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Capítulo IV
Capítulo IV
Introducción
Para hacer un uso racional de los fertilizantes y de los recursos naturales, y a la vez,
evitar la contaminación ambiental, se hace necesario conocer como los suelos ganan y
pierden nutrientes; en otras palabras, conocer el ciclo de los nutrientes en el suelo.
Básicamente, con el ciclo de los nutrientes, se persigue conocer las respuestas a las
siguientes preguntas:
Las respuestas a estas dos preguntas forman parte de la base teórica que permite tomar
las mejores decisiones al momento de hacer una recomendación de fertilización. Por
ejemplo, si un suelo posee un elevado contenido de elementos gruesos o de arena, debe
evitarse el uso de nitrógeno nítrico (NO3-) por su fácil lixiviación en esas condiciones; si
un suelo tiene un pH de 4.6 debe evitarse la aplicación de fosfatos, en ese momento,
debido a la elevada tasa de pérdida por precipitación con hierro y con aluminio. Si un
suelo es calcáreo, con pH superior a 8.0, debe evitarse el uso de urea en superficie y con
el suelo seco debido a que las perdidas de nitrógeno en forma de amoniaco (NH3)
pueden ser muy elevadas, y así sucesivamente aparecen más y más ejemplos. En
resumen: para hacer buen uso de los fertilizantes y realizar recomendaciones apropiadas
al punto de vista económico y ambiental se hace necesario conocer el comportamiento
de los nutrientes en los diferentes suelos y ambientes.
De los 17 nutrientes necesarios para las plantas se discutirán, más adelante, los ciclos
del nitrógeno, del fósforo, calcio, magnesio, potasio y microelementos de carga positiva
(Fe, Cu, Mn y Zn). De todos esos ciclos de nutrientes, uno de los más interesantes lo es
el ciclo del nitrógeno. El entendimiento del ciclo del nitrógeno (y de los demás
nutrientes) permite mejorar las recomendaciones de fertilizantes.
Cuando los restos vegetales y los animales muertos se ponen en contacto con el suelo
son atacados por numerosos insectos y millones de bacterias y hongos. De esta manera,
el tejido fresco pasa a ser tejido descompuesto y así se inicia la descomposición y
mineralización de la materia orgánica (MO).
Junto al amonio se liberan otros compuestos inorgánicos a partir del tejido orgánico
original, por ejemplo: PO43-, SO42-, K+, Ca2+, Mg2+, Fe2+, Mn2+, Zn2+, Cu2+,y otros.
Todos estos compuestos formaban parte de los tejidos y enzimas de la materia orgánica
viva. Debido a la descomposición de la MO, ésta es una fuente de N y de otros
nutrientes que pasan a enriquecer el suelo.
R-NH2 = aminoácido
NH3 = amoníaco
NH4 + = amonio
Otro fenómeno que ocurre de manera natural en el suelo y que está relacionado con el
nitrógeno es la nitrificación.
1- Lluvias con relámpagos: el aire esta compuesto por un 78% de nitrógeno molecular
(N2), pero ese nitrógeno no es disponible para las plantas ni para los animales. Sin
embargo, durante las descargas eléctricas este nitrógeno es transformado en nitrato
(NO3) y cae al suelo junto a la lluvia. Las lluvias con relámpagos constituyen una ligera
fertilización de campos y ciudades.
3- Fijación del nitrógeno: algunos microbios del suelo son capaces de fijar nitrógeno
atmosférico, el cual posteriormente servirá de alimento a las plantas; existen dos grupos
de fijadores: simbióticos y no simbióticos (también llamados fijadores libres).
3.1- Fijación simbiótica: ocurre con las plantas leguminosas (habichuela, habas,
alfalfa, etc.) donde, a nivel radicular, se unen a las raíces bacterias fijadoras de N
atmosférico. En las raíces las bacteria forman nódulos donde viven y se multiplican.
Las bacterias le ceden N a las plantas y éstas le ceden carbohidratos y otros nutrientes a
las bacterias.
4- Aplicación de abonos: tanto los abonos orgánicos como los sintéticos pueden
aumentar el contenido de nitrógeno del suelo. Los orgánicos contienen entre 0.5 y 4.0%
de este elemento mientras que los sintéticos normalmente contienen entre 10 y 46% (el
amoniaco anhidro, el cual no se usa en la R.D. por ser un gas, contiene 82% de N).
2. Volatización: en suelos calcáreos con pH’s superiores a 7.5 el amonio (NH4+) puede
pasar a la forma de amoníaco (NH3) y éste se puede perder en forma de gas.
Nota: los suelos de Azua, Barahona, Neiba, Baní, Pedernales, Duvergé y La Descubierta
son calcáreos; también lo son algunos de Puerto Plata, Santiago, Moca, Mao y Monte
Cristi. Los suelos calcáreos poseen más de 5% de CaCO3. Para reducir la volatización
se recomienda incorporar el abono amoniacal y humedecer el suelo después de abonar.
4. Fijación entre las capas de las arcillas: este es otro tipo de fijación, ocurre con el
radical amonio, el cual, debido a su pequeño tamaño, puede penetrar entre las láminas
de las arcillas quedando atrapado en forma no disponible para las plantas. Esto ocurre
en las arcillas del tipo 2:1.
Cuando se agrega MO fresca al suelo, la inmovilización puede ser muy grande y puede
afectar el crecimiento de las plantas. Para evitar deficiencias de N por inmovilización,
la MO que se agregue a los cultivos debe estar bien descompuesta o se debe aplicar
unos dos meses antes de sembrar, para dar tiempo a la descomposición y al fenómeno
de mineralización.
Para una visión general de las ganancias y pérdidas del nitrógeno en el suelo se presenta
el ciclo de este elemento en la Fig. 4.1
Notas:
Leaching = lixiviación
Plant uptake = extracciones de nutrientes
Loss = perdidas por volatización
Capillary rise = ascensión capilar
Whirlwind = remolino
Clay = arcilla
1. Descomposición de la MO
2. Meteorización de minerales primarios (fósforo nativo: apatita)
3. Aplicación de fertilizantes industriales como SFT, MAP, DAP.
Para más detalles, ver el ciclo del fósforo en el suelo (Fig. 4.2).
Calcio y magnesio son dos nutrientes divalentes los cuales son difíciles de lixiviar, por
tanto, generalmente abundan en los suelos, especialmente a pH’s superiores a 6.0. Su
contenido total está más asociado a los minerales del suelo y al tipo de clima y no en
base a la materia orgánica como sucede con el nitrógeno.
La lixiviación de calcio y magnesio puede darse a corto plazo en suelos muy arenosos y
a muy largo plazo en suelos de regiones húmedas (miles de años). El potasio, por ser
monovalente, se lixivia más fácilmente que el calcio y el magnesio tanto en suelos
arenosos como en los francos. Generalmente, en suelos ácidos (que son suelos de zonas
húmedas) el contenido de potasio es muy bajo.
Las ganancias de potasio en el suelo ocurren principalmente debido a los dos procesos
siguientes:
Para mas detalles, ver dinámica de Ca-Mg-K en el suelo en página que se anexa.
Hay que destacar, que los nutrientes P, Ca, Mg y K no se volatilizan y solo se lixivian
en suelos que contengan mucha arena o grava. En suelos normales, no se lixivian.
Existen elementos menores u oligoelementos que pueden ser absorbidos tanto en forma
aniónica como catiónica, entre ellos están:
Dentro de los microelementos catiónicos, la fracción soluble está constituida tanto por
iones, en estado divalente, como por quelatos, que son compuestos orgánicos solubles
que encierran a un ión metálico dentro de su estructura (por ejemplo EDTA).
Ganancias de microelementos
Perdidas de microelementos
Literatura relacionada
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Benton Jones, J. 1998. Plant Nutrition Manual. CRC Press. Boca Ratón. USA
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