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Nicole Borja IRM – Rotación Pediatría

Varicela: La varicela, es una enfermedad exantemática infantil muy contagiosa, en los países
templados afecta al 90% de los individuos susceptibles antes de los 20 años de edad, cuando se
disemina en comunidades semicerradas (escuelas y guarderías). La varicela se ha considerado
tradicionalmente como una enfermedad benigna, propia de la infancia, caracterizada por un
exantema maculo-vesiculo-costroso generalizado, en diferentes estadíos evolutivos, que en
ocasiones se acompaña de fiebre, con un periodo de incubación de 14 a 16 días (intervalo de 11
a 21 días), y un pico estacional durante los meses de marzo-mayo, con un predominio de casos
en pacientes en edad preescolar o escolar, en donde afecta al 90% de los sujetos susceptibles.
La transmisión del virus VVZ se produce de persona a persona a través del contacto directo con
las vesículas cutáneas que contienen el virus, pudiéndose contagiar de lesiones de varicela y de
herpes zoster si bien la varicela resulta más infectiva que el zoster. El periodo de contagio es el
comprendido entre 1-3 días antes de la aparición del exantema hasta 5 días después de que
aparezca el primer brote de vesículas cutáneas.
Las complicaciones más frecuentes de la varicela son: Cutáneas: Las secundarias a
sobreinfecciones bacterianas de piel y tejidos blandos producidas en su mayor parte por
Staphylococcus spp y Streptococcus pyogenes, impétigo, celulitis, miositis, fascitis
necrotizante, abscesos, etc. Los neonatos que contraen la varicela en útero unos días antes del
parto son de alto riesgo de contraer varicela complicada. El inicio de varicela materna 5 días
antes del parto se asocia con un 17% de riesgo de contraer una varicela neonatal y un 31% de
muertes.
Rubéola: es una infección viral contagiosa que puede causar adenopatías, exantema y, en
ocasiones, síntomas generales que en general son leves y breves. La infección al principio del
embarazo puede provocar abortos espontáneos, muertes fetales intrauterinas o defectos
congénitos. El diagnóstico suele ser clínico. Los casos deben informarse a las autoridades
sanitarias. El tratamiento suele ser innecesario. La vacunación resulta eficaz para la prevención.
La rubéola es una infección por un virus RNA que se disemina a través de gotas respiratorias
entre contactos cercanos o del aire. Los pacientes pueden transmitir la infección durante la fase
asintomática o desde 7 días antes hasta 15 días después de la aparición del exantema. Muchas
infecciones son leves. Después de un período de incubación de entre 14 y 21 días, aparece una
fase prodrómica de entre 1 y 5 días de duración, que suele manifestarse con fiebre, malestar
general, conjuntivitis y adenopatías en los adultos, pero que puede ser mínima o estar ausente en
los niños. La hinchazón dolorsa de los ganglios linfáticos suboccipitales, retroauriculares y
cervicales posteriores es característica. Al principio del cuadro, se observa un enrojecimiento de
la faringe.
El exantema es similar al del sarampión, pero menos extenso y más evanescente; a menudo es
el primer signo en los niños. El exantema comienza en la cara y el cuello y se disemina
rápidamente al tronco y los miembros. En un principio, puede aparecer un eritema maculoso
que palidece a la compresión, en particular en la cara. Durante el segundo día, el exantema
suele tornarse más escarlatiniforme (puntiforme) y se asocia con eritema. A continuación, se
forman petequias en el paladar blando (manchas de Forschheimer), que más adelante
coalescen en una mácula rojiza. El exantema dura entre 3 y 5 días.
Roséola infantil: es una infección vírica contagiosa que afecta a los lactantes y a los niños muy
pequeños y que cursa con fiebre alta seguida de exantema. Los síntomas de la roséola infantil
comienzan entre 5 y 15 días después de la infección. Empieza bruscamente un estado febril con
temperaturas de 39,5 a 40,5° C y que dura de 3 a 5 días. Del 5 al 15% de los niños presentan
convulsiones como resultado de la fiebre, especialmente cuando sube rápidamente en cuanto
aparece. A pesar de la fiebre alta, el niño suele estar activo. Algunos niños tienen un leve
moqueo nasal, dolor de garganta o malestar gástrico. Los ganglios linfáticos de la parte
posterior de la cabeza, de los lados del cuello y de detrás de las orejas suelen estar inflamados.
Por lo general, la fiebre desaparece al cuarto día.
Alrededor del 30% de los niños con roséola infantil manifiestan una erupción en pocas horas hasta,
como máximo, un día después de bajar la fiebre. La erupción es roja y plana. Aparece
mayoritariamente en el tórax y el abdomen y, de modo menos importante, en la cara, los brazos y las
piernas. La erupción no produce picor y puede durar desde horas hasta 2 días.
Escarlatina: La escarlatina es una enfermedad infecto-contagiosa aguda que afecta a la infancia y
cuyos síntomas son fiebre, faringo-amigdalitis, exantema y descamación. Se transmite desde la
persona enferma a la sana, a través del aire, por las gotitas de saliva (gotas de Pflügge). También
pueden contagiar las personas portadoras a través de objetos o alimentos (aunque con menos
frecuencia).
Está originada por una bacteria, el estreptococo hemolítico grupo A, a través de sus toxinas
eritrogénicas A, B, y C. La escarlatina deja inmunidad duradera frente a la toxina, pero el niño puede
sufrir infección por otros tipos o variedades de estreptococos.
Los síntomas más habituales son: Fiebre elevada, Vómitos, Dolor de cabeza, Dolor de garganta,
Erupción de color rojo escarlata. Periodo de incubación: dura entre 3 y 5 días y es asintomática.
Periodo de invasión: de 12-24 horas con inicio brusco: aparece fiebre elevada, vómitos y cefalea,
faringoamigdalitis dolorosa, enantema (punteado rojo) en velo del paladar y lengua muy saburral
(cubierta con una capa blanquecina pero con puntos y bordes rojos).
Periodo exantemático o de estado: dura aproximadamente 3-4 días. Se inicia con un exantema de
color rojo escarlata, fino , más intensa a nivel de pliegues cutáneos. La lengua se descama y aparece
roja con papilas prominentes, dándole aspecto de frambuesa (típica de la escarlatina).
Periodo de descamación o declinación: puede persistir durante semanas.
Eritema infeccioso: es una infección vírica contagiosa que causa manchas o una erupción roja en
relieve y un sarpullido rojo en las mejillas junto con un leve malestar. El parvovirus humano B19 es
la causa del eritema infeccioso (conocido a menudo como "quinta enfermedad"), que suele
presentarse durante la primavera, frecuentemente en áreas geográficas definidas, y afecta a niños, en
especial los de edad escolar. La infección se contagia principalmente por la inhalación de las gotitas
de aire exhaladas por una persona infectada, por lo que la infección tiende a contagiarse al resto de
miembros del hogar. La infección también puede transmitirse de la madre al feto durante el
embarazo; en raras ocasiones causa muerte intrauterina o anemia grave y exceso de líquidos e
hinchazón (edema) en el feto (hidropesía o edema fetal).
Los síntomas del eritema infeccioso empiezan entre 4 y 14 días después de la infección. Muchos
niños no presentan síntomas. Sin embargo, algunos niños tienen febrícula y sensación leve de
enfermedad, con dolor de cabeza y secreción nasal, durante algunos días. Varios días más tarde, los
niños desarrollan el eritema en las mejillas, que a menudo da la impresión de haber recibido una
bofetada, así como la erupción, sobre todo en brazos, piernas y tronco, pero no suele aparecer ni en
las palmas de las manos ni en las plantas de los pies.
La erupción produce prurito y consiste en máculas (manchas) rojas en relieve que forman una
especie de filigrana, particularmente en las áreas de los brazos que no están cubiertas por la ropa,
debido a que la erupción empeora si se expone a la luz solar. La erupción y toda la enfermedad
suelen durar de 5 a 10 días. Durante las semanas siguientes, reaparece temporalmente en respuesta a
la exposición al sol, el ejercicio físico, el calor, la fiebre o la tensión emocional. En los adolescentes,
el dolor leve de las articulaciones y la inflamación permanece o aparece y desaparece durante
semanas o meses.
Sarampión: es una infección viral muy contagiosa que aparece con mayor frecuencia en niños. Se
manifiesta con fiebre, tos, rinitis, conjuntivitis, un enantema (manchas de Koplik) en la mucosa oral
y exantema maculopapuloso que se disemina en dirección cefalocaudal; las complicaciones sobre
todo la neumonía o la encefalitis, pueden ser letales, en particular en áreas donde la medicina está
menos desarrollada. El diagnóstico suele ser clínico. El tratamiento es sintomático. La vacunación es
muy eficaz.
El sarampión se debe a la infección por un paramixovirus que produce enfermedad en los seres
humanos sin contar con un reservorio animal documentado o un portador asintomático. Es muy
contagiosa y la tasa de ataque secundario es > 90% en individuos susceptibles expuestos al virus. La
transmisión típica se produce a través de gotas respiratorias que se eliminan durante la tos y
permanecen en el aire un período breve mientras recorren un trayecto corto. La enfermedad también
puede diseminarse a través de pequeñas gotas aerosolizadas que pueden mantenerse en el aire (e
inhalarse) durante hasta 2 horas en áreas cerradas.
Después de un período de incubación de entre 7 y 14 días, el sarampión se manifiesta con un
prodromo de fiebre, rinitis, tos seca y conjuntivitis tarsal. Las manchas de Koplik patognomónicas
aparecen durante el pródromo antes del inicio de la erupción, en general en la mucosa oral opuesta al
primero y el segundo molar superior. Las manchas son similares a granos de arena blanca rodeados
por aréolas rojas. Estas manchas pueden ser extensas y producir un eritema moteado difuso en la
mucosa oral. El paciente también puede presentar odinofagia.

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