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CESE DE UNA DISPOSICIÓN TUTELAR – MOTIVOS

(O subsidiariamente su sustitución por la realización de un amplio informe


sobre su conducta)

Motivos

A) Existencia de un nuevo marco normativo. Derogación de la


disposición.

En línea con la CID la reciente le 26061 ha determinado la exclusión de toda


facultad de disposición tutelar en el marco de competencia habilitado a
todos los jueces en materia de derecho penal juvenil.

Ello en virtud de la derogación expresa de la ley 10903 y de la derogación


tácita de todas las normas de la ley 22278 que se refieren a facultades de
disposición de niños y jóvenes.

La sanción de la ley 26061 determina la imposibilidad de los jueces de


sustentar una medida de disposición de menores en una causa penal no
sólo en las normas establecidas a tal efecto en la ley 10903 sino también en
los párr. 2, 3 y 4 del art. 1, párr. 2 y 3 del art. 2 y en los arts. 3, 3 bis, 4.3 y
11 de la ley 22278. Conforme principios básicos de derecho: norma
posterior deroga ley anterior.

La nueva ley se encarga de determinar que órganos son los competentes


para avocarse a la denominada protección integral de los derechos de los
más pequeños. La ley 26061 no sólo es ley posterior, sino ley especial y
más idónea para resolver problemas que las leyes derogadas no han
logrado solucionar durante décadas de vida.

Al estipularse órbitas de competencia específica en el marco de la


Administración para el abordaje estatal de la problemática socio económica
de los niños y adolescentes debe entenderse que ha caído toda competencia
que otrora le correspondía a los jueces penales de menores

Entre los arts. 32 y 41 de la nueva ley se detallan cuales han de ser las
medidas a tomar con miras a la protección integral de los menores. Los
jueces actuarán sólo excepcionalmente para revisar judicialmente las
medidas que se hubieran tomado desde la administración, más ello nunca
puede recaer sobre jueces penales (art. 40 ley 26061).

Otras razones que fundamentan esta idea:

* Especial énfasis en la necesidad de orientar la medida hacia el


fortalecimiento de la familia de los niños (arts. 33, 35 y 37, ley 26061).

* Las expresas disposiciones que hoy limitan toda medida privativa de


libertad de los menores al punto de establecerse que esta variable no es
una medida de protección integral. Ni siquiera en el marco de una medida
excepcional es posible considerar la privación de libertad de un menor.
B) Nueva consideración de las medidas tutelares – Gravosa
restricción de derechos de los jóvenes

Aún en lo casos en los que no media privación de libertad institucional la


tramitación de un expediente tutelar importa una seria restricción de
derechos.

En palabras de la Dra. Zulita FELLINI “La facultad de disposiciçon de los


magistrads, establecida en la ley primigenia, sin responder a los
parámetros señalados y teniendo como base el sistema tutelar, no puede
considerarse un bien, sino un mal para la formación y el desarrollo de
jóvenes que no han alcanzado el grado de madurez exigido por la ley para
ser considerados seres adultos y responsables de sus actos” (de la
sentencia dictada por el TOM 2 en fecha 18/10/2005 en c. 3594)

“El expediente tutelar es donde el juez decide todo lo atinente a la


restricción de derechos del sometido a proceso hasta el punto de que la
medida de internación puede prolongarse aún cuando el imputado sea
sobreseído, sobre la base de la finalidad de protección que debe perseguir
el juez” (BELOFF, Mary “los recursos en el ámbito de la justicia de menores”,
en MAIER, Julio “Los recursos en el procedimiento penal”, p. 176, Bs. As.,
abril de 1999)

El sistema tutela estigmatiza, lo aleja de la familia, lo desnaturaliza, rompe


con la continuidad de los lazos familiares

C) Imposibilidad de agravar su situación respecto de la de un


imputado mayor

Desde la aceptación del expediente tutelar como una restricción de


derechos para el joven, entonces no puede aceptarse que los jóvenes deben
sufrir una especial restricción de derechos respecto a los adultos

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