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Módulo 4

Diplomatura Universitaria en enseñanza de la


Matemática mediada por TIC

Facultad de Ciencias Para la Innovación y el


Desarrollo

Universidad Católica de Santiago del Estero

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Presentación del módulo

Modelización y resolución de problemas son términos que algunas veces son utilizados de un
modo casi indistinto, dejando entrever que podrían tener el mismo significado y sin reparar en
distinciones entre ellos. En este módulo intentaremos precisar cada uno de estos conceptos
indicando, sin pretensión de exhaustividad, distintas concepciones y usos de ellos que se
encuentran actualmente en el campo de la Educación Matemática. Presentaremos
vinculaciones entre ambos conceptos y mencionaremos en líneas generales algunas
consideraciones para la enseñanza cuando se contempla incluir la Modelización Matemática
en el aula.

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Objetivos:

 Identificar situaciones susceptibles a ser abordadas a partir de la modelización


matemática.
 Revisar contenidos matemáticos provenientes del Álgebra, el Cálculo, la Geometría y la
Probabilidad y Estadística.
 Integrar el uso de nuevas tecnologías a la resolución de situaciones problemáticas,
representadas a través de los modelos matemáticos construidos

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Contenidos:

Modelos matemáticos: Concepto, proceso para la construcción de un modelo. El uso de las


funciones escalares como herramientas para Modelizar. Ajuste de curvas por método de
mínimos cuadrados. Análisis de casos de modelización matemática.

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Evaluación:

La evaluación del módulo, está planificada procesualmente, en esta instancia se prevén la


entrega de actividades pautadas y la participación en los foros propuestos. El criterio de
evaluación para obtener la condición de aprobado es: Haber realizado las actividades parciales
y la participación en los foros propuestos de manera fundada, de acuerdo al material indicado.

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Metodología de Trabajo:

Durante el desarrollo de la cursada mantendremos una metodología de trabajo sincrónica y


asincrónica.

En las instancias sincrónicas, a través de la plataforma nos abocaremos a desarrollar conceptos


relevantes que se proponen en el material de lectura para facilitar su comprensión y
aprovechar esta instancia para plantear dudas y consultas puntuales (instancia que tendrá
también carácter asincrónico, ya que durante toda la cursada mantendremos habilitado el foro
de dudas y consultas)

Mientras que, en la instancia asincrónica, se desarrollarán las participaciones en los foros


obligatorios y optativos en base a la lectura de los materiales sugeridos, el envío de actividades
programadas, las cuales serán necesarias para la acreditación del módulo, esta estructura está
pensada en función de la modalidad de la carrera y en la optimización de los tiempos
personales de los cursantes.

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La modelización matemática.

La modelización utilizada en la enseñanza de las Matemáticas es un campo de investigación


desde hace más de 30 años y ha pasado a ser parte fundamental en la Didáctica de la
Matemática, tal es el impacto de la misma que el ICMI (International Commission on
Mathematical Instruction) posee una sección dedicada específicamente a la modelización
(International Community of Teachers of Modelling and Applications, ICTMA), el informe PISA
2012 (OECD, 2013, pp. 25-27) considera la construcción de modelos matemáticos, integrada
como parte del proceso de matematización de un problema contextualizado en la realidad,
como parte fundamental en la enseñanza-aprendizaje de la matemática. Como consecuencia
de todo ello, la modelización matemática se ha ido introduciendo en diversos países en la
enseñanza secundaria obligatoria y postobligatoria.

Por ejemplo, en el borrador de real decreto que regulará la enseñanza secundaria en España la
modelización matemática y la construcción de modelos matemáticos se integran en el bloque
“Procesos, métodos y actitudes” (MECD, 2014, Anexo I, Troncales, Matemáticas, p. 3):

“El bloque Procesos, métodos y actitudes en matemáticas será común y transversal, y


debe desarrollarse simultáneamente al resto de bloques de contenido ya que es el eje
fundamental dela asignatura. Se articula sobre procesos básicos e imprescindibles en el
quehacer matemático: la resolución de problemas, proyectos de investigación matemática,
las actitudes adecuadas para desarrollar el trabajo científico y la utilización de medios
tecnológicos.”

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Ciclo de la modelización.

Al hablar de modelización matemática es común realizar una distinción entre modelo y


modelización, de la misma forma que se realiza la distinción entre producto y proceso. Así, el
término modelización se refiere al proceso mientras que modelo se refiere al resultado o al
producto de ese proceso, en forma de representación física, simbólica o abstracta (Blum &
Niss,1991). Existen diferentes esquemas que intentan describir el proceso de modelización
matemática, caracterizados o diferenciados fundamentalmente por los objetivos asignados a la
modelización en la enseñanza.

La modelización se describe como un proceso que parte de una situación o problema real y
que desemboca, a través de una sucesión de pasos o fases, en un modelo matemático que da
respuesta al problema o situación real inicialmente planteada. En el proceso se retoman pasos
anteriores, con lo que el proceso adopta un comportamiento cíclico.

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La modelización matemática como práctica de enseñanza

Tal como se puede apreciar, la modelización matemática es una tarea que implica un cierto
grado de dificultad. El docente tiene que colocar una situación donde los alumnos puedan
trabajar con un fenómeno o situación de la vida diaria que les sean familiares y que les permita
poner en juego su conocimiento matemático en un proceso de modelización. Colocar el
escenario para actividades de modelización es un elemento crucial en la enseñanza de la
modelización matemática. La descripción general del proceso de modelización, las
competencias matemáticas involucradas, tanto como los elementos de justificación pueden
ser usados como herramientas para la planificación de actividades de enseñanza.

La modelización matemática como una teoría para la práctica

Una teoría sobre modelización matemática se funda en las definiciones de modelo


matemático, modelización, y competencia en modelización. Pero la teoría, la cual aún está en
desarrollo, es más que sólo estas definiciones y una comprensión general de la modelización
matemática tal como fuera mostrado en el esquema gráfico del apartado anterior.La teoría
también incluye una justificación de la modelización matemática como elemento esencial de la
enseñanza de la matemática en los distintos niveles del sistema educativo, como así también,
sugerencias y reflexiones sobre cómo implementar la modelización en diferentes contextos
educativos (Niss, 1989). La justificación de la modelización como un elemento de la enseñanza
de la matemática en la educación general ha sido tema de investigación en educación
matemática durante años, a continuación estableceremos cuáles son los tres argumentos más

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importantes a favor de la modelización matemática, como elemento central en la enseñanza
general de la matemática aún desde edades tempranas.

 La modelización matemática tiende puentes entre la experiencia de vida diaria de los


alumnos y la matemática. Esto motiva el aprendizaje de la matemática, provee de
directo apoyo cognitivo a las conceptualizaciones de los alumnos y coloca a la
matemática en la cultura, como medio de describir y entender situaciones de la vida
diaria. (1)

 En el desarrollo de sociedades altamente tecnológicas, las competencias para


establecer, analizar y criticar modelos matemáticos son de crucial importancia.
Este es el caso tanto desde una perspectiva individual en relación a las oportunidades
y desafíos educativos y en el mundo laboral, como desde una perspectiva social en
relación a las necesidades de una fuerza laboral adecuadamente educada. (2)

 Los modelos matemáticos de distinto tipo y complejidad están jugando roles


importantes en el funcionamiento y formateado de sociedades basadas en la alta
tecnología. Por lo tanto, el desarrollo de competencias expertas y seculares en criticar
modelos matemáticos y la forma en que son usados para la toma de decisiones se está
convirtiendo en un imperativo para el mantenimiento y futuro desarrollo democrático.
(3)

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Por supuesto, la modelización matemática tiene diferentes significados en los distintos niveles
educativos y no se les debería dar igual importancia a estos argumentos en todos los niveles.
En los primeros años de la escuela media, los alumnos usan la matemática para describir
situaciones de su vida diaria, aún sin darse cuenta, en un principio, de que están trabajando
con la modelización matemática. Habitualmente, la enseñanza puede conducir a la
consecución del argumento (1). Sin embargo, ya en los primeros años de la escuela media es
posible desafiar a los alumnos a llevar a cabo proyectos de modelización completos y a
reflexionar sobre sus resultados.
La teoría puede ser una herramienta para la práctica de la enseñanza de la modelización
matemática al permitir:
 analizar procesos auténticos de modelización retrospectivamente y adaptar estos para
la enseñanza;
 analizar actividades de modelización de los alumnos;
 identificar los diferentes sub-procesos involucrados en un particular proceso de
modelización;
 diseñar episodios de enseñanza y preparar el diálogo que desafíen las sub-
competencias;
 comunicar y discutir las metas de un curso de modelización con alumnos y profesores;
 enseñar modelización matemática basada en la experiencia de los alumnos.

La teoría de la modelización matemática se desarrolla más ampliamente a través de la


interacción con la práctica de la enseñanza. Experiencias de enseñanza y resultados del análisis
de las actividades de modelización de los alumnos proveen nuevos discernimientos sobre el
proceso de enseñanza y aprendizaje de la modelización matemática
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Estos son ejemplos de tales hallazgos:

 Los alumnos generalmente encuentran motivador y relevante trabajar con problemas


reales, significando esto problemas relevantes para alguien fuera del aula.

 Situaciones cuasi-auténticas, es decir contextos construidos para la enseñanza,


también pueden dar soporte para la construcción de significados para los estudiantes,
si son lo suficientemente ricos y son considerados seriamente en la enseñanza.

 El conocimiento matemático, conceptual o procedimental, no es un prerrequisito para


las actividades de modelización. La experiencia demuestra que las actividades de
modelización pueden motivar el proceso de aprendizaje, crear raíces cognitivas sólidas
para la construcción de conceptos matemáticos de parte del alumno y ser un modo de
desafiar sus conceptualizaciones al ampliar el dominio para las actividades de
modelización.

 Las concepciones de los alumnos acerca de la modelización matemática evolucionan


muy lentamente y son fuertemente dependientes de la experiencia personal con el
proceso de modelización. Esto enfatiza la necesidad de una planificación educativa a lo
largo de los diferentes niveles del sistema educativo.

 El conocimiento de los alumnos de los diferentes procesos involucrados en la


modelización es importante para la estructuración de sus experiencias.

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 Los progresos y obstáculos para el desarrollo de competencias en los alumnos en
modelización pueden entenderse en referencia a una descripción de los subprocesos
en modelización matemática. Tal compresión puede apoyar la planificación de la
enseñanza.

Se pueden identificar distintos tipos de obstáculos:

 Experiencias y conocimientos inapropiados del dominio de las actividades de


modelización. (Puede considerarse una parte de los objetivos de enseñanza el
desarrollo de tales experiencias y conocimientos).

 Obstáculos cognitivos, como el desconocimiento disciplinar, del proceso de


modelización.

 Obstáculos sociológicos, fragilidad en el conocimiento de problemáticas científicas y/o


sociales, del proceso de modelización.

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Ejemplo de modelización

Producción de miel en una colmena después de una enjambrazón (Marcel Pochulu-Liber Aparisi)

Introducción
Cuando se trata de buscar información en Internet sobre las abejas, millones de páginas
aparecen en cualquier buscador, donde nos cuentan innumerables detalles de este antórfilo.
Si nos imbuimos en la vida de ellas, encontramos la descripción de un complejo e interesante
fenómeno que se da contra la voluntad de la reina o soberana: la enjambrazón. Una
enjambrazón es un proceso biológico natural, paradójicamente contrario a los intereses del
apicultor, mediante el cual se produce la migración de un sinnúmero de abejas con su reina
para formar otra colmena.
Valega (2011) expresa que acontece en momentos de apogeo de la colmena, donde hay una
superpoblación de individuos, y constituye el sistema de propagación de las abejas. Si bien no
se conocen con certeza las causas y factores que desencadenan la enjambrazón, menciona
que:
La enjambrazón se produce corrientemente en momentos en que se inicia la gran mielada, con grandes flujos de
néctar, con gran cantidad de abejas que calientan el nido y dificultan la termorregulación. El néctar compite por
espacio con la postura que se ve desplazada hacia abajo. La reina, al no poder poner con la misma frecuencia,
disminuye la liberación de feromonas, este fenómeno se incrementa en colmenas con reinas viejas ya que éstas
de por sí, liberan menos feromonas. Por consiguiente disminuye la sustancia real de la reina y de la larva, al
disminuir la postura, ya que ésta también libera feromonas (BP o Brood Pheromone) que inhiben el desarrollo de
las celdas reales. (p. 2) Más detalles sobre lo que acontece durante este fenómeno, y con posterioridad a él, se
relatan en Padilla Álvarez, Flores Serrano y Campano Cabanes (2011, p. 11):

En muchos casos en una colonia no se produce un solo enjambre, sino que con posterioridad a
la salida del primero (el más numeroso) quedan en la colonia realeras en desarrollo, de las que
nacerán un cierto número de reinas. Si la primera que nace elimina a sus hermanas antes de
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que nazcan, la colmena se estabiliza y no se producirán enjambres secundarios. Pero en el caso
de que nazcan varias reinas, algunas se marcharán de la colonia con una parte de los efectivos,
lo que determina la formación de otros enjambres denominados secundarios. Estos enjambres
están formados por un número pequeño de obreras y reciben la denominación de jabardos o
jabardillos.
Complementando lo expresado anteriormente, Valega (2011, p. 3) relata que:
Este enjambre, que generalmente es el único y sale con la reina de la colmena en condiciones de reiniciar la
postura en forma inmediata, emigra a varios kilómetros de distancia, recorrido que puede realizarlo en varias
etapas. A los pocos días nace la primera reina de las celdas reales de enjambrazón y las abejas destruyen las
otras celdas y ésta queda como la nueva soberana de la colmena.
La enjambrazón ocurre en la vida de una colmena. No obstante, no es lo mismo una colmena donde el hombre
explota comercialmente sus productos y manipula la vida y reproducción de las abejas, que un colmenar silvestre.
Y algo más, no todas las especies de abejas viven en comunidad. Existen especies cuyas abejas son solitarias y no
formarán nunca una colmena. A su vez, sabemos que la miel recolectada por una colonia se relaciona
directamente con el número de obreras presentes en la colmena, y que éste depende del tipo de colmenar que
utilicemos.

Teniendo en cuenta este contexto, formulamos la consigna para el problema de la siguiente


manera:
Determinar si al apicultor le resulta conveniente o desfavorable, en términos de
productividad de miel, que una colmena enjambre. Entendemos que la respuesta tiene que
estar fundamentada a través de un estudio matemático más que la búsqueda de esta
información precisa en Internet o posicionamientos particulares que adoptan apicultores o
expertos en el tema.

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Entonces, los invitamos a continuar leyendo sobre abejas, colmenas, enjambrazones y la
actividad del hombre como apicultor con el propósito de comprender acabadamente la
situación problema.

Contextualización de la situación problema

Sobre abejas

Existen más de 15.000 especies de abejas en el mundo y, lo que es sorprendente para muchos,
solo unas 1.000 de estas especies son abejas sociales. Al decir sociales, queremos describir a
aquellas abejas que al igual que las hormigas o termitas, por ejemplo, viven en comunidades
organizadas. Los nidos de las abejas son colonias y a éstas se las llama colmenas.
De las especies eusociales , unas 20 son las utilizadas por el hombre en su actividad apicultora
y son denominadas las abejas de la miel. En el caso de las abejas muy eusociales, se pueden
estudiar básicamente los siguientes rasgos o castas: una única reina madre ponedora de
huevos, una casta de obreras que dan volumen a la colonia, unos poquísimos zánganos (abeja
macho) con fines reproductores.
Las abejas se alimentan de la miel que producen con el polen y el néctar recolectados de las
múltiples especies que florecen en las distintas estaciones y climas, siendo siempre el apogeo
en la primavera. Es por ello que esta especie se ve afectada especialmente por la tendencia al
monocultivo y, por supuesto, a las condiciones climáticas desfavorables.
Se necesitó un verdadero interés científico para revisar la creencia de que la colmena tenía un
rey y no una reina. Tal como se creyó hasta que el biólogo Jan Swammerdam (anatomista y
zoólogo holandés del siglo XVII), mediante metodología experimental, y diseñando sus propios

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microscopios, descubrió ovarios y oviductos en los cuerpos de las abejas reinas. Este
descubrimiento “iluminó con un inesperado rayo de luz toda la política de la colmena,
fundándola sobre la maternidad” (Maeterlinck, 1999, p. 16).

Ahora bien ¿qué diferencias existen entre una abeja reina y otra clase de abeja? La respuesta
es simple: casi todo. Hay diferencias de tamaño corporal y en el tamaño del cerebro, en el
sistema reproductivo, en sus órganos y, por lo tanto, sus actividades, costumbres y
necesidades son distintas. Además, una abeja reina vive hasta 5 años y no algunos meses como
una obrera. La alimentación que recibe la larva durante los primeros tres días determinará el
crecimiento de una abeja obrera o una abeja real. Una vez reina, esa será su única
alimentación: la jalea real.

La abeja reina tendrá un cuerpo de color más claro y sensiblemente mayor, prácticamente su
tamaño será el doble que el de otra abeja del panal. Al no contar con órganos secretores de
cera u recolectores de polen, jamás saldrá del colmenar en busca de polen y néctar.

Por supuesto que tiene alas, pero unas más cortas que el resto de los miembros de la colonia.
La reina vuela fuera de la colmena solo para fecundarse en el llamado vuelo nupcial y cuando
se produce la enjambrazón, por lo que su esfuerzo y su labor diaria serán dentro del colmenar.
Allí es mejor tener alas cortas.
Será la única abeja que no polinizará y la única que se reproducirá y tendrá crías. Una abeja
reina pondrá entre 2.000 y 3.000 huevos diarios, los cuales dan origen a un individuo más de la
colmena a los 21 días.
Más que reina, será una esclava de la colmena, y en la bella poética de Maeterlinck, a quien
volveremos a leer en más oportunidades en este capítulo, se expresa:

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No experimentará ni el deseo del sol, ni la necesidad del espacio, y morirá sin haber visitado
una flor. Pasará su existencia en la sombra y en la agitación de la muchedumbre, a caza
infatigable de cunas que poblar. En cambio, será la única que conozca la inquietud del amor
(Maeterlinck, 1999, p. 177).
Las abejas obreras son el grupo más numeroso y el que da volumen a la colonia. Depende de la
especie, de la región, de la estación del año donde hagamos el conteo, del clima, de la
actividad del hombre y de una cantidad de variables a tener en cuenta, pero podemos decir
que una colonia tendrá en promedio unas 70.000 abejas en primavera y alrededor de 20.000
en invierno.
Las tareas que realizan se organizan en función de su edad. Las obreras llegan a vivir unos 45
días en la época estival y en los primeros días, su labor será limpiar los restos que hayan
quedado en sus celdillas después de su nacimiento. Luego alimentan a las larvas, mientras les
entregan el calor necesario. A partir del décimo día se dedican al cuidado de la colmena,
atendiendo a la reina, velando por la limpieza y el orden, y produciendo cera y miel. A partir de
la mitad de su vida y hasta su muerte saldrán a diario en busca de alimento (néctar, propóleo y
polen) y agua. Pueden realizar unos 40 vuelos diarios en un radio de 3km (Herrero, 2004). Las
que nacen en otoño o invierno viven hasta la primavera, aproximadamente unos 4 ó 5 meses.

Los zánganos no son una cantidad representativa dentro de la colmena (entre 500 y 1.500) y su
función es reproductiva. No recolectan y no participan en la polinización, incluso no defienden
la colmena ni pueden defenderse (no tienen aguijón). Viven entre 1 y 2 meses, más o menos
como las obreras.
Si pensamos que la vida no puede ser más placentera que la de un zángano, aquí dejamos una
posible respuesta. Es cierto que no trabaja todo el día como las obreras ni pone 3.000 huevos
diarios como la reina, pero en su única tarea deja la vida. Sucede que cuando la reina deja por
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un momento su colmena y comienza su cortejo en busca del apareamiento, todas las miradas
se ponen sobre los zánganos. Aquel que vuele más rápido y a la vez sea el más vigoroso será
quien fecunde a la reina. En esta unión ocurre que el sistema reproductor del zángano se
desprende de su cuerpo y queda alojado en el de su compañera. Así, esa bolsa de esperma
quedará a disposición de este milagro de la naturaleza, dando miles de huevos y futuros
nacimientos diarios. Como vemos, nada es sencillo. De hecho, si en la colonia no nacen abejas
reinas es muy probable que los expulsen o eliminen.

Sobre las colmenas

Las colmenas son sistemas comunitarios que solo forman algunas subespecies de abejas, entre
ellas las melíferas. Las hay silvestres, y como abordaremos en este apartado y en el próximo
con mayor detalle, estarán también las colmenas construidas por el hombre en su afán de
domesticarlas y extraer un beneficio para su subsistencia, tanto alimenticia como económica
en una primera escala, o bien pensando en un proceso industrializado o de mayor alcance en
el mercado.
Las colmenas quedan condicionadas a las regiones donde se encuentran, al clima y a la
explotación del hombre. Necesariamente debemos observar dos puntos importantes: que la
vida en los colmenares será plena y explosiva en primavera y se contraerá en invierno, y que
una colmena es un ecosistema en equilibrio que fácilmente puede deshacerse ante la
intervención humana (Coppa, 2006).
La colonia de abejas mantiene una organización entre sus distintos componentes bióticos que
permiten este equilibrio para no solo su supervivencia sino también para conservar la especie.
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Como dijimos, la enjambrazón es el proceso encargado de esto último. Pero debemos pensar,
antes de la expansión territorial, en la vida dentro del colmenar. Allí conviven las distintas
abejas (reina, obreras y zánganos) cada uno con una tarea específica como vimos y con ellos
distintos microorganismos como bacterias, hongos y otros.
Temperatura, ventilación, humedad y luz solar son algunos de los factores que la comunidad
de abejas mieleras busca controlar. La miel es el alimento de las abejas y es producido por el
néctar que ellas recogen, pues el proceso continúa luego dentro de la colmena, transformando
uno en otro, algo que solo resulta bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad.
Damos algunos ejemplos para ilustrar la situación. Si el néctar no pierde cierta cantidad de
humedad, fermenta y es altamente tóxico (y mortal). Si existe una merma en la población, esto
repercutirá no solo en la cantidad de alimento recogido sino en la posibilidad de controlar la
temperatura y la ventilación dentro del nido, provocando la aparición de hongos que atacan el
polen guardado. Pero, ¿qué sucede cuando la colmena no es silvestre sino que está controlada
e intervenida por la actividad del hombre, el apicultor? Coppa (2006, p. 25) nos brinda una
respuesta contundente:
(Debemos) visualizar a la colmena como un ecosistema en equilibrio y tratarlo como tal. Las
intervenciones del apicultor suelen romper el equilibrio existente en la colmena dando lugar a
trastornos que afectan el desarrollo equilibrado de la población como la sanidad de la misma,
ya que ante factores de estrés, la colonia enferma.
El apicultor no debería afectar con sus acciones las actividades de las abejas que controlan
estos factores ambientales. Por ello, en pos de acompañar el desarrollo de las poblaciones que
intenta explotar, contará con distintas estrategias que tienen que ver mucho con el cuidado de
las colmeneras artificiales –los apiariosdonde cría y controla a las distintas colmenas. Esto es,
el sitio donde se ubicarán, su disposición y orientación al sol, la separación entre colmenas,

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aperturas de piqueras (entradas al apiario), controlar reservas de alimentos y en caso de falta:
suplementar, cuidados sanitarios (prevención de hongos, bacterias, etc.), abastecimiento de
agua, entre otros.

Sobre la actividad del hombre: la apicultura

El hombre siempre se alimentó de la miel que producen las abejas. En América, antes de la
llegada de los españoles que la colonizaron, los pobladores originarios contaban con especies
de abejas melíferas locales (meliponas o abeja sin agijón). En México, este tipo de abeja data
de la época precuauhtémica (tiempos de los viejos abuelos indígenas) y se sabe que “la miel
producida por abejas ha sido uno de los productos que el hombre también ha buscado como
medicina, magia, moneda y tributo, lo cual motivó la socialización de las especies” (Rivera,
Losada, López, Cortés, Vieyra y Grande, 2007, p. 2).
Las especies nativas fueron reemplazadas por abejas europeas traídas especialmente con ese
fin. La abeja europea es un insecto sumamente domesticado, con miles de años de adaptación
y selección natural. Es manso y un gran recolector de polen y productor de miel.
No obstante, en Brasil y a mediados del siglo pasado, hubo un acontecimiento destacado que
modificó la apicultura tal como se la conocía. Warwick Kerr (biólogo, ingeniero agrónomo y
genetista) puso en marcha su experimento con abejas africanas. En 1956 consiguió el apoyo
ministerial y con la idea de explorar el potencial de una de las especies de abejas africanas
(subespecie de Apis mellifera scutellata) importó desde ese continente abejas reinas. Su línea
de trabajo buscaría desarrollar una nueva colonia que validaría su hipótesis que afirmaba que
estas abejas, en este contexto tropical, se acondicionarían de manera óptima, producirían
mayor volumen de miel y sus colmenas serían más resistentes a las plagas.
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Cuando Kerr introduce la abeja africana, se buscaba justamente capitalizar su condición de
insecto silvestre, poco domesticado, con sus instintos de defensa intactos. El comportamiento
defensivo que tenían estas abejas las hacía inmune a los ácaros y parásitos que lograban
diezmar los colmenares de la abeja europea.
La idea del experimento era contar con una especie mejor adaptada, más resistente, más
fuerte y, en consecuencia, productora de un mayor volumen de miel.
Había que encontrar cómo desarrollar técnicas para manejarlas, para cuidarse de su “excesiva”
defensa y principalmente del fenómeno propio de la abeja: la enjambrazón. Algo más, en esta
especie el fenómeno es aún más recurrente y sucede con mayor frecuencia que en la abeja
europea.
Mientras estudiaban su comportamiento y la colmena, ocurrieron algunas enjambrazones,
algunas controladas y otras no. Es decir, ocurrió por lo menos un éxodo masivo que no detuvo
el equipo investigador y ya lo adelantamos: en muy pocos años ocurrió una verdadera
explosión de la colonización de esta especie.
La abeja africana fue “copando” las colmenas de las abejas mansas que las ocupaban y fue
extendiendo su dominio rápidamente. Esta situación fue posible dada las características
propias de esta especie, observándose ataques en masa, continuos y persistentes, y mayor
respuesta ante estímulos que provocan un estado de inmediata alarma. La abeja africana, de
este modo, fue cruzándose con las abejas nativas y se produjo el híbrido llamado “abeja
africanizada”.
En la actualidad, la región se amplió a los países de toda América del Sur, América Central y
México y sur de EE.UU. Si nos preguntamos por qué no se detuvo esta hibridación (así se llama
este proceso biológico), la respuesta necesariamente tiene que atender lo dificultoso del

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asunto, en cuanto a la logística del proceso de revertir todo el fenómeno en esta tan amplia
región. Particularmente Thimann (2006, p. 2) relata que:

En tres décadas un pequeño experimento de importación de abejas melíferas se constituyó en


una población de millones de colonias que ocupan una superficie aproximada de 25 millones de
kilómetros cuadrados.

Y, por otro lado, si bien hubo rechazo a esta “nueva” abeja, los productores al cabo de unos
años y mediante acciones específicas de los gobiernos de todos los países afectados,
comenzaron a contar con nuevas técnicas que permitieron una efectiva manipulación de
abejas y colmenas. Emprendieron un proceso de selección de la especie a los fines de
disminuir las enjambrazones y, principalmente, ya no hubo que preocuparse por antibióticos o
productos químicos para mantener sano el colmenar, pues las mismas abejas se ocupaban. Al
respecto, Thimann (2006, p. 10) alega que:

La apicultura resultó ser exitosa de nuevo a medida que las personas aceptaron las diferencias
y se fueron adaptando a las nuevas abejas. Las abejas africanizadas presentaron una serie de
ventajas al compararlas con las abejas europeas. Las colonias se desarrollaban con mayor
rapidez, son más resistentes a las enfermedades, son más eficientes como polinizadores,
producen más miel y, pueden mantenerse en zonas con severos cambios climáticos, donde las
abejas europeas no sobrevivirían; como lo es el Cerrado Brasilero (clima similar a las sabanas
secas del África).

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Así, de esta forma, la región se permitió contar con un producto orgánico, una miel más
buscada y mejor cotizada en el mundo. Además se lanzó al mercado a estas abejas como
productoras de propóleo y finalmente, dejaron de tener tanta mala prensa.

Sobre las enjambrazones


Por lo comentado precedentemente sabemos que es un suceso que ocurre en las
comunidades de abejas.
Además, sabemos que la abeja africana produce más enjambrazones que la europea, pero este
hecho es fundamental y primario, ya que garantiza la perpetuidad de la colmena y de la
especie.
Una colmena entonces hace un planteo reproductivo en el cual mediante este fenómeno se
subdivide en distintas pequeñas comunidades, que en un tiempo determinado alcanzarán
nuevamente el volumen normal poblacional. La enjambrazón subdivide una colmena, para
luego de un período conformarse en una nueva colonia madura y presta a continuar el ciclo de
enjambres.
Las investigaciones en este campo indican que para las abejas europeas “la frecuencia de las
enjambrazones está en la media de dos/año y las temporadas en que se presentan son de
marzo a julio o de junio-agosto, en tanto que las colmenas africanizadas llegan a tener hasta 10
enjambres/año distribuidas a través del tiempo” (Rivera et al, 2007, p. 5 ). Tengamos presente
que esta información corresponde a México, donde en marzo inicia la primavera y en junio el
verano.
Lo anterior dicho es lo más frecuente, lo normal. Sin embargo, otros estudios, como el de
Pesante (2009), muestran casos no tan frecuentes donde la abeja europea puede llegar a
producir una enjambrazón cada dos años y la africana, hasta 30 por año.
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Para dejar en claro lo que ya hemos comenzado a interpretar un poco intuitivamente, resulta
interesante e integrador leer lo que comenta Pesante (2009, p. 4):

La abeja africanizada es una abeja mayormente silvestre y ha experimentado poca selección


por el ser humano. La colonia de abeja europea ha estado, por siglos, bajo selección hacia poca
enjambrazón y mayor producción de miel, por lo que llegamos a observar mucha menos
variación y promedios más atractivos (menores) en el comportamiento de enjambrazón y en el
de producción de miel (mayores). Por el contrario, la abeja africanizada ha tenido como factor
de selección principal, la naturaleza. Esta selección natural, por lo general, va dirigida en una
dirección diferente a la del interés del ser humano y lo que éste desea para una Industria
Apícola.

Existen algunas causas observables y presentes en las colonias que predisponen este hecho.
Así como también se entiende que para la producción del apicultor, que sus colonias pierdan
un 50 o 60 % de las obreras, repercutirá necesariamente en el rendimiento esperado, por lo
que “desde un punto de vista práctico resulta muy interesante poder controlar este proceso
biológico” (Padilla Álvarez, Flores Serrano y Campano Cabanes, 2011, p. 26).

La enjambrazón es el mecanismo natural de reproducción de la colonia, que se pone en


marcha cuando se cumplen determinados estímulos que no son muy claros para los
investigadores. Aún no se dispone de una teoría sólida y totalmente contrastada que permita
explicar todas las circunstancias que inducen a una colonia a enjambrar.
Esta reproducción de las colmenas a primera vista podría ser una situación bien recibida por el
apicultor, ya que se podría presumir que a mayor cantidad de abejas habrá mayor producción

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de miel. Un estudio publicado por Padilla Álvarez, Flores Serrano y Campano Cabanes (2011)
indica que al duplicarse la población, se incrementa por cuatro la producción.

Pero ¿por qué el apicultor busca una abeja que enjambre con menos frecuencia? En realidad lo
que se busca es controlar este fenómeno. El dueño de los colmenares intentará mantener su
inversión y su fuente de ingresos, y si la colonia es gobernada por una abeja que ha superado
los 2 o 3 años de vida, estará atento a una escalada de enjambrazones que deberá capitalizar
mediante la caza del grupo exiliado o bien reemplazando esta reina por una reina joven. Ante
un aumento de la población, una alternativa es dividir la colonia e integrar una nueva reina
para esta colmena creada.
Cuando el productor busque ampliar su número de colonias, estará atento al nacimiento de
nuevas reinas y si las separa con éxito al nacer podrá subdividir la colonia en tantas partes
como nuevas reinas posea. Otra alternativa de reproducción artificial es dividir la colonia
madre en dos colmenas. En una se encontrará la reina y la colmena, luego de un tiempo,
contará con una población estable y con un número similar al originario; y en la segunda
colonia, que será huérfana de reina, ocurrirá que en los siguientes días a la partición, las
obreras comenzarán a construir celdas reales.

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Aproximaciones matemáticas al problema
Partimos de un problema del cual no teníamos datos numéricos, pero al buscar información
los mismos llegan a saturarnos. Tendremos que hacer un recorte del problema y plantearnos
algunas hipótesis.
Determinar si al apicultor le resulta conveniente o desfavorable, en términos de productividad
de miel, que una colmena enjambre, nos lleva a describir la dinámica poblacional de:
a) Cada una de las dos colmenas que surgen después de la enjambrazón. Una con la reina vieja
y otra con la nueva reina.
b) Una colmena en la cual se logra evitar la enjambrazón. Asumimos que una vez que se hace
fuerte el instinto de enjambrar es prácticamente imposible evitarlo por más que se tomen
medidas extremas (matar a la reina más vieja, cortar las alas de la reina, encerrarla entre
rejillas, incrementar el espacio disponible para la postura, la miel y el polen, etc.), pero
tomaremos como hipótesis que se logró evitar la misma y la colmena sigue con la reina vieja.
Buscaremos entender un caso particular, pues la enjambrazón no acontece cuando se alcanzó
un número particular de individuos. A su vez, desconocemos la edad de la reina, siendo un
dato relevante pues condiciona la cantidad de huevos que pone por día. Tampoco conocemos
la edad de las abejas, aunque sí sabemos que la enjambrazón acontece en primavera-verano,
donde viven menos tiempo. En este contexto, tomaremos las siguientes decisiones e hipótesis:
- Cantidad de abejas de la colmena que enjambra: Sabemos que el espacio físico es uno de los
condicionantes para la enjambrazón y éste está ligado al tipo de colmena o “cajón” usado por
el apicultor. Siguiendo a Padilla Álvarez, Flores Serrano y Campano Cabanes (2011) una
colmena Layens, de tipo horizontal, de bajo precio y de fácil manejo, permite alcanzar una
colonia de aproximadamente 45.000 abejas; mientras que una colmena Langstroth, de tipo
vertical, de fácil extracción de miel pero precio más elevado, puede llegar a tener una

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población de 100.000 insectos. Para la situación problema consideraremos que se tiene una
colmena Langstroth y que la enjambrazón acontece al llegar a un valor cercano al número
máximo de insectos que alberga (supongamos 90.000 abejas). Excluimos de este número a los
zánganos, en tanto se tienen entre 500 y 1.500 en una colmena y no contribuyen a la
producción de miel, sino a fertilizar en un momento determinado a la reina.
- Época de la enjambrazón: Padilla Alvarez, Flores Serrano y Campano Cabanes (2011)
sostienen que la enjambrazón se produce en primavera-verano, pues es la época de la gran
mielada que tiene una duración de entre 15 a 20 días.
- Condiciones climáticas: Ellis (2014, p.1) explica que una colmena que resiste el frío invierno
tiene un gran potencial. En primavera aquellas colmenas que han tolerado el invierno se
pueden dividir, reemplazar la reina o conseguir que produzcan cantidades significativas de
miel. En consecuencia, tomamos como supuesto un clima y una ubicación propensos para
desarrollar la enjambrazón.
- Cantidad de abejas que se quedan/dejan la colmena inicial: En Portal Apícola (2015) se
relata que durante la enjambrazón la reina se va de la colmena llevándose de 60 a 70 mil
abejas de las 80 a 90 mil que conformaban la colonia. En la colmena original queda la nueva
reina con el resto de la colonia y se fecundará en los vuelos nupciales. En consecuencia, si
asumimos que la colmena tiene unos 90 mil individuos, entonces 60 mil dejan la misma junto
con la reina madre o vieja, y los 30 mil restantes permanecen con la nueva reina. A su vez,
asumimos que el enjambre que deja la colonia no inicia desde cero, sino que migra a una
colmena o núcleo vacío, el cual cuenta con un cuadro4 o dos móviles con miel como alimento
o alimentación artificial (jarabe) y se completa la nueva colmena con cuadros de cera
estampada.

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- Alimentación de la colmena: El principal alimento de las abejas es la miel y el polen, pues son
ricos en azúcar y proteínas e importantes para su desarrollo y nutrición. Tomamos como
supuesto que la colmena no tendrá dificultades para la obtención de alimento ni será
necesario recorrer grandes distancias para conseguirlo.
- Seguridad/inseguridad de la colmena: Asumimos que la colmena está ubicada en un sitio
donde no corre riesgo de inseguridad a causa de depredadores. Esto significa que, a pesar de
tener numerosos enemigos (desde parásitos que pueden causarle la muerte hasta otros
animales que le causan daño a nivel de colmena), el número de individuos no será afectado
por esta variable que en un medio natural es relevante.
- Cantidad de huevos que pone la abeja reina: Diversos autores señalan que resulta difícil
precisar cuántos huevos puede poner una abeja reina, ya que esto depende de varios factores,
tales como espacio de la colmena, temperatura, alimento, condiciones genéticas, etc.
Asumiremos que la colmena se encuentra en óptimas condiciones, razón por la cual la abeja
reina joven logrará poner 3.000 huevos al día, mientras que la abeja reina madre unos 2.000.
El tiempo que demanda para que de un huevo se tenga una abeja será de 21 días.
- Edad de las abejas: Debido a que en una colonia las funciones de las abejas están
determinadas por la edad que ellas tienen, asumimos que existirán abejas de todas las edades.
A su vez, como la enjambrazón ocurre en primavera-verano y coincide con la época que menos
viven las abejas, establecemos que su esperanza de vida será de 40 días.
Tomadas las decisiones sobre las variables que intervienen en la situación problema,
buscaremos describir (mediante tablas) la cantidad de individuos que cada colmena tiene.
Algunos detalles a tener en cuenta:
- En la vieja colmena, donde quedó la abeja reina joven, seguirán produciéndose nacimientos,
fruto de los 2.000 huevos que había puesto la abeja reina madre o vieja. Este proceso se

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producirá durante los primeros 21 días. Asimismo, en la vieja colmena siempre habrá muerte
de individuos.
- En la nueva colmena no se producirán nacimientos durante los primeros 21 días. Al contar la
colmena con cuadros móviles para que la nueva reina ponga sus huevos, no se tendrá que
esperar a que las obreras construyan las celdas y la reina ponga sus huevos. Este proceso
acontecerá desde el primer día que la colonia se radica en la colmena.
- En ambas colmenas se producirán muertes diarias, pues asumimos que hay abejas de todas
las edades. Un detalle que resulta relevante a tener en cuenta es que a los 40 días habrán
muerto todas las abejas que iniciaron ambas colonias. En consecuencia, en la nueva colmena
conformada por 30 mil abejas, morirán 750 por día. Este valor surge de considerar que existen
abejas de todas las edades y que viven 40 días. En la vieja colmena, conformada por 60 mil
individuos, se producirán muertes a razón de 1.500 abejas por día.
- En la nueva colonia tendremos un período donde solo se producirán muertes y eso ocurre en
los primeros 21 días hasta que nacen las abejas hijas de la abeja reina vieja.
- A partir del día 61 morirán las abejas que nacieron el primer día, pues habrán llegado a su
esperanza de vida (40 días + 21 días en estado de larva)
En consecuencia, la dinámica poblacional para cada una de las dos colmenas que deviene de la
división después de la enjambrazón, y durante los primeros 90 días, queda representada en las
Tablas 1 (liderada por la abeja reina madre o vieja) y Tabla 2 (liderada por la abeja reina nueva)
que se exponen a continuación:

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Una representación gráfica del número de individuos de las dos colmenas, en función de los
días que transcurren desde la enjambrazón, es la que contempla la Figura 2.

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Un primer análisis de la información que arrojan las tablas y gráficas nos muestra que a partir
del día 61 ambas colmenas logran estabilizarse en el número de individuos. Esto es lógico
pensarlo después de haber transitado por la resolución del problema, pues todas las abejas
que conformaban cada colmenar mueren en 40 días y el número de individuos depende de la
cantidad de huevos que pone la abeja reina. Es más, el número en el cual se estabiliza la
colmena no es nada más que la multiplicación entre la esperanza de vida de las abejas y la
cantidad de huevos que ponen cada una de las reinas.
Si esta conjetura la damos por válida, es necesario reajustar ambos modelos, pues si
suponíamos una colmena inicial de 90 mil individuos, entonces la abeja reina madre o vieja no
pondría 2.000 huevos sino 2.250 (surge de dividir 90.000 entre 2.000). A su vez, si pensamos
que el número de individuos es una variable que conlleva a la enjambrazón, no sería razonable
pensar que la abeja reina nueva pone 3.000 huevos por día. Si fuese así, alcanzaría la
estabilidad de 120 mil individuos a los dos meses, superando la capacidad que tiene la
colmena para albergarlas. Esta situación habría producido una nueva enjambrazón, lo cual no
es habitual ni reportado por los estudios de apicultura. En consecuencia, estos hechos nos dan
un nuevo ajuste para la cantidad de huevos que pondría la nueva reina, el cual quedaría en
2.500.
Es de destacar que la cantidad de abejas que conforma cada colmena no es una variable que
condiciona el número de individuos en el cual se estabiliza la colonia. Esta situación suele ser
una preocupación de los estudiantes que buscan determinar con cierto grado de precisión la
cantidad de abejas que se quedan en la colmena y las que emigran. A su vez, también es una
preocupación de los estudiantes determinar la edad que podrían tener las abejas para
establecer el número de ellas que moriría por día.

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Ahora bien, lo que sí suele escaparse del análisis que hacen los estudiantes es que la cantidad
de huevos que pone una reina y la vida media de una abeja determina la máxima cantidad de
individuos de la colonia. Este dato no es menor, pues conlleva a reajustar la hipótesis del
número de abejas que tiene inicialmente una colmena. Por ejemplo, si suponemos que la
colmena tiene inicialmente 60 mil abejas, que la reina pone 2.000 huevos y que la esperanza
de vida de las abejas es de 45 días, los datos son inconsistentes. Es más razonable que la
colmena tenga inicialmente unas 90 mil abejas, que es el número esperado para una colmena
estable de una reina que pone 2.000 huevos y se espera que cada individuo viva,
aproximadamente, 45 días. Finalmente, el modelo gráfico ajustado para los dos tipos de
colmena queda representado en la Figura 3.

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Si N representa el número de individuos de una colmena (en miles de abejas) y t el tiempo
medido en días, el modelo funcional asociado será:

Nos resta determinar la productividad de miel de estas colmenas. En cuanto a la productividad


de miel, Farrar (1931, 1937, 1967) realizó varias investigaciones sobre el comportamiento de
las abejas estudiando la dinámica poblacional y curvas de crecimiento o decrecimiento de la
población. Entre sus conclusiones más relevantes tenemos la regla de Farrar, la cual expresa
que a medida que aumenta la población de una colmena, mayor es la producción individual de
cada abeja. Es un principio bastante estudiado por los apicultores y cuantifica la relación que
existe entre la cantidad de cría cerrada u operculada en las celdas, la cantidad de obreras
pecoreadoras (obreras de exterior) y los kilogramos de miel que es capaz de acumular una
colmena.

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Bajo esta regla se rescata la importancia de poseer pocas colmenas con muchas abejas, más
que muchas colmenas con pocas abejas. En la Tabla 3 completamos con algunos valores lo que
establece la regla.

Se puede advertir que existe una función polinómica de grado dos que relaciona el
rendimiento de miel con el total de obrera, tal como se refleja en la Figura 4.

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Así, si 𝑅 representa el rendimiento de miel en kilogramos de una colmena y 𝑛 el número de
obreras en miles, la Regla de Farrar queda establecida por la siguiente expresión: (𝑛) = 0,01n2
En consecuencia, los valores máximos de miel que obtendríamos durante una temporada para
cada colmena serían los siguientes:

Interpretación de resultados del problema

Con el trabajo se pone en evidencia que la potencia productiva de una colmena depende en
gran medida (sin que este sea el único factor interviniente) de la capacidad de la reina. Al
disminuir la cantidad de huevos que pone diariamente, la reina conlleva a una disminución del
número de abejas de la colonia y, por lo tanto, del rendimiento de miel que se espera de la
colmena. En consecuencia, si una colmena enjambró, se tendrán dos colonias donde una de
ellas (la que contiene la abeja reina madre) tendrá menor rendimiento de miel por albergar
una menor cantidad de individuos. El número de abejas que tiene una colonia es decisivo para
el rendimiento de miel que se espera de la colmena. No es lo mismo el rendimiento de miel de
dos colmenas pequeñas que una sola teniendo el número de abejas de las otras dos.
Notemos que partimos del supuesto que la reina nueva quedaba en la colmena y emigraba la
reina madre, como lo señalan algunos autores. Otros, en cambio, indican que es la reina joven
la que emigra. Se puede constatar con el estudio de casos particulares que los resultados serán

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similares en ambos casos. Hemos visto que el número de individuos de la colonia depende de
la cantidad de huevos que pone la reina y no de la cantidad de abejas que la acompañan.
Si bien a un apicultor le resulta beneficioso tener un mayor número de colmenas, mostramos
con la modelización matemática que no es conveniente que las mismas devengan de
enjambrazones. Para ello, la apicultura tiene desarrollado métodos para multiplicar
eficientemente el número de colmenas o efectuar el recambio de reinas antes de producirse
una enjambrazón.

Actividad N° 1

Como primera actividad se solicita realizar la lectura de los documentos vinculados a los
siguientes links

Documento 1
Documento 2

Luego de la lectura, se solicita establecer un debate sobre la importancia de la enseñanza de la


modelización matemática, remarcando potencialidades y obstáculos.

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Actividad N° 2

En esta segunda actividad se solicita la descarga del documento vinculado al siguiente link

Resolución de Problemas

1) Realice la lectura del mismo


2) Resuelva las actividades comprendidas en las páginas 93 a la 106.
3) Envíe el documento con la resolución para su corrección.

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Bibliografía

- Abrate, R.; Pochulu, M. y Vargas, J.(2006) Errores y Dificultades en Matemática.


Análisis de causas y sugerencias de trabajo. Universidad Nacional de Villa María. Ed
Buenos Aires (http://unvm.galeon.com/Libro1.pdf) (Consulta: 12/07/2015)

- La modelización en Matemática : marco de referencia y aplicaciones / Marcel David


Pochulu ... [et al.] ; compilado por Marcel David Pochulu. - 1a ed . – Villa María: GIDED,
2018. Libro digital, PDF.

- Morten Blomhøj. IMFUFA, Roskilde University. Postbox 260, Dk-4000 Roskilde


Denmark. e-mail: blomhoej@ruc.dk. Disponible en:
https://www.famaf.unc.edu.ar/~revm/Volumen23/digital23-2/Modelizacion1.pdf

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