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Actividad 1 Control de Lectura
Actividad 1 Control de Lectura
Aquellos comités de dirección cuya máxima era “al trabajo se viene llorado y
motivado, deja tus sentimientos en casa”. ¿Quién era capaz de dejar sus emociones
en el cajón de la cómoda y salir de casa sin ellas, como si de la corbata se tratara?
Eran tiempos en los que nos adiestraban para que fuéramos “fuertes”, nos
enseñaban que el sentimentalismo era propio de personas débiles, inmaduras,
con déficit de autocontrol. En nuestro imaginario colectivo las emociones
pertenecían al ámbito de lo femenino. En esta sociedad de las “buenas maneras” y
el control social han hecho de nosotros auténticos expertos de las apariencias.
Hacia finales del siglo XX el doctor Antonio Damasio propuso un cambio esencial
en esta concepción: “La cognición y las emociones no sólo están estrechamente
entrelazadas, sino que además, la emoción es el primer mecanismo para la
racionalidad. Si la integración entre la emoción y la cognición se produce de
manera correcta, entonces los sentimientos se encaminan en la dirección
adecuada, y nos llevan al lugar apropiado para la toma de decisiones racionales,
donde podemos dar un buen uso a los instrumentos de la lógica” (Damasio, 2003).
Si una empresa es afectiva es más fácil que pueda ser una empresa efectiva.
Sabemos que los líderes actuales, los que consiguen transformar organizaciones,
son grandes gestores de emociones capaces de mantener el compromiso de sus
empleados. Y lo más importante, que las emociones se contagian, tanto las
positivas como las negativas y que un líder puede conseguir contaminar a toda
una empresa con sus emociones negativas o conseguir un clima positivo y
productivo, orientado a objetivos.
Una organización, como un todo, puede llegar a sentir una emoción determinada,
en función de sus líderes (personas que ejercen influencia en la misma).
Emoción Colectiva
Las empresas son cada vez más sociales, que incorporan redes sociales
colaborativas. Sabemos que las redes sociales potencian las emociones, los
sentimientos, facilitan el contagio a través de los influencers, y por tanto, las
empresas son más propensas a conectarse con una emoción determinada.
Pero ¿Se puede llegar a conseguir una emoción colectiva? Algo así como lo que
ocurre en algún partido de fútbol importante, todos apoyando al equipo y al
objetivo con pasión.
Igual que ocurre con la inteligencia colectiva, las redes sociales nos pueden
ayudar a conseguir una emoción determinada, una organización que sienta en
positivo, una organización que utilice sus emociones como motor de acción, de
cambio, de innovación. Una emoción que nos lleve a luchar por el bien común.
¿Pero cómo conseguir una emoción colectiva que implique pasión, ilusión, confianza,
generosidad, altruismo, compasión si todavía muchas de nuestras grandes y
pequeñas organizaciones (bueno las que quedan) reina la ley de la jungla, la ley del
más fuerte? Este será uno de los grandes retos de RRHH de este siglo.
Cada vez más organizaciones lo tienen claro: el trabajador optimista rinde más.
Los empleados felices permanecen el doble de tiempo en sus tareas, tienen un
65% más de energía y su vinculación a la empresa es mayor, según un estudio del
IOpener Institute de Oxford. Por eso aumentan las empresas que deciden medir
su felicidad. Una tendencia incipiente –son una minoría todavía las compañías que
invierten en ello-, pero que poco a poco va calando en la conciencia de las
corporaciones.
“Las empresas empiezan a darse cuenta que tienen que cambiar totalmente de
hábitos”, declara Rafael Peiró, gerente de Créetelo, consultora que enseña a
líderes y empleados a mejorar el compromiso con la empresa, la cohesión, el
trabajo en equipo, la empatía y el buen humor –“que nada tiene que ver con la
juerga y el cachondeo”, matiza Peiró-.“Es rentable y productivo”, sentencia.
“Son técnicas muy sencillas de aplicar que no cuestan dinero y aportan mucha
rentabilidad”, sostiene Peiró, que fundó la compañía, con sede en la localidad
valenciana de Alboraya, hace cuatro años. Desde entonces una docena de
empresas han parado la producción con el objetivo de aprender nuevas
habilidades que les ayuden a tener una plantilla motivada.
La mayoría de los directivos que llegan a los talleres “la única forma que conocen
para tratar a los empleados es la del palo y la zanahoria”, lamenta Sánchez. No
obstante, reconoce que en los últimos años las capacidades de liderazgo que
fomentan el optimismo en una corporación empiezan a entrar tímidamente en las
materias que se imparten en las facultades.
“Un trabajador feliz es amable, sabe trabajar en equipo y antepone los intereses
de los compañeros a los suyos”
Trabajos Saludables
¿Cuánto tiempo pierdes yendo al trabajo cada día? Sería más productivo dedicarlo
a trabajar
Empresas Flexibles
La empresa, fundada en 1977 y afincada en Madrid, decidió hace cinco años ser
congruente con el tipo de productos que estaba vendiendo y ofrecer a perfiles
administrativos, desarrolladores y directores de área la posibilidad de trabajar
fuera de la oficina. Según Albarrán, esto ha tenido una repercusión positiva en la
cuenta de resultados de la compañía y también en la calidad de vida de la plantilla
ya que les ha permitido, asegura, conciliar mejor su vida familiar y laboral.
- La confianza en los propios recursos para hacer frente a los desafíos, que se
obtiene principalmente a través del conocimiento y el reconocimiento de las
fortalezas y capacidades de cada persona y de la propia organización en su
conjunto.
“A menudo las empresas que intentan amplificar la iniciativa castigan el error sin
darse cuenta de que equivocarse forma parte de ella”
- Un jefe que cree buen ambiente debe aprender a felicitar, algo que no es habitual
ya que se suelen resaltar más las cosas malhechas, e intentar solucionar los
errores en equipo y no centrar la culpa en una sola persona.
- Celebrar los hitos de un proyecto, también las metas intermedias, por ejemplo,
yendo a la cafetería de la empresa e invitar a merendar al equipo, organizar una
comida o simplemente dedicar diez minutos a comunicar el éxito y disfrutarlo en
equipo.
- Al corregir un error, el líder debe explicitar lo que quiere corregir, pero también
cómo quiere que se haga porque muchas veces se suele señalar el error sin
explicitar qué es lo que se espera del empleado.
Sin embargo, según los expertos, el positivismo laboral también es sensible a los
factores ambientales y a los cambios en el estilo de dirección.
“Las empresas no son conscientes del impacto que tienen sus políticas, sus
prácticas o sus estilos de dirección en el ambiente laboral”
Pero la mayoría de las empresas no están por la labor de generar un buen clima de
trabajo. Belén Varela lo atribuye a “la creencia de que no está en sus manos, sino en
la de los empleados” y al hecho de que “no son conscientes del impacto que tienen
sus políticas, sus prácticas o sus estilos de dirección en el ambiente laboral”.
El principal error que impide que los trabajadores se sientan felices en sus puestos
de trabajo es el estilo directivo. Según ha podido comprobar Varela a lo largo de
su experiencia en el asesoramiento a organizaciones, aspectos como la falta de
reconocimiento, la presión excesiva o, incluso, la dejadez o la sobreprotección
pueden mermar el ánimo de cualquier persona.
Otra de las cosas que a menudo enrarece el ambiente laboral es la presencia del
empleado que no duda en hacer la zancadilla a un compañero para desprestigiar
su trabajo o colgarse las medallas de los logros del equipo. Los especialistas en
organizaciones optimistas aconsejan alejarse de relaciones negativas o poner el
foco en personas o cosas que muestren qué hacemos y qué somos capaces de
hacer.
Si bien todas las empresas son susceptibles de poder aplicar estos principios y
técnicas, siempre puede haber una oveja negra en la plantilla, tal como recuerda
la especialista en organizaciones positivas Belén Varela: “El optimismo no es una
varita mágica, no podemos hacer desaparecer al trepa ni cualquier otra
circunstancia adversa”. Pero de lo que algo están seguros los expertos es que con
buena cara, el trabajo sale mucho mejor.
http://www.lavanguardia.com/felicidad-trabajo.html