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a través de ejemplos
Sékioz de Niafre
17 de diciembre de 2020
1. Un experimento que refuta una teoría no hace que ésta se abandone de inmedia-
to: ante él, la comunidad científica simplemente apela al experimentador a revi-
sar sus métodos, instrumentos... y marco experimental en general, atribuyendo el
error a éste para preservar la integridad del marco teórico.1
2. Es más, los experimentos cruciales (i.e., los que sí tendrían la capacidad de tumbar
una teoría) no existen: dicha denominación es retrospectiva, tras la aceptación de
una nueva teoría.2
3. Y esto es así porque ninguna teoría puede evitar caer en hipótesis ad hoc, o no
tiene la capacidad de demarcarlas, pues ¿acaso no es la posición en (1) la más
natural, viniendo de un marco teórico que se ha mostrado robusto durante gene-
raciones?, ¿no fue la postulación del protyle, flogisto, éter... el paso más lógico, en
su contexto?
1 Para
un ejemplo, cf. César Tomé López El Rey León, la falsabilidad y los cuasicristales 2014.
2 Paraun ejemplo, cf. César Tomé López La tesis Duhem-Quine (III): El experimento crucial que nunca existió
2013.
1
(1818, propuesto por Poisson en base a la teoría de Fresnel, que extendía la de Young)
inclinaron la balanza en favor de Huygens, obligando a reformular la explicación de
Bradley.
La propuesta de Young por un éter inmóvil (1804) fue duramente cuestionada por
primera vez con el experimento de Arago (1810), aunque siguieron haciéndose demos-
traciones en su contra cada vez más precisas hasta Airy (1871). Fresnel (1818), más sutil,
desarrolló su teoría bajo la hipótesis de un éter casi inmóvil, pero con un arrastre (fric-
ción) parcial para dar cabida a la nueva evidencia experimental,3 siendo capaz ademas
de explicar los experimentos de Fizeau (1851), Hoek (1868), Airy (1871)...
Sin embargo, su marco teórico no explicaba satisfactoriamente la polarización de la
luz (como critican Stokes 1845, Mascart 1872), descubierta por el propio Fresnel en 1821,
ni tampoco que el arrastre de los diferentes colores no difiera (como nota Veltmann
1870), por lo que ya Stokes (1845) desarrolló una alternativa a partir de un arrastre
completo,4 añadiendo una nueva vuelta de tuerca a la vuelta de tuerca que ya le había
dado Fresnel a Young.
Los experimentos tipo Michelson-Morley trataron de medir dicho arrastre para de-
terminar cual de las dos teorías tenía razón. Primero en 1881, con una precisión no
significativa. Después en 1887, despertando el interés de la comunidad científica. Lue-
go en 1902-4, mejorando aun más la precisión gracias a Miller. Sin embargo, el arrastre
encontrado en todos ellos no fue estadísticamente significativo, y mucho menor al pre-
dicho por Fresnel.
A lo largo de la década de 1920 se volvieron a repetir, eliminando posibles efectos
secundarios de tipo térmico, magnético, estacional... llegandolo a testear en lo alto de
una montaña:5 los resultados fueron idénticos. Paralelamente, nuevos experimentos
fueron diseñados para testear las hipótesis auxiliares (o cinturón de protección) que
se iban añadiendo a la explicación de Young (el núcleo de la teoría) con el objetivo
de integrar en ella las nuevas evidencias: Oliver Lodge (1893, 1897), Michelson–Gale–
Pearson (1925) y Hammar (1935). Todos apuntaban a que tampoco existía un arrastre
completo, ni siquiera restringiendolo a grandes masas.
Asimismo, explicaciones alternativas fueron surgiendo. Una de ellas, la actualmen-
te aceptada, fue tachada originalmente de hipótesis ad hoc: la contracción de Lorentz
(1892; primeramente propuesta por FitzGerald 1889), basada en el modelo del «elip-
soide de Heaviside» (1888). Los experimentos Trouton–Noble (1901-3), Rayleigh–Brace
(1902, 1904) y Trouton–Rankine (1908) fueron diseñados con dichas explicaciones en
mente, apoyándolas. Pero no fue sino hasta la llegada de un marco teórico general, la
relatividad especial de Einstein (1905, y siguiendo la estela de March), que comenzó a
aceptarse.
Aun con todo, su aceptación no fue inmediata ni unánime, y aun a 1908 se propuso
una alternativa que compitió con ella: la Ritz ballistic theory. Incluso hubo un revival
3 Quizá por analogía a como en el vacío los objetos de misma masa caen a la misma velocidad, pero no
así en la Tierra, donde existe una fricción con el aire.
4 «el éter es completamente arrastrado en el interior y en la proximidad de la materia, parcialmente arras-
2
marginal de la teoría del éter a raíz del controvertido efecto Allais (1959).
Observación 3. Las teorías científicas nacen refutadas.
Ejemplo 4. En el Escolio General (1713) de la segunda edición de los Principia (1687),
Newton se ve forzado a defender su teoría ante las acérrimas críticas que había re-
cibido, alegando su famoso «hypotheses non fingo».6 Y a pesar de ello, y de que el
falsacionismo ingenuo (de un primer Popper) la hubiese rechazado, fue la teoría do-
minante hasta la llegada de Einstein (1905 especial, 1915 general, 1919 confirmación
Eddington), recibiendo importantes revisiones con Lagrange (1788) y Hamilton (1833).
Es más, aun sigue vigente por pura conveniencia pragmática, convivencia inadmisible
en el falsacionismo ingenuo.
Conclusión 5. Una teoría falsada no es incorrecta, o no debe desecharse: a lo sumo, ello
sólo significa que necesita trabajarse más para poderse ajustar a los datos, o que hay
que acotar su uso.
3
b) La competencia contra otros cinturones de protección provenientes de otros
núcleos. I.e., donde se da el juego de la ciencia, pues aunque una teoría falle
en la primera condición, va a pervivir si no hay alternativas.
Goodman (1955).
13 Otra instancia de este deseo por la retrocompatibilidad es explicar la ley de gravitación universal de
Newton como caso límite de la ecuación de campo de Einstein, y similarmente con la transformación
de Galileo respecto a la de Lorentz. O reformular la naturaleza euclídea de nuestra experiencia espacial
(otro núcleo en Newton) como a una propiedad local en el espacio-tiempo curvado de la relatividad
general.
Las reformulaciones de las leyes (de la dinámica) de Newton en el contexto relativista y cuántico, y
la reconceptualización de sus nociones primitivas, es aun otro ejemplo de ello; para una discusión más
amplia de este fenómeno, cf. Putnam The Analytic and the Synthetic 1965.
14 En otras palabras, y siguiendo la metáfora anterior, los científicos no refutan teorías, sino que migran de
planeta.
4
Y de ahí el carácter axiomático del núcleo: no sólo porque es lo que nos permite
construir, o dar vida a, el cinturón protector; sino también porque es independiente o
indecidible, en el mismo sentido que el axioma de elección. Y en este entendido, hasta
podría decirse que las teorías siempre nacen falseadas, pues cualquier axioma implica
implícitamente una alternativa contraria.15
En particular, no deben entenderse como verdades absolutas, pues ello está más allá
de las capacidades de cualquier cuerpo de conocimiento, sino como a las reglas del
juego de un paradigma dado.
Ejemplo 11. Aunque el Big Bang no se refiere al origen del universo, sino sólo a su
emergencia (basada en diferentes evidencias observacionales), las diferentes teorías
pre-Big bang (Hartle–Hawking no-boundary condition models, Brane cosmology mo-
dels, eternal inflation, fluctuaciones cuánticas, etc.) son en muchos aspectos intercam-
biables y constituirían diferentes cinturones para dicho núcleo.16
Observación 12. Esto pone de manifiesto que el núcleo no habla de preeminencia cro-
nológica ni fundacional (en un sentido metafísico), pues en tal caso las segundas serían
núcleos y no cinturones.
sition. This is subtly wrong. Why does wood float? Because its natural place is lower than Air, but
higher than Water. [...] If this theory were correct, metal boats would not float. But they do. Therefore,
there is something wrong, or incomplete, in Aristotle’s theory. The point was understood, of course, by
Archimedes» Rovelli Aristotle’s Physics: A Physicist’s Look 2015.
20 «Aristotle’s premises lead him to assume that the direct effect of the agent stops in the moment the
agent stops acting. This forces him to a complicated and unpalatable explanation of why a stone keeps
5
servación pasiva a la experimentación pro-activa (de al-Haytam a Alberto Magno21 y
¯
Roger Bacon, s. X-XIII), la superación del horror vacui (Torricelli y Pascal s. XVII,22 aun-
que no será total hasta la superación del éter), etc.
«In 1687, the year of the Principia, VARIGNON published his Project of a
New Mechanics (Fig. 48), in which the principle of the parallelogram of for-
ces, inferred from a rather Aristotelian viewpoint, is applied to the solution
of a class of problems untouched by NEWTON. While the book is pedes-
trian, it bears witness that the didactic tradition of STEVIN (Fig. 49),23 long
prior and hence independent, was still very much alive, as in fact it is today.
The law of the lever had been known since antiquity. The numerous unsuc-
cessful attempts, including VARIGNON’S, to derive it from the equilibrium
of forces are not germane to my subject.»24
«While the schoolmen of the Middle Ages esteemed ARISTOTLE with a
veneration now difficult to share, they did not think him infallible, and they
regarded themselves able, upon occasion, to go beyond him, far beyond
him, even so far as to deny some of what he said. In a word, they looked
upon him much as we today look upon NEWTON.»25
«Aristotle’s physics is the correct approximation of Newtonian physics in
a particular domain, namely, the domain where we, humanity, conduct our
business. This domain is formed by objects in a spherically symmetric gravi-
tational field (that of the Earth) immersed in a fluid (air or water) and the main
celestial bodies visible from Earth. [...] Aristotle’s physics is a highly non-
trivial correct description of these phenomena, without mistakes, and con-
sistent with Newtonian physics, in the same manner in which Newtonian
physics is consistent with Einstein’s physics in its domain of validity.» Ro-
velli op. cit.
Resumen 15. La física de Aristóteles no se mantuvo por cerca de 2000 años porque fuera
dogma, o porque todos los pensadores posteriores a Aristóteles fueran idiotas y no lo
cuestionasen, sino porque tenía un poder explicativo aceptable que no representaba
traveling upward for a while after having left my throwing hand. Aristotle’s tentative explanation
is based on the effect of surrounding fluid and is unconvincing. This led to the medieval theories of
impetus» ib.
21 Abre el estudio de la minerología en De Mineralibus, conteniendo el desafiante «Porque [la tarea] de la
ciencia natural no es simplemente aceptar lo que se nos dice, sino investigar las causas de las cosas
naturales» (Libro II, Tratado II, Capítulo 1), a pesar de lo cual Roger Bacon lo acusa de derivativo.
22 «Aristotle implies that in a vacuum the speed of fall would become infinite, and concludes from this
apparent absurdity that a vacuum is not possible». «The theory was supported and restated by Galileo
Galilei in the early 17th century as "Resistenza del vacuo". Galileo was surprised by the fact that water
could not rise above a certain level in an aspiration tube in his suction pump, leading him to conclude
that there is a limit to the phenomenon» Cf. Dugan A history of mechanics 1950
23 STEVIN’S De Beghinselen der Weeghconst 1586.
24 Truesdell Essays in the History of Mechanics 1968, Reactions of Late Baroque Mechanics to Success, Con-
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problemas en la práctica de la física, al tiempo que servía de punto de partida y de
reunión común sobre el que construir nuevas teorías.
4. Paréntesis pragmático
Conclusión 16. No hay ciencia y pseudociencia, sino sólo teorías que explican más o me-
nos cosas de manera más o menos satisfactoria según algún criterio o ideología. Y sólo
cuando una teoría explica más y mejor bajo el criterio dominante, hay un reemplazo.
Nota 17. En otras palabras, la ciencia provee de narrativas (o modelos observacionales
o reglas de juego o frameworks) eficientes o adecuadas26 con las que organizar nuestro
conocimiento y explicar la realidad: «un sistema no es otra cosa que la subordinación
de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos.».27 I.e., es nuestra mane-
ra de lidiar con las limitaciones de nuestro pensamiento y nuestros sentidos, o con la
imposibilidad de la objetividad, sin caer en la arbitrariedad absoluta.
Observación 18. Es justo el susodicho criterio lo que nos permite escapar del problema
de la subdeterminación de las teorías. I.e., cuando dos teorías científicas, que funcionan
perfectamente bien y predicen con igual precisión, explican exitosamente un mismo fe-
nómeno, pero son contradictorias entre sí, es dicho criterio lo que me permite decidir.28
Nota 19. El criterio puede ser de muchos tipos: navaja de Occam (sobre axiomas, no-
ciones primitivas, cálculos, etc.), intuitividad, precisión, amplitud (¿cuantos fenómenos
explica?), eficiencia (ponderando anteriores), etc. Y los programas y cambios de proble-
máticas de Lakatos son uno más de ellos.
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Y también es interesante ver como, en el momento en que la astronomía quedó sa-
tisfecha, fueron otros los intereses (o programas) que continuaron empujando en esta
dirección: Abraham Sharp (71 dígitos a 1699) y John Machin (100 dígitos a 1706) aun
eran astrónomos, pero su interés (en lo que respecta a π) ya empezaba a girar entorno
a la velocidad de convergencia, y Thomas Fantet de Lagny (112 a 1719), quien ya no era
astrónomo, es conocido por sus comentarios sobre las mismas.31
Ejemplo 21. Otros ejemplos de programas son: Erlangen (Klein 1872), Gorenstein (so-
bre clasificación de grupos simples 1972), Langlands (1967), Seshadri (standard mono-
mial theory 1978), Richard S. Hamilton (para demostrar la conjetura de Poincaré vía
flujos de Ricci 1982), polymathprojects, ITER, la búsqueda del bosón de Higgs...
31 Siendo justos, Ludolph van Ceulen (32 a 1615) tampoco era astrónomo, y de hecho se limitó a seguir el
método de Arquímedes. Y Liu Hiu, precendente de Zu Chongzhi, tampoco dicese astrónomo, aunque
sí innovo en el método. Cf. Wikipedia Chronology of computation of π.