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La voluntad, aquella que es denominada como la capacidad que tiene una determinada
persona para poder realizar ciertos actos, recalcando que primero se interioriza antes de
su exteriorización, esto más que todo se da para que se llegue a efectuar correctamente
un determinado acto jurídico.
Nuestro ordenamiento jurídico señala a cuatro de ellos, pero nos vamos a centrar en uno,
el cual es denominado como VIOLENCIA, en este caso específicamente en la
VIOLENCIA FÍSICA.
“La violencia está en oposición directa con el fin del derecho, que es garantizar a la
personalidad la independencia de su desarrollo”.
Aquí, la violencia física como vicio de voluntad se hace presente jurídicamente, ya que
al darse estos acontecimientos se establece y se tipifica todos los actos que no son
permitidos, aquellos que llegan a tal punto de vulnerar la integridad del agente, se llegó
a percibir su gravedad más fácilmente, debido a la conciencia jurídica de la comunidad,
además, se toma en cuenta la forma material en la que puede producirse y pues que esta
llegó a engendrar de forma inmediata en la sociedad, es decir, tan pronto como comenzó
a espiritualizarse el derecho, se comprendió la condenación de la violencia.
Lo que conocemos como legislación, asimismo a la denominada doctrina, son las que
llegan a incorporar a la exclusión de libertad, como la fuerza, coacción y violencia, para
adentrarnos a la historia hay que recalcar que los romanos llegaron a conocerla como vis
absoluta, es de primordial importancia considerar el proceso que fue otorgado en nuestra
legislación, es decir, en el Código Civil del año de 1984.
“Artículo 214º, este nos dice que la violencia o la intimidación son causas de anulació n
del acto jurídico, aunque hayan sido empleadas por un tercero que no intervenga en él”
(Código Civil, p. 139).
Refiriéndose a alguien que le otorgue un servicio a un sujeto y que este ejecute el acto
violento con el objetivo de que la persona que le haya ofrecido este servicio obtenga lo
que desee, por ejemplo:
El señor Guillermo se quiere divorciar de su esposa Macarena, sin embargo, ella se niega
rotundamente a darle el divorcio, ante esta situación el señor Guillermo cansado de
pedirle muchas veces lo que desea, envía a Carlos (un delincuente) para que agredan a
la señora y que ella por fin acceda a darle el divorcio, es decir la firma, obteniendo
resultados satisfactorios a favor del señor Guillermo, logrando su cometido. Podemos
ver que Carlos, el delincuente, no es el beneficiario directamente, sin embargo, está allí
por motivos secundarios, es decir, el dinero que le va a dar el señor Guillermo por
cumplir con lo que le encargó.
Es allí donde se está usando dicha violencia física, agrediendo la voluntad del sujeto
vulnerable.
REQUISITOS PARA QUE LA VIOLENCIA VICIE EL ACTO
Esto en otras palabras nos quiere decir que en muchos casos el sujeto que emple a
violencia para hacer celebrar a su víctima un acto jurídico no será quien actúe por sí
mismo, sino que en la mayoría de veces se valdrá de terceros para conseguir tales fines,
como el caso anteriormente mencionado.
Así pues, podemos señalar que en este tipo de casos de violencia va a requerir de ciertos
requisitos, tales como ser injusta, ilícita, grave y actual, pero entonces, ¿A qué nos
referimos cuando mencionamos a una fuerza injusta? Esto en resumidas palabras
hace relación a aquel factor que se considera totalmente contrario al derecho. Por otro
lado, es importante considerar que para que dicha violencia llegue a viciar la voluntad
debe ser totalmente grave, es decir el temor se va a introducir en dicha situación teniendo
una participación relevante y que es otorgada por el sujeto que quiere obtener dicho
consentimiento a como dé lugar. Entonces dicha violencia física debe ser irresistible en
donde la víctima no pueda repeler.
Por ejemplo:
La violencia física excluye la libertad de quien la soporta, como por ejemplo: cuando el
agresor, tomando la mano de su víctima, le hace suscribir un documento, o cuando se
fuerza la cabeza de un sujeto para que parezca que hace un signo afirmativo, o bien se
le levanta el brazo en señal de aceptación de una oferta. En casos como los mencionados,
el sujeto obra bajo los efectos de una fuerza irresistible, no hay voluntad interna, el sujeto
es un simple instrumento de su agresor, tampoco hay voluntad de declarar, simpleme nte
hay una declaración no deseada, es decir es una declaración del deseo del que utiliza la
fuerza bruta.
Usualmente, se suele incurrir en confusión de estos términos ya sea porque ambos tratan
de violencia, entonces en primer lugar resulta importante definir la intimidación o
también llamada vis compulsiva, en resumidas palabras diremos que la intimidación es
una conducta antijurídica, que consiste en la coacción psicológica es decir influir
internamente en el agente causándole miedo o temor, o amenazándolo con un mal futuro
que debe ser inminente y grave.
De esta manera, se presiona la voluntad o el ánimo del agente, es decir, logra que declare
algo de una manera distinta a la querida, o al declarar que quiere, cuando nunca ha
querido, ahora con respecto a la violencia física o vis absoluta, como en el transcurso de
esta exposición venimos explicando podemos conceptualizar como aquella fuerza
irresistible que, la víctima no puede repeler.