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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE NOR-OCCIDENTE


LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES, ABOGACIA Y NOTARIADO.
LIC. JOSÉ LEONARDO BENAVENTE RAMOS
LÓGICA JURÍDICA
TEMA: CASO PALMER

ESTUDIANTE: PABLO OTONIEL MARTÍNEZ GODÍNEZ


CARNÉ: 201321080
Caso Palmer
En el caso, se desarrolla un conflicto que se origina con un testamento el cual las
demandantes, la Sra. Riggs y la Sra. Preston, trataron de invalidar la voluntad de su
padre, Francis B. Palmer. El acusado en el caso fue Elmer E. Palmer, nieto del
testador, a quien su abuelo, Francis B. Palmer, dejaba la mayoría de sus bienes con
pequeños legados a dos de sus hijas. Sabiendo que iba a ser el destinatario de la gran
finca de su abuelo, Elmer, temiendo que su abuelo podría cambiar la voluntad, asesinó
a su abuelo por envenenamiento. A partir de este caso, el filósofo Ronald Dworkin
realiza un análisis con el fin de explicar que los casos judiciales se resuelven a través
de principios, y no de normas de forma estricta. Debemos tener en cuenta el contexto
en que se sitúa. Históricamente, estamos tratando con una sentencia dictada por la
Corte de Apelaciones del estado de Nueva York en el año1889. En ese momento, no
existía una ley promulgara que previera el caso y estableciera que nadie podía
beneficiarse de su propio ilícito. Sólo estaban reguladas las disposiciones de última
voluntad, es decir, el testamento, a finde que sean válidas y cobren eficacia, que sería
partir de la muerte del causante.

Planteamiento del caso:

El señor Francis B. Palmer realizo su testamento, en el cual asignó pequeños legados


a dos de sus hijas, y el restante de la herencia a su nieto Elmer E. Palmer demandado
de 16 años. El poseía una granja y alguna propiedad personal considerable. Era viudo,
aunque contrajo matrimonio con quien antes estipuló un contrato en el cual, ella debía
quedarse con su granja. El joven Palmer se enteró de las disposiciones hechas a su
favor en el testamento y de la acción que sus tías querían llevar a cabo; modificar el
testamento con el fin de salir beneficiadas, con el fin de obtener la posesión inmediata
de los bienes y evitar que la voluntad de su abuelo cambiase, enveneno a este último.·
El demandado reclama la propiedad aclarando que el testador está muerto y su
testamento fue hecho en la forma debida y con la legalidad comprobada. Pero Philo
Riggs presenta una demanda el 21 de junio de 1889 ante el Tribunal de Apelaciones de
Nueva York.
Razonamiento del juez Earl.

El juez plantea: Qué sería más irrazonable que suponer que fue intención del legislador
en las leyes generales aprobadas para la transmisión ordenada, pacífica y justa de la
propiedad que ellas deberían actuar en favor de quien asesinó a su ascendiente para
poder acceder rápidamente a la posesión de su herencia; Tal intención es inconcebible.

Es totalmente cierto que las leyes que regulan la preparación, prueba y efectos de los
testamentos, y la transmisión de la propiedad, si son interpretados literalmente, y si su
vigencia y efecto no pueden ser controladas o modificadas de ninguna forma y bajo
ninguna circunstancia, otorgan esta propiedad al asesino. Un testamento obtenido
mediante fraude y engaño, como cualquier otro negocio jurídico, puede ser declarado
nulo y dejado de lado y así una parte concreta de un testamento puede ser declarada
ilegal o ineficaz si la voluntad fue inducida mediante fraude o bajo la influencia indebida
de la persona en cuyo favor está hecho. Tal propósito debe ser tenido en cuenta.
Cuando algunas cuestiones colaterales surgen de las palabras generales y devienen
en irrazonables, entonces los jueces deben tener la decencia de concluir que la
consecuencia no fue prevista por el Parlamento, y, por tanto, ellos están en libertad de
exponer la ley por equidad y solamente no tenerlo en cuenta quo ad hoc.

Por las mismas razones el demandando Palmer no puede tomar ninguna de estas
propiedades como heredero. Justo antes del asesinato él no era heredero y no había
certeza de que lo llegara a ser. Pudo haber muerto antes que su abuelo o pudo haber
sido desheredado por éste. Se hizo a sí mismo heredero mediante un asesinato y
buscó obtener la propiedad como fruto de su crimen. Lo que se ha dicho de él como
legatario se le aplica con igual vigencia como heredero. No puede concederse derecho
alguno a sí mismo mediante un crimen. Mi perspectiva del caso no inflige sobre Elmer
ningún castigo mayor o adicional por su crimen que el que especifica la ley. No le priva
de ninguna propiedad, sino que simplemente sostiene que él no puede adquirir
propiedad por su crimen y, en consecuencia, ser recompensado por su comisión.

El voto del Juez Earl, cuya relevancia se resume a que fue la decisión final del Tribunal
estadounidense gracias a la concurrencia del Juez Danforth. Sin embargo, el Juez Gray
disiento.

Razonamiento del Juez Gray (Discrepante)

Si él creyera que el caso debería ser decidido en base a consideraciones de equidad,


hubiera decidido en favor de los actores, pero que el caso no se decidía dentro del
ámbito de la conciencia. Afirmó en cambio que estaba obligado por rígidas reglas de
derecho, establecidas por la legislatura, dentro de las cuales el caso quedaba
confinado. Que el problema consistía en saber si una disposición testamentaria podía
ser alterada, o revocada, después de la muerte del testador, cuando la legislatura había
establecido exactamente cuándo y cómo podían ser alterados los testamentos, sin
dejar lugar para ningún ejercicio equitativo por parte de los tribunales.

Hizo notar que la capacidad y el poder de los individuos para disponer de su propiedad
luego de su muerte, y el modo como ese poder puede ser ejercitado, eran cuestiones
respecto de las cuales la legislatura había ejercido un control completo, regulándolo de
un modo particularmente detallado. Advirtió que aquellas legislaciones que anulan
disposiciones testamentarias que benefician a quienes no las merecen están basadas
en principios de equidad y de justicia natural, pero que estos principios sólo sugieren
razones suficientes para dictar nuevas leyes.

Las leyes vigentes establecieron distintas formas mediante las cuales un testamento
podía ser revocado o alterado, lo que implica prohibir cualquier otro tipo de alteración o
revocación. Insistió sobre este tema, diciendo que un testamento válido debía continuar
como tal, a menos que se lo revoque de la manera prevista por la ley: la confección y
revocación de los testamentos son cuestiones de exclusiva competencia de la
legislatura.

Recordó precedentes en los cuales se decidió la validez de un testamento que el


testador había intentado destruir, y que se le había impedido fraudulentamente hacerlo.
Finalmente, sostuvo que se le añadía al demandado un castigo si se lo privaba de su
propiedad. La ley ya lo había castigado por su delito, no podía decirse que ese castigo
fuera insuficiente, y los tribunales carecían de poder para incrementarlo.

Conclusión final: Contraviniendo el derecho positivo en ese momento vigente,


excepcionándolo sin base en una norma positiva que marque tal excepción al derecho
a suceder, es decir, no estaba previsto positivamente. Basando la decisión en un
principio que es jurídico, según Dworkin, pero cuya juridicidad no es de derecho
positivo ni porque esté en una norma legislada enunciado tal principio ni porque se
induzca o extraiga del derecho positivo, sino que se hace con los principios generales
del derecho. En algunos casos la letra de la ley se restringe mediante una
interpretación equitativa, en otros casos se extiende; en otros la interpretación es
contraria a la letra de la ley.

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