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ROBERT ALEXY

Biblioteca de Etica.
Filosofía del Derecho
y Política DERBCHO
DIRI(;II)A POR Y RAZÓN PRÁCTICA
Erncsr<¡ (jarzón Valdés (tl. tlc Nlagrrncia, Alerrania)
v Iir¡dolfir \Á2.<¡rtc.z (I'l'AIvl, Nléxico)
Cuidado de la edición: Lltistano Orozco

Primera edición: 1993, Distribuciones Fontamara. S.A.


Segundaedición: 1998
SISTEMA JURIDICO, PRTNCIPTOS
JURIDICOS Y R,AZON PRACTICA *

I.INITRODUCCION

E*r," para todo caso jurídico una


única respuesta correct4? Esta pregunta formula uno de los problemas
más discutidos de la actual filosofía del Derecho. Quien desencadenó la
discusión fue el filósofo del Derecho de Odord, Ronald Dworkin. La tesis
tlc Dworkin de que eúste una única respuesta correcta para cada caso se
incluye en una teoría de los sistemas jurídicos que se distingue fundamen-
talmente de teorías poqitivi5tas como las de Hart y Kelsen. Según la
pcrspectiva positiüsta, el sistema jurídico es, al menos en lo esencial, un
sistema de reglas que se pueden identificar como reglas jurídicas sobre la
hase de su validez y/o eficacia. Un tal sistema jurídico es siempre, por
diversos motivos, un sistema abierto: sobre todo, por causa de la vaguedad
clcl lenguaje del Derecho, la posibilidad de conflictos entre normas y la
Derechos reservados conforme a la ley cxistencia de casos no regulados. Si un caso cae en un espacio vacío del
sistema jurídico que no puede tampoco scr llenado en forma intersubjeti-
ISBN 968-476- I 95-3 vamcnte obligatoria con ayuda de la mctodología jurídica, entonces por

@ Distribuciones Fontamara,S. A.
Av. Hidalgo No. 47-b, Colonia del Carmen
' Ilstc texto integra la ponencia presentada por el autor en las IV Jornadas
Deleg. Coyoacan, 041 00 México, D. F. Intcrnacionalcs de Lógica e Informática Jurídicas, celebradas en San Scbastián, cn
Tefs. 659171 t7 y 659o7978Fax658.4282 scpticmbre de 1988. Publicado en DOXA 5, Universidad de Alicante, 1988.
lraducción dc Manucl Aticnza.
Impreso y hecho en México
Printed and made ín Mexicc¡
definición el juez no está vinculando por el sistema jurídico. Debe decidir
por medio de fundamentos extrajurídlcq! Su situación se asemeja en todo 2. TEORIA DE LOS PRINCIPIOS
a la del legislador. En este caso no se puede hablar de una única respuesta
correcta ya dada por el sistemajurídico, que sólo cabe reconocer.
Dworkin contrapone a este modelo de reglas dcl sistema jurídico un 2.1 Reglas y principios
modelo de principios. Según el modelo de principios, cl sistema jurídico
está compuesto, además de por reglas, de un modo cscncial, por principios Tanto las reglas como los principios pueden goncebi¡se como normas. En
jurídicos. Los principios jurídicos deben perrritir quc también exista una tal caso, de lo que se trata es de una distinción dentro de ra clase de las
única respuesta correcta en los casos en que las reglas no clctcrminan una normas. Los criterios de distinción que se ofrecen son numerosos y de
única respuesta correcta. La única respuesta correcta o vcrdadcra scría diverso tipo.
así la que mejor pueda justificarse a través de una tcoría substantiva que
contenga aquellos principios y ponderacioncs de principios quc mcjor se
correspondan con la constitución, las reglas de Derecho y los prr:ccdcntcs. 2.1.1. La gerteralídad conrc criterio de distittciótt
Dworkin reconoce que con esto no se ha encontrado ningún proccdinricn-
to que muestre necesariamente la única respuesta corrccta. Sin cntbargo, El critcrio de distinción más frecucntcmentc citado cs el de la generalidad.
ello no constituye una objeción en contra de su existcncia. Un jucz iclcal, según cllo, los principios son normas dc un grado de gencralidacl relativa-
al que Dworkin llama.Hércules', equipado con <supcrman skill, lcarning, mente alto, y las rcglas, normas dc un grado rclat.ivamente bajo. Un
patience and acumenrr, es decir, con habilidad, sabiduría, pacicncia y ejemplo de norma de un grado rclativamente alto de gcneralidad es la
agudeza sobrehumanas, estaría en situación de encontrar la única rcspucs- norma dc que todos gozan dc libertad de crcencias. En cambio, tiene un
ta correcta. Al juez real le corresponde la tarea de aproximarsc a cstc idcal grado relativamente bajo de gencralidad una norma que dice que todo
lo más posible. rccluso tienc cl dcrecho de apartar a otros rcclusos de sus creencias. euien
La teoría de Dworkin de una única respuesta corrccta plan(ca una gran considera la gencralidad como decisiva llcga a la conclusión de que entre
cantidad de cuestiones. Aquí sólo cabe considerar una partc dc ellas. Mi las reglas y los principios existe sólo una distinción de grado. Esio puecle

"tesis dóbil de la separación". Li tesis fuerte de la


intervención se dividirá en dos partes. El objeto de la primcra parte es la designarse como la
tcoría de los principios. Se tratará de mostrar que los critcrios dc Dworkin separación la represcnta, en cambio, quicn afirma que la diferencia entre
para la distinción entre reglas y principios afectan cicrtamcntc a puntos reglas y principios no es simplemcnte dc grado, sino de tipo cualitativo.
importantes, pero no al núcleo. Si se los analiza a fondo, qucda claro que Esta tesis es correcta. Queda por saber cómo hay quc fundamentarla.
una teoría de los principios por sí sola no está en condicioncs de sostener
la tesis de la única respuesta correcta, lo que, sin embargo, no hace que I

disminuya su importancia para la filosofía jurídica, la mctodología jurídica 2. 1.2 Los criterios de distittciótt de Dworkin
y la dogmática jurídical En la segunda parte pretendo captar los déficits
de la teoría de los principios a través de una teoría de la argumentación Dworkin emplea dos argumentos. El primero dice que las reglas son
jurídica orientada de acuerdo con el concepto de raz6npráctica. La unión aplicables en la forma todo-o-nada (all-or-nothing-fashion), pe.o en curn-
de ambas teorías constituye Ia base de una teoría del Derecho cn la que bio los principios no,. si se da el supuesto cle hccho de una iegta, existen
rige una versión débil de la tesis de la única respuesta correcta. sólo dos posibilidades. o la rcgla es válida, y cntonccs dcben aceptarse las
consecuenciasjurídicas, o no es válida, y cntonces no cuenta para nada en
la dccisión.'.En cambio los principios, áun cuando según su formulación
scan aplicablcs al caso, no dctcrminan nccesariamcnte la clecisión. sino
que solamente proporcionan razones que hablan en favor dc una u otra
dicción se elimina dcclarando a una norma nula, por tanto, no válida, y
decisión:El segundo argumsnto, vinculado con el antorior, hacc valer que
cxpulsándola así del orden jurídico.
los principios tienen una dimensión que las regras no cxhibcn, cs dccir, una
De manera enteramente distinta procede el tribunal en una decisión
dimensión de pqs-o (dimension of weight) que se mucstra cn las colisiones
sobre la celebración de un juicio oral contra un inculpado al que amenaza
entre principios.'Si colisionan dos principios, se da un valor clccisorio al
el peligro de un ataque de apoplejía y un infarto.z Las normas en colisión
principio que en el caso de colisión tenga un pcso rclativamcnrc mayor, sin
son, por un lado, la norma del Art. 2, ap.2, párr. 1 de la Ley Fundamental,
que por ello quede invalidado el principio con cl pcs. rclativamente
que reconoce al individuo un derecho fundamental de la vida y a la
menor. Fn otros conteKos, el peso podría estar rcpartitlo clc manera
integridad üsiqa, y, por otro lado, el principio dcl Estado de Dereche, en
opuesta'. En cambio, en un conflicto enirc reglas quc succtlc,
¡'lr cjcmplo, cuanto que impone al Estado el dcber de garantizar un eficiente funcioq4-
cuando una regla manda algo y otra prohíbe lo mismo, sin quc una rcgla
miento de las instituciones dcl Derecho penal. Si existiera sólo el derecho
establezca una excepción para la otra, al menos una clcbc sic:r'prc scr
fundamental, entonces la cclcbración de un juicio oral que pusiera en
inválida.
peligro la vida y la salud de un inculpado habría que calificarla sencilla-
Puede dudarse de la solidcz del argumento todo-o-nada si sc tisne cn
mentc de prohibida. Si cústicra sólo cl deber dcl Estado de cuidar de un
cuenta la posibilidad de que con ocasión de la dccisi(rn clc u. caso sc
eficiente funcionamiento de las instituciones jurídicas, entonces habría
introduzca en una regla una nueva excepción hasta cntonccs clcsconocid4.
que considerar el juicio oral simplcmente como obligatorio o, cuando
Pero en tal caso, el segundo argumcnto de Dworkin, ra tcsis clc quc los
menos, permitido. El tribunal habría, por tanto, podido resolver el caso
conflictos de reglas ofrecen una estructura entcramentc clistinla a la clc las
climinando dcl ordenamicnto jurídico bien el derecho fundamental, o bien
colisiones entre principios, ofrece un criterio de distinción adccuado. Esta
el dcbcr. Si hubicra hecho esto habría tratado la colisión <le las correspon-
tesis, lleva además directamcnte a un punto decisivo para la rc'ría dc los
dicntes normas como una conlradicciótr y, por ello, como un conflicto de
principios. Por ello se analiza más deteniclamente en rclaciírn con dos
reglas. El proccder del tribunal sin embargo es dc un tipo entcramente
decisiones del Tribunal Constitucional alemán.
distinto. No habla dc una contradicción entrc ambas normas, sino de una
tensiótr, y subraya que ninguna de cllas goza
"simplemente de primacía
frente a la otrarr, lo quc sería el caso si una de las normas, como en el
2.1.3 conJlic¡os de reglos y cotisi-o-4e; de principios cotlto pt¿ttros de opoyo
conflicto de rcglas, hubiesc sido dcclarada inválida. El caso ha de ser
para la obtenciótt de criterios de distinción adecuados
rcsuclto más bicn a travós de una pondg¡aci_ó_q, con lo cual todo dcpende
dc si "cl intcrés dcl inculpado contrario a la celebracibn, en el caso
En la primera decisión se trata de un conflicto entrc una norma iuríclica
concreto pesa dc un modo claro esencialmenLe más quc los intereses a cuya
del Estado federal (Bund) y una norma dc un rand.l La norma juráica del
protccción debc scrvir la mcdida estatal>. Este es un caso prototípico dq
land prohíbe la apertura de puestos dc vcnta los miércoles dcsde las 13
colisión dc principios. El factor dccisivo lo constituye cl principio al quc
horas, mientras que la norma federal lo pcrmite hasta las 19 horas. El
Ie corrcspondc un pcso rclativamentc mayor cn el caso co4.q¡c-tg. Al
tribunal resuelve este caso según la norma dc conflicto .El Derecho principio quojucga cn scntido contrario se lc hacc rctrocedcr, pero no se
federal prevalece sobre el Derecho de land' (Art. 31 de la Ley Funclamen-
lc dcclara inváliclo.
tal), mientras que declara nula la norma jurídica de rancl. Esle es un caso
clásico de un conflicto de regl4¡ Las dos normas son contradictorias. una
permite lo que la otra prohíbe. Si ambas fueran válidas, la apcrtura los
miércoles por Ia tarde estaría tanto permiticla como prohibicla. La contra- I
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BVerfGE. 1.283(2g2). liVcrl(il:. 51,324

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2"1.4. El núcleo de la díferencia ente reglas pincipios
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¡rios constitucion4leg como los de dignidad humana, libertad, igualdad,
tlcmocracia, Estado de Derecho y Estado social. Si una constitución
Podría pensarse que con ello se ha dicho todo lo cscncial sobre la estruc- contiene estos seis principios, ello significa que se han incorporado a ella
tura lógica dc los principios, y que ahora, sobre cs(a basc, podría compro- las formas principales del Derecho racional de la mod_eur_id_ad.El carácter
barse la corrección de la tesis de Dworkin de la única rcspuesta correcta. t.lc los principios significa que no se trata simplemente de normas vagas,
Sin embargo, csto sería precipitado. Se podría prcgun(ar por quó colisio- sino que con ellas se plantea una tarea de optimización. Dicha tarea es, en
nan los principios de la manera descri(a. Sólo es(a cucst.i(ln, no planteada cuanto a la forma, jurídica; en cuanto al fondo, sin embargo, es siempre
por Dworkin, lleva al núcleo de la diferencia entrc rcglas y principios. Si también moral, a causa de su contenido moral. Puesto que algo análogo
no se capta esto, difícilmente puede esperarse cxtracr las conclusiones vale para muchos otros principios, la teoría de los principios ofrece un
correctas de la presencia en el orden jurídico tanto clc rcglas como de punto de partida adecuado para atacar la tesis positivista de la separación
principios. cntre Derecho y moral.
,'El punto decisivo para la distinción entre reglas y principios cs quc los El problema de la relación entre Derecho y moral ha de plantearse de
principios son normas que ordcnan que se realice algo cn la rnayrlr medida nuevo bajo el aspecto de la vinculación entrc la argumentación jurídica y
posiblq en relación con las posibilidadcs jurídicas y fácl icas. Los principios la moral. Sobre la base del concepto de principio obtenldq cabe preguntar
son, por consiguicnte, mondatos de oplitnización quc sc carurct errizan por ante todo si es posible una teoría de los principios que determine paracada
que pueden ser cumplidos en diversos grados y porquc la mcclitla ordenada caso justamente una respuesta.
de su cumplimiento no sólo dependc de las posibilidadcs fácticas, sino
también de las posibilidades jurídicas. El campo clc las posibiliclades
jurídicas está determinado a través de principios y rcglas quc jucgan en
sentido contrario.
'.)En cambio, las reglas son normas que cxigcn un cumplimicnto pleno y, 22.Teoría de los principios y única respuesta correcta
en esa medida, puedcn sicmprc scr sólo o cumplidas o incumplidas. Si una
regla es válida, entonces es obligatorio haccr precisamcntc lo quc ordena, 2.2.1. Teorío,t fuerles y débiles de los principios
ni más ni menos. Las reglas contienen por cllodetenninaciones cn el campo
de lo posible fáctica y jurídicamente. Lo importante por ello no es si la Supongamos quc se pudiera crear una lista en cierto modo completa {e
manera de actuar a que se refiere la regla puede o no ser realizada en los principios de un sistema jurídico. Pucsto que no conte ndría nada sobre
distintos grados. Hay por tanto distintos grados de cumplimicnto. Si se cl peso relativo de los principios, es decir, sobrc la relación de prioridad
exige la mayor medida posiblc cle cumplimiento cn relación con las posi- cntre ellos, ciertamcnte podría decirnos qué es lo que hay que tomar en
bilidades jurídicas y fácticas, se trata de un principio. Si sólo se exige una consideración, pero no qué es lo que tiene preferencia en cuanto al
determinada medida de cumplimiqnto, se trata de una regla. resultado. Por ello, no sería mucho más que un catálogo de puntos de vista
o de topoi. Esta simple relación de principios representa, desde el punto
de üsta de su rsndimicnto, la variante más dóbil de una teoría de los
2.1.5. Los principios y la separaciórt entre Derecho y ntorol principios. La variante más fuerte sería una teoría que contuviera, además
dc todos los principios, todas las relaciones de prioridad abstractas y
No es difícil reconocer que la presencia de principios, por tanto, de concretas entre ellos y, por ello, determinara unívocamente la decisión en
mandatos de optimización, en el sistcma jurídico tienc consecuencias en cada uno de los casos. Si fuera posiblc una tepría de los principios de la
cuanto al carácter dc éste y al concepto de Derecho, que sobrepasan con lbrma más fuerte, sería sin duda acertada la tesis de Dworkin de la única
mucho el aspecto metodológico. Donde esto es más claro es cn los princi- rcspuesta correcta.

t2 IJ
2.2.2. Teoría de los principios y teoría de los valores sistema de condiciones de prio_fidad, 2) un sistema de esiructuras de
¡ronderación y 3) un sistema de prioridad es prinw facie.
Para descubrir lo fuerte que pueda ser una teoría dc los principios desde
el punto de üsta de su rendimiento, hay que fijarse en la semejanza que
tienen los principios con lo que se denomina .1valoro. En lugar de decir 2.2.4.1. Condiciones de prioridad
que el principio de la libertad de prensa colisiona con cl dc la seguridad
exterior, podría decirse que existe una colisión entrc cl valor dc la libertad El que las colisiones entre principios deban resolvcrse mediante pondera-
de prensa y el de la seguridad exterior. Toda colisión entre principiqs ción en el caso concreto, no significa que la solución de la colisión sea
puede expresarse como una colisión entre valores y viccversa. La única solamente significativa para el caso concreto. Antes bien, pucden estable-
diferencia consiste en que la colisión entre principios se trata de la cuestión cerse, con ocasión de la decisión para casos concretos, relaciones de
de qué es debido de manera deñnitiva, mientras quc la solución a una prioridad que son importantes para la decisión de nuevos casgs-.
colisión entre valores contesta a qué es de manera dcfinitiva mcjor. Prin- Un ejemplo lo ofrece el caso Lebach del Tribunal Constitucional ale-
cipios y valores son por tanto lo mismo, contemplado en un caso bajo un mán, en el que se trataba de una información teleüsiva repetida, n<t
aspecto deontológico, y en otro caso bajo un aspecto axiológico. Esto amparada ya por un interés informativo actual,^sobre un delito gravc,
muestra con claridad que el problema de las relaciones dc prioridad entre emitida poco antes de la excarcelación dcl autor.' La argumentación del
principios se corresponde con el problema de una jerarquía dc los valores. tribunal se desarrolla en tres niveles. En el primer nivel constata una
colisión entre la protección fundamcntal e igual de la personalidad y la
libertad de información. En el segundo nivel establece que bajo una
2.2.3. Orden estricto condición determinada y relativamente ab¡!1acfg, esto es, la de una infor-
mación actual sobre un delito grave, existe una prioridad de principio o
Los problemas de una jerarquía de los valores jurídicamente rclevaqtes se primafacie en favor de la libertad de información. En el tercer nivel dccicle
han discutido con frecuencia. Se ha mostrado así que no es posible un finalmente que bajo cuatro condiciones que se dan en el caso Lebach, a
orden que conduzca en cada caso precisamente a un resultado -a tal orden saber, una 1) información televisiva repetida, 2) no amparada ya por un
habría que llamarlo .orden estricto>. Un orden estricto solamente sería interés informativo, 3) sobre un delito grave, 4) que pone en peligro la
posible si el peso de los valores o de los principios y sus intensidades de resocialización del autor, la protección de la personalidad prevalece sobre
realización fueran expresables en una escala numérica, de manera calcu- la libertad de información. Esto significa que tienen validez las consecuen-
lable. El programa de semejante orden cardinal fracasa ante los problema-s cias jurídicas del principio prevaleciente y que, por tanto, la emisión del
de una medición del peso y de la intensidad de realización de los principios programa teleüsivo está prohibido bajo estas cuatro condiciones.r;Lo
jurídicos o de los valores jurídicos, que sea más que una ilustración de un último lleva a una idea fundamental para la relación de los.niveles de la
resultado va encontrado. reglay de los principios, que se puede formular en una ley de colisión: las
condiciones, bajo las que un principio prevalece sobre otro, forman el
supuesto de hecho de una regla que determina las consecuenciasjurídicas
del principio prevaleciente.
2.2.4. Orden débil Las condiciones de prioridAel establecidas hasta el momento en un
sistema jurídico y las regkrs que se corresponden con ellas proporcionan
El fracaso de los órdenes estrictos no significa sin embargo que sean
imposibles teorías de los principios que sean más que un catálogo de topoi.
Lo que es posible en un orde¡ d-ébil quc consista de trcs elementos: 1) un 3
BVerfGE. 35.202.

l4 l5
información sobre el peso relativo de los principiqs. Sin embargo, a causa .l 2.4.3. Prioridades prima facie
de la posibilidad de nuevos casos con nuevas combinaciones de caracte-
rísticas, no se puede construir con su ayuda una teoría que determine para lrl tercer elemento de una teoría débil de los principios son las prioridade-s
cada caso precisamente una decisión. Pero de todos modos, abren la primafacie. Ya se mencionó un ejemplo. En una información actual sobre
posibilidad de un procedimiento de argumentación que no se daría sin run delito grave, a la libertad de información le corresponde una prioridad

ellas. Este procedimiento, desde luego, debe ser incluido en una teoría primafaciefrente a la protección de la personalidad. Las prioridadesprinta
completa de la argumentación jurídica. facie establecen cargas de la argumentación. De esta manera crean un
cierto_qlde¡ en el campo de los principios. Desde luego, no contienen u-¡a
dcterminación definitiv¿. Si son más fuertes los argumentos en favor de
una prioridad de un principio que juega en sentido contrario, se cumple
2.2.4.2 Estructuras de ponderación suficientemente con la carga de la prueba. Con ello, el orden depeqdq-{g
nuevo de la argumentac,ióq.
En contra del concepto de una teoría de los principios basada en condi-
ciones de prioridad podría hacerse valer que, puesto que las condiciones
de prioridad implican reglas, sólo se necesitaría tomar en consideración
estas reglas,.Esta objeción lleva a un segundo elemento fundamental de la 3. ARGUMENTACION JURIDICA Y RAZON PRACTICA
teoría débil de los principios, a la ley de la ponderación. Los principios, en
cuanto mandatos de optimización, exigen una realización lo más completa
posible, en relación con las posibilidades jurídicas y fácticas. La referencia 3.1. Un modelo de tres niveles del sistema jurídico
a las posibilidadesfócticas lleva a los bien conocidos principios de adecua-
ción y necesidadl I-a referencia a las posibilid ades iurídicas implica una ley Las reflexiones anteriores muestran que es imposible una teoría fuerte de
de ponderacióq que puede ser formulada como sigue: Cuanto más alto sea los principios de forma que determine para cada caso precisamente una
el grado de incumplimiento o de menoscabo de un principio, tanto mayor rcspuesta. Esto es así no sólo a causa de la limitación del poder del
debe ser la importancia del cumplimiento del o[rg. La ley de ponderación conocimiento humano, que podría superar un Hércules dworkiano, sino
no formula otra cosa que el principio de la proporcionalidad en sentido también por razones lógicas en sentido más amplio. Pero de todos modos
estricto. Con ello se dice, grosso modo (lo que se puede demostrar de cs posible una teoría débil de los principios. Esta, sin embargo, no deter-
manera exacta) que el principio de proporcionalidad, con sus tres princi- mina para cada caso una única respuesta correcta. Sin embargo, la idea de
pios parciales ya mencionados, se sigue lógicamente del carácter principal una única respuesta correcta no tiene por qué ser abandonada. Se puede
de las normas, y éste de aquéI. Esto no es sólo interesante para un examen scguir manteniendo por dos vía¡. La primera la recorre quien afirma que
teórico-estructural. Significa que una teoría de los principios conduce a la existencia de una única respuesta correcta no depende de que exista un
estructuras de argumentación racional, lo que no vale para un simple procedimiento que permita mostrarlo. Esta no se seguirá aquí. La segunda
catálogo de topoi. A pesar de esta contribución a la racionalidad práctica vía se abre con la comprensión de que la adición de un nivel de los
que no hay que infravalorar, es, sin embargo, también clara la urgencia con ¡rrincipios al de las reglas no lleva todavía a un modelo completo del
que la teoría de los principios necesita un complemento a través de una sistema jurídico. Los principios, como las reglas, no regulan por sí mismos
teoría de la argumentación jurídica de mayor alcance. ru aplicación. Si se quiere lograr un modelo adecuado del sistema jurídico,
untonces se debe añadir a estos dos niveles que expresan, en relación con
la cuestión de la corrección de la decisión, el lado pasivo del sistema
lurídico, otro lado activo referido a esta cuestión. Los niveles de la regla y

t7

de los principios deben ciertamente complementarse con un tercero, a ,tro lado, las posiciones objetivistas, absolutistas, cognocitiüstas y/o ragig-
saber, con una teoría de la argumcntación jurídica, que dice cómo, sobre 'r,¡listas.
No existe sin embargo ningún motivo para una semejante actitud
la base de ambos niveles, es posible una decisión racionalmente fundamen- l¡-6-n¿d¿. Ciertamente no son posibles teorías morales moteriales que
lr rtf

tada. Una respuesta concluyen[e a la cuestión dc la única respuesta ¡';rra cada cuestión práctica permitan extraer con seguridad intersubjeti-
correcta sólo es posible refiriéndose a estos tres niveles. r',rnrente concluyente precisamente una respuesta, pero sí que son posibles
It'rrrías moralesprocedimentalg; que formulan reglas o condiciones de la
.rr¡¡umentación o decisión práctica racional. Una versión especialmente
32. Supuestos básicos de la teoría de la argumentación jurídica ¡rr ometedora de una teoría moral proce dimental es la del discurso práctico
r:rcional.
El punto de partida de la teoría de la argumentación jurídica es'que en la
jurisprudencia se trata en definitiva siempre de,cuestiones prácticas, por
tanto, de lo que está ordenado, prohibido y petqritido. La argumentación
jurídica es por ello un caso espeqial de la argumcntación práctica en .1.4. Discurso, única respuesta correcta, razón práctica
general. Es un caso especial porque está situada bajo una serie de vínculo_s
institucionales que brevemente pueden caracterizarse como la vinculacióo ).1. l. Reglas del discurso
a la ley, al precedente y ala dogmátisa.'.Estos vínculos, que pueden
concebirse mediante un sistema de reglas y formas específicas de la l.a picza nuclear de la teoría del discurso está formada por un sistema de
argumentación jurídica, no llevan sin embargo en cada caso precisamente rcglas del discurso y de principios del dis,cursg, cuya observancia asegura
a un resultado. Esto vale tanto.para la subsunción bajo reglas como para la racionalidad de la argumentación y de sus resultados. En otro lugar he
la ponderación dc principio5.)Por lo que respecta a los principios, ha I rataclo de formular explícitamente este sistema a través de un sistcma de

quedado claro que su estructura, en cuanto mandatos de optimización, .),'l rcglas. Las reglas se extienden desde aquéllas que exigen no contradic-
lleva a que, siempre que exhiban un contenido moral, cn su aplicación haya ci(rn, claridad lingüística y verdad empírica, pasando por aquéllas que
que contestar siempre cucstiones moralcs-. Este es un aspecto de la tesis ('xprcsan la idea de universalizabilidad, entre otras cosas asegurando a
gcneral de que en todos los casos más o menos problemáticos son necesa- t'a<la uno el derecho a tomar parte en el discurso y a cada uno la misma
rias valoraciones que no pueden extraersc obligatoriamcnte dcl material consideración en el discurso, hasta aquéllas que rigen para la argumenta-
autoritativamente fijado.,La racionalidad de la argumcntación jurídica ciírn consecuencialista, la ponderación y el análisis de la formación de
depcnde por ello esencialment.c de si ycon qué alcancc, estasvaloraciones t'onvicciones normativas. Este sistema de reglas que pretende formular
adicionalcs son susccptiblcs de un control racion4l. :rlgo así como un código de [a razón práctica, no sólo complcmenta las
r cglas específicas del discurso jurídico, sino que constituye también la base

¡rara su justificación y crítica, en el marco de una justificación y crítica dcl


33. Troría procedirnental .isf cma jurídico en su conjunto.

La cucstión dc la racionalidad dc la fundamcntación jurídica llcva así a la 1.1.2. Unico respuesla conecta
cucstiírn dc la posibilidad dc [undamcntar racionalmcnte los juicios prác-
ticos o moralcs cn gcncral. La discusiíln dc csl.a cucstión sc ha visto La cuestión de la única respucsta corrccta depe ndc escncialmente de sí el
obstaculizada largo ticmpo por la oposición cntrc dos posicioncs básicas ,liscurso práctico lleva a una única respucsta corrccta para cada caso.
cxtrcmas do las quc sicmprc sc prcscnl.an nucvas variantcs: por un lado, l.lcvaría a ello si su aplicación garanrizara sicmpre un cons€nsq. Ya un
las posicioncs subjctivas, rclativisl,as, dccisionistas y/{r irracionalislas y, por sirnple esboz.o muestra claramentc que varias de sus exigencias, bajo

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condiciones rgales, sólo se pueden cumplir de manera aproximada. Fsto
ya excluye un consenso para cada cuestión. Por tanto, una única respuesta
correcta para cada saso sólo podría admitirse recurriendo a cinco ideali-
zaclones, a saber: 1) tiempo ilimitado, 2) información ilimitada, 3) claridad
lingüística conceptual ilimitada, 4) capacidad y disposición ilimitada para
el cambio de roles y 5) carencia de prejuicios ilimitada.

3.4.3. Razón y conección relativa

Aquí queda aún por ver si sobre la base de semejantes idcalizaciones es


posible una única respuesta correcta para cada caso o si las diferencias
antropológicas de los participantes en el discurso que obstaculizan el
discurso hacen que, pese a las idealizaciones, puedan existir casos sin una
única respuesta correcta. En todo caso, está claro que en la realidad no
existe ningún procedimiento que permita, con una seguridad intersubjeti-
vamente necesaria, llegar en cada caso a una única respuesta correcta. Esto
último no obliga sin embargo a renunciar a la idea de la única respuesta
correcta, sino que únicamente da ocasión para determinar su status con
más precisióni El punto decisivo aquí es que los respectivos participantes
en un discurso jurídico, si sus afirmaciones y fundamentaciones han de
tener un pleno sentido, deben, independientemente de sí existe o no una
única respuesta correcta, elevar la pretensión de que su respuesta es l¿r
hnica correcta. Esto significa que deben pfeEqponer la única respuesla
correcta comg ideq ¡-¡gg!4ti,y4 La idea regulativa de la única respuesta
correcta no presupone que exista para cada caso una única respuesta
correcta. Sólo presupone que en algunos casos se puede dar una únic4
respuesta correcta y que no se sabe en qué casos es así, de manera que vale
la pena procurar encontrar en cada caso la única ¡espuesta cor¡ecta. Las
respuestas que se encuentren, en el marco de este intento. sobre la base
del nivel de la regla y de los principios, de acuerdo con los criterios de la
argumentación jurídica racional, que incluyen los de la argumentación
práctica general, también responden entonces, aunque no sean las únicas
respuestas correctas, a las exigencias de la razón p rácticay, en este sentido,
son al menos relativamente correctas.

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