Para poder tener una comprensión de un poder político es primordial tener el conocimiento de la voluntad que lo crea. Así, El Supremo Poder de la Federación se divide, para su ejercicio, en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Esta división implica una separación de poderes en el sentido de que su
respectivo ejercicio se deposita en órganos distintos, los cuáles son interdependientes, y cuya conjunta actuación entraña el ejercicio del poder público por parte del Estado. Tal división se encuentra plasmada en el artículo 49 de nuestra Constitución.
El Estado tiene dos poderes básicos: el Poder Legislativo, depositado en el
Congreso de la Unión y que se puede definir como organismo bi-camaral en que se deposita el Poder Legislativo Federal, o sea, la función de imperio del Estado mexicano consistente en crear normas jurídicas abstractas, generales e impersonales llamadas que se denominan leyes en un sentido material y formal.
El Congreso de la Unión está formado por la Cámara de Diputados y la Cámara de
Senadores.
La Cámara de Diputados es un órgano integrante del Congreso de la Unión
dentro del sistema bi-camaral que tiene un origen popular directo en representación del pueblo mexicano.
La Cámara de Senadores. Es un órgano integrante del Congreso de la Unión, que
tiene un origen popular directo y como función primordial representarlo ante la Federación. Los senadores, integran esta cámara y son los representantes de cada uno de los estados de la Federación. Surgen por elección popular y duran en cargo 6 años.
El Poder Ejecutivo federal, es el conjunto de órganos estatales en que éste se
deposita y el cual es encabezado por el Presidente, quién es el encargado de la administración de la federación y de establecer relaciones en el ámbito internacional se auxilia de las secretarías de estado para poder cumplir con su encomienda. Poder Judicial de la federación tiene la función o actividad que los órganos judiciales del Estado desempeñan y está integrado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal Electoral y el Consejo de la Judicatura Federal, así como los Tribunales Colegiados de Circuito, los Tribunales Unitarios de Circuito y los Juzgados de Distrito, que son quienes conocen de los juicios de amparo llamados indirectos, así como de asuntos civiles mercantiles y penales.
los poderes constituidos deben mantener proporcionalidad entre ellos para
hacerse frente a las arbitrariedades en que puedan incurrir sin embargo podríamos decir que hay una desproporción de origen, ya que se deposita el ejercicio del “Supremo Poder Ejecutivo” de la Unión en un solo individuo que se denominará "Presidente de los Estados Unidos Mexicanos”, mientras que el Poder Legislativo es depositado en un Congreso general, que se dividirá a su vez en dos Cámaras, y en el caso del Poder Judicial de la Federación se deposita el ejercicio en una Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en tribunales colegiados y unitarios de circuito y en juzgados de distrito, respectivamente, sin que estos poderes sean constitucionalmente “supremos”
Podría considerarse que existe la presunción de superioridad del Poder Ejecutivo
sobre los demás, y acontece que dicho poder al gozar de supremacía constitucional mantiene bajo su mando a los demás; pues podría considerarse que no tiene un control y que a éste no se le puede hacer frente.
La constitución de 1917 no dotó originariamente de equilibrio a los poderes
constituidos y a la fecha esta situación no ha sido reformada, lo que pone de relieve la inexistencia de un verdadero sistema de frenos y contrapesos en el ejercicio del poder.
Si bien existe una división tripartita de poderes públicos, podríamos considerar
que esta desproporcional y desequilibrada, y cuestionaría que la actividad de los poderes Legislativo y Judicial esté sometida al Ejecutivo, deslegitimizado de su actuación.
Si bien el Poder Judicial de la Federación a través de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, por se encarga de hacer frente a las arbitrariedades que pudieran cometer los otros dos poderes públicos en el ejercicio de sus actividades, es innegable decir que existe un sometimiento del Poder Judicial de la Federación constitucionalmente, lo cual puede poner en duda y deslegitimizar su actividad y su independencia.
Considero de gran importancia que los tres poderes mantengan equilibrio
recíprocamente, y que sean perfectamente definidas las facultades de cada poder público, y que gocen de la misma forma de legitimidad.