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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA

Electiva Interdisciplinar IV: Cine, filosofía y psicoanálisis.

Adriana Jimena Albarracín González Código: 201911850

LA CAIDA EN PICADA DE LAS RELACIONES SOCIALES

El mundo actual se ve rodeado por las tecnologías de la información y de la comunicación y


aunque han significado un paso abismal en términos de productividad, al simplificar procesos que
anteriormente significaban un gran esfuerzo y tiempo, hoy en día se han convertido en un arma de
doble filo, sobre todo si nos referimos a una de las “herramientas” que caracterizan las relaciones
personales e interpersonales en esta nueva era digital, y que permite el acceso a todo tipo de
información, esta herramienta es el móvil.

La influencia del móvil o teléfono celular ha sido tan significativa que ha pasado de ser algo
novedoso y de ser tratado con recelo, a ser parte casi que inherente de la vida cotidiana de la
mayor parte del mundo. Este aparato junto con lo que conocemos como la web o el internet han
cambiado casi por completo el mundo y la forma en como se relacionan los sujetos en las
sociedades, para no ir demasiado lejos, se puede echar un vistazo a lo que hoy son las formas de
socializar o como mejor las conocemos, las redes sociales.

Según Burgueño (2009), las redes sociales propician la interacción de miles de personas en tiempo
real, con base en un sistema global de relaciones entre individuos ... Si tenemos en cuenta que
toda actividad humana genera consecuencias jurídicas, podemos afirmar que las redes sociales no
son otra cosa que máquinas sociales diseñadas para fabricar situaciones, relaciones y conflictos
con multitud de efectos jurídicos.

Las redes sociales han modificado las formas de relacionarse de los individuos y han permeado
tanto las sociedades que incluso han llegado a moldear las personalidades y los comportamientos
de los sujetos que las conforman. Aunque inicialmente las redes sociales fueron creadas con fines
comunicativos, hoy en día son una herramienta utilizada dentro de todos los campos, el campo
social, el laboral, el económico, el político e inclusive en el campo religioso.
Al referirme a las “nuevas” tecnologías como un arma de doble filo, podría hacerse un énfasis en el
móvil, más específicamente a las redes sociales que desde dicho aparato usualmente se controlan
(¿O nos controlan?). Como ya lo había mencionado, han facilitado y simplificado los procesos, pero
también han despersonalizado a las sociedades y con ellos a los individuos, se han convertido en la
base de conductas nocivas y en una nueva forma de sometimiento y de control por parte del
sistema y de los que Zizek llama comunistas liberales (2009), individuos con máscaras cargadas de
buenas intenciones, que predican el capitalismo y la responsabilidad social pero que su dogma es
el mercado, y quienes son los verdaderos agentes de la violencia .

Podemos ejemplificar lo anterior con la simulación de sociedad (que no es tan ficticia como podría
parecer) que nos propone el capítulo “Caída en picada” de la serie de televisión británica Black
Mirror (2011) en dónde se dibuja una sociedad que gira en torno al móvil que se convierte en el
dispositivo de control más fuerte, incluso llegando a adherir al sujeto un implante de córnea y con
sistema de ascenso social basado en las redes sociales y en un puntaje que simula la felicidad. Las
personas son valoradas dependiendo de cómo lucen o lo que poseen y van ascendiendo,
dependiendo de sus esferas de influencia cada vez mas estrechas y plagadas de individuos
infelices, egoístas, hipócritas y depresivos que aparentan perfección y felicidad y se ven enredados
en un juego de números que termina por determinar por completo sus relaciones sociales.

En esta sociedad, cualquier sujeto que no se adhiera a la ideología que esta profesa es
automáticamente rechazado, ignorado, relegado a los límites del fracaso y vetado como un sujeto
no grato e indigno de atención, llevándolo a un estado completo de frustración, de inestabilidad,
desatando emociones y comportamientos inherentes a la naturaleza humana, como la violencia e
incluso la demencia. Entonces hablamos de un sistema en donde el mundo real queda nublado por
la simulación de mundo que los individuos, con el apoyo del mismo sistema, construyen en el cual
dejan de ver, de sentir su entorno y dejan de vivirlo para ver solo la apariencia o la máscara con el
que este se presenta. Un sistema que solo podría ser superado expresándose de manera libre y
actuando conforme sus deseos lo guiaran, algo aparentemente sencillo, pero que en el fondo
significa un replanteamiento completo de la sociedad y del individuo en sí mismo.

Aunque anteriormente se realizó una pequeña descripción de la sociedad en la que se desenvolvía


Lacie, la protagonista de este capítulo, y a pesar de tener algunos tintes futuristas, no resulta para
nada complicado aplicar esta descripción al mundo y a las sociedades en las que vivimos
actualmente, en donde se lleva a cabo una calificación sistemática de las personas por las
apariencias, donde su valor aumenta o disminuye dependiendo de sus redes de contactos y sus
esferas de influencia, donde las opiniones contrarias a la ideología del sistema son censuradas y el
acto más liberalizador es poder expresarse de manera libre.

A simple vista no podemos percibir las formas como nos vemos controlados por el sistema, y la
violencia que este desarrolla de manera silenciosa y que incrusta en nuestra cotidianidad por
medio de la tecnología, algo similar a lo que se conoce como tecnologías de la violencia

“va más allá del militarismo, pues no sólo se limita a la opresión de la sociedad por medio
de los valores belicistas, aunque mantienen una relación sumamente estrecha … sino
también, como todo aquello que propaga violencia, un conjunto de símbolos, ideas, mitos
y prácticas que se legitiman en un discurso, y que además la inscriben como un monopolio
del Estado. Por lo tanto, las tecnologías de la violencia están implícitas, entre otras cosas,
en las imágenes y en los bienes culturales, todos ellos se convierten entonces en
instrumentos para la coerción del hombre por el hombre” (Hernández, Medina, Sánchez,
2012).

Ahora somos una sociedad contenida en un pequeño móvil, llevamos vidas compactas y
superfluas, nuestras relaciones sociales son cada vez más frágiles y menos empáticas, el otro se ha
convertido en algo consumible y envidiable, el mundo ahora se ha anulado, los problemas sociales
se han disfrazado, la violencia se ha normalizado incluso se ha aceptado y la libertad como la cima
de las civilizaciones ya no existe o nunca existió más que como un mero concepto.
Bibliografía

Black Mirror, (2011). Nosedive, caída en picada.

Burgueño, P. (2009). «Clasificación de las redes».


http://www.pabloburgueno.com/2009/03/clasificacion-de-redes-sociales/

Hernández, M. Medina, M. Sánchez, C. (2012). El complejo exhibitorio de las tecnologías de la


violencia.

Zizek, S. (2009). “Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales”. Editorial Paidós. Argentina.

Byun, C. (2021). No-cosas. Quiebras del mundo de hoy.

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