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EL LEGADO DE JESÚS

INTRODUCCIÓN
Sir Lionel Lockhood “Yo afirmo sin temor a equivocarme que la
evidencia de la resurrección de Jesucristo es tan abrumadora que nos
empuja a aceptarlo, debido a las pruebas, las cuales no dejan
posibilidad alguna para la duda”. Así como este abogado penal cayó de
rodillas al hacerle una investigación, a través de la biblia, a Jesús.

Han existido muchos documentos que han hablado de Él desde el siglo


I, algunos ejemplos son: la carta del historiador Mara Bar Serapión,
escrita a finales del siglo I donde se habla del “rey sabio de los Judíos,
condenado a muerte injustamente”. Plinio El joven, donde aclara haber
escuchado “alabar a Cristo como Dios”, o también Flavio Josefo un
sacerdote judío del año 37 D.C, menciona a Jesús como un hombre de
buena conducta, virtuoso y como el Mesías. Existen otras evidencias
que aclaran que Jesús fue un hombre real, de intachable testimonio,
que hacía milagros y prodigios, que era el mismo Dios y que incluso
resucitó.

Espero que esta reflexión sirva para un entendimiento más amplio de


Jesús, y su seguimiento.

DESARROLLO

Una de las afirmaciones magistrales que se pueden desprender de las


escrituras, específicamente del Nuevo Testamento, es que en los
evangelios sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) podemos leer la
vida de Jesús; un hombre sujeto a tribulaciones, sufrimiento,
necesidades, sentimientos de toda clase. Pero en el libro de Juan, el
capítulo 1 hace una magistral afirmación demostrando que Jesús es
Dios. Desde estas aclaraciones y otras más, la Teología ha desarrollado
toda una ciencia entorno a Jesús lo que se puede denominar como
Cristología. De todo lo anterior, podemos decir que Jesús es:
verdaderamente Dios y verdaderamente hombre.
1-Verdaderamente Dios: podemos tomar el primer verso del evangelio
según San Juan, Juan 1:1 “En el principio era el verbo, y el verbo era
con Dios, y el verbo era Dios” (RVR 1960).

Esta aclaración que Juan hace desde el principio de su carta, demuestra


que el verbo (Jesucristo) estaba con Dios y era Dios. De este versículo,
podemos extraer tres puntos:

-preexistencia: Juan menciona que Jesucristo es antes de todo lo


creado, antes que se fundase el mundo Él ya estaba.

-Aseidad: como lo menciona el Dr. Marco Huerta Valdés “Atributo del


Logos (Jesucristo), ser por sí mismo o existir por sí mismo. No hay nada
que condiciones su existencia. Él es un ser absoluto.” El Apóstol Juan
nos quiere señalar que Jesús es eterno, no hay nada que lo haya
creado.

-Jesús es Dios: Finalmente El Apóstol nos enseña que Jesús es Dios,


porque está unido indivisiblemente con Dios y que también es la
Segunda Persona de la trinidad Divina.

2-verdaderamente hombre: Hay suficiente información en las


escrituras, como para sacar conclusiones obvias sobre la humanidad de
Jesús.

El padeció todo lo que un simple mortal padece; dolor, quebranto,


sufrimiento, toda clase de emociones, etc. Incluso vemos esta
intensidad de su humanidad en los 3 últimos días de su vida terrenal.
Desde la oración en el Getsemaní hacia su Padre, hasta su crucifixión
y muerte.

Filipenses 2:6-7 “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual
a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres…” (RVR
1960). Este verso une los 2 puntos anteriores, muestra a Jesús como
Dios y también como hombre.
Pero también esta preciosa aclaración demuestra el amor inmenso de
Dios hacia la humanidad. Juan 3:16 “porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (RVR 1960). La palabra Amor
(en griego AGÁPE) que utiliza acá Dios al referirse a la humanidad,
significa en el original griego: “Dejar de ser yo, para que el otro sea” y
desde su raíz (griega) puede significar: desacomodar, clavar un puñal,
sacrificar. Esto quiere decir que Jesús se desacomodó de su Deidad
para acomodarnos a nosotros, Él se sacrificó por nosotros, Él se negó
a sí mismo, por nosotros. Es por eso que Jesucristo en la cruz es la
máxima expresión del amor, Él se entregó por amor y para darnos
salvación eterna.

¿Por qué predicamos a Cristo, su sufrimiento y crucifixión?

Porque la misma Biblia es muy enfática en esta última parte de la vida


terrenal de Cristo, El libro de Teología Sistemática dice:

“La muerte de Cristo ocupa un lugar destacado en el N.T. Los últimos 3


días de la vida terrenal de Cristo representan cerca de una quinta parte
de las narraciones de los 4 evangelios. Si los 3 años de su ministerio
público hubiesen sido narrados tan claramente como los últimos 3 días
tendríamos una vida en Cristo de unas 8.400 pág”.

Predicamos su sufrimiento y crucifixión, porque demuestran la salvación


y esperanza para la humanidad. También porque como hemos
mencionado anteriormente, demuestra el eterno amor que Dios tiene
hacia el hombre. Cabe destacar, que esos fueron los momentos donde
Jesús llevó la cruz física y también la espiritual; la de los pecados de
todos nosotros.

¿Qué significa la muerte de Jesús?

La muerte de Jesús fue necesaria, y me gustaría explicarlo de la


siguiente manera. Anselmo de Canterbury, en el Siglo XII expone lo
siguiente:
“El pecado, como deuda humana, tenía que ser pagado por un humano.
Como deuda contra el Dios infinito, requería un pago infinito. Luego, el
único modo de lograr un pago adecuado a la deuda contraída era que
lo pagara Dios mismo hecho humano, de modo que su pago o
«satisfacción» por la deuda sea a la vez humana e infinita.” El hombre
al pecar delante de Dios, a través de Adán y Eva, dejó un rastro, una
deuda; que debía ser enmendada y la única forma de lograr esto, fue
que Jesús se hiciera hombre y el mismo pague por el pecado nuestro,
a través de un sacrificio; Él mismo. En conclusión, la muerte de Jesús
representa la salvación y una puerta abierta para la comunión y vida
eterna con Él.

LLAMADO

Hay muchas otras cosas que se pueden mencionar, pero todas vienen
de una sustancia única: “El amor”, Jesucristo lo demostró. La marcha
de Jesús hacia la muerte nos dio vida eterna y la posibilidad de tener
una relación con Él. Dios conoce todas las aflicciones y el dolor, porque
Jesús pasó por el máximo quebranto, es por eso que existe esta
posibilidad de descansar y vivir en Él, gracias a su muerte. Como dice
Agustín de Hipona “Dios nos hizo para Él, y nuestro corazón estará
inquieto hasta que descanse en él.”. Aceptemos pues la invitación final,
Mateo 11:28 “Jesús Dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar. (RVR 1960)”.

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