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UNIVERSIDAD NACIONAL

TORIBIO RODRIGUEZ DE MENDOZA DE AMAZONAS


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS.

CURSO: DELITOS ECONÓMICOS

TEMA: ABUSO DEL PODER ECONÓMICO: ACAPARAMIENTO

DOCENTE: Mg. ALEJANDRO CASTILLO SOSA

INTEGRANTES:
• GUELAC VELAYSOSA LUZ CLARITA
• HUAMAN ROJAS CLINTON
• LLAGUENTO CARLOS MARIA MAGDALENA
• MONSALVE RAFAEL DONY GUZMAN
• PICON HUAMAN DILSIA NORALI
• PUERTA HUAMÁN ABNER

CICLO: XII
CHACHAPOYAS – AMAZONAS
PERÚ

2022
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se tratará uno de los temas más preocupantes en cuando al derecho
penal económico, sobre el abuso del poder económico en cuanto al delito de
acaparamiento específicamente, entendiendo que este tipo penal fue derogado por una
cantidad considerable de años siendo específicos desde el 2008 para posteriormente ser
reincorporado mediante Ley N° 31040 el 29 de agosto del 2020.
De la misma manera de modo conjunto se desarrolló el tema para poder distinguir sus
diferentes puntos, en cuanto a su tipicidad objetiva, el bien jurídico que se protege, los
sujetos que intervienen, su tipicidad subjetiva, la antijuridicidad, la culpabilidad, la
consumación y la penalidad, tratando de distinguir punto por punto los aspectos generales
de este tipo penal para así poder comprender de mejor modo todo lo que este tipo penal
establece y regula.
También podemos mencionar a groso modo que este tipo penal fue ampliamente
abordado por el contexto social en el que nos encontramos debido a que en la pandemia
por COVID-19 fue muy visto que las personas encargadas de la distribución de
medicamentos fundamentales para el tratamiento de esta enfermedad,
inescrupulosamente sustraían del mercado o en otras palabras acaparaban los productos
con la intención de venderlos posteriormente a un costo mucho más elevado y de este
modo lucrar con la necesidad de toda la población.
1. ABUSO DEL PODER ECONÓMICO.
La nueva ley reincorporó el delito de “Abuso de poder económico” al Código
Penal, que había sido derogado en 2008, sancionando el abuso por posición
dominante dentro del mercado y a quienes participen de prácticas y acuerdos que
restrinjan la actividad productiva o de servicios con el propósito de impedir,
restringir o distorsionar la libre competencia (prácticas colusorias).

Ambas figuras están reguladas como infracciones administrativas, conforme a lo


dispuesto por el Decreto Legislativo N°1034, Ley de Represión de Conductas
Anticompetitivas.

El delito de especulación de precios se modificó en el artículo 235 del Código


Penal, estableciendo que quien incremente los precios de bienes y servicios de
primera necesidad durante una situación de mayor demanda por causas de
emergencia, conmoción o calamidad pública, utilizando prácticas ilícitas no
sustentadas en una real estructura de costos y el correcto funcionamiento del
mercado, será sancionado con pena privativa de libertad de 2 a 6 años.

Se suma también una modalidad agravada del delito para quienes incurran en él
durante un estado de emergencia decretado por el presidente de la República,
sancionando con pena privativa de libertad de entre 4 y 8 años. Este delito queda
limitado a productores, fabricantes, proveedores o comerciantes de bienes y
servicios esenciales.

El 29 de agosto pasado el Congreso de Perú promulgó la Ley 31040, que sanciona


el acaparamiento y la especulación durante el estado de emergencia que ha
provocado el Covid-19 a escala mundial. Esta nueva norma viene a modificar el
Código Penal y el Código de Protección y Defensa del Consumidor en las
regulaciones aplicables a conductas anticompetitivas, acaparamiento,
especulación y adulteración de precios de productos.

2. GENERALIDADES: ACAPARAMIENTO.

En el año 2008 mediante el Decreto Legislativo N° 1034, se creó la Ley de


Represión de Conductas Anticompetitivas, la cual proponía sancionar y eliminar
las conductas abusivas en el mercado, además de implementar las medidas
correctivas que debían acatar aquellos agentes que habrían incurrido en la figura
de abuso de poder frente a sus competidores en el mercado. Asimismo, este
Decreto Legislativo derogaba el entonces vigente artículo 232 del Código Penal,
el cual sancionaba el delito de Abuso de Poder Económico, aparentemente la Ley
cumplía el propósito para la cual había sido creada, caso totalmente distinto al
derogado artículo 232, el cual como muchos artículos en nuestro Código Penal no
ofrecía más que una sanción y ningún cambio en la conducta de los agentes.
Además de ello, existía otro problema adicional respecto al Delito de Abuso de
Poder Económico, toda vez que dicho delito formaba parte de las leyes penales en
blanco, es decir, se requería de normas complementarias para delimitar la
conducta penada.
En tal sentido, no existía la necesidad del delito de abuso de poder en nuestro
Código Penal y, sin embargo, mediante el Proyecto de Ley N° 731 y otros,
aprobado por el pleno del congreso, se decidió la reintegración de este delito, por
lo cual, resulta oportuno explicar de forma breve el contenido de este delito. Así,
en lo que refiere al bien jurídico protegido, al ser un delito de orden económico,
lo que se busca proteger es la libre competencia bajo la premisa de una economía
social de mercado. De otro lado, en lo que respecta al Sujeto Activo, el legislador
no ha precisado qué clase de persona podría realizar este delito, sin embargo, dada
la categoría del delito, hemos de precisar que dicho acto delictivo solo podría
ejecutarse por un determinado sector (personas jurídicas); por lo cual solo aquellas
que tengan una posición preponderante dentro del mercado serán capaces de
influir en el orden económico. En cuanto al sujeto pasivo, debe considerarse la
sociedad, quienes se ven afectados por el abuso de poder económico en la libre
competencia.

Ahora bien, como se observa, existe una diferencia entre el tipo penal del delito,
antes de su derogación y posterior a su reincorporación, en el cual debemos
señalar que el propio cuerpo del delito anteriormente derogado describía una ley
penal en blanco. Sin embargo, a diferencia de su antecesora, el tipo penal del delito
reincorporado no hace referencia alguna a la legislación que servirá como
referente para determinar la conducta penada. En efecto, se ha determinado
vagamente como tipo penal del delito lo siguiente: “El que abusa de su posición
dominante en el mercado”. Sobre dicho concepto, existe una infinidad de
interpretaciones, las cuales pueden ocasionar problemas en su interpretación al no
referir dicho aspecto a ley administrativa (Ley de Represión de Conductas
Anticompetitivas u otras).

En base a lo expuesto, queda demostrado que, si bien el legislador ha tenido la


intención de sancionar nuevamente las restricciones que pudieran ocasionarse en
la libre competencia, mediante el derecho penal, el cuerpo del delito no ha sido
debidamente diseñado, toda vez que no se precisa qué conductas podrían ser
sancionadas, ni quién podrá señalar o calificar el abuso de la posición económica
en el mercado, o si dicho acto de ponderación recae en el juez, el fiscal,
Indecopi, etc.
3. TIPO PENAL, TIPICIDAD OBJETIVA, BIEN JURIDICO
PROTEGIDO
Debe notarse que un acaparamiento que tuviera capacidad real de incrementar
precios en el mercado solamente podría ser realizado por una empresa con
posición de dominio, de modo que el clásico modelo de monopolio se aplique:
reducir la cantidad ofertada para incrementar precios. No sucede así con las
empresas que no tienen tal posición. Este tipo penal debió haber previsto el
elemento de dominancia para evitar investigaciones sobre conductas no lesivas y
condenas erróneas. Pero aun cuando este elemento hubiera sido incluido,
evaluados los elementos del tipo, se trata de una figura cuya determinación corre
un alto riesgo de devenir en arbitraria; asimismo, su definición en cada caso
concreto resulta gaseosa, pues «acaparar» o «sustraer del comercio» equivale
exactamente a dosificar el stock para asegurar un abastecimiento racional (por
ejemplo, frente a una demanda desmesurada y especulativa); o, también, a tomar
decisiones estratégicas de compra y venta según una propia y legítima política
comercial. De igual modo, si un productor que no es dominante sino un tomador
de precios prevé que los precios de su producto van a incrementarse, ¿tendría que
deshacerse de toda su producción de inmediato o esperar a que los precios suban
para colocar su producción? ¿El productor estará acaparando (reteniendo recursos
productivos) si decide producir a una velocidad menor que la de una demanda que
se incrementa apresuradamente? Ahora, si bien la disposición complementaria
final única señala que la lista de bienes esenciales será establecida por la autoridad
competente, con el fin de evitar una ley penal «en blanco»17, varios elementos
continúan siendo de difícil interpretación. El concepto de «precio habitual», por
ejemplo, resulta, de por sí, muy difícil de determinar: dependiendo del sector y
del mercado relevante particular, los precios pueden cambiar diariamente,
semanalmente o sobre la base de algún otro periodo de tiempo. Basta tan solo
observar los precios al por mayor de los productos agrícolas, sin duda esenciales
para la vida de las personas y las familias. En este contexto, cabría preguntarse:
¿qué se entiende por «precio habitual. ¿acaso se trata del precio promedio? Y si
fuera así, ¿qué periodo se debe tomar como referencia? Por otra parte, este nuevo
tipo penal se instaura de manera genérica y no bajo una situación de emergencia,
lo cual implica un control de precios permanente en la jurisdicción peruana, algo
que solo llevaría a incrementar la escasez de los productos que más requiere la
sociedad. Considerando una figura tan gaseosa y de tan arbitraria determinación,
carente de una norma extrapenal que le brinde certeza, su criminalización con las
graves consecuencias que esto involucra genera desincentivos muy fuertes para la
producción o comercialización de aquellos productos esenciales cuyo
abastecimiento se pretende asegurar.

3.1. TIPO PENAL


Artículo 233.- Acaparamiento

El que provoca escasez o desabastecimiento de bienes y servicios esenciales para


la vida y la salud de las personas, mediante la sustracción o acaparamiento, con
la finalidad de alterar los precios habituales en su beneficio, y con perjuicio de
los consumidores, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
cuatro ni mayor de seis años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco
días-multa

De acuerdo con la redacción de este delito, sólo tendrá la condición de agente


el productor, fabricante, proveedor o comerciante de bienes y servicios habituales,
que son esenciales para la vida o salud de la persona.

Adicionalmente, el propio tipo penal exige que la conducta del agente se lleve a
cabo en cualquiera de los siguientes escenarios: aprovechando una situación de
mayor demanda por causas de emergencia, conmoción o calamidad pública. Es
decir, en el supuesto que se incrementen los precios de bienes o servicios
esenciales, pero que no se den en el marco de los escenarios antes descritos, la
conducta será atípica.

3.2. TIPICIDAD OBJETIVA

• SUJETO PASIVO: Son los consumidores de manera inmediata,


mientras que es el estado el sujeto pasivo mediato.
• SUJETO ACTIVO: Es aquella persona vinculada al comercio,
expendio y/o ventas de artículos considerados oficialmente de
primera necesidad.

• TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO: El tipo penal solo resulta


reprimible si al actor del delito se le probó la voluntad de realizarlo,
y que actuó dolosamente. Así mismo si el autor dirige
conscientemente su conducta a alterar los precios de los artículos
de primera necesidad.

• BIEN JURÍDICO PROTEGIDO: El orden económico y el


interés económico de los consumidores, por ende, si en un caso
concreto no hay una lesión ni puesta en peligro del interés
económico de los consumidores, estaremos ante un hecho atípico
por ausencia de lesividad.

4. TIPICIDAD SUBJETIVA DEL DELITO DE


ACAPARAMIENTO
DOLO: El delito de acaparamiento, entendiendo su redacción semántica, se nos
presenta con la ordenación de un delito doloso, entendiendo todo esto debemos
revisar lo que señala el artículo 12 del CP, en el cual se establece que el agente de
infracción culposa es punible en los casos expresamente establecidos por la ley,
lo cual no ha sido señalado expresamente en el caso del delito de acaparamiento
(Alvares, 2021)
De esta manera dentro del Derecho Penal económico, la manera en la que se
estudia la cuestión de la imputación subjetiva ya sea a título doloso o a título
imprudente ha terminado por deslindarse mucho de lo ofrecido por las teorías
volitivas que planteaban la concurrencia de un conocimiento y una voluntad por
parte del agente criminal durante el proceso de ejecución del delito. A propósito
de la concepción cognitivo-normativa del dolo, la autora silva sanches señala que
“la existencia del dolo no tiene la naturaleza descriptiva de un hallazgo mental,
sino una naturaleza adscriptiva. El dolo sería, pues, producto de un juicio de
imputación, cuya base son determinados datos de experiencia, estos sí
directamente constatables
En ese sentido, las concepciones cognitivo - psicológicas del dolo, que pretenden
constatar el estado mental del agente criminal, van quedando algo rezagadas
respecto a una concepción normativa del dolo. Respecto a la imputación del
conocimiento, de manera acertada, (Garcia, 2016). indica: El conocimiento para
afirmar el dolo del agente se imputa al autor con base en criterios de referencia de
carácter social asumidos por el Derecho Penal. En ese orden de ideas, el
conocimiento del autor debe partir de las competencias de conocimiento que cada
rol impone a su titular. No obstante, como ya se ha dicho, la sola existencia de
estas competencias de conocimiento no basta para afirmar un conocimiento
fundamentador del dolo. Para ello es necesario además que el autor haya podido
acceder a ese conocimiento en sus circunstancias personales, pues, de otra manera,
la imputación no estaría personalizada.
Por lo tanto, es de vital importancia para el Ministerio Público probar, como toda
categoría de la teoría del delito, el dolo con el que actuó el agente, pero nunca
atendiendo a demostrar el estado mental o lo que contenía el fuero interno del
agente criminal. Es vital acreditarse el dolo, ya que, de no realizarse, estas
conductas quedarán impunes.
5. ANTIJURIDICIDAD
Al haberse determinado que en la conducta analizada concurren todos los
elementos objetivos y subjetivos que conforman la tipicidad del acaparamiento
previsto en el artículo 233 del Código Penal, el operador jurídico pasara
inmediatamente a analizar el segundo elemento o nivel dominado antijuridicidad.
Es decir, entrara a determinar si la conducta es contraria al ordenamiento jurídico
o, en su caso, concurre alguna causa de justificación de las previstas y sancionadas
en el artículo en el artículo 20 del Código Penal. De ese modo el operador jurídico
analizara si en el acaparamiento concurre el estado de necesidad justificante o en
cumplimento de un deber (Stucchi, 2021)
Si se concluye que en el acaparamiento concurre alguna causa de justificación, la
conducta acaparadora será típica, pero no antijuridica y, por lo tanto, será
irrelevante pasar a analizar el tercer elemento del delito conocido como
culpabilidad.
6. CULPABILIDAD
Si después de analizar la conducta típica del acaparador se llega a la conclusión
que no concurre alguna causa o circunstancia que lo justifique frente al
ordenamiento jurídico, el operador jurídico inmediatamente entrara a determinar
si aquella conducta acaparadora puede ser atribuida o imputable a su autor. En
consecuencia, analizara si la persona a quien se le atribuye la conducta típica y
antijuridica es imputable penalmente, en otras palabras, si goza de capacidad
penal para responder por su acto acaparador.
7. CONSUMACION, TENTATIVA, PENALIDAD
• CONSUMACIÓN: No hace referencia a una necesidad de emergencia
para que se cometa el delito, ni a la necesidad de fijación de precios. No
hace remisión a una norma administrativa, por tanto abre varias
posibilidades de interpretación, una que digan que es necesario tener una
declaratoria de alguna entidad administrativa, tiene que emitir el listado de
bienes y servicios esenciales y la otra interpretación de para saber cuáles
son estos bienes y servicios se tiene que recurrir a una interpretación de un
elemento normativo cultural, que en base por ejemplo la contribución de
un perito especialista en este tema, los jueces y fiscales puedan llegar a la
convicción de conocer cuáles son estos bienes y servicios esenciales para
la vida y salud de las personas.
• TENTATIVA: en el tipo penal en cuestión se admite la figura de la
tentativa regulada en el artículo 16 del código penal peruano. En otras
palabras, cuando la conducta acaparadora no logra su objetivo ya se por
intervención del Indecopi, MP u otras entidades supervisoras, o por
desistimiento del mismo acaparador de esa manera no logra la afectación
al bien jurídico protegido.
• PENALIDAD: El que provoca escasez o desabastecimiento de bienes y
servicios esenciales para la vida y la salud de las personas, mediante la
sustracción o acaparamiento, con la finalidad de alterar los precios
habituales en su beneficio, y con perjuicio de los consumidores, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de
seis años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa”.
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alvares, J. (2021). El delito de acaparamiento en el Perú . En J. Alvares, El delito de


acaparamiento en el perú (págs. 95-106). Lima: Gaceta Penal & Procesal Penal .
Garcia, P. (2016). Derecho Penal Económico, Parte General . En P. Garcia, Derecho
Penal Económico, Parte General. Lima : Jurista editores.
Stucchi, P. (2021). Abuso del Poder Económico, Acaparamiento y Especulación.
Revista de Derecho Corporativo, 233-246.

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