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El proceso de

emoción
La emoción es un proceso adaptativo que forma parte de los procesos afectivos.
Es decir, si bien toda emoción puede ser considerada como una forma de proceso
afectivo, no todos los procesos afectivos son procesos emocionales.

 Biología de las emociones

Está bastante consolidada la idea de que las estructuras subcorticales son


imprescindibles para entender todas las dimensiones de la conducta emocional.
Es decir, si, en primer lugar, las emociones son procesos adaptativos básicos que
se encuentran presentes en el ser humano antes de que este desarrolle por
completo la estructura y funcionalidad del sistema nervioso central. en segundo
lugar, las emociones son mecanismos adaptativos que se encuentran presentes
en muchas de las especies inferiores, porque en su bagaje genético se encuentra
la dotación apropiada para que aparezcan y se desarrollen.

los desórdenes cognitivos eran el resultado de las lesiones corticales, mientras


que los desórdenes afectivos eran el resultado de las lesiones subcorticales; por
otra parte, se apreciaba un notable incremento en las conductas emocionales
cuando se producía la desconexión entre estructuras corticales y estructuras
subcorticales, esto es, cuando se impedía la acción inhibidora de la corteza sobre
las conductas controladas por las estructuras subcorticales. Se podía defender
que las funciones cognitivas y las funciones afectivas dependían de zonas
diferentes, permitiendo que las zonas corticales, las superiores, controlasen a las
zonas subcorticales, las inferiores.

En cierta medida, el interés por el estudio de estas estructuras más recientes


procede del ámbito clínico, ya que se aprecia cómo las lesiones en los lóbulos
frontales se encuentran claramente asociadas con notables cambios en la
conducta emocional.
 Procesamiento de la estimulación emocional

Las estructuras cerebrales que mayor atención están recibiendo en la actualidad


en el ámbito del reconocimiento, evaluación y valoración de la emoción han sido la
amígdala y los hemisferios cerebrales.

En cuanto a la amígdala, su especial ubicación, así como la importante


conectividad con otras estructuras cerebrales, la convierten en una zona de
especial relevancia emocional. La amígdala recibe información sensorial de todas
las modalidades, y está en contacto con el hipocampo, el prosencéfalo basal y los
ganglios basales, que son estructuras importantes en los procesos de memoria y
de atención, así como con el hipotálamo, que es fundamental para el control del
homeostasis y la regulación neuroendocrina.

Los hemisferios cerebrales, son ya clásicas las sugerencias referidas a la


implicación del hemisferio izquierdo en aquellos aspectos emocionales que se
transmiten a través del lenguaje, o que implican la descripción verbal de una
emoción, mientras que el hemisferio derecho estaría más relacionado con los
aspectos emocionales que se transmiten mediante características expresivas y
gestuales.

 Preparación de la respuesta emocional

También en el plano de la expresión emocional en particular, y de la manifestación


emocional en general, las estructuras neurobiológicas que mayor atención están
recibiendo por parte de los investigadores son la amígdala y los hemisferios
cerebrales.

El estímulo, a través de las vías aferentes, alcanza la formación reticular, llegando


hasta el tálamo; desde esta estructura diencefálica, y de forma específica, la
estimulación se dirige hacia la zona cortical especializada en el análisis y
significación del mismo. Tras este proceso, en el que tiene lugar la evaluación y la
valoración del estímulo o situación, se prepara la respuesta apropiada para
superar la exigencia concreta.
La parte derecha de la misma es la zona pública, pues refleja las emociones que
el sujeto quiere que los demás perciban, mientras que la parte izquierda de la cara
es la zona más privada en la expresión emocional.

El proceso de la emoción:

La emoción es un proceso adaptativo en el que resulta imprescindible tener en


cuenta la existencia de diversos componentes. Incluso el fenomenólogo más
entusiasta tendría que reconocer que el sentimiento que denota la experiencia de
una emoción posee correlatos objetivos, tales como las respuestas
psicofisiológicas, las manifestaciones expresivas y las conductas motoras.

o Ocurrencia o aparición del estímulo:

Se requiere la presencia de un estímulo que sea capaz de desencadenar el


proceso de una emoción. El estímulo puede ser externo o interno, y puede estar
presente en el ambiente físico del sujeto o puede no estar presente, refiriéndose,
en este último caso, a un recuerdo.

o Percepción del estímulo.

Implica la existencia de un estímulo y la disponibilidad funcional de receptores


específicamente relacionados con el estímulo en cuestión. puede ocurrir de dos
modos: conscientemente y no conscientemente.

En la percepción consciente el sujeto se da cuenta de la presencia de un estímulo


que, por sus características particulares, posee la suficiente saliencia para captar
su atención. En la percepción consciente se produce la influencia de variables
cognitivas, como las creencias, los juicios, etc., que el sujeto posee acerca del
estímulo en cuestión.
o Evaluación y valoración.

Es un paso necesario en el proceso emocional. Por definición, implica la existencia


de un estímulo y de unos receptores especializados capaces de captar dicho
estímulo, dando lugar a la percepción. Es el paso previo a la experiencia de una
emoción, ya que, dependiendo de cuál sea este proceso de evaluación y
valoración, el sujeto experimentará una emoción u otra, o ninguna.

Dependiendo del tipo e intensidad de los cambios fisiológicos, puede producirse la


ocurrencia de una emoción u otra. Las emociones de tristeza y miedo pueden
producirse con frecuencia según este esquema.

o Experiencia emocional (sentimiento).

Es la toma de conciencia de la ocurrencia de una emoción. Aunque podría


argumentarse, como en su momento defendió James (1884/1985, 1890), que la
toma de conciencia o experiencia subjetiva es la variable clave para la ocurrencia
de una emoción, hay aspectos relacionados con el estímulo, la percepción, la
evaluación-valoración, la respuesta fisiológica, la respuesta motora-expresiva y las
tendencias de acción que también forman parte del proceso emocional.
o La respuesta fisiológica.

Siempre tiene como antecedente una evaluación-valoración. Como esta puede ser
consciente o no consciente, la distinción teórica que podemos establecer entre
ambos tipos de respuesta consiste en que, en la respuesta fisiológica resultante
de la evaluación consciente, el organismo ofrece la reacción específica,
concordante con la emoción subjetivamente experimentada, mientras que, en la
reacción fisiológica resultante de la evaluación-valoración no consciente, la
respuesta fisiológica puede ser específica de la emoción que se acaba de
desencadenar de forma ajena al conocimiento consciente del individuo, o puede
tratarse solo de una reacción que, al menos en principio, tendría que ser
considerada como una respuesta indiferenciada, con connotaciones de defensa
general o de evitación.

o La orexis

Hace referencia a las tendencias de acción, el deseo, los impulsos. En el proceso


emocional que proponemos, la orexis permitiría entender cómo la evaluación-
valoración da lugar a las conductas intencionales. Puede dar lugar a la aparición
de auténticas conductas completas, y puede ocasionar la manifestación de
actitudes y conductas de intención, las cuales poseen connotaciones de
antecesoras de la propia conducta intencional. Eventualmente también, cabe la
posibilidad de incluir entre las conductas intencionales la expresión emocional
controlada y la ausencia de expresión emocional, como conductas instrumentales
dirigidas a la obtención de objetivos particulares.

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