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La pena de muerte es degradante e ineficaz como medio disuasivo.

Al condenar a un ser humano a la pena de muerte se le viola un derecho fundamental, el

derecho a la vida. El condenado y su entorno familiar ve afectada su moral y su

estabilidad emocional al estar en constante zozobra esperando el día en que será

ejecutado tras pasar de apelación en apelación buscando rebajar la pena o que se

compruebe su inocencia, según un artículo de la BBC (2015) la esposa de un condenado

considera que la espera "Es un castigo desmesurado. Creo que es similar a la situación

que experimentan aquellos que tienen a un ser querido que padece una enfermedad

terminal. Saben que va a morir, pero no saben cuándo. Están en su lecho de muerte

durante décadas" esto sin contar que algunos condenados han sido encontrados

inocentes años después de su ejecución. A estos lugares se les denominan los pasillos de

la muerte. Los condenados no solo tienen que lidiar con el sufrimiento causado por el

trato inhumano sino con el de sus familias, además, existe estigmatización por el hecho

de tener a un familiar en esas condiciones. Ante este panorama se hace notorio la

degradación de las personas sometidas a esta tortura, esperar la hora de la muerte,

incluso se han presentado casos de condenados que han recurrido al suicido como

medio para terminar con este sufrimiento y evitar penurias a sus familias. En medio de

los adeptos y opositores están las personas que han sido víctimas de hechos violentos,

que a pesar del dolor que les causa la ausencia de su ser querido muestra algo de

solidaridad o compasión con el condenado al considerar que su muerte no alivia su

carga o la hace más llevadera, al contrario, la alarga.

Con el transcurrir de los años se ha demostrado que con innumerables sentencias a

muerte no han disminuido los delitos. Así que se cae una las justificaciones por las

cuales se instauró. Amnistía Internacional afirma que por medio de estudios juiciosos

que sean realizado se ha comprobado que la pena de muerte no disminuye la cantidad de


delitos, se puede comparar a los países que aplican la pena de muerte con aquellos que

no y se evidencia que el índice de delitos no es menor. Con la muerte de todos los

delincuentes no tendremos el ideal de un mundo mejor o libre de delincuencia, cada día

surge más violencia y no es porque se quiera imitar una acción delictiva, es el resultado

de no poseer alternativas de desarrollo, de una familia desquebrajada sin un poco de

valores, de una pobreza extrema, que no encuentran otra opción que drogas y crimen.

Afortunadamente va en crecimiento las personas que se oponen a esta práctica

degradante, dos tercios de los países del mundo la han abolido o simplemente han

dejado de practicarla. Lo que se requiere es inversión social si se quiere disminuir

hechos violentos o aberrantes. Tengamos la esperanza que cada vez nos comportemos

de manera más humana, recurramos al perdón como herramienta para sanar el alma,

pongámonos por un momento en el lugar de las familias de los condenados.

González, J. (21 de abril de 2015). La angustia de esperar a ser ejecutado en California.


Bbc news.
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150421_eeuu_california_pena_m
uerte_espera_presos_jg
Marcus, J. (7 de octubre de 2021). “Estuve a punto de morir por algo que no hice”: una
de cada nueve personas en el corredor de la muerte es inocente.
https://www.independentespanol.com/noticias/eeuu/pena-capital-inocente-
corredor-muerte-racismo-b1934253.html
Pena de muerte. (s. f.). Amnistía internacional. https://www.es.amnesty.org/en-que-
estamos/temas/pena-de-muerte/

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