesario realizar movimientos con las piernas. Por ejemplo


extensiones y flexiones. También conviene dar masajes, especialmente en las
partes doloridas, para activar la circulación de la sangre. Son buenos los baños en
las piernas por inmersión en el agua, pero tomando las medidas necesarias para
no exponerse a un riesgo mayor.

Daños en la piel.

Una exposición continuada sin las protecciones adecuadas (capota, traje de


inmersión, etc.) en un ambiente húmedo, afectará en mayor o menor medida a la
piel del náufrago. En una primera fase, la acción prolongada del salitre produce
una pérdida de resistencia debido a la degradación de las capas exteriores de la
piel. De continuar la exposición, se formarán úlceras, heridas e infecciones.

Prevención: Realizar ejercicios para que la sangre circule por la periferia. Evitar
rozaduras o traumatismos. Utilizar guantes o improvisarlos. Si es posible y la
temperatura lo permite, lavarse con agua de lluvia. Si se dispusiera de grasa de
algún tipo, podrá aplicarse como protección de la piel en casos extremos. Las
vísceras de los peces han sido usadas para este fin por algunos náufragos.

No abrir nunca las úlceras o forúnculos en nuestro afán por limpiarlos o eliminar el
pus, ya que podemos contribuir con ello a producir la infección de los mismos,
aumentando gravemente el problema inicial.

Estreñimiento.

Este es uno de los efectos más corrientes de la vida a bordo de las embarcaciones
de supervivencia. Además, la dieta que se toma a bordo de estas embarcaciones
carece de fibras vegetales y contribuye al mismo.

Prevención: Aún en el caso improbable de disponer de laxantes, no se tomarán de


ningún modo. La prevención es difícil. La inmovilización de los náufragos
contribuye aún más a este efecto.

Orina obscura o dificultad de orinar.

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Curso de técnicas de supervivencia personal

Cuando falta el agua, los riñones tienden a controlar la expulsión de orina, para
evitar la deshidratación, la ingestión de carbohidratos - parte fundamental de la
composición de las raciones ayudan en tal sentido, ya que generan poca
secreción de líquidos, (las grasas y las proteínas producen el efecto contrario).

Prevención: La orina oscura, simplemente no es un problema. En todo caso,


insistimos en que no se deberá tomar agua de mar. Si al orinar se siente dolor o
dificultad, se procurará hacerlo lo menos posible (una o dos veces al día).

Dolor de ojos.

Esta afección se origina por el brillo intenso del sol en el cielo y la refracción de
sus rayos en el agua.

Prevención: Ponerse gafas obscuras, si es posible, o tratar de ahumar las que


hubiere. También puede improvisarse un antifaz con un trozo de tela o venda, o
colocar sobre los ojos una compresa de tela o algodón humedecida en agua de
mar.

El mareo.

Aunque el mareo es causado por fenómenos físicos y psicológicos asociados al


movimiento, a bordo de una embarcación de supervivencia, especialmente a
bordo de una balsa, se producen nuevas causas que agravan la situación, tales
como el calor, la humedad, el ruido, las vibraciones, los malos olores, la falta de
visión exterior, etc.

Prevención: Nadie debe comer ni beber en tal estado. Se tomarán pastillas contra
el mareo al subir a las embarcaciones de supervivencia. Habrá que tumbarse y
cambiar a menudo la posición de la cabeza. Se evitará el vómito y las náuseas en
la medida de lo posible.

Quemaduras de sol.

La continua exposición al sol puede causar quemaduras. Aún en zonas donde el


sol está cubierto, los rayos reflejados por la atmósfera, agua, nieve o hielo,
pueden llegar a producir quemaduras en la piel del náufrago. Tales efectos no son
notables hasta pasadas algunas horas después de estar expuesto al sol.

Prevención: Mantener protegida la piel, incluso en tiempo caluroso, mediante


camisa, pantalón, calcetines y guantes. Proteger la cabeza, cara y nariz con algún
tejido, improvisando un pasamontañas, por ejemplo. También puede improvisarse
un toldo en caso de no disponer de capota. Se utilizarán cremas para la nariz, la
cara y los labios, en caso de disponer de las mismas. Una vez que aparezcan las

50
Curso de técnicas de supervivencia personal

quemaduras, se formarán ampollas en poco tiempo. Nunca se deben pinchar o


reventar.

Otros agentes externos.

Durante la permanencia en el mar no sólo estamos expuestos a los efectos de los


agentes externos propios de estar en la intemperie. Existen otros debidos a la
presencia de animales marinos, aves y algas. De todo ello, el más importante por
sus efectos sobre los náufragos, es el de ser atacados por un pez. La posibilidad
de tal circunstancia puede llegar a crear una terrorífica preocupación en las
personas que se encuentren en el agua.

Tiburones.

Tienen unas características muy peculiares:


 Son curiosos y se acercan a cualquier objeto extraño que flote.
 Por lo general no suelen atacar si no se les provoca.
 Son asustadizos al ruido y tienen los ojos muy poco desarrollados, por lo
que no distinguen bien los objetos oscuros y por el contrario, les atraen los
objetos de color claro.
 Tienen muy agudizado el sentido del olfato, por lo que el olor de la sangre
pueden percibirlo a grandes distancias, provocando en este caso su
agresividad.
 Cuando algo llama su atención nadan en círculos amplios, estrechando los
mismos a la vez que se agitan cuando se disponen a atacar.
 Aunque viven en casi todos los mares, océanos y desembocaduras de los
ríos, en la mayoría de los casos que han atacado a las personas, los
incidentes han tenido lugar en aguas cálidas por encima de 18ºC. En aguas
frías los ataques son escasos o nulos.

Prevención: Obviamente, el mayor peligro se da en personas que se encuentran


sumergidas, para disminuirlo se deben tomar las siguientes precauciones:
 No quitarse la ropa ni el calzado.
 En caso de estar herido y sangrando, se debe contener cuanto antes la
hemorragia, por pequeña que sea, improvisando un torniquete o similar,
por ejemplo, con un cordón de zapato, o un jirón de ropa.
 Permanecer lo más quieto posible, evitando movimientos bruscos y
arrítmicos.
 Mantenerse alejado de los bancos de peces, si ésto es posible.
 Cuando se trate de un grupo de náufragos, se formará un círculo
compacto, apretándose unos con otros, y mirando al exterior, de manera
que se puedan vigilar los movimientos del tiburón. De esta forma se puede
rechazar el ataque mediante patadas y puñetazos.

51
Curso de técnicas de supervivencia personal

 Hacer ruido golpeando la superficie del agua con las manos ahuecadas. De
vez en cuando se puede hundir la cabeza y lanzar un grito fuerte dentro del
agua.
 Cuando se navegue por zonas cálidas se recomienda añadir al equipo de
supervivencia recipientes para alejar a los tiburones (acetato de cobre).
Estos repelentes raramente se llevan a bordo.

Animales venenosas al tacto.

Existen algunos animales que tienen púas o glándulas que segregan veneno. El
nivel de toxicidad es muy variado, según la especie y entre los individuos de la
misma. Entre los más frecuentes podemos destacar las medusas, las pastinacas,
los torpedos, etc.

Las medusas, cuando tocan la piel con sus tentáculos, provocan punzaduras
urticantes. Aunque la picadura de una medusa no suele tener consecuencias
graves, agresiones repentinas pueden provocarle dolores agudos y enfermar al
náufrago.

Prevención: La ropa protege la piel, pero el náufrago en el agua no estará en


condiciones de influir sobre el particular. Si se trata de medusas, se procurará
esquivarlas si notamos su presencia.

Otros peligros del mar.

Existen otros muchos animales peligrosos y tóxicos para el hombre que no los
trataremos con más extensión debido a que casi nunca representan un peligro
mortal, ya que su incidencia es escasa e improbable. Estos pueden ser: erizos de
mar, las esponjas, las estrellas de mar y las anémonas (agua malas).

Algunas tienen su hábitat limitado a unas zonas geográficas determinadas, como


las serpientes marinas, que únicamente existen en el Indico y en el Pacífico.
También cabe mencionar el peligro que puede suponer para los náufragos, las
proximidades de bancos de corales.

52
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 9
PREVENCIÓN DE LOS EFECTOS DE LA INMERSIÓN EN EL AGUA.

Efectos de la inmersión.

Además de los efectos psicológicos que afectan a una persona sumergida en el


agua en situaciones extremas de supervivencia que se tratan en el siguiente tema
nos centraremos ahora en tratar los efectos físicos.

Los principales peligros que afectan a un náufrago en estas circunstancias son el


ahogamiento y el enfriamiento. Aunque ambos peligros están normalmente
interrelacionados, los trataremos separadamente dado que las características
iniciales de cada uno de ellos están bien definidas.

Ahogamiento.

El ahogamiento es la muerte originada por la asfixia que se produce al entrar agua


en los pulmones. Es el riesgo más inmediato que se presenta en la inmersión.
Durante muchos años se incluían sistemáticamente, dentro de este apartado a
todos los desaparecidos en un naufragio. Posteriormente, se han estudiado otros
efectos que produce la inmersión en el mar, tales como la disminución de las
actitudes físicas debidas al enfriamiento del cuerpo. Esta problemática requiere
un estudio más profundo.

Si el náufrago lleva puesto un dispositivo individual de salvamento que le permita


flotar, el riesgo de ahogamiento es prácticamente nulo, por lo que no insistiremos
sobre esta situación. Desde el primer momento que una persona se encuentra en
el agua, el primer objetivo, además de permanecer a flote, será el de atraer la
atención para que pueda ser rescatado.

Salvo que pueda ponerse a salvo por la proximidad de un bote, balsa, aro, o
cualquier otro artefacto flotante, no se deberá nadar, ya que de esta manera
mantendrá sus reservas físicas y por lo tanto, aumentará el tiempo de
supervivencia.

En el caso de no disponer de ningún dispositivo de salvamento se debe tener en


cuenta lo siguiente:

 Se puede adoptar la posición supina (hacer el muerto), que nos permite


flotar sin ningún esfuerzo (aunque en esta posición la pérdida de calor es
muy grande).
 Se puede lograr una flotabilidad suficiente si se mantiene en posición
vertical el cuerpo, ayudado por movimientos lentos en las extremidades.

53
Curso de técnicas de supervivencia personal

 Cuando el náufrago está tranquilo y conserva la calma, puede improvisar


una balsa flotadora con los pantalones anudándolos de las perneras y
sacudiéndolos por encima de la cabeza para llenarlos de aire.

Mediante este flotador improvisado, se puede permitir un descanso de vez en


cuando. Esto es totalmente indispensable en cualquier inmersión prolongada, que
obliga a un continuo movimiento de las extremidades en el agua.

La natación de supervivencia (ver siguiente dibujo) requiere muy poco aporte


energético, alargando la vida del náufrago y por tanto, las posibilidades de
rescate. Tiene el inconveniente de hundir la cabeza, que es la parte del cuerpo por
la que más calor se pierde, por lo que no se recomienda su uso en aguas frías. La
ejecución de esta natación de supervivencia es muy sencilla y podemos resumirla
en las fases siguientes:

1. Colóquese en posición vertical dentro del agua y aspire profundamente.


2. Sumerja la cabeza con la boca cerrada y extienda los brazos hacia delante
para que descanse a nivel del agua.
3. Descanse en esta posición hasta que se vea obligado a respirar de nuevo.
4. Saque la cabeza del agua y exhale el aire. Sosténgase moviendo brazos y
piernas y vuelva a respirar profundamente. Vuelva a la posición relajada
anterior y repita todo el ciclo.

Nunca debe olvidarse que, aún sin el chaleco salvavidas, un hombre que sepa
relajarse en el agua, apenas corre peligro de ahogarse.

La Hipotermia

Como ya se ha tratado anteriormente, cuando el cuerpo humano es incapaz de


producir el calor necesario para compensar la pérdida del mismo, aparece la
hipotermia. Esto es especialmente en el caso de náufragos, inmersos en el mar.

A veces, el enfriamiento de las extremidades y la rigidez muscular puede provocar


una fuerte incapacidad funcional, que da lugar al ahogamiento antes de la muerte
por hipotermia. Los factores que influyen en la aparición de la hipotermia son los
siguientes:

 La temperatura del agua y la fuerza del viento.


 El estado de la superficie del mar.
 Las características aislantes de las ropas u otros elementos de protección
como los trajes de inmersión.
 El estado y la constitución física del náufrago (las personas delgadas
pierden más calor que las personas con más depósitos grasos, expuestas
ambas a la misma temperatura).

54
Curso de técnicas de supervivencia personal

 La posición del cuerpo (puede aumentar o disminuir la pérdida de calor).


 La ingestión de bebidas alcohólicas (contribuyen a una mayor pérdida de
calor).

Cuando se reduce la superficie de exposición al agua, adoptando la posición fetal,


o cuando se agrupan varios náufragos, se puede reducir la pérdida de calor del
cuerpo hasta un 65%. Esto representa una supervivencia extra de horas, a la
misma temperatura. Por tanto, se comprende la importancia de conocer las
técnicas de protección térmica corporal más adecuadas.

Prevención de la hipotermia.

Las medidas a tomar para prevenir o reducir los riesgos de la hipotermia deben ir
referidas tanto a los equipos, como al comportamiento del náufrago en el agua.
Se aconseja adoptar todas las medidas siguientes:

 Utilizar trajes de inmersión. Proveer suficientes ayudas térmicas a todas


las embarcaciones de supervivencia y botes de rescate.
 Embarcar en seco a bordo de las embarcaciones de supervivencia.
(gradualmente, se va implantando en los buques equipamiento que facilita
esta medida; balsas arriables con pescante, botes de caída libre, rampas de
evacuación, etc.)
 Hacer uso inmediato de las embarcaciones de supervivencia evitando la
entrada de agua y viento al interior de las mismas. Usar el equipo para el
achique y sacado del agua. El inflado del suelo contribuirá o aumentará la
protección térmica.

Si hemos entrado en contacto con el agua, fortuita o intencionalmente


procederemos de la siguiente manera:

 Alcanzar una embarcación y salir del agua lo antes que se pueda.


 Si ello no es posible y se dispone de chalecos salvavidas se adoptará la
postura fetal, también denominada HELP (Heat Escape Lessening Posture
Posición de escape). De esta manera se reduce la superficie corporal en
contacto con el agua, desacelerando la pérdida de calor en el cuello, ingle y
costados. Esta posición se consigue doblando y levantando hacia el frente
las piernas hasta posicionarlas en barbilla. Al mismo tiempo se sujetan las
piernas mediante los brazos.
 Si el chaleco u otra prenda que se lleve, dispone de capucha, deberá
colocarse inmediatamente.
 Si no se dispone de chaleco salvavidas no se podrá adoptar la postura fetal,
pero se procurará mantener la cabeza fuera del agua.

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Curso de técnicas de supervivencia personal

 Se evitará nadar. Sólo se deberán realizar los mínimos movimientos que


sean necesarios para mantenerse a flote o respirar. De esta manera se
ahorrará el consumo metabólico.
 Se procurará llevar siempre puesta ropa y no deshacerse de ella a menos
que represente un peligro para nuestra flotabilidad.

Conviene saber que si el náufrago no lleva ropa puesta, la capa límite que rodea
su piel suele ser de un grado centígrado por encima de la temperatura del resto
de la masa del agua (esto ocurre al transcurrir un período de tiempo entre 2 y 20
minutos). Si, por el contrario, el náufrago lleva ropas, la temperatura de la piel se
mantendrá estable a unos 7°C, por encima de la temperatura del agua. Esto
representa un notable incremento de protección que debe tenerse en cuenta.
Para resaltar la importancia que tiene este aspecto se muestra la siguiente tabla,
donde se aprecia el incremento de protección cuando el náufrago dentro del agua
está vestido. Este tiempo promedio es válido para supervivientes de mediana
constitución.

Temperatura del agua Abrigado Desabrigado


5ºC La persona se mantiene protegida 60 min. 20/30 min.
10ºC La persona se mantiene protegida 3 hrs. 1 hr.
15ºC La persona se mantiene protegida 5 hrs. 2 hrs.
20ºC La persona se mantiene protegida 8 hrs. 4 hrs.

Procedimientos para combatir la hipotermia.

Una buena manera de combatir la hipotermia o, por lo menos, retrasar su


aparición es abrigarse adecuadamente antes del abandono del buque. Aunque no
siempre se podrán realizar todas, tendremos siempre presente las siguientes
normas generales:

 Ponerse el mayor número de prendas posible y el chaleco salvavidas,


antes del abandono.
 Colocarse los trajes de inmersión, o ayudas térmicas, si se dispone de
estos equipos.
 Si ha sido inevitable tirarse al mar, tratar de mantener la cabeza y el
cuello fuera del agua, ya que por estas extremidades se pierde gran
cantidad de calor.
 Si el chaleco, o traje, dispone de capucha, colocársela inmediatamente.
 Si no disponemos de traje de inmersión, adoptar la posición fetal, que
reduce la perdida de calor.
 Igualmente, si se dispone de chaleco salvavidas, se adoptara la posición
“HELP”.
 No nadar, solo en caso necesario.

56
Curso de técnicas de supervivencia personal

 Los náufragos se agruparán lo más estrechamente posible para disminuir


la superficie expuesta al agua y, a la vez, ser más fácilmente localizables.

En el supuesto de haber conseguido entrar en la embarcación de supervivencia, se


realizaran las siguientes maniobras:

 Si se trata de una balsa y ésta dispone de piso inflable, se achicará toda el


agua usando primero el achicador y posteriormente se secará utilizando
las esponjas. Después se inflará el piso si se considera necesario para
combatir el frío. (Se recordará, sin embargo, que con el piso inflado la
balsa pierde estabilidad).
 Los náufragos se quitaran las ropas para escurrirlas y colocárselas de
nuevo.
 Aquellos que estén en peores condiciones adoptaran la posición de
defensa (de lado, con las rodillas flexionadas y la cabeza elevada y
apoyada sobre el brazo) y recibirán las ayudas térmicas o alguna ropa
adicional que se les pueda proporcionar.
 Se cerrará la capota de la balsa para mantener la temperatura interior lo
mas alta posible.
 Los náufragos se agruparán unos contra otros para darse calor.
 Nunca se debe proporcionar bebidas alcohólicas, ni frotar la piel de la
persona que sufre hipotermia, ni tampoco mover a un individuo bajo sus
efectos.

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Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 10
ASPECTOS PSICOLÓGICOS A BORDO DE LAS EMBARCACIONES DE
SUPERVIVENCIA.

Después de estudiar los efectos físicos de la exposición a los elementos, se tratan


en este Capítulo los efectos psicológicos.

Psicología de la Supervivencia.

Un náufrago a flote en el mar con un chaleco salvavidas puesto tiene limitada su


supervivencia a una hora, como máximo, en las cuáles debe ser rescatado. A
medida que transcurra este tiempo irán disminuyendo sus posibilidades de
sobrevivir debido al agotamiento y al esfuerzo físico que realiza para intentar
mantenerse a flote. Llegado a un límite, sobreviene la muerte de una u otra
forma. Como puede suponerse, casi no tiene tiempo para que influyan en él las
distintas reacciones mentales y emocionales que tienen lugar en las
embarcaciones de supervivencia.

A bordo de éstas a pesar de los adiestramientos y ejercicios, nadie puede estar


plenamente preparado para afrontar la situación que se plantea. El dominar las
técnicas de supervivencia y conocer los equipos será de una ayuda vital. En el
mejor de los casos, los náufragos observarán un trastorno de su personalidad que
les afectará emocional, mental y físicamente.

Aspectos Psicológicos.

Miedo o Pánico.
Desde un punto de vista fisiológico, el miedo es una descarga de adrenalina que
se produce de forma natural en el hombre como mecanismo de defensa ante una
coyuntura desconocida u hostil. Desde un punto de vista psicológico, es algo más
complejo. El miedo se produce ante una situación desconocida en la que pueden
estar presentes el dolor, la impotencia y la incertidumbre. Es normal tenerlo en
tales momentos, e incluso hasta saludable, ya que agudiza nuestros sentidos y
nos templa para afrontar los peligros y las situaciones que nos amenazan.

De todos modos, para que el miedo pueda representar esta “ayuda” al náufrago,
debe ser refrenado y debidamente analizado para que no se transforme en
pánico.

El pánico es la reacción más peligrosa que puede darse en un náufrago. Sus


energías se desperdician, el racionamiento queda disminuido o incapacitado y
dicha persona deja de actuar con la voluntad de sobrevivir, desembocando en la
desesperación.

58
Curso de técnicas de supervivencia personal

Para evitarlo y canalizar positivamente el miedo, es necesario adoptar ciertas


medidas de carácter mental. Entre las técnicas que han dado mejores resultados,
se recomienda “ocupar la mente de inmediato”, realizando un análisis de la
situación y de las tareas más urgentes a emprender.

Se pensará en primer lugar como hacerse cargo de la situación (prioridades


inmediatas, atención de heridos, recuento de raciones y equipo, recogida de agua,
etc.) para reflexionar después sobre la adopción de ciertas actitudes, tales como:

No tener prisa indebida.


Se deben evitar todos los ejercicios innecesarios. Es importante conservar la
propia energía, evitando todo movimiento o actividad física que no responda a un
plan o a unas tareas específicas. El espacio dentro de la embarcación es muy
reducido, por lo que los movimientos innecesarios son capaces de crear una
situación todavía más difícil.

Recordar el lugar donde se está.


Tras los acontecimientos anteriores a la permanencia en la embarcación de
supervivencia, que puede ser más o menos accidentado e impactante, se debe
aceptar la nueva situación. El “líder” tomará las decisiones y asumirá la
responsabilidad del grupo.

La aceptación de la situación a bordo de la embarcación de supervivencia servirá


para adaptarse a los nuevos condicionantes, tales como el acatamiento de
órdenes, el reparto de las raciones, la falta de espacio, las relaciones con los
demás integrantes del grupo, el cumplimiento de las obligaciones y cualquier otra
nueva responsabilidad.

Apreciar la vida.
La finalidad misma de la supervivencia es salvar al náufrago y evitar cualquier
imprudencia que pueda limitar su eficacia.

En todo momento se debe apelar al instinto de conservación ya que, una vez


perdido, todos nuestros conocimientos en técnicas de supervivencia resultarán
inútiles. Hay que mentalizarse para dominar el miedo y el pánico y recordar en
todo momento esa valoración.

Soledad.

Mientras el miedo se apodera de nosotros, de una forma casi instantánea, la


soledad lo hace de manera gradual. Sobreviene cuando a bordo de la embarcación
de supervivencia se han concluido las tareas básicas, se han distribuido las
misiones y quedan cubiertas las necesidades más imperiosas (agua, comida,
abrigo, turnos de vigilancia, preparación de señales de socorro, puesta en

59
Curso de técnicas de supervivencia personal

funcionamiento de la radiobaliza, etc.). La medida psicológica para prevenir la


soledad es la misma que se formuló para combatir el miedo y el pánico:
“mantener la mente ocupada”.

El establecimiento de un programa de actividades y la asunción de obligaciones


que deban repetirse cada día como, por ejemplo, cuidar de que en todo momento
se pueda recoger agua de lluvia, tener siempre preparadas las bengalas de
señales, organizar las guardias de vigilancia, etc., contribuirá en tal sentido.

El deseo de vivir.
La supervivencia es, una gran parte, una cuestión de mantener una actitud
psicológica positiva, y dentro de todos los factores influyentes, el más importante
es el DESEO DE VIVIR.

A bordo de una embarcación de supervivencia hay que sumar a los problemas


emocionales (soledad, miedo, desesperación, etc.) otros de tipo físico (hambre,
sed, fatiga, heridas, frío, calor, etc.), si los náufragos no están preparados
mentalmente para superar estos obstáculos y hacerles frente, las probabilidades
de sobrevivir disminuyen.

Los casos de náufragos que han superado las peores condiciones de dureza y
degradación, en situaciones en las que sus posibilidades de cubrir las más
mínimas necesidades energéticas se habían reducido casi a cero, no tienen otra
explicación mas que la asombrosa capacidad de resistencia del cuerpo humano,
guiado por la voluntad de vivir. Se puede afirmar que, en muchos casos, las
náufragos solo se salvaron gracias a esta actitud mental.

Relaciones con el grupo.


La conducta de cada integrante de la embarcación de supervivencia trascenderá
hacia el resto del grupo, alterando y modificando la convivencia a bordo. Esta
circunstancia es especialmente peligrosa cuando la figura del “líder“ no está
claramente definida o reconocida por todos.

La dinámica del grupo es una ayuda para la supervivencia individual pero, otras
veces, puede constituir un peligro adicional. Por un lado, el disponer de mucha
gente para realizar las tareas a bordo es positivo y la camaradería, las
conversaciones, la ilusión y el afán de colaboración, contribuye a crear un mejor
ambiente y adoptar una postura de firmeza.

Por otro, la existencia del grupo puede dar lugar a la disensión, que constituye un
grave problema y debe evitarse a toda costa. Los grupos que trabajan al unísono
obedeciendo al líder de forma automática, tienen las máximas probabilidades de
sobrevivir. La presencia de este podrá contener la mayoría de tales disensiones.

60
Curso de técnicas de supervivencia personal

El líder.
Un grupo de personas a bordo de una embarcación de supervivencia en
condiciones precarias, tanto físicas como anímicamente, necesitan que una de
ellas se ponga al frente de las demás para organizar la situación y tomar
decisiones. Normalmente el líder o jefe de una embarcación de supervivencia será
el jefe natural que corresponda del buque abandonado pero, por distintas
circunstancias, puede que esto no sea necesariamente así.

La figura de este líder improvisado no está concebida de antemano a una


situación de supervivencia. Surge asumiendo dicha responsabilidad con decisión,
siendo aceptado como tal por el grupo. Se deben de dar estas características en
el líder: que quiera serlo, que convenza al grupo de su capacidad y que todos
acepten su liderazgo.

Este deberá aparentar seguridad en todo momento, explicando las acciones y


decisiones que se tomen (guardias, funciones, descansos, racionamientos, etc.),
ejerciendo su autoridad con los que se opongan a ellas.

61
Curso de técnicas de supervivencia personal

CAPÍTULO 11
SUPERVIVENCIA EN EL MAR (CONTENIDO PRÁCTICO).

Dispositivos de puesta en servicio de las balsas.

Es importante considerar la ubicación de las balsas, ya que de esto dependerá que


su puesta en servicio sea correcta. Estarán situadas en un lugar del buque libre de
cualquier impedimento, tanto estructural como de materiales estibados cerca de
ellos, que impiden su puesta a flote automática.

Es necesario no alterar sus sistemas de trincado, en algunos buques, en previsión


de robos o golpes de mar, se trincan manualmente las balsas, lo cual no es
recomendable por seguridad de los tripulantes. Esta acción inutiliza el sistema
automático.

Dispositivo de zafa.

Su finalidad consiste en actuar como un sistema de puesta a flote manual y, a la


vez, permite que la balsa flote libre y de forma automática en los casos en que el
buque se hunde. El dispositivo funciona de tres formas diferentes:

 Manualmente, liberando el grillete que dispone y el gancho de sujeción.


 Manualmente, activando el pedal o botón, incorporando al dispositivo de
zafa hidrostática.
 Automáticamente, por medio del dispositivo de zafa hidrostática, que
actúa por la presión de inmersión.

En la primera, se actúa sobre un gancho de tipo gavilán o similar, que cierra el fleje
que sujeta la balsa o su soporte, de fácil maniobra de apertura. En la segunda, se
usa un dispositivo de destrincado manual que contiene la unidad de zafa
hidrostática. Este se acciona por medio de un pedal o botón incorporado al propio
mecanismo. Viene marcado de forma relevante.

En la tercera, opera la unidad de zafa hidrostática automáticamente al hundirse el


buque a una profundidad de alrededor de cuatro metros. El mecanismo tendrá
desagües en su cámara interna para evitar la acumulación de agua y no se
activará al recibir golpes de mar. No precisa de mantenimiento a bordo y se debe
tener la precaución de no pintar sus elementos.

El funcionamiento de las distintas unidades de zafa hidrostática que existen en el


mercado es muy similar. En esencia, consiste en un resorte tensando a una
presión determinada que va conectado a una membrana de neopreno. Cuando la
presión del agua actúa sobre la membrana y vence la presión del resorte, éste

62
Curso de técnicas de supervivencia personal

acciona un eje que libera la campana a la que va unida el fleje de la trinca de la


balsa.

Salto al agua equipado con chaleco salvavidas y/o traje de inmersión.

El salto al agua desde una cierta altura siempre acarrea algún peligro, contacto
brusco con agua fría, sensación de ahogamiento o posibles daños en el cuerpo.
Cuando las circunstancias nos obliguen a hacer esta maniobra, se tendrá en
cuenta lo siguiente:

 Hay que evitar la entrada de agua en la nariz, por lo que se cerrarán las
fosas nasales con los dedos de una mano, mientras se mantiene pegado
el brazo al cuerpo. Con el resto de esa mano (la palma), nos taparemos
la boca.
 Con el otro brazo, también pegado al cuerpo, agarraremos el chaleco
salvavidas (mano al hombro y brazo contra el pecho) para evitar que al
entrar en el agua se desplace hacia arriba y pueda dañarnos.
 Observar que no haya otros náufragos, ni ningún objeto flotante, en el
lugar donde se va a caer.
 Hacer una inspiración profunda y saltar con las piernas cruzadas y el
cuerpo estirado, entrando en el agua verticalmente.
 Mantener la mirada fija al frente, para evitar desequilibrarnos.
 Si caemos verticalmente, como intentamos, serán los pies la primera
parte del cuerpo en entrar en contacto con el agua. Normalmente, el
cuerpo se sumergirá totalmente, pero al ir equipado con el chaleco
salvavidas y/o traje de supervivencia, volverá a emerger
inmediatamente, sobre todo si mantenemos la posición anteriormente
descrita.
 Nunca se saltará directamente sobre una embarcación de supervivencia,
ya que podríamos herirnos, o herir a otros y dañar la propia embarcación
aunque si habrá que intentar saltar lo más cerca de posible ella. (ver la
siguiente figura)

63
Curso de técnicas de supervivencia personal

Técnicas de natación con equipos de protección para la supervivencia.

El procedimiento más seguro para la natación con chaleco salvavidas o traje de


supervivencia será hacerlo de espaldas, usando los brazos a modo de remos. En
todas las fases de permanencia en el agua no se deben hacer esfuerzos
innecesarios. La natación se practicará de la siguiente manera:

 Calcularemos visualmente la dirección a tomar.


 Empezaremos a nadar de espalda utilizando los brazos, tal como se ha
descrito y llevaremos una respiración acorde al ritmo de los mismos. A
menudo dejaremos de nadar para observar que llevamos la dirección
adecuada, corrigiendo la trayectoria.
 La natación al estilo “libre” no es aconsejable ya que tendríamos que
colocarnos boca abajo y los equipos de supervivencia dificultan esa
maniobra, produciendo un gasto de energía excesivo.
 Se puede intentar la braza si sólo llevamos el chaleco salvavidas.

Natación de socorrismo.

En esta situación debemos distinguir dos casos en los cuáles las técnicas a seguir
son diferente y los condicionantes para tener éxito en su ejecución también
difieren.

Socorrista a nado con chaleco salvavidas.

 Nos tiraremos al agua (de acuerdo a la técnica con chaleco salvavidas),


sin perder de vista al náufrago. Nadaremos hacia él y nos acercaremos
por su espalda procurando hablarle para intentar calmarlo.
 Con una mano lo asiremos por el mentón y nadaremos de espalda, con
las piernas y el brazo libre, manteniendo al náufrago siempre con la
cabeza fuera del agua.
 Otro método puede consistir en pasar un brazo por el hombro y la
espalda del náufrago hasta alcanzar con la mano la axila contraria a
nuestra posición. Con este sistema dispondremos de un brazo libre y las
dos piernas para nadar, pero tendremos un campo más amplio de
visibilidad.
 Un tercer método consiste en colocarse de espaldas del náufrago,
meter ambas manos por sus axilas y apoyarlo sobre el pecho del
socorrista para nadar después únicamente con las piernas.

64
Curso de técnicas de supervivencia personal

Caso de que el náufrago haga presa del socorrista.

Se evitará la violencia y se intentará por todos los medios calmar en lo posible al


náufrago. Hay que tener en cuenta que al ir provistos de chaleco salvavidas, este
es más que suficiente para mantener a flote a ambos. Si el náufrago estuviera
muy nervioso o histérico, no se iniciará la maniobra de remolque hasta que esté
un poco calmado.

Composición del lugar.

Hacer un análisis rápido y real de la situación tomando siempre un punto de


referencia para no perder de vista al náufrago, buscando el punto más cercano y
de más fácil acceso. Nadaremos dosificando las fuerzas y teniendo presente que
se deberá llegar al náufrago y después arrastrar su peso más el propio al punto de
partida.

Fases de acercamiento al náufrago.

Nos acercaremos gritándole frases de aliento y convenciéndole de que tendrá


que colaborar con el socorrista para salvar su vida. Si el náufrago estuviera
debatiéndose en la superficie y muy nervioso, nos sumergiremos un par de
metros por delante de él, pasando por debajo y saliendo a la superficie por su
espalda, vigilando que no se dé la vuelta. Así evitaremos que haga presa.

Se le agarrará pasando el brazo por la axila de este y sin apretar demasiado, se


colocará la mano bajo el mentón, alcanzándolo para que la cara permanezca
fuera del agua y la nuca apoyada en el hombro, nadando a continuación, con el
brazo libre y con las piernas.

Otro sistema de transporte, consistirá en sostener al náufrago por las axilas y


remolcarlo con sólo la cara fuera del agua, impulsándonos con las piernas.
También se le puede remolcar sosteniéndole solamente por el mentón, pero en
este caso es necesario que el náufrago haya conservado la calma.

Otra posición posible de auxilio - qué también requiere que la persona esté
tranquila- sería aquella en que el socorrista se pone al alcance del náufrago y le
coloca las manos sobre los hombros (los del socorrista). El náufrago debe dejarse
remolcar sumergido hasta el mentón con los brazos, el tronco y las piernas, en la
misma línea. El socorrista lo arrastrará nadando estilo libre.

Técnicas de presas y zafaduras en el agua.

Habrá que emplear estas técnicas cuando el náufrago en su nerviosismo, agarre


al socorrista y dificulte sus movimientos, con el riesgo que ello entraña. Se puede

65
Curso de técnicas de supervivencia personal

dar el caso de una persona muy superior en peso y corpulencia al socorrista. La


técnica en esta situación será la de sumergirse con el mismo, después de tomar el
máximo de aire posible, con el propósito de que el náufrago, al verse sumergido
también, acabe soltándose.

 Caso de presa de muñeca


Se tomará el pulgar del náufrago y se girará hasta que suelte la muñeca. Si es
necesario se hará esta operación sumergiéndose completamente para que suelte
antes.

 Caso de presa por el cuello


En esta situación el náufrago se agarra por las manos, o los brazos al cuello del
socorrista. La acción de zafaduras consiste en pasar los brazos del socorrista
verticalmente entre los del náufrago y separarse abriéndolos.

 Caso de presa por la cintura


Si se hace presa por la cintura del socorrista, frontalmente, sin sujeción de los
brazos, éste nada estilo libre y el náufrago es remolcado, completamente
sumergido, causando acción de ahogo, y por tal deberá soltarse. En caso de
asimiento de la cintura por detrás e inmovilización de los brazos, la solución
consiste en estirarse sobre el dorso con la cabeza extendida. El náufrago,
completamente sumergido, es remolcado con ayuda de las piernas del socorrista
(nado a la marinera), hasta que suelte la presa.

El caso de asimiento frontal con sujeción de los brazos es el más peligroso, ya que
paraliza al socorrista, la técnica de zafaduras consiste en tratar de llevar un poco
hacia atrás el abdomen, levantar una rodilla para apoyarla sobre el vientre del
náufrago, mientras se lleva las manos al pecho o al mentón del mismo, para
separarlo con la extensión de los brazos y el empuje de la rodilla. Se puede
acelerar la maniobra si se efectúa sumergido y obligamos al náufrago a mantener
la cabeza dentro del agua.

 Caso de presa por los pies


Si el socorrista es agarrado por los pies durante la operación de acercamiento, la
situación se remediará remolcando a éste nadando sobre el vientre. Cuando se
suelte se llevará a cabo el salvamento.

Como último recurso y en casos extremos en que pudiera peligrar la vida del
socorrista, se podrá emplear la violencia dentro de los límites necesarios,
evitándose así el agotamiento de ambos. Una vez conseguida la zafadura, hay
que volver a iniciar el remolque del náufrago y efectuar el salvamento.

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Curso de técnicas de supervivencia personal

Métodos para adrizar embarcaciones de supervivencia.

Las balsas se pliegan de manera que esta situación no se produzca, pero, de


todos modos, ocurre a menudo, que la balsa se infla al revés. En este caso se
procederá como sigue:

 Nadar hasta la balsa y colocarse junto a la botella de gas.


 Orientar la embarcación de forma que el punto anterior corresponda al
punto más a sotavento (el lado por donde pega el viento). Subir al plan de
la balsa por dicho lugar ayudados por los cabos y guirnaldas.
 Si es redonda se colocarán los pies en la botella de gas, y agarrando las
cintas longitudinales de las que va provisto el revés de la balsa y
corresponde al cuerpo y tirando hacia atrás, se intentará levantar la balsa
por la parte situada más a barlovento (el lado contrario a donde pega el
viento), acción que el viento ayudará. Si la balsa es rectangular, se
colocarán los pies en la parte ancha de la balsa para hacer esta operación.

La acción combinada del cuerpo y del viento provoca el adrizamiento de la balsa.


Se recomienda hacer una profunda inspiración en cuanto se compruebe que se
está adrizando, ya que la balsa caerá encima de quien haga la maniobra, y,
probablemente, lo sumergirá brevemente en el agua.

 No existe peligro en este caso, de recibir un gran golpe en la cabeza, ni


nada parecido, ya que el contacto con la balsa se corresponde con partes
blandas de ésta. Por tanto, la recomendación es mantener la calma y
aguantar un poco la respiración. Si hemos tenido la precaución de no soltar
las cintas, siguiendo éstas con la mano, lograremos fácilmente subir a la
superficie.

Esta maniobra puede realizarse sin grandes complicaciones por una sola persona,
si bien, en casos extremos, en balsas de gran tamaño, puede ser ayudada por otra
para reducir el tiempo de operación.

En lo que se refiere al adrizamiento de los botes salvavidas que no son


autoadrizables, el procedimiento es parecido al empleado en las balsas, aunque la
operación es mucho más complicada y peligrosa, dado la diferencia de pesos,
consistencia de materiales y volúmenes, se hará la siguiente maniobra:

 Subirán varios náufragos al casco por la parte de sotavento ayudándose de


los cabos que van de costado a costado del bote pasando por debajo de la
quilla (el bote, generalmente está atravesado al viento).
 Una vez arriba del casco se tirará de estos cabos colocando los pies del
modo más estable posible, utilizando para ello las quillas de varilla, u otra

67
Curso de técnicas de supervivencia personal

zona del casco que se acomode a la talla de cada náufrago, hasta


conseguir el adrizamiento completo.

Para la realización de esta maniobra, y teniendo en cuenta las dimensiones de un


bote salvavidas, repetimos que se considera indispensable que actúen varias
personas y que es una operación arriesgada que debe ejecutarse como mal
menor.

Supervivencia en caso de hidrocarburos inflamados en el agua.

Si como consecuencia de un accidente marítimo, se lleva a cabo un abandono de


buque en medio de un incendio en el agua del combustible del barco o de carga
líquida inflamable transportada, existe un grave riesgo para los náufragos.

En estas circunstancias, si no puede hacerse uso de las embarcaciones de


supervivencia especializada, (botes protegidos contra incendios), los chalecos
salvavidas inflables son el equipo más idóneo aunque no habitual en los barcos
para afrontar una situación de este tipo y que permiten que el náufrago pueda
sumergirse y bucear. El procedimiento con chaleco inflable es el siguiente:

 Aprovisionarse del chaleco y controlarlo todo el tiempo, sin abrirlo, hasta


que ello sea posible.
 Antes de lanzarse al agua, observar la deriva del combustible ardiendo y
elegir la zona de menor superficie en llamas y más fácil de cruzar.
 El náufrago debe permanecer sumergido en el agua o emerger a la
superficie previa ejecución de una turbulencia sobre su vertical, mediante el
movimiento rápido de los brazos y de las manos de tal forma que la capa
del producto inflamable de la superficie sea desplazada. Esto provoca una
zona libre de llamas por la que se emergerá brevemente, para hacer una
inspiración profunda de aire y orientarse, nuevamente, antes de sumergirse
de inmediato.
 Se procurará tener en cuenta las posibles corrientes y la dirección del
viento.

Otra opción para tratar de resolver esta circunstancia es lanzar la balsa al agua,
sin abrirla, e ir remolcándola de la manera descrita anteriormente.

Utilización del equipo reglamentario en las embarcaciones de


supervivencia.

Tratándose de balsas se dispone, como mínimo, del siguiente equipo:

Pastillas contra el mareo: Se tomaran en los primeros momentos, tras


embarcar en la balsa.

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Curso de técnicas de supervivencia personal

Ancla flotante: En algunos modelos se despliega sola al abrirse la balsa. Este


equipo mantiene la balsa aprobada a la mar dificultando el vuelo de la misma.
También podemos usar dicha ancla como recolector de plancton y de agua de
lluvia.

Cuchillo: La embarcación va provista, al menos de un cuchillo. En las balsas se


estiba en el toldo exterior y sirve, principalmente, para cortar el cabo que la une al
barco. Todos los cuchillos que disponga la embarcación deberán flotar
(empuñadura de madera) y su hoja estará diseñada a modo que se evite el que
pueda pincharse la balsa accidentalmente (cuchillo curvo cuya hoja corta por un
filo interior).

Cabo de remolque: La driza de disparo, una vez recuperada todo lo posible y


cortada, podrá usarse como boza o cabo de remolque.

Luz: Las balsas llevaran una luz interior y otra exterior, que se alimentan por una
batería que se acciona automáticamente al contacto con el agua del mar.

Fuelles inflados: La balsa va provista de unos fuelles roscados, para su inflado


manual en caso de necesidad. También dispone de fuelles de repuesto que se
pueden roscar en diversas conexiones repartidas por ambos flotadores.

Válvulas de sobrepresión: La balsa dispone de válvulas de escape para evitar


accidentes por sobrepresión durante el inflado. Están situadas en el exterior.

Remos: Son del tipo plegable y se usaran para alejarse de la zona del naufragio
en los primeros momentos, o para aproximarse a un náufrago.

Achicadores: Se usaran los achicadores y las esponjas para eliminar el agua y


dejar seco el interior de la balsa.

Equipo de reparaciones: La balsa contiene un equipo de reparaciones


compuesto de parches, pegamento, raspador y otros obturadores, que se usarán
roscándolos en la goma para taponear pequeños desgarros.

Vaso graduado: Se usará para medir las raciones de agua.

Botiquín: La embarcación va provista de un botiquín de primeros auxilios, en un


estuche impermeable.

Linterna: Será del tipo estanco con pilas y foco de repuesto para hacer señales.
También se dispondrá de una tabla de señales de salvamento que se usará para la

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Curso de técnicas de supervivencia personal

comunicación entre las diferentes embarcaciones de supervivencia, así como para


llamar la atención de un posible rescate.

Heliógrafo: Es un espejo de señales, con sus instrucciones de uso, que se utiliza


para hacer señales diurnas.
Guía flotante con aro: Consiste en un pequeño aro flotante, sujeto a una rabiza,
también flotante, de por menos 30 metros de longitud. Se aplicará para el
rescate de otros náufragos.

Agua: La balsa debe contener tantas raciones de agua, como número de


personas autorizadas para la balsa, a razón de litro y medio por persona.

Sistema para recolectar el agua de lluvia: En el toldo de la balsa existe una


especie de canalización para recolectar agua de lluvia y un recipiente aparte para
guardarla.

Comida: Las embarcaciones van provistas de tantas raciones de alimentos de


supervivencia, como número de personas autorizadas para la balsa, ricas en
carbohidratos y glucosa, que requieren poca agua para ser digeridas por el cuerpo
humano. Se restringe su uso a menos que se cuente con agua abundantemente.

Aparejo de pesca: Se dispone de un juego de aparejos de pesca con un cebo


artificial.

Ayudas térmicas: Deben llevarse dos ayudas térmicas, como mínimo en cada
embarcación.

Antena: Se llevarán dispositivos para la instalación de la antena del equipo


portátil de radio, si lo hubiere.

Respondedor radar: Funciona en la banda de frecuencias de 9 GHz y genera una


serie de señales de respuesta (20 puntos) al ser interrogada por un radar a bordo
de un buque o de una aeronave.

Reflector de radar: Consiste en un elemento mecánico que, generalmente, se


incorpora a la balsa por medio de una cinta adhesiva que va fijada al techo de la
embarcación. También existen otros tipos, destacando por su novedad los
inflables, que pueden ser detectados a mayor distancia (montados a 1.5 mts.de
altura, pueden detectarse a 4 millas, con un radar funcionando en la banda de 9
Ghz).

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Curso de técnicas de supervivencia personal

Señales Pirotécnicas: Las embarcaciones de supervivencia llevarán, al menos, 4


cohetes lanza bengalas con paracaídas, 6 señales de mano y 2 señales
fumígenas.

Uso de las señales pirotécnicas.

Todas las señales pirotécnicas usadas a bordo de los buques y de las


embarcaciones de supervivencia, tienen las instrucciones de manejo inscritas en
forma gráfica en la propia señal, de tal modo que cualquier persona puede
utilizarlas, aún sin tener entrenamiento o conocimiento alguno sobre los mismos.

No obstante su aprovechamiento será mucho mayor -y podrán utilizarse con


menor riesgo- si se conoce su uso previamente y se ha practicado con este
equipo. En relación con su manejo recomendamos todo lo siguiente:

 Estudiar las instrucciones detenidamente.


 Proteger las manos con guantes, o con alguna prenda enrollada en la mano
que va a sujetar la señal.
 El individuo que las utilice, lo hará sólo y lo más alejado de otras personas.
 Colocarse de espaldas al viento y procurar que las chispas y residuos de
combustión caigan fuera de la embarcación de supervivencia.
 En el caso de usar bengalas de mano, colocar el brazo horizontalmente, es
decir, paralelo al agua.
 En el caso de utilizar cohetes, mantenerlos del modo más vertical posible.
 Cuando por cualquier circunstancia la bengala, o el cohete, no se hubieren
disparado, se arrojarán por la borda bien lejos.
 En los modelos de cohetes con paracaídas que se disparan
automáticamente desde el agua, se debe tener la precaución de lanzarlos
lo más lejos posible, especialmente con mala mar, ya que podemos correr
el riesgo, de que al dispararse puedan pegarle a la embarcación de
supervivencia.
 Nunca se utilizarán bengalas o cohetes caducados, a menos que no se
disponga de otras señales.
 El funcionamiento correcto de estos equipos depende, en gran medida, de
su estiba y conservación, a bordo, por lo que se recomienda mantenerlos
en las bolsas de plástico herméticas con las que se sirven estos equipos.
 Ya que estas embarcaciones disponen de una cantidad limitada de señales
pirotécnicas (bengalas de mano, cohetes con paracaídas y señales
fumígenas), solamente se utilizarán en aquellas situaciones en las que se
tengan posibilidades razonables de ser avistadas.
 Dadas las características de las balsas, se insiste especialmente, en
observar especial cuidado al elegir el lugar en el que se van a disparar
cohetes o bengalas, teniendo la previsión de colocarse a sotavento y
separar el cohete y la bengala al máximo posible de la balsa.

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