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Quintana.

Revista de Estudos do
Departamento de Historia da Arte
ISSN: 1579-7414
revistaquintana@gmail.com
Universidade de Santiago de Compostela
España

Binski, Paul
LA LÍNEA DE LA BELLEZA EN EL GÓTICO: MOTIVOS Y ESTÉTICA MEDIEVAL
Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 16, enero-
diciembre, 2017, pp. 51-67
Universidade de Santiago de Compostela
Santiago de Compostela, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65357672003

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LA LÍNEA DE LA BELLEZA EN EL GÓTICO: MOTIVOS Y


ESTÉTICA MEDIEVAL

Paul Binski
Cambridge University

RESUMEN
Esta contribución se centra en el uso y en la capacidad de actuación de la línea en época gótica y
después. En el momento más creativo del período gótico en Inglaterra, en los siglos XIII y XIV, una esté-
tica curvilínea permea un buen número de logros artísticos en las artes figurativas y en la arquitectura.
Se hace necesario reflexionar sobre cómo se entendió y se experimentó, históricamente, esa estética
lineal. Comenzando por la afinidad que guardan el vocabulario relativo a la línea y el relacionado con
las manufacturas textiles, el artículo pasa a la idea de “motivo” (o tópico) entendido como un punto
que genera la invención. Algunos tópicos o motivos conocieron una larga trayectoria. Uno de ellos
fue la linea serpentinata, que se rastra aquí desde Durero y Lomazzo hasta Hogarth, para retrotraerse
después a la ogee o doble curva en forma de S en el arte gótico. La cuestión de la continuidad de su
enjuiciamiento moral o de su asociación a un género específico se abordará, finalmente, desde una
perspectiva más rica, que contempla el factor de la ocasión para su comprensión y su experiencia
contextual.
Palabras clave: línea, motivo, tópico, ocasión, capacidad de actuación

ABSTRACT
This contribution is concerned with the use and agency of line in Gothic and later art. At the creative
height of the Gothic period in England, in the 13th and 14th centuries, curvilinear aesthetics lay at
the heart of a number of creative achievements in the figurative arts and architecture. Thought needs
to be given to how such linear aesthetics were understood and experienced historically. Starting with
the affinity between ‘line words’ and textile manufacture, the paper moves to the idea of the ‘motif’
(or topic) as an originating point of invention. Some motifs or topics enjoyed a long history. One was
the linea serpentinata, which here is tracked forwards from Dürer and Lomazzo to Hogarth, and then
back to the so-called ‘ogee’ or double-curved S-line in Gothic art. The question of the continuity of
gender and moral evaluation of line is finally placed in the wider and more enriching perspective of
occasion or contextual understanding and experience.
Keywords: line, motif, topic, occasion, agency

Líneas de pensamiento de actuación tuvieron? Teniendo en cuenta que


¿Hasta qué punto puede decirse que las artes la información que pueda corroborar cualquier
visuales de la Edad Media presentan rasgos co- tipo de compromiso de los seres humanos con
munes, y en caso de que así fuera, y por formular las obras de arte en la Edad Media es muy limi-
una pregunta que está de moda, qué capacidad tada, mis estudios recientes se han centrado en

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52 La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval

cuestionar si realmente no existió, como se suele tejer, a textus; deben mencionarse flexus e insi-
Paul Binski

pensar, o sí, una relación ininterrumpida entre el nuo, y también dos palabras muy importantes,
mundo de Edad Media y el antiguo y el del Re- tendo – estirar, extender, que se encuentra en
nacimiento que lo enmarcan1. ¿Hasta qué punto la raíz de intendo, y de ahí “intención”, y traho,
pueden arrojarnos luz sobre este período los prin- trahere, extraer (en el sentido textil de trefilar),
cipios retóricos de la Antigüedad o la teoría del y de ahí tractus. Estos términos proporcionan
arte del Renacimiento? Los riesgos que conlleva todo el espectro conceptual que ha de tenerse
este tipo de aproximación son obvios, aunque en cuenta a la hora de hablar sobre el dibujo:
sean de sesgo teórico. Radican en el hecho de trazar, trazo, trazable, contraer, prolongar – pro-
que nos movemos sin interrupción y, sin apenas tracted, en inglés –, etc.5. Todos ellos aluden a
justificación histórica, de un siglo a otro muy dis- líneas móviles, curvas, complejas y tensas, que
tantes; y en que podríamos plantearnos una serie se asocian al interés y a la sofisticación mental
de cuestiones y proponer soluciones que no dejan o estética; en cambio, ninguno sugiere rigidez o
de ser imaginarias, por transhistóricas y transcul- rigor. Por otro lado, obviamente, las líneas son
turales. Al utilizar este método, siendo historiador un recurso imprescindible para la geometría. En
del arte como soy, pretendo únicamente inclinar su breve tratado sobre líneas, ángulos y formas,
suavemente la balanza en este sentido. Robert Grosseteste (+1253) puso especial énfasis
en el valor de las líneas para la comprensión de
Para ello, querría centrarme en una cuestión la filosofía natural6. En términos generales, hasta
particular, la del motivo, y más específicamente, hace poco, entre las disciplinas del Quadrivium, la
el motivo de la línea curva en la estética medie- Geometría se relacionaba con las cantidades fijas,
val. La mera noción de “motivo” es de origen frente a la Astronomía, que se vinculaba a las
post-medieval, y no todos los que han trabaja- móviles. Pero recientemente se está poniendo el
do sobre el ornamento, como hizo Oleg Grabar, acento en la capacidad creativa de la Geometría7.
consideran los motivos algo importante en lo que Hugo de San Victor en su Didascalicon (2:15),
se refiere al poder y a la función del arte, su ca- aun teniendo en cuenta la immobile magnitu-
pacidad para soportar belleza2. A pesar de ello, de de la Geometría, la considera el “origen de
se han dedicado un buen número de estudios las percepciones y la fuente de las expresiones”’
recientes a la estética y a la epistemología de la (fons sensuum et origo dictionum). Esta termi-
línea, atendiendo a casos específicos3. Muy po- nología deriva de la definición tradicional de los
cos de ellos guardan relación con la Edad Media. topica, como pueda ser la de Casiodoro en sus
En principio, esto podría parecer extraño, si se Institutiones, II.iii.14. Los tópicos, defiende, son
tiene en cuenta cómo, desde hace más de un los “lugares” o los puntos en los que se originan
siglo, las teorías sobre la voluntad artística, la los argumentos8. Y es que la Geometría guardaba
empatía y el desarrollo formal han enfatizado la relación con la Retórica, y quizá por esa razón se
“linealidad” del arte medieval. Pero visto desde colocó en el centro en algunas representaciones
el punto de vista del propio discurso medieval, de las Artes Liberales, como en el ciclo labrado en
este pasar de puntillas por la Edad Media es más el gablete del transepto norte de la catedral de
que comprensible: solo en el Renacimiento y en Clermont-Ferrand a finales del siglo XIII9.
el Post-renacimiento se abordó la línea como un
El Didascalicon hace alusión también a la
tema estético de modo consciente y discursivo.
importancia “tópica” de la línea y la forma en
A pesar de que carecemos de un plantea- época gótica. Al hacer referencia a la memoria
miento teórico de este tipo para la Edad Media, artificial (3:11), Hugo dice que debemos “guardar
el vocabulario del latín antiguo y medieval pro- resúmenes breves y fiables en el pequeño baúl
porciona algunos indicios. Un buen número de de nuestra memoria (debemus... colligere), para
términos estéticos de los que derivan las palabras que después, cuando lo necesitemos, podamos
relacionadas con “línea” provienen de hilo, hilar extraer de ellos cualquier cosa”10. Esta idea de
o tejer, lo que pone el acento en su capacidad un epítome, de un germen, de una semilla, en
generativa4. Subtilitas y subtilis derivan de sub- cuyo interior se encuentran cosas más comple-
tela, del tejido; nos movemos de texo, hacer o jas que después adquieren desarrollo ulterior, se

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materializa en muchos de los dibujos y figuras dulante, a excepción de un caso menor, el de la

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esquemáticas, las “figuras extraídas” (de traho, descripción de un tubo enroscado en una pren-
protraho), del portfolio de Villard de Honnecourt sa hidráulica14. Las líneas curvas se trazan con
de comienzos del siglo XIII. La base de estas fi- compás pues todas las técnicas utilizadas para
guras son esquemas lineales, variantes de las diseñar arcos apuntados, espirales, o formas do-
formas básicas euclidianas, el cuadrado, el círcu- blemente incurvadas se fundamentan en el há-
lo, el triángulo11. Éstos operan como schemata. bil manejo del anclaje de la punta del compás.
Schema, en griego, significa la actitud o postura Villard estaba muy familiarizado con todo esto,
de una figura, y se tradujo al latín como figura12. pero no utiliza la línea sigmoide (la doble curva),
Por medio de esa forma de extraer, de extrapolar y el gusto de entonces tampoco le daría razones
figuras, Villard muestra cómo las formas son, en para hacerlo. Las formas sinuosas se consideran
sí mismas, tópica, algo propio de la inventio (en el una característica de finales de la Edad Media,
sentido retórico del término); y las “figuras extraí- de después de 1250, es decir, posteriores a la
das”, ejemplos prácticos de composición y am- época de Villard. Esa es la época y la tendencia e
plificación. En uno de los textos que acompañan inclinación estética que me interesa. Fundamen-
a los dibujos, explica que facilitan la invención, talmente, quisiera reflexionar sobre las líneas en
reconociendo el poder de los dibujos lineales forma de S o dobles curvas (ogee, en inglés) que
(fol. 18v) li force des trais de portraiture. Los se basan, por lo menos, en dos puntos del com-
“tópicos” formales funcionan como “asiento” pás. Estas líneas formaban parte de la dispositio
para los temas, pues de ellos se “extraen” ca- o de los fundamentos de la disposición de las
bezas, miembros, posturas, como declara en un tracerías de ventanas y arcos y es el elemento
texto añadido en el fol. 20 del porfolio: Totes ces clave en el control del contrapposto gótico. A
figures sunt estraites de geometrie. Funcionan pesar del virtuosismo en el uso del compás que
como machinae, estructuras mentales o físicas, se observa en la arquitectura gótica desde finales
andamios, que ayudan a construir algo13. El port- del siglo XIII, su papel, en lo que respecta a la
folio de Villard, que concede mucha importancia composición figurativa, no conoció, por cuanto
a la geometría y al papel de las machinae en la podemos saber, teorización alguna. Fue uno de
construcción en general, se puede considerar, en los mejores artistas europeos del norte, Alberto
justicia, un ejemplo de pensamiento “tópico”. El Durero quien, por primera vez, expresó la “topi-
tópico no está sujeto a la especulación teórica, calidad” de las formas lineales como temas para
tiene que ver con la demostración práctica. Y en la invención figurativa en su exposición de las
“seis posturas” en el libro cuarto de sus Vier
este escenario, el método consiste, evidentemen-
Bücher von menschlicher Proportion publicado
te, en la amplificación externa desde el “tópico”,
póstumamente en Nuremberg en 152815. Durero
sin importar hasta qué punto actúa el proceso
concibió este método de diseño, con un arma-
opuesto (la “esencialización” de la forma). Sin
zón de líneas formando cubos, especialmente
embargo, el propio “tópico” nunca se muestra
para los escultores. Entre las seis “posturas” se
aislado o se lo considera en sí mismo. Lo fun-
incluye una línea serpenteante, en forma de S,
damental es la manera en que desencadena la
bajo el epíteto de curvo (krumbt or gekruppt) en
invención. Esta idea sigue viva en el término del
contraposición a formas giratorias o enrolladas
francés moderno motif (motiv, en inglés; motivo,
(gewunden) tales como la “línea helicoidal”. En
en castellano), derivada de palabras que expresan
este caso, por así decirlo, los “tópicos” se esta-
acción como motivo o motivar, que provienen del
blecían a priori.
latín movere.
Una segunda vía nos conduce, a través de Mi-
guel Ángel y Lomazzo hasta la célebre obra de
La Línea de la Belleza: del tópico al color
William Hogarth, The Analysis of Beauty (1753), y
retórico
al modo en que éste aborda la Línea de la Belleza
Los “tópicos” generativos básicos de Villard – Line of Beauty –16, una doble curva superficial
eran euclidianos. Entre ellos no se incluía el mo- ondulante similar a la de Durero, que ya había
tivo que aquí nos interesa, la línea curva u on- dejado su huella en su pintura con anterioridad,

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en su autorretrato de 1745. En un célebre artículo


Paul Binski

publicado en 1970 “Maniera and Movement: the


Figura Serpentinata”, Summers había advertido
que Durero había utilizado el término figura ser-
pentinata en sus escritos sobre pintura en 1584,
consciente de que era un término miguelange-
lesco17. Así pues, como advirtió Summer, la fama
de la idea de que en una línea serpenteante y on-
dulante se encarnaban placer y belleza se había
originado mucho antes de que hubiese sido reto-
mada por Hogarth en su The Analysis of Beauty.
El concepto de belleza formal en Hogarth se
centraba en la disposición y en los motivos. Si-
guiendo a Lomazzo, el pintor inglés decía que las
figuras debían disponerse a partir de una suerte
de Idea o esquema troncal: un tronco piramidal o
cónico, animado por un movimiento lineal heli-
coidal dispuesto alrededor; y por lo que se refiere
a los motivos, defendía que, para que resultasen
placenteros, los cuerpos debían construirse con
motivos lineales regidos por la variedad, moti-
vos lineales serpenteantes y ondulantes como la
suave y recurrente forma de la Línea de la Belle- Fig. 1. William Hogarth, The Analysis of Beauty (1753), página
za. El poder activo de la línea serpenteante no del título
derivaba únicamente de su delicada repetición, So vary’d  he, and of his tortuous  train
fundamentalmente, porque encarnaba una no- Curl’d  many a wanton wreath, in sight of  Eve,
ción importante en la estética del movimiento, To lure her Eye.
sino en la estética en general, la del movimiento Formando en presencia de Eva
contrario. Como la linealidad cónica, decía si- Caprichosos anillos con la cola
guiendo a Lomazzo, pertenece al ámbito de los Para atraer su mirada
volúmenes, pues no se limita al trazo de una línea
sobre en una superficie bidimensional, resulta re- La referencia de Hogarth a la Serpiente del
levante para la escultura, para la que la idea de Paraíso, interpretada sin duda como una figura
movimiento contrario es fundamental porque la serpentinata, viene acompañada de una adver-
escultura conlleva la experimentación o la bús- tencia moral. La Serpiente de Milton constituye
queda del equilibrio. un buen ejemplo del poder de seducción, de la
persuasión, y del mal uso de la variedad, o dicho
La asociación de la Línea de la Belleza con la de otra manera: cuando la variedad no se ajusta
noción retórica y el valor artístico de varietas, a las normas del decoro se convierte en algo re-
la placentera variedad regida por el decoro, se lacionado con la curiositas, el “vicio de los ojos”,
pone en evidencia en el frontispicio del Analysis una noción que, a partir de San Agustín, Casiano
de Hogarth, un texto escrito, según sus propias y otros tantos había penetrado en el pensamien-
palabras, con la fútil esperanza de “fijar las ideas to ético y estético sobre la “fornicación mental”
fluctuantes sobre el gusto” (fig. 1). Su “logo” en la Edad Media y después19. De esta manera,
central consiste en una forma piramidal o cono- Hogarth introduce el tema del valor y, por impli-
pial derivada de las propuestas de Lomazzo, con cación, del género, ya que fue Eva la que cayó en
la Línea de la Belleza dispuesta sobre un pedestal el error, apartándose de la estrecha senda de la
titulado Variety –Variedad–, y sobre ella colocó, rectitud. Errare humanum est, dice el refrán, y la
para matizar la cuestión, una cita del libro 9 del Línea de la Belleza del pintor inglés pronto encon-
Paraíso perdido de John Milton18: tró eco en el Tristram Shandy (1760-67), en el que

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Paul Binski
Fig. 2. Laurence Sterne Tristram Shandy (1760-67), garabato

Laurence Sterne, parodiando deliberadamente a


Hogarth, hizo imprimir, en intervalos aleatorios,
una serie de extrañas líneas vagabundas (fig.
2), que muestran gráficamente (por ejemplo en
6.10) el ductus errático de la vida20. La línea errá-
tica es a la vez la encarnación de la sensualidad
y de la errática cualidad de las vidas muy vividas,
o como dice Sterne (4.10), de vidas que transcu-
Fig. 3. Paris BNF, MS 10474, Apocalipsis, Westminster c. 1270,
rrieron “al margen de las normas establecidas”. ángeles de los fols. 12v-14 formando una sequencia
¿Qué se puede hacer con todo esto si nos mo- rietas. Algo fundamental en todo este asunto es
vemos en un período anterior a Hogarth, Lomaz- la noción de cambio, de movimiento, de “diver-
zo y Durero? ¿Se pueden transferir estas ideas a sificación de actividades”, si echamos mano de
otras épocas? Quisiera reflexionar, brevemente, un término propio de la pedagogía. Del núcleo
sobre la posible relación que guardan con el arte de esta cultura francesa de la invención surgieron
gótico, y más en concreto, con el arte gótico in- algunos experimentos sorprendentes con espira-
glés, dos de las “posturas” de Durero: la forma les y torsiones que traspasaron las fronteras de
envolvente y la forma incurvada ondulante. Ya he lo bidimensional, precisamente porque guarda-
hecho referencia a cómo los artistas del siglo XIII, ban relación con la escultura. En la década de
incluido el propio Villard – fuese o no arquitecto los sesenta del siglo XIII, un artista brillante, muy
– no debieron de haber utilizado la forma entor- influenciado por lo que se estaba haciendo en
chada como un tema o un “tópico” a priori, pero Francia y que trabajaba en la corte de Westmins-
sin lugar a dudas desarrollaron la espiral como un ter, ilustraba un manuscrito del Apocalipsis (Paris,
principio composicional, como demuestra la dis- BNF MS 10474) con una secuencia de cuerpos
positio espiral del hombre envuelto en una capa de ángeles representados de un modo, aunque
en el folio 23v de su portfolio21. Las soluciones artificial, extraordinario (fig. 3). Este es un arte
de Villard son ejercicios que demuestran la fuerza en el que, como sucedía con los luchadores de
del tópico, cuyo desarrollo recuerda al uso del Villard, se utiliza una imaginería somática para
argumento forzado en el marco de la invención, encarnar un concepto, en este caso, la noción
un tropo retórico relacionado con la dificultad22. metafísica que hace de los ángeles la encarnación
El concepto de argumento forzado proporciona de poderes o de inteligencias23. El arte visionario,
un esquema para la idea de fuerzas encontradas como han advertido diversos investigadores, se
en una construcción o en una disputa intelec- formula en términos profundamente corporales
tual. Afecta y vincula a cuerpo y mente. Lleva o somáticos, y esas formas no constituyen un
implícita, además, la noción de variedad, la va- punto de partida hacia la trascendencia, como

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pensaban expresionistas y teóricos de la empatía


Paul Binski

tales como Worringer, Wölfflin or Focillon. Este


artista y su equipo de colaboradores debieron de
haber experimentado con figuras entorchadas y
giratorias porque eran imagiers de gran calidad
que diseñaban escultura al mismo tiempo que
miniaturas o pintura mural. Yo veo una afinidad
– sino una conexión literal – entre sus afanes y el
discurso posterior sobre la figura sforzata, la fi-
gura forzada, que es también una figura poética,
en el Cinquecento24.
La torsión, las formas retorcidas, cuentan con
una dimensión metafísica o moral. En la Línea de
la Belleza de Hogarth se advertía ya una cierta Fig. 4. Díptico de marfil con escenas de la vida de Cris-
ambivalencia. Los poderes de la belleza o de la to, Alemania, siglo XIV (New York, Metropolitan Museum
17.190.293) (Creative Commons)
virtud, en su calidad de ideales, “debían” ser es-
tables y simétricos, porque las figuras que suelen
representarse retorcidas y en movimiento encar- serpiente del Génesis en la ilustración del fol. 2
nan a los demonios, o los sayones que inflingen del manuscrito también trepa alrededor del árbol,
torturas a Cristo25. Como sostenían muchos es- mostrando su calliditas, o expresando sutilmente
toicos medievales que criticaban la sofisticación su astucia. Honorius Augustodunensis, de hecho,
académica, la sutileza era un peligro que debía hablaba de la serpens persuadens del Génesis28;
evitarse, una suerte de ostentación, aunque y Petrus Comestor en su Historia Scholastica, va
residiese únicamente en el pensamiento26. La más allá, cuando, al referirse a la provocación
teología así lo advertía porque, como ya nos ha elocuente de la serpiente (De suggestione), la
hecho ver Milton, la serpiente del Paraíso era una dota de los rasgos faciales de una virgen, para
suerte de sutileza, del seductor poder de la per- convencer, así, mejor, a Eva, porque lo parecido
suasión. La tradición pictórica inglesa es rica en atrae a lo parecido29. En el manuscrito de Eton se
esos rasgos sutiles y sinuosos. Sirvan de ejemplo alude, además, de otra manera, al Christus ser-
los medallones tipológicos de un manuscrito del pens como demuestra la disposición sinuosa de
siglo XIII (Eton College MS 177), que muestra una sus piernas en la cruz. Ese debió de ser también
Crucifixión rodeada por prefiguraciones de Cris- el caso de la curva en forma de Z, tan propia de
to, tipos veterotestamentarios, entre los que se finales del siglo XIII, que evoca al gusano con que
incluye a Moisés con la serpiente de bronce27. Los se compara David en salmo 21:7 ego autem sum
textos que rodean la imagen de los medallones vermis et non homo, el oprobio de los hombres,
de la Crucifixión y de la serpiente de bronce rezan repudiado por Cristo (fig. 4)30. Y es que no todas
“Cristo nos redimió con su sangre derramada y las líneas sinuosas son placenteras. En otras pa-
no mereciendo morir, murió de una muerte vil” y labras, las formas no siempre pueden separarse
“Cristo, la serpiente, mata a las afiladas serpien- del significado, de la metáfora, y no siempre una
tes”. Tales imágenes están cargadas de alusiones misma forma significa lo mismo.
poéticas. A la de Cristo como serpiente se alude Pero de entre todas las líneas curvas, la que
por primera vez en la profecía del propio Cristo me interesa es la línea sigmoidea, la que se pa-
en Juan 3:14 cuando anuncia que será alzado rece a una S, la que generó lo que en inglés se
como fue alzada la serpiente por Moisés en el conoce como ogee arch y en castellano como
desierto (Números 21:9): la cruz, como la vara arco conopial, una suerte de reflejo en el espejo
de bronce con la serpiente, eran, entonces, es- de la Línea de la Belleza de Hogarth. El término
tandartes de victoria. En el manuscrito de Eton, ogee no es otra cosa que una variante del utiliza-
sin embargo, se alude también a la sinuosa ser- do en francés para denominar el arco apuntado
piente del Génesis 3:1. Cristo crucificado triunfa – ogive. El término medieval inglés que se refiere
sobre el pecado. Como la serpiente de bronce, la a él, que se registra una sola vez y esto hay que

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terior e incluso más tarde, la línea curvilínea se

Paul Binski
convirtió en el distintivo de la invención artística
inglesa, especialmente de la invención arquitec-
tónica.
Sin profundizar demasiado en la historia in-
dividual de cada edificio, quisiera señalar que el
motivo del arco conopial, a grande o pequeña
escala, jugó un papel cada vez más importante,
diría incluso elocuente, en la arquitectura inglesa
de hacia 1290. No deja de resultar interesante, y
probablemente no por caso, el arco conopial apa-
rece por primera vez en las artes figurativas (en la
década de 1260) en la obra de miniaturistas que
experimentaban con el entorchado, con la tor-
sión34. Ejemplos de mayor y menor tamaño inclu-
yen, aproximadamente en orden cronológico: (1)
la Cruz de la reina Leonor de Hardingstone (fig.
5), diseñada a principios de los noventa como
parte de una serie de doce monumentos conme-
morativos que señalaban, a lo largo del camino,
el recorrido del cortejo fúnebre de la reina Leonor
de Castilla, desde Lincoln a Londres, en 1290;
(2) el relicario de Santa Edburga de Bicester, hoy
en Stanton Harcourt, que data de la primera
década del siglo XIV; (3) el muro oriental de la
Lady Chapel de la entonces iglesia agustina, hoy
Fig. 5. Hardingstone, cruz de la reina Leonor, detalle, década
de 1290 (autor) catedral, de Bristol, diseñada alrededor de 1298
(fig. 6); (4) un nicho en una capilla anexa de la
tenerlo en cuenta, es resaunt, una palabra de misma catedral, la capilla Berkeley, de la misma
etimología desconocida (¿procedente quizá del época; (5) pequeños nichos en la Lady Chapel de
inglés medieval saunter, utilizado para conceptos la abadía de St Albans, levantada entre 1302 y
tan distintos como meditar, maravillarse, vaga- 1308; (6) el magnífico trono episcopal de la ca-
bundear?)31. En alemán se les denomina kielbo- tedral de Exeter, que ya estaba en uso en 1313;
gen, porque recuerdan al entrecruzamiento de (7) la arcada del muro de la Lady Chapel de la
las cuadernas del casco con la quilla que queda catedral de Lichfield, comenzada en 1321; (8) el
a la vista en un barco invertido. Los franceses exterior del portico exagonal de St Mary Redcli-
les llaman accolades, esto es, arcos “soldados”, ffe, Bristol, c. 1320 (fig. 7); (9) la arcada mural de
contraídos. Quizá la idea de que estos arcos son la Lady Chapel en la catedral de Ely, diseñada en
“mullidos” deriva de las propiedades elásticas y 1321 (fig. 8); (10) y finalmente, en la tumba de
maleables de la orfebrería, pues este tipo de arco una dama de la familia Percy en Beverley Mins-
se encuentra en obras de orfebrería gótica como ter, ca. 134035. Desde 1310-20 el arco conopial
el gran relicario de Santa Gertrudis en Nivelles, de se extendió progresivamente en el repertorio de
finales del siglo XIII32. La historia del arco conopial formas en todo tipo de soportes. En la misma
es larga y compleja y no existe consenso acerca década, como se observaba ya en el trono de
del cómo y del por qué se incorporó al reperto- Exeter, el vértice del arco conopial comenzó a
rio de la arquitectura gótica33. Pero a mí no me proyectarse ligeramente hacia afuera, de modo
interesa tanto la causa, o la identidad, como la que la curva en forma de S operó en tres y no
interpretación. Hizo su aparición, especialmente, solo en dos dimensiones, formando un arco co-
en Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XIII. nopial “balanceante”, que habría de convertirse
Desde entonces y durante la media centuria pos- no sólo en términos plásticos en el tema básico

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Paul Binski La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval

Fig. 7. Pórtico, St Mary Redcliffe, Bristol, c. 1320 (autor)

Fig. 6. Muro oriental, Lady Chapel, catedral de Bristol, comien-


zos del siglo XIV (autor)

de la dispositio de un alzado sino también en un


aspecto peculiar de su discurso.
De 1360 en adelante, la tracería curvilínea o
“flowing” –“fluída”– constituyó el verdadero
leitmotiv de las vidrieras inglesas, de un modo
mucho más evidente que en la arquitectura del
continente (fig. 9). Parece, además, que comenzó
a adquirir significado, que en ellas se podía reco-
nocer una forma significativa, que en ellas podía
“verse algo”, como sucede con el gran corazón
del gran ventanal occidental de la catedral de
York, datado en 133936.
Es difícil saber qué hacer con el hecho de que
exista una preponderancia de ejemplos tempra-
nos (esto es, anteriores a 1320) del uso a gran
escala del arco conopial en edificios u objetos
dedicados a la Virgen, a las santas o a mujeres
nobles. En Bristol, Lichfield y Ely los ejemplos se
encontraban en las Lady Chapel, capillas que se
añadieron en las iglesias inglesas por estas época
para que se celebrase en ellas, los sábados, el
Oficio de la Virgen. El pórtico de St Mary Redcliffe
podría incluirse en esta lista porque en el siglo XV, Fig. 8. Arcada mural con arcos conopiales “balanceantes”,
William de Worcestre en su célebre itinerario, lo Lady Chapel de la catedral de Ely, diseñada en 1321 (autor)

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La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval 59

Paul Binski
Fig. 10. ilustración del Salterio de Robert de Lisle. c. 1310 en el
libro de Nikolaus Pevsner, The Englishness of English Art (1956)

de que se han asociado por lo general con el arte


islámico o el budista, encuentran su origen en el
ámbito bizantino38.
Traigamos a colación las líneas sinuosas de
la maravillosa Crucifixión del Salterio de Robert
de Lisle, realizada en Londres c. 1310, donde las
fluidas líneas ondulantes dan respuesta – como
en un contradit - a las formas más estrictas del
baldaquino que aloja a la Virgen y el Niño en el
Fig. 9. Ventana oriental con tracería curvilínea, iglesia parro- recto del folio consecutivo, formando, de esta
quial de Heckington, 1330-40 (autor) manera, una suerte de díptico (fig. 10). Para
calificaba como la principal Lady Chapel, porque poder interpretar estas curvas sinuosas en cla-
alojaba, en un camarín, una imagen de culto de ve de género, considerando la línea curva como
la Virgen37. También las cruces de la reina Leonor algo específicamente femenino, tendríamos que
y la tumba de la dama de la familia Percy conme- intercambiar los coronamientos, y envolver a la
moraban a mujeres difuntas. Virgen con las blandas formas del arco conopial.
En este caso, nos encontramos, sin duda, con
Esta cuestión debe abordarse con mucha pru- un ejercicio deliberado de varietas; pero resulta
dencia, porque aunque los testimonios más an- tentador buscar de qué manera estas diferencias
tiguos parecen apuntar en este sentido, existen en el diseño pudieran estar relacionadas con la
importantes excepciones a la norma (suficientes) expresión de ideas o condiciones preconcebidas,
como el innovador trono episcopal de Exeter porque formas de este tipo suelen calificarse, en
en el que los arcos conopiales se utilizan en un términos contemporáneos, de “expresivas”. Se-
contexto masculino, exclusivamente masculino, rán “expresivas” pero no expresan nada porque
el de la promoción de los obispos de la sede. A la expresión es intransitiva, la idea de expresión
las mismas conclusiones erróneas se llega si se carece de predicado o de cualidad39. Este modo
considera el arco conopial desde una perspec- de pensar, este modo de pensar identitario, tien-
tiva de género. A cada asociación femenina le de a ser inamovible, polarizado y reduccionista.
corresponde una masculina. Una imagen de la La cuestión no radica en la identidad esencial
Madonna situada bajo un arco conopial en un de la forma, sino en su capacidad para operar,
evangeliario armenio del siglo X en realidad lo para moldear la experiencia, cuando se usa en
que pone de manifiesto no es que estas formas ciertas circunstancias y situaciones. Cuando ha-
guarden relación con la Virgen, sino que, a pesar blamos del “poder” de los motivos estamos, en

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60 La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval

atraídos por ella, dejando al margen todo lo pro-


Paul Binski

duce miedo o resulta desagradable. La teoría me-


dieval de los afectos distingue entre los poderes
del deseo y del rechazo, entendiendo éstos como
agentes importantes en la experiencia emocio-
nal y cognitiva, y no como factores pasivos40. Un
rasgo estético relacionado con la disposición se
aprecia en el progresivo incremento de la curva
en forma de S, el último grito en línea, el contrap-
posto de la estatuaria gótica desde mediados del
siglo XIII en adelante. Fue a partir de estas fechas,
cuando se hicieron más habituales, por ejemplo,
las imágenes de la Virgen, en pie, inclinándose
con elegancia hacia el Niño (fig. 11). La actitud,
marcada por la curva en forma de S, no era un
atributo exclusivo de las imágenes femeninas,
porque con la misma actitud se puede ver a San
Juan a los pies de la Cruz (véase fig. 4), o inclu-
so se encuentra en efigies militares del siglo XIV.
Aunque hoy podamos asociar las formas incurva-
das y balanceantes de las estatuas de finales del
gótico con las ideas de gracia y elegancia, eso no
significa que su uso, masculino o femenino, no
Fig. 11. Virgen con el Niño, marfil francés del siglo XIV (New hubiese sido concebido para conmover al espec-
York, Metropolitan Museum 60.95.114a) (Creative Commons)
tador, para, intencionadamente, de manera su-
realidad, pensando en “potencia”, como con el bliminal, conseguir que el destinatario de la obra
voltaje eléctrico; y como sucede con el voltaje, se se sintiese inclinado emocionalmente hacia ella.
necesita la corriente para que funcione. Lo que está sobre la mesa es cuál era el objeto
Una conclusión a la que se llega después de de tal inclinación y lo variable que podía ser. En
esta argumentación es que el pensamiento me- este sentido viene a auxiliarnos Dante, cuando
dieval sobre la linealidad no se puede separar de en Purgatorio 18:19–27, al tratar sobre dónde
lo tópico, y que en las líneas no se han de bus- residen los movimientos del alma y del cuerpo
car rasgos propios de categorías identitarias. Sin de los enamorados dice que la mente se activa
embargo, cabe preguntarse si en la Edad Media ante lo que es placentero, se inclina, se mueve
se relacionaba, de alguna manera, el ámbito de hacia el objeto de placer (o de deseo en el caso
las líneas con nociones relativas a los cambios de de los temas religiosos): “ese plegarse es amor”
color – a través del movimiento – sobre una su- (quel piegare è amor). El poder afectivo de una
perficie. El dibujo implica siempre el movimiento forma concreta se expresa, mejor que en inglés
de la mano o del pincel y cambios en la superficie o en latín, con el término italiano vaghezza, en-
sobre la que se dibuja. Ya he señalado que la canto, delicia, anhelo. La palabra deriva del latin
palabra intención deriva del latín tendo-tendere. vagor (vagabundear, andar de aquí para allá), y la
La intención es una fuerza del deseo que nos utilizan tanto Dante, como Petrarca o Boccaccio.
mueve o nos conduce hacia algo, una extensión Chaucer también debió de conocer esa noción
de la voluntad hacia la cosa deseada. Una obra de que fue, más tarde, fundamental en el teórico del
arte debe tener su propia intención o tendencia, arte italiano Agnolo Firenzuola41. Palabras como
su propia forma de hacer, sus propios hábitos. La éstas carecen de un significado exacto, porque
obra opera a través de sus propiedades forma- en realidad aluden a una cuestión de tono, a
les, de su estilo, para afectar a sus espectadores ese je ne sais quoi que tanta importancia tiene
con una intención concreta: el que se muevan, en la estética. Se refieren a una suerte de poder
se sientan inclinados hacia ella o poderosamente sutil, suave. Pero también son ambivalentes: de-

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La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval 61

bido a su género femenino, la palabra vaghezza ciones concretas, y la noción de ocasión plasma

Paul Binski
cuenta, potencialmente u ocasionalmente, con el modo en que estas situaciones tienen capaci-
un lado negativo en el marco de una ética de dad de acción en un sistema lógico, que ofrece
raíz fundamentalmente aristotélica y, en buena posibilidades pero también las limita. En su Insti-
medida, fue esa tradición la que condujo des- tutio oratoria (2.13), cuando Quintiliano aborda
pués a linea serpentinata de la Eva de Milton o la cuestión de los procesos y de los movimientos,
de la Línea de la Belleza de Hogarth42. Es decir, en defiende que las cosas no deben ser más “fijas”
este caso, el “tópico” se ha convertido en “co- de lo que lo son en el proceso retórico, porque la
lor”, en algo que desempaña un papel sutil, que retórica, como todas las formas de invención, no
matiza el argumento. W. J. T. Mitchell escribía está sujeta a normas estrictas. Lo que realmente
sobre “drawing desire” (dibujar el deseo) en la importa es lo que es adecuado (quid deceat) y
obra de Hogarth, Blake y Turner de la siguiente lo que es conveniente – expedient, en inglés –
manera: “drawing itself... is the performance of (quid expediat), lo que es decoroso, y lo que se
desire. Drawing draws us on. Desire just is, qui- ajusta ad usum. Tanto la conveniencia como el
te literally, drawing or a drawing – a pulling or decoro son fundamentalmente ocasionales. Es
attractive forcé” (el dibujo en sí mismo…es la precisamente en esa misma sección (2.13) donde
representación del deseo. El dibujo nos inspira. El Quintiliano va más allá, relacionando el rechazo
deseo es, casi literalmente, el acto de dibujar o un de las leyes estrictas con la idea del movimiento
dibujo –un impulso o una fuerza de atracción) y referida a las actitudes corporales, a las posturas.
su expresión es la vorágine del deseo de dibujar, La conveniencia y el cambio pueden verse, dice,
la línea, la espiral43. Mitchell resituaba, así, en en las pinturas y las esculturas. Las figuras rígidas
el contexto de la estética moderna, algo que se están faltas de gracia. Pero, dice “la flexibilidad
hallaba implícito en la retórica y el pensamiento – casi diría el movimiento – produce una suerte
afectivo medievales. de efecto y de afecto” (Flexus ille et, ut sic dixe-
rim, motus dat actum quendam et adfectatum).
Con todo, el afecto en Quintiliano es, en este
Ocasión caso, intransitivo: carece de predicado, de cua-
Dicho esto, cabe ahondar sobre la idea de que lidad. La vaghezza de Dante, en cambio - ese
el color, como manifestación elocuente, tiene movimiento, ese afecto - es transitiva porque va
una capacidad de acción ocasional, no esencial. ligada ocasionalmente, al amor y a la atracción.
Los “tópicos” – o motivos, otra vez una palabra Como resolución de la cuestión, estoy propo-
moderna – y los colores no forman parte de un niendo que la línea medieval debe ser entendida
sistema fijo, inmóvil. Son aspectos móviles. Nin- bastante más en términos de práctica retórica
gún “tópico” se concibe, aisladamente, para que que de psicología. Ernst Gombrich, un gran psi-
desempeñe un papel especialmente activo. Y uti- cólogo del estilo, tenía razón, sin duda, cuando
lizo, deliberadamente, el término ocasión, porque defendía en su libro The Sense of Order (1979)
plasma la noción que hoy llamamos “situación”. que “el estilo en el arte, como el estilo en el len-
Por eso he sugerido que debemos hablar única- guage es sobre todo una cuestión de preferencias
mente de “motivos” (una palabra moderna, por establecidas… Juzgamos un estilo y juzgamos
eso he utilizado en su lugar “tópicos”), porque una tendencia”. Sería difícil disentir. Gombrich
cuentan con potencial en una situación especí- se interesa menos por la empatía que por la fisio-
fica. La ocasión es una noción importante en el nomía, la habilidad psicológica de ver el “look”
campo de la retórica44. Se refiere a la naturaleza de cada estilo. Decía al respecto que los que es-
dinámica del contexto en el que se dice o se es- criben sobre moda “saben lo que quieren decir
cribe algo. La ocasión nos permite hacernos una cuando anuncian que la colección de la próxima
idea de lo que es correcto u “oportuno” escribir temporada tendrá un toque femenino”45. Gom-
o decir: guía nuestro sentido de decorum. Una brich llamaba la atención sobre las condiciones
ocasión no es un estado sino un proceso en el estructurales de la comunicación, sobre la “lógica
que participan los artefactos y la audiencia. Las de las situaciones” (the logic of situations), un
obras de arte siempre se experimentan en situa- término que suena muy racional pero que yo en-

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62 La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval

tiendo como una asociación entre algo mental y mino “cromatismo” que designa el movimiento
Paul Binski

algo emocional, como un asunto afectivo, indi- por medio de semitonos. Y es que los términos
sociable de la idea de ocasión. Su explicación de relacionados con el color merecen una atención
lo que llama “metáforas visuales de valor” (visual mayor de la que se le ha venido concediendo.
metaphores of value) – una de las cuales podría Una estudiosa, Liz Leach, proponía que los inter-
ser la “suave línea ondulante”– responde a este valos cromáticos tenían género, eran femeninos
tipo de condicionamientos46 Solo un pequeño o de naturaleza femenina, siguiendo la tradición
trecho separa estas ideas de la delicadeza que aristotélica anteriormente mencionada, pero
se sanciona a sí misma y de la imprecisión que también una dimensión “orientalizante”. Sarah
mostraba Michael Baxandall cuando investiga- Fuller le dio la réplica enérgica y rotundamente:
ba sobre las actitudes del cuerpo en la escultura los testimonios sobre esta cuestión son escasos,
lígnea alemana y veía en ellas “una peculiar cua- y su práctica muy variable. Lo que pienso sobre
lidad insistente... el comportamiento huidizo de esto es que esta suerte de punto muerto al que
las metáforas visuales, una correspondencia entre llegó esa discusión es el resultado de no haber
la forma total de las estatuas y el carácter huma- tenido en cuenta la cuestión fundamental de la
no”, mostrando su recelo ante ideas prefijadas o ocasión: que los efectos cromáticos, como los co-
esquemas inamovibles47. lores como aspecto del estilo en la retórica y en el
Sobra decir que encajar en el tortuoso camino arte en general, son necesariamente ocasionales,
las continuidades históricas y las normas estable- no normativos. Las normas tienen cierto valor a
cidas las contingencias de la ocasión y la situación la hora de establecer lo que se entiende gene-
es cualquier cosa menos sencillo. La precaución ralmente y públicamente como verdadero, y de-
de Baxandall es comprensible, es la de un lector muestran que es la sociedad quien las gestiona.
con sentido común. Sobre lo que quiero llamar Y al final ¿quién es capaz de determinar el papel
la atención es sobre la manera en que la ocasión de la intención de un ser humano y los determi-
atrapa lo que hemos dado en llamar “motivos” nantes de una situación a la hora de realizar algo?
en una red de intencionalidades cambiantes, con- La mayor parte de este ensayo sobre el pro-
tradictorias y enfrentadas. Cuando digo que la blema de la línea discurre en sentido contrario al
línea de la belleza podría, en ocasiones, incluso discurso sobre el análisis formal que se popularizó
antes de Hogarth, haber tenido “un toque fe- en el siglo pasado en la historia del arte. No tie-
menino”, estoy sugiriendo que los que ponían ne nada que ver con la insistencia del Idealismo
en práctica un estilo sabían cómo convertir un alemán en la naturaleza esencialmente “lineal”
tópico en un color en ocasiones específicas, y de lo medieval como opuesta a la plasticidad del
que no podemos estar seguros de que esto no arte clásico, una idea que alcanzó una extraordi-
lo tuvieran en cuenta los artistas medievales. Los naria acogida. Defendían que un arte infinito de
colores retóricos son aspectos del estilo que no la línea, un arte no mimético, era el resultado de
son inflexibles. La práctica de la retórica clásica una “voluntad”. La línea podía ser entrelazada,
y medieval nos ayuda a clarificar esta noción de podía ser ondulante, pero, para esta escuela de
acción combinada, de la intención del objeto, del pensamiento, la línea era algo que no tenía nada
autor, de la experiencia del sujeto y, algo impor- que ver con la estética, era algo trascendental-
tante, de la situación o la ocasión que enfatiza la mente sublime, que no guardaba relación con
naturaleza no reglada de la experiencia estética. la experiencia estética, con la belleza o con el
Desde una perspectiva multidisciplinar los obstá- cálculo mental racional. Debemos este modelo de
culos que crean el esencialismo o las interpreta- línea transcendente o expresionista, entre otras,
ciones normativas se ponen de manifiesto en una a la obra de Willhelm Worringer Formprobleme
reciente discusión académica sobre musicología der Gotik (1912)49. Es más, de la mano de un
medieval, en concreto, sobre qué se entendía por discípulo de la escuela idealista del análisis for-
intervalos musicales “subtonales”, semitonos o mal empático, Nikolaus Pevsner, se encontró, por
tonos intermedios entre los tonos mayores48. A los primera vez, el que escribe, la Línea de la Belleza
intervalos “subnotales” se les llamaba en la Edad como una categoría racial-nacional transhistórica
Media, disonancias “de color”, lo que lleva al tér- en la geografía del arte. ¿Cuáles son las propie-

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La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval 63

inglesa, que discurría…desde el estilo del 1300

Paul Binski
hasta Blake y más allá”50. Las mismas normas psi-
cológicas y los mismos esencialismos identitarios
de rasgo idealista están presentes en el modo en
que tratan el tema de la línea Henri Focillon y su
continuador Jurgis Baltrušaitis51 (fig. 12), aunque
lo hagan de un modo extraordinariamente su-
gestivo. La línea, para ellos, será un síntoma de
la condición interna de toda una cultura visual.
Ya, en The Seven Lamps of Architecture (1849),
John Ruskin había visto en la incursión de formas
sinuosas y entrecruzadas en la tracería de las ven-
tanas góticas “un cambio que sacrificaba el gran
principio de la verdad”, algo “básicamente desas-
troso”; un rasgo “del gusto morboso y decaden-
te”; y al tratar la cuestión del “Gótico Barroco”,
Focillon veía en la doble curva del arco conopial
un síntoma de un proceso “que afectaba a lo
más profundo del sistema” al desestabilizar a la
arquitectura demostrando la “desorganización
interna” de un estilo que había nacido racional. El
carácter rectilíneo del estilo perpendicular inglés,
por otro lado, constituía “la venganza de la línea
recta”, que venía a suplantar “las caprichosas si-
Fig. 12. Ilustración de la “accolade orientale” en el libro de J. nuosidades de la curva y la contra curva”.
Baltrušaitis, Le Moyen Age fantastique: antiquités et exotismes
dans l’art gothique (1955) Lo que llevó a voces de tamaña estatura a per-
dades formales características del arte inglés?, se derse por esos laberintos morales y psicológicos
preguntaba Pevsner en The Englishness of English no es de mi incumbencia. Ni la moralidad, ni la
Art (1956) El carácter lineal era una de ellas, que psicología, ni la identidad o (en esta cuestión) la
compartían la Edad Media y la época de Hogarth: biología pueden ser de utilidad. A mi parecer, las
“Hoy en día la afición por estas dobles curvas es líneas medievales de la belleza fueron mucho más
un hecho indiscutible, aunque Hogarth no sa- flexibles, más liberadoras, y más insondables, si la
bía que se alineaba con una arraigada tradición ocasión me permite decirlo.

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64 La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval

NOTAS delle Tre Fontane, Farnham: Ashgate, 18


La cita es como sigue:
Paul Binski

Traducción: Rocío Sánchez Ameijeiras 2012, pp. 202-4 y fig. 7.4. So spake the  Enemie  of Man-
10
R. H. y M. A. Rouse, “Statim in- kind, enclos’d
1
Paul Binski, Gothic Wonder: Art, venire. Schools, Preachers, and New In Serpent, Inmate bad, and
Artifice and the Decorated Style 1290- Attitudes to the Page”, en Renaissance toward Eve [ line 495 ]
1350, New Haven y London: Yale Uni- and Renewal in the Twelfth Century , ed.
Address’d his way, not with inden-
versity Press, 2014. R. L. Benson y Giles Constable, Oxford:
ted wave,
Clarendon Press, 1982, pp. 201-25, en
2
Véase, por ejemplo, O. Grabar, Prone on the ground, as since, but
202-3; M. Carruthers, The Book of Me-
The Mediation of Ornament, Princeton y on his reare,
mory. A Study of Memory in Medieval
Oxford: Princeton University Press, 1992.
Culture, Cambridge: Cambridge Univer- Circular base of rising  foulds,
3
Véase, especialmente, el volumen sity Press, 1990, pp. 83, 309 nota 14; that tour’d
de ensayos, M. Faietti and G. Wolf, ed., Carruthers, Craft, p. 64. Fould above fould a surging Maze,
Linea I: grafie di immagini tra Quattro- 11
C. F. Barnes, The Portfolio of Vi- his Head
cento e Cinquecento (Kunsthistoriches
llard de Honnecourt, Farnham, 2009; Crested aloft, and Carbuncle his
Institut in Florenz, Max-Planck Institut),
para la geometría en Villard, véase M-T. Eyes; [line 500 ]
Venice: Marsilio, 2008; también Linea
Zenner, “Villard de Honnecourt and With  burnisht  Neck of verdant
II. Giochi, metamorfosi, seduzioni de-
Euclidian geometry”, Nexus Network Gold, erect
lla linea (Kunsthistoriches Institut in
Journal, 4/2, 2002, 65-78, y también N.
Florenz, Max-Planck Institut), Milan: Amidst his circling Spires, that on
Hiscock, “Architectural geometry and
Giunti, 2012; y también The Power of the grass
the portfolio of Villard de Honnecourt”,
Line: Linea III (Kunsthistoriches Institut Floted redundant: [line 516]
en Villard’s Legacy. Studies in medieval
in Florenz, Max-Planck Institut), Mu- So varied  hee, and of his tor-
technology, science and art in memory
nich: Hirmer, 2015. A ellos cabe sumar, tuous Traine
of Jean Gimpel, ed. M-T. Zenner (AVISTA
T. Ingold, Lines: a brief history, London:
Studies in the History of Science, Tech- Curld  many a wanton wreath in
Routledge, 2007.
nology and Art, 2), Aldershot and Burl- sight of Eve,
4
Reconozco que en este senti- ington VT, 2004, pp. 3-21; más reciente- To lure her Eye.
do y en muchos otros estoy en deuda mente, J. Wirth, Villard de Honnecourt, 19
Carruthers, Craft, pp. 82-91.
con Mary Carruthers, The Experience architecte du XIII siècle, Geneva: Droz,
of Beauty in the Middle Ages, Oxford: 2015, pp. 98-108, 125-35.
20
Una idea que debo al Dr Jean-
Oxford University Press, 2013, en este Pascal Pouzet.
12
Para un discusión sobre la no-
caso en particular, en pp. 48-53, 157, ción de esquema véase Skhèma / Figu-
21
Barnes, Portfolio, fig. 49; la opi-
188-89. ra. Formes et figures chez les Anciens. nion de que Villard fue arquitecto ha
5
Binski, Gothic Wonder, p. 65. Rhétorique, philosophie, littérature, ed. sido reconsiderada recientemente por
M. S. Celentano y M-P. Noel, Études de Wirth, Villard de Honnecourt.
6
L. Baur, ed., Die philosophischen
Werke des Robert Grosseteste, Bischofs littérature ancienne, 13, Paris, 2004. E. 22
P. Binski, “Villard de Honnecourt
von Lincoln. Beiträge zur Geschichte der H. Gombrich, Art and Illusion. A Study and invention”, en Inventing a Path:
Philosophie des Mittelalters, 9, Münster/ of the Psychology of Pictorial Represen- Studies in Medieval Rhetoric in Honour
Westfalen: Aschendorffsche Verlagsbu- tation, London: Phaidon, 1960, utiliza el of Mary Carruthers, ed. L. Iseppi De Fi-
chhandlung, 1912, pp. 59-65. término esquema de modo más especí- lippis, Nottingham Medieval Studies, 56,
fico aunque también relacionado con el Turnhout: Brepols, 2012, pp. 63–79.
7
Para un estudio práctico, véase
R. R. Bork, The Geometry of Creation: sentido en que se utiliza aquí. 23
P. Binski, “The Angel Choir at
Architectural Drawing and the Dynamics
13
Para la machina, Carruthers, Cra- Lincoln and the Poetics of the Gothic
of Gothic Design, Aldershot: Ashgate, ft, p. 22-24. Smile”, Art History, 20/3 (1997), pp.
2011. En lo que se refiere al poder crea- 14
Barnes, Portfolio, p. 158, pl. 47, 350-74, en 367-9 fig. 15.
tivo de la geometría me siento en deuda fol. 22v. 24
Para esta noción véase M. Cole,
con Mary Carruthers, por su conferen- 15
M. Baxandall, The Limewood “The Figura Sforzata: modelling, power
cia pronunciada en las 2017 Rosenbach Sculptors of Renaissance Germany, New and the Mannerist body”, Art History,
Lectures. Haven y London: Yale University Press, 24/4, 2001, pp. 520-51.
8
M. Carruthers, The Craft of 1980, pp. 156-57 y fig. 94. 25
El estudio clásico sobre este as-
Thought: meditation, rhetoric and the 16
W. Hogarth, The Analysis of pecto estructural de la representación es
making of images, 400-1200, Cambrid- Beauty. Written with a view of fixing the el de M. Schapiro, Words and pictures.
ge: Cambridge University Press, 1998, fluctuating Ideas of Taste, London: J. Re- On the literal and symbolic in the illus-
pp. 23-24 y notas. eves, 1753. tration of a text, The Hague: Moulton,
9
K. B. Aavitsland, Imagining the 17
D. Summers, “Maniera and mo- 1973.
Human Condition in Medieval Rome. vement: the ‘Figura serpentinata’”, Art 26
K. H. Tachau, “God’s compass
The Cistercian Fresco Cycle at Abbazia Quarterly, 35, 1972, pp. 269–301. and vana curiositas: scientific study in

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La Línea de la Belleza en el Gótico: motivos y estética medieval 65

the Old French Bible Moralisée”, Art Bu- producido en A. van Dijk, “The Angelic J. T. Mitchell, What Do Pictures Want?

Paul Binski
lletin, 80/1, 1998, pp. 7-33. Salutation in Early Byzantine and Medie- The Lives and Loves of Images, Chicago
27
P. Binski, Becket’s Crown, Art and val Annunciation Imagery”, Art Bulletin, and London: Chicago University Press,
Imagination in Gothic England 1170- 91/3, 1999, pp. 420-36, p. 429, fig. 11. 2005, p. 59.
1300, New Haven y London: Yale Uni- 39
Sobre el carácter transitivo véase 44
Carruthers, Experience of Beauty,
versity Press, 2004, pp. 223-24 y fig. R. Wollheim, Art and its Objects, 2ª ed., pp. 13-14, 42-4, 86.
179. Cambridge: Cambridge University Press, 45
E. H. Gombrich, The Sense of Or-
28
Carruthers, Experience of Beauty, 1980, pp. 93-6 sección 41, siguiendo a der. A study in the psychology of decora-
p. 94. Wittgenstein. tive art, 2ª ed., London: Phaidon, 1984,
29
Historia Scholastica cap. 21: 40
Knuuttila, Emotions in ancient pp. 209-16.
Migne, Patrologia Latina, vol. 192, col. and medieval philosophy, Oxford: Cla- 46
E. H. Gombrich, “Visual Meta-
1072. rendon Press, 2004, pp. 47–71, 152–76, phors of Value in Art”, en Meditations
30
Véase F. P. Pickering, Literature 195–212. on a Hobby Horse and other essays on
and Art in the Middle Ages, Coral Ga- 41
Sobre vaghezza, véase P. Sohm, the theory of art, 3ª ed., London 1978,
bles, 1970, pp. 277, 279. Style in the Art Theory of Early Modern pp. 12-29, y para las “condiciones es-
Italy, Cambridge: Cambridge University tructurales”, véase también su ensayo
31
J. H. Harvey, ed., William Worces-
Press, 2001, 110–12, 193–200; S. Lingo, “Expression and Communication” en el
tre, Itineraries, Oxford: Clarendon Press,
Federico Barocci: Allure and Devotion in mismo volumen, p. 62.
1969, pp. 314–17, 332–3.
Later Renaissance Painting, New Ha- 47
Baxandall, Limewood Sculptors,
32
Para el que véase Schatz aus den
ven and London: Yale University Press, pp. 159-60.
Trümmern: der Silberschrein von Nivelles
2008, 125–41; Binski, Gothic Wonder, 48
E. A. Leach, “Gendering the se-
und die europäische Hochgotik, Golog-
pp. 205-9. mitone, sexing the leading tone: four-
ne, Schnütgen-Museum: Locher, 1995.
42
No soy el primero que ha tratado teenth-century music theory and the
Resumo esta cuestión en Binski,
33

el tema de la figura serpentinata en la directed progression”, Music Theory


Gothic Wonder, pp. 161-69.
apreciación del arte gótico, ya lo había Spectrum, 28, 2006, pp. 1-21; S. Fuller,
34
Para el Apocalipsis Douce y sus “Concerning gendered discourse in me-
hecho Max Dvořák en su Idealismus und
parientes parisinos, véase Binski, Gothic dieval musical theory: was the semitone
Naturalismus in der gotischen Skulptur
Wonder, pp. 164-66. ‘gendered feminine’?”, Music Theory
und Malerei  (Munich and Berlin: R. Ol-
35
He tratado la mayoría de estos denbourg, 1918), p. 48 al referirse a la Spectrum, 33, 2011, 65-89.
ejemplos en Binski, Gothic Wonder, pp. obra de Claus Sluter. 49
W. Worringer, Formprobleme der
121-85. Gotik, Munich: Piper, 1912.
43
W. T. J. Mitchell, “Metamorpho-
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Binski, Gothic Wonder, pl. 139. ses of the Vortex: Hogarth, Blake, and 50
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38
Me refiero al manuscrito Baltimo- R. Wendorf, Minneapolis: University of 51
Para los ejemplos que siguen véa-
re, Walters Art Museum MS W537 re- Minnesota Press, 1983, pp. 125-68; W. se Binski, Gothic Wonder, pp. 161-2.

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