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NARRAR LA ARGENTINA.

CENTENARIO, REGIÓN E IDENTIDAD

publicación del primer volumen de Narrar la Argentina, cuya temática gira en torno
a las nociones de región e identidad en el Centenario.
Al respecto, un aspecto que merece destacarse, como bien se enuncia en las
“Palabras Preliminares” que abren el texto, es que este primer volumen “se
propone como el punto de partida para investigaciones futuras que, a partir de lo
realizado, tendrán en cuenta el periodo post Centenario y su evolución temporal”.
En este sentido, debemos enfatizar el valor testimonial que ofrece esta obra
editada por Humanitas en el marco de los festejos por el Bicentenario del país,
pues constituye un eslabón significativo y relevante que se suma con peso propio
al concierto de voces que se han alzado para conmemorar los 200 años de la
Independencia.
Un primer dato a considerar es la cuidada edición El diseño de tapa corresponde a
Mariano Barrionuevo, a partir de una fotografía de Renzo Cecenarro, mientras que
el diseño interior y la maquetación al Lic. Máximo Mena.
El libro reúne once artículos, cuya autoría pertenece a distintos integrantes del
proyecto PIUNT mencionado y del ILLAC (Liliana Massara, Ana Verónica Juliano,
María Elisa Darmanin Chaparro, Máximo Mena, Priscila Hill y Exequiel Svetliza) y
a otros destacados especialistas invitados (Alberto Tasso (UNSE), Carlos Hernán
Sosa (UNSA), Alejandra Nallim (UNju), Marta Susana Domínguez (UNS) y Mónica
Bueno (UNMdP)). quienes abordan, a través de múltiples perspectivas teóricas y
marcos conceptuales diversos la producción literaria del periodo del Centenario y
post Centenario en correlación con el campo cultural de la época, analizado desde
un proceso de reflexión arduo, riguroso, preciso, multifacético y prolífero.
En efecto, Narrar la Argentina, por medio de sus diferentes artículos, nos ofrece un
despliegue interpretativo del sentido de las prácticas discursivas que se concretan
en los espacios/tiempos del Centenario, pero leídas desde otras fronteras, labor
que visibiliza la literatura argentina en su doble dimensión de proceso y resultado,
fruto de un entramado de tensiones del que emerge Tucumán y la región del NOA
con sus poéticas, géneros y discursividades.
El volumen propone al lector una travesía que implica “navegaciones” a través de
constelaciones textuales heteróclitas y diversas, cuyos ensambles paradójicos dan
como resultado ese entrecruzado, híbrido y mixturado escenario llamado literatura
argentina.
En consecuencia, el “contrato de lectura” que estipula el libro en su conjunto nos
induce a una experiencia discursiva a través de un itinerario por tópicos, formatos
y géneros que incluyen, entre otros, la crónica deportiva desarrollada por Rojas
Paz en el mítico diario Crítica, cuentos de Juan Carlos Dávalos y Daniel Ovejero
abordados en clave metafórica, la producción narrativa de Roberto Payró,
analizada desde la parodia irónica, las representaciones de la infancia en textos
literarios de autores como Horacio Quiroga y María Moreno, miradas
retrospectivas a la Revolución de Mayo y el Centenario, biografías y
autofiguraciones en torno a un caudillo como Chacho Peñaloza o a un personaje
de la cultura de la época como Enrique Chanourdie, rescatado por Rojas Paz para
autoconstruirse, la novela de inmigración post Centenario de Fausto Burgos, la
reescrituras de la historia en Manuel Gálvez, los relatos identitarios en Santiago
del Estero y las reformulaciones de lo nacional en la producción literaria del
escritor salteño Federico Gauffin.
El análisis semiótico-discursivo de esta obra colectiva construida como un mapa
de mosaicos nos permite desentrañar las llaves de funcionamiento del “arte de la
narración”, práctica ancestral que nos hace seres humanos y que en este contexto
presente –signado por los cambios y las sofisticaciones que instalan las nuevas
tecnologías de la comunicación y de la información– cobra una vigencia inusitada.
De este modo, las perspectivas desplegadas por los autores ponen en el centro de
la escena la relevancia crucial de la práctica narrativa para el registro y la
comunicabilidad de la experiencia humana, puesto que materializan los relatos
como pasadizos, pasajes, túneles, puentes, que nos permiten vincular, conectar,
ligar dos contextos culturales disímiles como los de 1910 y el Bicentenario.
Este primer volumen de Narrar la Argentina, enfatiza, entonces, la condición
holística y transcultural de la praxis narrativa y reivindica su papel decisivo en todo
proceso de producción de realidades.
Desde esta perspectiva, el libro reflexiona y aporta valiosas herramientas para la
pesquisa del proceso de constitución, consolidación y reproducción de Argentina
como nación moderna y de los diversos dispositivos por construir, reproducir y
proyectar un imaginario social nacional.
Narrar la Argentina es pensarla desde la reflexión crítica, proceso que a su vez
implica construir la Argentina del Bicentenario. Este volumen es, a nuestro juicio,
un interesante y acertado intento de dar respuestas a estas problemáticas.

Los once estudios que integran el volumen representan, en este sentido, un


valioso y lúcido aporte a la producción y difusión de conocimiento científico, pues
explotan e interrogan racionalmente diversas aristas de nuestra cultura, literatura y
región. Por eso, estamos seguros que la propuesta será recibida por la comunidad
académica en general con calidez y beneplácito.
¡Muchas gracias!

Presentación libro – Colegio de Escribanos – Tucumán - ( 01/06/2017)


“NARRAR LA ARGENTINA. CENTENARIO, REGION E IDENTIDAD”
Coordinadora: Liliana Massara

-Saludos
-Agradecimiento Liliana Massara por la invitación a participar
-Voy a abordar este comentario desde una mirada histórica. Acordamos con Julio,
él lo haría desde una mirada literaria y yo desde la historia. Si bien desde el giro
lingüístico a esta parte hemos tenido algunas diferencias historiadores y literatos,
en realidad el discurso literario siempre ha sido muy importante para la
construcción de la historia. Y a pesar de su carga ficcional es uno de los modos de
reflejar y refractar la sociedad que es valioso para la historia. En el vínculo entre
discurso literario y discurso histórico hay convergencias significativas.
-El sólido e interesante libro que se presenta hoy se denomina “Narrar la
Argentina. Centenario, Región e Identidad” y fue coordinado por la Dra. Liliana
Massara. Y fue editado por la Facultad de Filosofía y Leras de la UNT, “nuestra
facultad”… motivo de orgullo para los que pertenecemos a esta casa
Está compuesto por 11 artículos de diferentes autores. La mayoría de ellos
pertenecen a distintas universidades nacionales del NOA, Tucumán, Salta, Jujuy,
Santiago del Estero y a las Universidades Nacionales del Sur y de Mar del Plata. Y
a otras instituciones reconocidas. Gran parte de ellos pertenecen al IILHAC
(Instituto Interdisciplinario de Literaturas Argentina y Coomparadas) de la Facultad
de Filosofía y Letras de la UNT. Y con el subsidio de un Proyecto PIUNT de la
SCAIT (Secretaría de Ciencia, Arte e Innovación Tecnológica).
-Su presentación resulta muy auspiciosa. Inicialmente, como relata Liliana
Massara se pensó en elaborar una revista y luego, junto al equipo que dirige,
decidieron transformarlo en un libro “para visibilizar la madurez de nuestra labor en
el área de investigación” y le dieron el formato de un libro Además en varias
ocasiones se refiere a este como “este primer volumen”, lo que nos permite
suponer que habrá otros…y eso sería muy bueno. Asi ya tenemos los rasgos
generales que dieron origen a este libro….
- Celebración. Esa es la palabra que refleja las características/el clima de este
momento
-Este libro, temporalmente, abarca un período rico y complejo de la historia
Argentina, el del Centenario y post-centenario de nuestro país, extendiéndose un
poco antes sobre el XIX y avanzando sobre el XX. Publicado en 2016, año clave
en el marco de los bicentenarios que venimos celebrando desde 2010, le dedica
su reflexión al centenario, lo cual le da una originalidad a su mirada… Esta
claramente enunciado en el título
Y también en su título se refiere a las palabras Región, porque trabaja sobre el
NOA y con especial referencia a Tucumán e Identidad, eje isotópico, porque la
lectura de todos los artículos confluyen en la problemática de su configuración.
A medida que avanzamos en la lectura de los diferentes trabajos, y en la medida
que cada uno de ellos trabajan cuestiones diferentes aunque es fácil advertir las
matrices comunes que los atraviesan, se va organizando y complejizando una
pintura de este mundo, de esta sociedad del centenario.
Es un libro caleidoscópico que nos invita a leerlo de diferentes maneras, las
entradas a este complejo mundo del centenario (marcado por el progreso, la
modernización, el desarrollo económico posibilitado por el reciente arribo del
ferrocarril, con una economía fuertemente exportadora, con una nueva inserción
en el mercado mundial, gobernado por una República Conservadora en mano de
las élites) que nos propone son diversas. Pero una de las originalidades de esta
propuesta es que no invita a introducirnos en este mundo, no desde sus espacios
centrales sino desde “márgenes geoculturales”, otras zonas, otras fronteras, desde
espacios marginales, no habituales.
Desde los años 70 han variado radicalmente los modos de hacer historia. Entre
ellos se ha producido un acercamiento al sujeto común, tal cual es, alejándose de
los héroes en el bronce. Y se entiende a este nuevo individuo como portante o
representante de un mundo de representaciones sociales, de formas de hacer,
sentir y entender que comparte con su comunidad. En este libro Ana Verónica
Juliano introduce la figura de los niños. Este grupo etario asociado al concepto de
”infancia” más que de una realidad biológica objetiva proviene de un consenso
social que se elabora sobre ella. En este mundo del centenario, como parte del
colectivo social, estos deben homegeneizarse, “normalizarse”. Las desviaciones
existen, son reales, se ven en “El petiso orejudo” de María Moreno que habla del
primer asesino serial del país, un niño. Deben generarse uniformidades en su
interior. Es un proyecto excluyente que sólo integra lo “normal” que es lo
aceptable. Tiene que integrarlos positivamente, porque todo lo que se presenta
como anomalía es entendido como una desviación y debe ser repelido.
En esta dinámica Mónica Bueno dibuja la figura del caudillo riojano “el último
caudillo” Chacho Peñaloza (llamado así por su tío abuelo , el fray Pedro Vicente
Peñaloza quien acortó la palabra Muchacho para llamarlo). Y es la sólida,
apasionada y polémica pluma de Sarmiento quien lo identifica con la barbarie, lo
ubica en los márgenes, embrutecido y justifica la acción del Estado, quien
legítimamete debe reaccionar ante los delitos del caudillo. La labor de
uniformización social, con tintes europeizantes, está presente. El asesinato del
Chacho es un hito necesario para la civilización
Otro actor colectivo afectado por el este discurso son los inmigrantes, temática
presente en muchos de los trabajos, Liliana Massara se refiere a ellos como “el
otro” al que no se conoce y al que se teme. Por los posibles efectos de
fragmentación y disolución que pueda generar al interior de la sociedad. El
proceso migratorio tuvo tal envergadura que algunos autores hablan de “aluvión”
inmigratorio/ de Argentina aluvial, Muchos discursos xenófobos, desconfianza y
temores se tejen en torno a él. Rasgo central de este mundo del centenario. Debe
ser integrado, dese su otredad y singularidad a este estado-nacion en proceso de
consolidación.
También los pueblos originarios son colectivos con lo que se mantiene un vínculo
sesgado por el conflicto y a los que hay que incluir o exterminar. Temática
presente en varios trabajos. Hay que “borrar” las diferencias, no se propone una
valoración de lo diverso. Hay una incapacidad para entender/comprender al otro.
Un paso más adelante será el que propondrá Alejandra Nallim con el análisis de
dos cuentos de Juan Carlos Dávalos y Daniel Ovejero, donde enuncia que los
tiempos del bicentenario son una oportunidad y en estos cuentos se vislumbra una
nueva valoración, más positiva del mundo del interior, del mundo aborigen.
Plantean una “contaminación” de las ideas fundacionales que van
adquiriendo/incorporando hebras, filamentos de mayor aceptación. Reconciliación
de la matriz indígena y la española. Se refiere a que la representación identitaria
argentina desde sus orígenes fue la de un país “blanco, letrado y civilizado”. Y
como en una metáfora “La muerte blanca como metáfora cultural y frontera
literaria” propone la transformación de esto.
El trabajo de Carlos Hernán Sosa en esta línea, “como metáfora cultural y frontera
literaria”, resignifica la dicotomía civilización y barbarie y en la novela de Gauffin
por momentos es posible observar la construcción de un imaginario social aún con
aristas que conciliar pero que presenta momentos y apreciaciones de mayor
aceptación de figuras como gauchos o indios. (
indio/delincuente/inmigrante/paria…es lo mismo para el discurso fundante)
El nuevo interés por estos grupos supondrá una revalorización de la oralidad y de
la memoria. Y estos son elementos centrales en los nuevos modos de hacer
historia. La memoria entendida no sólo como un fenómeno individual, sino como
un fenómeno colectivo, baluarte de la comunidad, con un profundo valor como
fuente.
Otro de las características que tienen los nuevos modos de hacer historia es el
abandono de los denominados “grandes relatos” y un retorno hacia otras formas
de narración. Y será Priscilla María Hill quien proponga un análisis de la biografía,
la autobiografía y las nuevas estrategias de autoconfiguración, cargando a estas
de una nueva incertidumbre y de nuevas representaciones, propias de los nuevos
tiempos, en el análisis que hace de una obra de Pablo Rojas Paz donde se
plantea la biografía de Enrique Charnoudie
Todas las obras están atravesadas, más o menos concientemente por la realidad
de la construcción del estado-nación argentino, en su proceso de organización
desde los ’50 hasta 1880 y desde allí en su proceso de consolidación. Las
transformaciones que vivió el clima ideológico a lo largo del siglo XIX son
propuestas por María Elisa Darmanin-Chaparro quien analiza cómo, partiendo
desde los ideales de la Revolución de mayo se fue dando un proceso de
transformación que posibilitó el surgimiento hacia el centenario del nacionalismo
tradicionalista. Abrevado en temores generados por los “otros” como la
inmigración, que terminarán cerrando el juego ideológico. Y que profundizarán el
nacionalismo que permitirá/justificará la instalación de regímenes autoritarios a
partir de 1930.
Una de las figuras de este nacionalismo tradicionalista es la de Manuel Gálvez,
cuyas obras son tratadas también por Máximo Hernán Mena quien a su vez
plantea en “El mal metafísico” la crisis por la que atraviesa la sociedad argentina
en el centenario de la revolución de mayo y que se encarna en la vida de su
personaje Carlos Riga.
Desde Santiago del Estero Alberto Tasso construye su relato identitario moderno,
en la época del centenario, a través del comentario de tres obras fundantes, que
refieren a mundos perdidos, Olaechea y Alcorta el orgullo de la élite dirigente,
Ambrosetti el pasado remoto y Rojas la leyenda. “En tiempos de la lquidación del
problema del indio, mientras uno esta spor endo enterrado se desentierra el
remoto.
Finalmente Ezequiel Svetliza trata un tema diferente, el fútbol. Deporte que en
este período, fines del siglo XIX, hace su arribo al país. Pablo Rojas Paz, con el
seudónimo “El negro de la tribuna”, escribe críticas futbolísticas en el Diario Crítica
y en su escritura se fueron conjugando lo popular y lo culto. Como se estaban
mezclando tantas cosas en el país...
La construcción de la identidad argentina a través de la reflexión de tópicos muy
diversos. Construcción del estado-nación argentino, de la nacionalidad, de los
inmigrantes, caudillos, aborígenes, niños, miedos, discursos xenófobos, aperturas,
memorias, crónicas futbolísticas nos permite entender/pensar el centenario de
diferentes modos. Por un lado como un momento de celebración nacional por los
años transcurridos como país en un profundo proceso de progreso, modernización
y crecimiento. Pero también como un momento atravesado por profundas
limitaciones sociales, políticas, ideológicas. Un momento complejo, clave en la
construcción de nuestra identidad.

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