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La Revolución de Ayutla

Durante muchos años, los liberales y los conservadores se venían enfrentando


entre sí para instrumentar su propio proyecto de nación. Fue la revolución de
Ayutla (1854-55) la que dio inicio al predominio del proyecto liberal.
Recordemos que en 1853, tanto los conservadores como los liberales estuvieron
de acuerdo en que era necesario un gobierno fuerte para superar la crisis política
que imperaba en esos momentos. Los conservadores, quienes en ese entonces
predominaron en la mayor parte de los estados, llamaron a Santa Anna, exiliado
en Colombia, para ocupar la presidencia.

Vista panorámica del pueblo de Ayutla, Guerrero


Los antecedentes inmediatos de la Revolución de Ayutla se circunscriben en la
situación política conflictiva del último periodo de gobierno de Santa Anna. En
marzo de 1854 los liberales se levantaron en armas en Ayutla, Guerrero, mediante
el Plan del mismo nombre (reformado poco después en Acapulco), dirigido por
Florencio Villareal, Juan Álvarez e Ignacio Comonfort, entre otros. El Plan de
Ayutla se pronunció por el desconocimiento del gobierno de Santa Anna; la
elección de un congreso constituyente, y en contra de la venta de la Mesilla
(región al norte de los actuales estados de Sonora y Chihuahua). Este fue un
evento muy importante porque significó un ajuste con respecto a la frontera norte
establecida en el tratado Guadalupe-Hidalgo de 1848
Gobierno de Benito Juarez y las leyes de Reforma
Uno de los acontecimientos más importantes en la historia de México ha sido
la instauración de las Leyes de Reforma, proclamadas el 6 de septiembre de 1860
por el Presidente Benito Juárez, pues estas marcaron un precedente en la forma
en la que la política del país era manejada, pues como es conocido, anterior a
éstas, la figura de la Iglesia se involucraba en la vida política de México, debido a
la fuerte influencia ideológica que ejercía sobre el pueblo, ya que la relacionaban
con tópicos espirituales y religiosos.
Estas acciones limitaban el desarrollo y visibilización de sectores ajenos a la
religión católica. Es por ello que las Leyes de Reforma fueron tan importantes para
la erección de México como un Estado laico.
Estas se pueden resumir en 5 puntos básicos:
1. Separación entre Iglesia y Estado
2. Nacionalización de los bienes del clero
3. Extinción de las corporaciones eclesiásticas
4. Secularización de cementerios y fiestas cívicas
5. Promulgación de la libertad de culto
En general las Leyes de Reforma pretendían separar las atribuciones políticas del
Estado de las de la Iglesia, delimitando los espacios de alcance de cada uno,
manteniendo relaciones cordiales, más no de influencia directa de uno sobre otro.
Por otro lado la nacionalización de los bienes del clero fue uno de los golpes más
frustrantes para la Iglesia en este periodo, pues los clérigos gozaban de ganancias
externas por el manejo de bienes raíces y demás negocios ajenos a la actividad
religiosa.
La secularización de los cementerios y fiestas cívicas fue una ley en la cual se
extendían derechos al Estado para intervenir en asuntos civiles como el
tratamiento de los lugares mortuorios, así como para establecer las fiestas
oficiales, actividades de las que se encargaba con  rigurosidad la Iglesia Católica.
Por último, pero no menos importante, se declaró la promulgación de la libertad de
culto, con la cual se deslegitimó a la Iglesia Católica como la única y verdadera
creencia religiosa en México, propiciando la libertad de expresión con respecto a
las creencias individuales de muchos sectores opacados por la aplastante
imposición de la religión católica.

La famosa frase de Benito Juárez “El respeto al derecho ajeno, es la paz” es una


expresión que simboliza la esencia de estas leyes, en las cuales respetar las
creencias y las diferencias de los otros es el punto más importante para evitar
conflictos y desavenencias.
La Constitución De 1857
La Constitución de 1857 fue un documento oficial promulgado el 5 de febrero de 1857 y
que entró en vigor el 16 de septiembre del mismo año. Nació como consecuencia de la
Revolución de Ayutla. En ésta se derrocó al general Santa Anna y comenzó el periodo
liberal de “la Generación de la Reforma”.
Te presentamos la historia de la Constitución de 1857, un documento de corte liberal que
se promulgó el 5 de febrero de 1857 y que entró en vigor meses después: el 16 de
septiembre. En este, se reconocieron algunos de los derechos fundamentales del hombre
como el hecho de prohibir la pena de mutilación o la esclavitud o los cobros a la gente
pobre a cambio de servicios religiosos.
La historia de la Constitución de 1857
El 2 de febrero de 1848, México había perdido Texas. La Nación estaba herida y
levantamientos armados tenían lugar por todos lados hasta que, en 1852, el Plan de
Guadalajara vio la luz para invitar a Santa Anna a ocupar algún cargo político. Sin
embargo, Lucas Alamán fue mucho más radical y le pidió que regresara, sí, pero a
gobernar, garantizando así la permanencia del régimen conservador.
No pasó mucho tiempo para que el pueblo volviera a levantarse en contra del gobierno
debido a su creciente autoritarismo. Entonces, en un pueblo ubicado en el estado de
Guerrero dos hombres: Ignacio Comonfort y Juan Álvarez lanzaron el Plan de Ayutla.
En éste se desconocía el mandato de Santa Anna y se convocaba a la creación de un
Congreso Extraordinario que nombrara un presidente interino. Así fue como comenzó
la Revolución de Ayutla, a la cual se unieron figuras tan importantes como Benito Juárez,
Ponciano Arriaga y Melchor Ocampo.
Poco tiempo después, en 1855, la Revolución de Ayutla triunfó y Santa Anna salió del país.
En ese momento comenzó el periodo liberal. Entonces, el Congreso Constituyente
comenzó las reuniones para, con base en el Plan de Ayutla, promulgar una nueva
constitución. Ésta se terminó el 5 de febrero de 1857 y entró en vigor el 16 de septiembre
del mismo año.
La vigencia de este documento fue de 60 años pues después se instauró el Segundo
Imperio Mexicano y posteriormente el periodo del Porfiriato.
Algunas de sus aportaciones
La Constitución de 1857 significó la consolidación del proyecto de nación. Esta tenía como
forma de gobierno un sistema democrático y federal. Además, sus estados fueron
declarados como libres y soberanos. Se reconoció la división de poderes tripartita.
Otra de sus aportaciones fue la conocida como “Ley Iglesias”. Esta se llamó así porque su
autor fue José María Iglesias, Ministro de Justicia en ese tiempo. Dicha ley se promulgó el
11 de abril de ese año. En realidad, esta ley era sobre los derechos y obvenciones
parroquiales.

Segundo Imperio Mexicano (1864-1867)

Ante el conflicto entre México y los países acreedores europeos, los


conservadores vieron la oportunidad de reactivar su viejo proyecto de instaurar
una monarquía en México con un noble europeo, que ahora les permitiera

recuperar el poder y eliminar las leyes reformistas liberales.

Benito Juárez salió de la capital a fines de mayo de 1863 (un poco antes de que
las fuerzas francesas ocuparan esta ciudad), se estableció consecutivamente en
las ciudades de San Luis Potosí, Saltillo, Monterrey, Chihuahua y Paso del Norte
(hoy Ciudad Juárez). La resistencia ante la invasión francesa era por la defensa
del sistema republicano, la Constitución de 1857 y las leyes de Reforma, así como
la soberanía nacional. Las fuerzas republicanas estaban conformadas por los
ejércitos regionales; además las guerrillas jugaron un papel importante al hostilizar
constantemente a las fuerzas enemigas.

En 1863 el mando invasor francés trató de organizar un nuevo Congreso pero


debido a la posición pública formaron nuevos órganos gobierno: la asamblea de
notables y la Regencia integrado por los conservadores Juan Nepomuceno
Almonte, José Mariana de Salas y el arzobispo de Puebla, Pelagio Antonio de
Labastida. La Regencia preparó el camino para establecer un imperio.  Napoleón
III y los comisionados mexicanos propusieron como candidato para ocupar la
monarquía mexicana al archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo. Así
Francia veía la posibilidad de entablar mejores relaciones con Austria y Francisco
José, hermano mayor de Maximiliano y emperador de Austria, aprobó la oferta con
tal que su hermano menor renunciara a los derechos de sucesión al trono
austriaco.

Maximiliano declaró que solamente aceptaría el trono por invitación del pueblo
mexicano, asimismo la Regencia organizó elecciones con el resultado definido de
antemano.

En octubre de 1863 envió una diputación a Miramar y el archiduque de Habsburgo


aceptó el “Trono de Moctezuma” el 10 de abril de 1864. En el Tratado de
Miramar, firmado ese mismo año por los representantes de Maximiliano y
Napoleón III, se estableció el apoyo militar y la inversión de capital francés en
México.

Maximiliano y su esposa Amalia Carlota de Bélgica llegaron a la Ciudad de México


en junio de 1864. El emperador pronto desilusionó a los conservadores pues puso
en práctica ideas progresistas liberales, por ejemplo, incorporó en su gabinete a
varios liberales moderados, se negó a anular las leyes de Reforma y rompió
relaciones con el representante del Papa. Desde su proclamación como
emperador intentó dotar al país de un Congreso y una nueva Constitución pero
solamente se elaboró el Estatuto provisional del Imperio Mexicano en abril de
1865, que ratificaba en lo esencial los principios de la Reforma, la separación
entre Estado y la Iglesia, la nacionalización de los bienes de ésta y la libertad de
opinión y de cultos, en el marco de una monarquía católica (Juan Brom: 1998).

El imperio se basó únicamente en dos fuerzas: los ocupantes franceses y los


liberales moderados. Estos fundamentos indelebles, la resistencia del gobierno
juarista, las circunstancias desfavorables en Estados Unidos y Francia hicieron
colapsar el Segundo Imperio Mexicano entre los años 1865-1867.

En Estados Unidos, el gobierno de Abraham Lincoln se declaró en un principio


neutral en el conflicto mexicano, y aunque nunca desconoció a Benito Juárez, le
impidieron adquirir pertrechos y armas. Cuando Juárez se estableció en Paso del
Norte (Ciudad Juárez) el bando antiesclavista (Los “camisas azules” del norte de
los Estados Unidos) cambió de política y se opusieron a cualquier presencia
francesa en las zonas fronterizas con los Estados Unidos. Una vez derrotado el
bando confederado, el presidente Andrew Jackson otorgó un préstamo al gobierno
juarista, le vendió armas y exigió el retiro de las tropas europeas. Con ello,
aplicaba la Doctrina Monroe.

Al mismo tiempo Francia se enfrentaba a Prusia, el Estado que buscaba lograr


la unificación alemana y  en consecuencia retiró su ejército de tierras mexicanas.

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