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El Acoso Escolar (Bullying) y sus consecuencias a largo plazo
 

En nuestro anterior artículo El maltrato entre escolares, una guía para padres, ya se
mencionaban los impresionantes resultados obtenidos por el Estudio Cisneros X ‘Violencia
y Acoso escolar’, publicado en 2007. Según este estudio un 23,2% de los niños españoles -
prácticamente uno de cada cuatro, es decir unos 1.750.000 escolares en toda España- está
viviendo de algún modo el acoso escolar.
Además, según este mismo estudio, un 53,7% de las víctimas de acoso escolar
presenta síntomas de estrés postraumático (pesadillas, ansiedad, insomnio, flash back,
pánico…), el 54,8% sufre depresión, y el 53% tiene una imagen negativa de sí mismo.
Pero el acoso escolar o bullying puede tener consecuencias para la salud a largo plazo,
tanto en sus aspectos generales como en lo que se refiere a la propia salud mental, tales
como problemas de conducta, trastornos de la alimentación, tabaquismo o consumo de
alcohol, según ha encontrado el estudio realizado por el Instituto de las Víctimas del
Crimen en la Universidad Estatal Sam Houston de EEUU.
Lo que se desprende de estos resultados es que la victimización por acoso escolar, que
ocurre durante la infancia y la adolescencia, puede tener consecuencias significativas y
sustanciales para las víctimas más tarde en el curso de su vida. Por lo tanto, las
consecuencias negativas de la victimización sobre la salud son mucho más profundas que
un simple lesión inmediata o trauma.
Entender estas consecuencias a largo plazo es importante para evaluar el verdadero
impacto para las víctimas de bullying, así como responder a sus necesidades con mayor
eficacia.
El estudio llamado “Las consecuencias para la salud a largo plazo en las víctimas de acoso
escolar”, recomienda invertir en servicios para las víctimas, así como en programas
efectivos de prevención. Estos programas pueden ayudar a abordar el trauma inmediato,
tanto mental como físico, que las víctimas experimentan.
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Pero, sobre todo, estas intervenciones pueden tener el beneficio adicional de reducir en el
largo plazo los efectos nocivos identificados en este y otros estudios, reduciendo así el alto
coste que supone la victimización para el sistema de salud, para la sociedad en general y
para las propias víctimas.
El presente estudio se basa en un estudio longitudinal a largo plazo que realiza el
seguimiento de una muestra de residentes de Estados Unidos nacidos entre 1980 y 1984. El
19% de los encuestados dijo haber sido víctima de acoso repetido.
El estudio encontró que las víctimas de acoso tenían percepciones más negativas de su
salud general y de su salud mental, así como las tasas más altas de problemas emocionales,
mentales o de comportamiento que interferían con la escuela o el trabajo. También eran
más propensos a tener un trastorno alimenticio, fumar, consumir alcohol, sufrir
experiencias posteriores de violencia, o incluso estar sin hogar.
Si bien estos son los efectos negativos inmediatos, según los autores del estudio también
pueden servir como mecanismo intermedio para problemas de salud, incluso a más largo
plazo, como el cáncer, el alcoholismo o la depresión.
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Gregorio B. Arapa Quispe - 2022

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