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Teoría Psicoanalítica III.

Unidad III.

Apunte de cátedra sobre el tema: La letra.

La letra en 1957
En “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud” (1957), no sólo el título del
escrito contiene la letra, sino que la hallamos en los tres apartados que lo forman: “El sentido de la
letra”, “La letra en el inconsciente” y “La letra, el ser y el Otro” Allí leemos:

“Designamos como letra ese soporte material que discurso concreto de toma del lenguaje”
(p.475)

“…la letra, a saber la estructura esencialmente localizada del significante”. (p.481)

“…la letra…produce todos los efectos de verada en el hombre…” (p.489)

Es decir que para emitir un discurso la materialidad sobre la que me apoyo son los elementos del
lenguaje (letra). El lenguaje es de donde tomamos material para el discurso.
El discurso concreto sería el discurso particular de un hablante, (en Saussure el habla), mientras que
“lenguaje” sería la estructura que preexiste al sujeto (en Saussure lengua).
Las características de la letra son indivisibilidad y localización. Sostiene la diferencia de un significante con
otro. Es decir, la identidad de una letra se constituye por el lugar que ocupe y por su diferencia con otra letra.
Cada letra establece siempre una relación de sustitución o contigüidad con otro elemento produciendo un
significante y, por tanto, un particular efecto de sentido. La letra como soporte material es lo que el discurso
concreto toma del lenguaje para producir los significantes.

La letra, la f , la p, o cualquiera de ellas, es sustrato material, mínimo e indivisible, que conforma en


su seriación al significante, y es entonces condición del sentido.

La letra es estructura localizada del significante, es decir instrumento de la inscripción significante.


La letra se articula en la linealidad de un discurso y juega con sus efectos de equívoco y homofonía,
subvirtiendo la linealidad del relato, (pensemos en el Sig de Sig/norelli y de Sig/mund)

La letra en el inconsciente es el significante en tanto localizado.


Para Lacan como para Freud el inconsciente este hecho de letra. Creemos que el inconsciente es de
palabra, porque el dispositivo es de palabra, pero es de letra.

El inconsciente es de letra, por eso, Lacan al escribirlo pone S1…S2, (que es una reducción de la
cadena,) y escribe la letra S de la palabra significante. Los siguientes valen por letras por eso pongo
S y no significante 1, significante 2.

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En “ubversión del sujeto del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano” de 1960,
Lacan escribe:

“El inconsciente, a partir de Freud, es una cadena de significantes que en algún sitio (otro
escenario, escribe él) se repite e insiste para interferir en los cortes que le ofrece el discurso
efectivo…”
El inconsciente interfiere en los cortes entre S1 y S2. Es una cadena que remite a “otra escena”. Toda
formación del inconsciente implica dos escenas. Por ejemplo, en el sueño tenemos tanto el contenido
manifiesto como el contenido latente (inconsciente)
El inconsciente no es ni S1 ni S2 sino aquello que pudo aparecer en el intervalo. Al inconsciente no
le queda otra chance que aparecer y desaparecer, por eso Lacan habla del inconsciente como
pulsación temporal, se abre y se cierra. Para que haya corte entre un significante y otro, tiene que
haber articulación de un significante y otro. Donde hay ausencia de corte no hay posibilidad de
inconsciente, por ejemplo, en las psicosis.

La letra en 1971.
En la clase del 10 de marzo de 1971, en el Seminario De un discurso que no fuera del semblante de
1971, (Seminario 18), Clase 7, leemos sobre la letra:

“… lo escrito, o sea, la letra.”


“…la letra como consecuencia, y del lenguaje precisamente”
“El litoral es lo que establece un dominio que se convierte, si quieren, en frontera para otro, pero
justamente porque no tienen absolutamente nada en común, ni siquiera relación recíproca”. (dos
dominios: el goce y el saber)
¿“La letra no es propiamente litoral? El borde del agujero en el saber, que el psicoanálisis designa
justamente cuando lo aborda, con la letra, ¿no es lo que ella, justamente, traza?”
“Entre goce y saber, la letra constituiría un litoral”.
“…el Inconsciente- que digo que es efecto del lenguaje porque supone su estructura como necesaria
y suficiente -rige esta función de la letra”.
“Nada de lo que escribí con ayuda de letras sobre las formaciones del inconsciente, a fin de
recuperarlas del modo en que Freud las enuncia, simplemente, como hechos del lenguaje, nada
permite confundir, como se hizo, la letra con el significante. Lo que inscribí con la ayuda de letras
sobre las formaciones del inconsciente no autoriza a hacer de la letra un significante, y mucho menos
revestirla de un carácter primario respecto del significante”.
“…la escritura pueda considerarse… la erosión del significado...La escritura no calca el sgte”
“La escritura, le letra, está en lo real, y el significante, en lo simbólico”.
“…lo escrito, que se fabrica con el lenguaje, tal vez pueda ser material idóneo para que se transformen
allí nuestras palabras”.
“…. vacío cavado por la escritura”.

Podemos decir que en 1971 la letra:

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* está ubicada del lado de lo real.
*No es límite, no es frontera, es litoral, es borde (que se mueve) entre significante y goce, entre
saber y goce, entre simbólico y real.
*Hace agujero en el sentido. En la pérdida de sentido se pone en acto el agujero del sentido.
*El trazo fuera de sentido de la letra, hace borde a lo que es del orden del goce.

La letra juega doblemente como signo para leer y como marca de un borde.

El analista como lector, deja la escritura a cuenta del decir del analizante. Está entonces la posibilidad
de desligarse del significante y de un abordaje de lo real por el sesgo de la letra.
Hay un viaje posible de lo litoral a lo literal por el cual la letra aparta del significante el goce que
colindaba con él.

Y en el seminario Aun de 1972-1973, (Seminario 20)


“La letra es algo que se lee. Hasta parece que se lee a raíz de la palabra misma. Se lee, y literalmente
(…) en el discurso analítico no se trata de otra cosa que de lo que se lee” (p.38).

En La tercera, en 1974, Lacan asegura: “…a partir del momento en que se pesca aquello que en el
lenguaje hay ¿cómo decirlo? de más vivo o más muerto, a saber, la letra, únicamente a partir de allí
tenemos acceso a lo real”

Bibliografía de consulta:
° Revista Littoral 5-6. La instancia de la letra. Córdoba: La torre abolida, 1988. Recuperado de
https://ecole-lacanienne.net/es/bibliolacan/textes-divers-3/

María José Pérez. Marzo 2022

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