Está en la página 1de 14

TEMA-3.

pdf

Angelaqsd

Derecho Penal II

2º Doble Grado en Derecho y Ciencias Políticas y de la


Administración

Facultad de Derecho
Universidad Pablo de Olavide

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
TEMA 3 DELITOS CONTRA LA LIBERTAD

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Se recogen en el Título VI del Libro II del Código penal una serie de tipos delictivos que directamente afectan
a la libertad de la persona. La libertad es libertad de actuación en un sentido amplio, como un atributo de la
capacidad que tiene una persona para decidir lo que quiere o no quiere hacer y para trasladarse de un lugar a
otro o situarse por sí mismo en el espacio, sin que su decisión se vea constreñida o mediatizada por otras
personas. La libertad así entendida es un atributo de la voluntad, pero su existencia depende también de la
propia convivencia y de una serie de condicionamientos que la misma impone a la actuación del ser humano,
por lo que es uno de los bienes jurídicos más relativos.

Dentro de estos delitos la libertad es el bien jurídico protegido y, al mismo tiempo, el objeto inmediato de
ataque, diferenciándose en esto de otros delitos que atacan también a la libertad, pero de un modo indirecto
y como medio para conseguir otros fines, como ocurre en el robo con intimidación y las agresiones sexuales,
en los que el delito contra la libertad pierde su autonomía, quedando absorbido en el delito complejo.

Reservados todos los derechos.


AMENAZAS

Se tipifica en el capítulo II del título VI. Significa dar a entender a otro con actos y palabras que se le quiere
hacer algún mal, definiéndose como la exteriorización hecha por una persona a otra del propósito de causarle
a ella, su familia o persona alegada un mal, dependiendo luego del respectivo tipo delictivo la determinación
de la naturaleza de dicho mal.

TIPO OBJETIVO
La acción consiste en exteriorizar un propósito. Tal propósito ha de consistir en un mal, es decir, en la
privación de un bien presente o futuro. El mal ha de ser en principio ilícito, delictivo o no. Sólo en las
amenazas condicionales puede también el mal ser lícito.

El sujeto activo ha de exteriorizar su propósito de un modo que haga creer al sujeto pasivo que es real, serio
y persistente, independientemente de la forma que se use para su exteriorización. No es preciso, sin embargo,
que el sujeto activo piense realizar ese propósito realmente, basta con que aparentemente pueda considerarse
como tal por parte del sujeto pasivo. Es necesario, por tanto, para la consumación que la amenaza llegue a
conocimiento del amenazado (sujeto pasivo), aunque sea por vía indirecta, y que éste comprenda el sentido
de la amenaza. De aquí se deduce que hay que tener en cuenta las circunstancias del hecho. La cuestión de la
gravedad del mal y su adecuación para intimidar tiene que relacionarse con la persona del amenazado y las
circunstancias que lo rodean; pero no es preciso que la amenaza llegue a intimidar al amenazado, sino que
basta con que objetivamente sea adecuada para ello. Expresiones como «te voy a matar», «cuando vayas por
mi pueblo te voy a dar una paliza que vas a recordar el resto de tus días», etc., pueden ser más o menos
intimidantes en función de las circunstancias y de la propia condición del que profiere las amenazas y del que
las recibe.

Hay amenazas que, por muy graves que parezcan, objetivamente no despiertan ningún sentimiento de
inseguridad, ni tienen capacidad para modificar las decisiones de una persona. Esto es muy importante en las
amenazas simples, no condicionales, ya que el bien jurídico protegido en este delito es el sentimiento de
seguridad o de tranquilidad, y no parece que una amenaza poco creíble o difícilmente realizable («cuando
gane las elecciones voy a hacer que te detengan») tenga tanta eficacia como para perturbar el sentimiento de
seguridad de nadie. Sin embargo, las amenazas de muerte empuñando armas de fuego o esgrimiendo un
afilado cuchillo sí pueden considerarse suficientemente graves como para que, aunque no se imponga ninguna
condición, se perturbe el sentimiento de seguridad. El mal puede recaer en el propio amenazado, en su familia
o en otras personas con las que esté íntimamente ligado.
1

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
TIPO SUBJETIVO
Es necesario el dolo, que en el caso de la amenaza condicional debe referirse también a la consecución de lo
que el que amenaza solicita (una cantidad de dinero, la realización de una determinada actividad). En los
casos de bromas pesadas y de falta de seriedad de la amenaza, podrá aplicarse el delito leve contenido en el
art. 171.7.

TENTATIVA

La doctrina dominante sostiene que las amenazas se consuman cuando llegan a conocimiento del amenazado.

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
En algún caso cabe que la amenaza no llegue a conocimiento del amenazado sino de un tercero que la
denuncia (así, por ejemplo, la carta amenazadora es interferida antes de que llegue a su destinatario), pudiendo
apreciarse tentativa, aunque en la práctica es el amenazado el que, una vez tenga noticia de la amenaza, decide
hasta qué punto la expresión objetivamente amenazante puede tener intensidad suficiente como para perturbar
su libertad o su sentimiento de seguridad. En la amenaza condicional se distingue según que el sujeto
amenazado haya cumplido con la condición impuesta o no, es decir, según si el culpable hubiera conseguido
su propósito o no (arts. 169.1° y 171.1); en el primer caso la pena es más grave que en el segundo, pero la
consecución del propósito del culpable es una condición objetiva que agrava la punibilidad, y no el resultado
consumativo.

TIPOS LEGALES

Reservados todos los derechos.


A) AMENAZA DE UN MAL QUE CONSTITUYE UN DELITO
Art 169: El que amenazare a otro con causarle a él, a su familia o a otras personas con las que esté
íntimamente vinculado un mal que constituya delitos de homicidio, lesiones, aborto, contra la libertad,
torturas y contra la integridad moral, la libertad sexual, la intimidad, el honor, el patrimonio y el orden
socioeconómico, será castigado: 1. º Con la pena de prisión de uno a cinco años, si se hubiere hecho la
amenaza exigiendo una cantidad o imponiendo cualquier otra condición, aunque no sea ilícita, y el culpable
hubiere conseguido su propósito. De no conseguirlo, se impondrá la pena de prisión de seis meses a tres
años. Las penas señaladas en el párrafo anterior se impondrán en su mitad superior si las amenazas se
hicieren por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o de reproducción, o en nombre
de entidades o grupos reales o supuestos. 2. º Con la pena de prisión de seis meses a dos años, cuando la
amenaza no haya sido condicional.

El art. 169 recoge las amenazas de mal constitutivo de uno de los delitos que allí se enumeran (homicidio,
lesiones, aborto, contra la libertad, torturas y contra la integridad moral, la libertad sexual, la intimidad, el
honor, el patrimonio y el orden socioeconómico). Hay que distinguir entre:

1. AMENAZA CONDICIONAL: El art. 169.1° castiga las amenazas de un mal que constituye delito
cuando son condicionales, es decir, cuando se realizan «exigiendo una cantidad o imponiendo cualquier
otra condición, aunque no sea ilícita». La condición que se exige al amenazado puede ser lícita o ilícita,
pero el mal que se amenaza causarle ha de ser en este supuesto siempre delito.
Amenazar con injurias: decir, por ejemplo, que se va a hacer público un grave defecto o una actividad
deshonrosa si no se recibe una cantidad de dinero, constituye amenaza de mal delictivo. Se anuncia al
amenazado que la realización del mal (mal que, de llevarse efectivamente a cabo, constituiría uno de los
delitos recogidos en el art. 169) depende de que éste cumpla la condición exigida o no.
CUALIFICACIÓN: Se impondrá de todos modos la pena en su mitad superior «si las amenazas se
hicieren por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o de reproducción, o en nombre
de entidades o grupos reales o supuestos» (art. 169.1º, párrafo 2º).

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
2. AMENAZA NO CONDICIONAL: Se tipifica en el art. 169.2°. Se comete cuando se amenaza con un
mal constitutivo de uno de los delitos enumerados en el art. 169, pero sin exigir condición alguna («te
voy a matar»).

3. AMENAZA A GRUPOS O COLECTIVOS: art 170 cp: Si las amenazas de un mal que constituyere
delito fuesen dirigidas a atemorizar a los habitantes de una población, grupo étnico, cultural o religioso,
o colectivo social o profesional, o a cualquier otro grupo de personas, y tuvieran la gravedad necesaria
para conseguirlo, se impondrán respectivamente las penas superiores en grado a las previstas en el
artículo anterior. Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos años, los que, con la misma

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
finalidad y gravedad, reclamen públicamente la comisión de acciones violentas por parte de
organizaciones o grupos terroristas.
Este precepto se refiere a supuestos de amenazas a colectivos o grupos más o menos homogéneos,
calificados por su pertenencia a un determinado pueblo, etnia, religión, etc. El tipo objetivo requiere, sin
embargo, que las amenazas tengan «la gravedad necesaria», es decir, una probabilidad objetiva de poder
realizarse. En cuanto al apartado 2, hay que tener en cuenta que serán castigados tales sujetos siempre
que la conducta no constituya un delito más grave.

B) AMENAZA CONDICIONAL DE MAL NO CONSTITUTIVO DE DELITO


Tiene una doble regulación en el art. 171.

Reservados todos los derechos.


TIPO BÁSICO
ART 171.1 cp: 1. Las amenazas de un mal que no constituya delito serán castigadas con pena de prisión de
tres meses a un año o multa de seis a 24 meses, atendidas la gravedad y circunstancia del hecho, cuando la
amenaza fuere condicional y la condición no consistiere en una conducta debida. Si el culpable hubiere
conseguido su propósito se le impondrá la pena en su mitad superior.

La estructura es la misma que en las amenazas condicionales ya estudiadas, pero aquí el mal con que se
amenaza no es delito del art 169. El mal puede consistir en un hecho ilícito (no penal), e incluso también en
uno lícito, así, por ejemplo, si se conoce que un sujeto ha cometido una irregularidad administrativa y se le
amenaza con denunciarlo a Hacienda (mal lícito), si no entrega determinada suma de dinero (condición).

Sin embargo, cierto tipo de amenazas como la de exigir una determinada cantidad a una persona a cambio de
no divulgar determinados hechos relativos a su intimidad tienen mayor pena.

TIPO CUALIFICADO: DELITO DE CHANTAJE


ART 171.2 CP: 2. Si alguien exigiere de otro una cantidad o recompensa bajo la amenaza de revelar o
difundir hechos referentes a su vida privada o relaciones familiares que no sean públicamente conocidos y
puedan afectar a su fama, crédito o interés, será castigado con la pena de prisión de dos a cuatro años, si
ha conseguido la entrega de todo o parte de lo exigido, y con la de cuatro meses a dos años, si no lo
consiguiere.

Este precepto viene a penalizar expresamente el llamado «chantaje», en él nos encontramos siempre con que
el sujeto que amenaza o chantajea impone una condición (normalmente, que se le entregue una cantidad de
dinero a cambio de su silencio, «precio del silencio»), pero los hechos sobre los que recae («hechos de la vida
privada o relaciones familiares que no públicamente conocidos y puedan afectar a su fama, crédito o interés»)
y la trascendencia que pueden tener no sólo en la libertad del sujeto amenazado, sino en su honor e intimidad,
han llevado al legislador a darle un tratamiento punitivo más grave que el de otras amenazas condicionales
de mal no constitutivo de delito. Muchas veces el hecho con cuya revelación se amenaza puede ser irrelevante
desde el punto de vista jurídico (por ej., homosexualidad), pero en la medida en que en el caso concreto social
3

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
y objetivamente pueda valorarse como algo negativo para la reputación social del amenazado, éste puede
verse obligado a cumplir con la condición que le impone chantajista.

Con mucha mayor razón puede el chantajeado cumplir con la condición que le impone el chantajista cuando
la amenaza consista en revelar o denunciar la comisión de algún delito, de ahí que el apartado 3 del mismo
art. 171 conceda una especie de excusa absolutoria para el delito con cuya revelación hubiere amenazado,
salvo que éste tuviera pena de prisión superior a dos años; pero incluso en este caso, el mismo precepto
permite que el juez o tribunal rebaje la pena del delito en cuestión en uno o dos grados. Esta generosidad del
legislador para con el chantajeado no puede, sin embargo, admitirse en los casos en que sea la propia víctima

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
del delito por él cometido el que le exige la cantidad o recompensa a modo de indemnización cuando tiene
derecho a la misma, pues en este caso la condición impuesta es una «condición debida» que, igual que en el
supuesto del art. 171.1, convertiría en atípicas la amenaza y la exigencia de la condición. Pero si el sujeto
pretende aprovecharse de la situación y exigir una cantidad superior a la debida, entonces se comete este
delito. Lo mismo sucede cuando el que amenaza con denunciar no es el perjudicado por el delito, ni su
abogado o representante legal, sino un tercero que quiere sacar provecho de la situación, porque para este
tercero la condición que impone a cambio de no denunciar no consiste en una «conducta debida».

Por otra parte, si la divulgación de estos hechos, de realizarse, sería constitutiva de un delito de injurias o
contra la intimidad, habrá que incluir la amenaza de divulgarlos en el nº 1º del art. 169 (amenaza de mal
constitutivo de delito).

Reservados todos los derechos.


C) TIPO PRIVILEGIADO AMENAZAS LEVES
En la reforma de 2015 se añadió un apartado 7 al art. 171 en cuyo primer párrafo se castiga con multa de uno
a tres meses al que de modo leve amenace a otro. Para la jurisprudencia la diferencia entre amenazas graves
y leves está en la gravedad, seriedad y credibilidad de la conminación del mal con que se amenaza, lo que
debe de determinarse según las circunstancias del caso. Este tipo privilegiado requiere denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal.

ART 171.7 CP: 7. Fuera de los casos anteriores, el que de modo leve amenace a otro será castigado con la
pena de multa de uno a tres meses. Este hecho sólo será perseguible mediante denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal. Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere
el apartado 2 del artículo 173, la pena será la de localización permanente de cinco a treinta días, siempre
en domicilio diferente y alejado del de la víctima, o trabajos en beneficio de la comunidad de cinco a treinta
días, o multa de uno a cuatro meses, ésta última únicamente en los supuestos en los que concurran las
circunstancias expresadas en el apartado 2 del artículo 84. En estos casos no será exigible la denuncia a
que se refiere el párrafo anterior.

*Amenazas leves en el ámbito de la violencia de género, doméstica y asistencial: Cuando la amenaza leve
se dirige a una de las personas mencionadas en el art. 173.2 (violencia doméstica o asistencial) se aplica el
tipo cualificado establecido en el párrafo segundo del art. 171.7, siempre que se trate de amenazas leves sin
armas. Sin embargo, si la amenaza leve contra estos sujetos se realiza con armas o instrumentos peligrosos,
o si la víctima es mujer que esté o haya estado ligada, aun sin convivencia, con el que la amenaza (violencia
de género), o una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor, el hecho se castiga más
gravemente en el art. 171.4 y 5.

Art 173.2 cp: 2. El que habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre quien sea o haya sido su
cónyuge o sobre persona que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin
convivencia,

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
o sobre los descendientes, ascendientes o hermanos por naturaleza, adopción o afinidad, propios o del

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
cónyuge o conviviente, o sobre los menores o personas con discapacidad necesitadas de especial protección
que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho
del cónyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relación por la que se encuentre
integrada en el núcleo de su convivencia familiar, así como sobre las personas que por su especial
vulnerabilidad se encuentran sometidas a custodia o guarda en centros públicos o privados

CONCURSOS

Es de tener en cuenta que si la amenaza se dirige contra determinadas personas (Jefe de Estado, Ministro,
etc.) son de aplicación los tipos que prevén especialmente estas figuras. Si se realiza de forma inmediata el
mal que se amenaza y éste es constitutivo de algún delito, la amenaza se consume por este delito, pero no si
existe un lapso de tiempo entre la amenaza del mal y su realización.

Las amenazas no son más que medios de comisión de otros delitos. Cabe aplicar las reglas del concurso de

Reservados todos los derechos.


delitos en los casos en que la intimidación no sea elemento típico del otro delito o cuando se profieren
amenazas posteriores y desligadas del delito inicial (por ej., se consuma una agresión sexual o un robo con
violencia o intimidación y después se amenaza a la víctima con matarla si denuncia el hecho).

COACCIONES

El delito de coacciones se tipifica en el artículo 172 CP.

TIPO BÁSICO

Primer párrafo del 172.1: 1. El que, sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer
lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto, será castigado con
la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12 a 24 meses, según la gravedad de la coacción
o de los medios empleados.

TIPO OBJETIVO
La acción consiste en impedir con violencia a otra persona hacer lo que la ley no prohíba o compelerle
(también con violencia) a efectuar lo que no quiere. El empleo, pues, de violencia es fundamental en este
delito. Es unánime la jurisprudencia que entiende por violencia, no solo la física, sino también las
intimidaciones personales e incluso el no empleo de fuerza en las cosas. La inclusión de la intimidación en
las coacciones hace que sea muchas veces imposible distinguir a éstas de las amenazas y sobre todo de las
amenazas condicionales. En estos casos la problemática se traslada al ámbito del concurso de leyes
solucionándose con la aplicación de la pena del delito más grave.

El cambio de una cerradura, el corte del suministro de energía eléctrica, ocupar un camino para impedir el
paso, desinflar las ruedas de un coche… son conductas que ciertamente pueden impedir una actuación
voluntaria de una persona pero no pueden equipararse en modo alguno a las violencias ejercidas directamente
sobre la misma y no puede calificarse de coacciones, la solución habrá que buscarla en vías distintas de la
penal o en otros delitos como el de daños. Alguno de estos casos podrán castigarse por amenazas, por ejemplo
cuando se amenaza con romper un valioso jarrón si no se accede a lo que se pide. Menos dudosa es la inclusión
de los casos que se priva de voluntad a un sujeto con el empleo de narcóticos, porque, aunque no se emplee
materialmente la violencia, el efecto, la anulación de la voluntad, es el mismo. Algunos de estos casos podrán
considerarse, sin embargo, cómo detenciones ilegales.

Sujeto pasivo puede serlo todo el que tenga una voluntad capaz de ser doblegada por la coacción. No es
preciso que sea imputable, aunque en algunos casos el no imputable ni siquiera podrá tener esa capacidad
5

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
volitiva mínima, por faltarle la capacidad de acción, con lo que no puede ser sujeto pasivo de este delito. El
resultado ha de ser impedir a otro hacer algo que la ley no prohíbe (es decir, obligarle a omitir algo no
prohibido) o compelerle a efectuar algo justo o injusto. Debe mediar una relación de causalidad e imputación
objetiva entre la acción de coaccionar y el resultado. Para ello hay que tener en cuenta las circunstancias del
hecho y la situación de los sujetos pues no es lo mismo coaccionar a un niño que a un boxeador profesional.

TIPO SUBJETIVO
Es necesario que el dolo abarque no solo el empleo de la violencia que doblegue la voluntad ajena, sino que
es preciso también que ésta sea la intención del sujeto activo. El error sobre la licitud del empleo de la

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
violencia no es, sin embargo, un problema de dolo, sino que debe tratarse como un error de prohibición del
art 14.3 cp.

CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN

Cabe, si se dan sus requisitos, el estado de necesidad, así como el ejercicio legítimo de un derecho o el
cumplimiento de un deber excluyen la antijuridicidad de la coacción, siempre que se ejerzan dentro de los
límites y principios que informan esta causa de justificación (necesidad y proporcionalidad). Pero el problema
consiste en saber cuándo existe ese derecho a utilizar violencia para impedir a otro hacer algo que la ley no
prohíbe obligarle a hacer lo que no quiere, sea justo o injusto. Ni siquiera en los casos en los que se impide
con violencia a alguien que realice algo prohibido, pero no sancionado con una pena, es decir, un ilícito civil
o administrativo, la actuación está siempre justificada. Los casos más discutibles son:

Reservados todos los derechos.


- Impedir el suicidio: El suicidio no es un acto prohibido por la ley y el impedir con violencia que otro se
suicide, constituye, en principio, un acto típico de coacciones, pero en casos límite en los que un tercero
consigue en última instancia impedir que el suicida se arroja por la ventana agarrándolo para que no lo
haga o quitándole bruscamente la pistola, creo (Muñoz Conde) qué podría aplicarse el estado de
necesidad ya que puede llegar a constituir un delito de omisión del deber de socorro.

- Tratamiento médico coactivo: el tratamiento médico en contra de la voluntad del paciente solo puede
estar justificado por imperativo de la ley para preservar la salud pública ( por ejemplo vacunación
obligatoria en tiempos de epidemia) o por estado de necesidad, siempre que se den los requisitos de
necesidad y proporcionalidad antes aludidos y se trate de supuestos límites en los que el paciente a punto
de morir tiene alteraciones en su capacidad de decidir bebidas a su propia patología (por ejemplo
alimentación forzosa de anoréxicos terminales). en cambio, el tratamiento coactivo no estará justificado
en los casos en que el rechazo del tratamiento entre dentro del ámbito de elección del paciente y este esté
en condiciones de disponer libremente sobre su salud, eligiendo el tratamiento que considere más
conveniente para preservarla (tomar un medicamento en lugar de someterse a una intervención
quirúrgica) o rechazando el tratamiento mismo (rechazo de la transfusión de sangre). Solo
excepcionalmente se puede prescindir del consentimiento en los casos en que este no puede ser recabado
por incapacidad del paciente y en los que sea urgente intervención.

- Huelgas de hambre reivindicativas: Las huelgas de hambre en el ámbito penitenciario por razones
políticas o como forma de conseguir alguna indicación deben tener la misma solución que la que se da a
los casos de tratamiento médico, es decir, en principio hay que respetar la voluntad del huelguista, salvo
que esté haya perdido ya de forma permanente la consciencia o su capacidad de decisión está ya
gravemente alterada. Caso de duda sobre la capacidad del huelguista para decidir de forma consciente y
responsable la continuación de la huelga, hace que se adopte, con todas las garantías médicas y judiciales,
la decisión de la alimentación intravenosa, que en ese caso estaría justificado. El TC para justificar la
alimentación forzosa, hace recaer el acento en el “peligro de muerte o riesgo de vida” del huelguista,

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
destacando que lo importante es que el tratamiento impida que la situación sea irreversible y que la
alimentación se lleve a cabo en condiciones que no supongan una humillación o vejación de la dignidad
personal del huelguista.

TENTATIVA

Si, a pesar del empleo de la violencia, no se consigue que el sujeto pasivo omita o haga lo que el autor
pretendía, el delito no se consuma, pero cabe el castigo por tentativa.

TIPOS CUALIFICADOS

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
segundo y tercer párrafo art 172.1 cp: Cuando la coacción ejercida tuviera como objeto impedir el ejercicio
de un derecho fundamental se le impondrán las penas en su mitad superior, salvo que el hecho tuviera
señalada mayor pena en otro precepto de este Código. También se impondrán las penas en su mitad superior
cuando la coacción ejercida tuviera por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.

La cláusula de salvedad tiene sentido por cuánto la obstaculización del ejercicio de algunos derechos
fundamentales está tipificada expresamente en otros lugares del código, con lo que la aplicación de esta
cualificación viene limitada a los casos en que este supuesto no esté previsto expresamente. Por lo demás,
para la aplicación de la cualificación será necesario que primero se de los elementos del tipo básico.

Coacciones inmobiliarias (acoso inmobiliario). También se imponen las penas del tipo básico en su mitad

Reservados todos los derechos.


superior “cuando la coacción ejercida tuviera por objeto impedir el legitimo disfrute de la vivienda”. Con ello
no solo se viene a confirmar la tesis jurisprudencial ates citada que amplia el concepto de violencia, sino
también otras formas de obstaculización del disfrute de la vivienda que pueden incluir conductas como la
perturbación de uso de la vivienda provocando ruidos y molestias a horas intempestivas, que no se realizan
con violencia ni intimidación, no consisten en empleo de fuerza en las cosas. Así, las insuficiencias de la
protección civil o administrativa en estos casos han motivado una ampliación del delito de coacciones que
desnaturaliza su sentido originario como ataque violento.

COACCIONES LEVES

Primer párrafo art 172.3 cp: Fuera de los casos anteriores, el que cause a otro una coacción de carácter
leve, será castigado con la pena de multa de uno a tres meses.

La Levedad de la coacción depende más de la importancia de lo que se obliga a hacer u omitir que del acto
intrínseco de la coacción, aunque también haya que estar a otras circunstancias que evidencien la levedad de
la coacción, como es el caso de las bromas pesadas, las coacciones realizadas por ebrios. De todos modos, la
propia circunstancialidad del delito de coacción es tenido en cuenta en el artículo 172.1 como un criterio para
determinar o elegir el tipo de pena aplicable (prisión o multa) según la gravedad de la coacción o de los
medios empleados. En cualquier caso, este tipo privilegiado requiere denuncia de la persona agraviada o de
su representante legal.

Coacciones leves en el ámbito de la violencia de género, doméstica y asistencial: Cuando las coacciones
leves se dirigen contra una de las personas mencionadas en el art. 173.2 (violencia doméstica o asistencial),
no se aplica el párrafo 1º del art. 172.3, sino el tipo cualificado del párrafo 2º. Por su parte, cuando se trate de
coacciones leves contra mujer que esté o haya estado ligada, aun sin convivencia, con el que la coacciona
(violencia de género), o de una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor, el hecho se castiga
más gravemente (llegando incluso a poder imponerse pena de prisión) en el art. 172.2, donde se prevén
además una serie de tipos cualificados.

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
MATRIMONIO FORZADO

Art 172 bis: 1. El que con intimidación grave o violencia compeliere a otra persona a contraer matrimonio
será castigado con una pena de prisión de seis meses a tres años y seis meses o con multa de doce a
veinticuatro meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados. 2. La misma pena se
impondrá a quien, con la finalidad de cometer los hechos a que se refiere el apartado anterior, utilice
violencia, intimidación grave o engaño para forzar a otro a abandonar el territorio español o a no regresar
al mismo. 3. Las penas se impondrán en su mitad superior cuando la víctima fuera menor de edad.

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
En este artículo se recogen dos delitos, relacionados entre sí. en el apartado 1 se castiga una forma específica
de coacción y amenaza, cuya tipificación expresa solo se entiende por la alarma creada ante algunos casos
ocurridos en el ámbito de familia de inmigrantes, procedentes de países en los que la práctica de los
matrimonios pactados previamente por los ascendientes de los contrayentes, sin el consentimiento de los
afectados por el pacto, es bastante frecuente.El artículo 172 bis no añade, en realidad, nada nuevo a los tipos
genéricos de coacciones o amenazas, salvo la agravación de la pena cuando la víctima sea menor de edad.

Lo mismo cabe decir respecto al delito previsto en el apartado 2, en realidad un acto preparatorio del delito
tipificado del apartado 1. la única diferencia es que en este apartado se incluye como forma de comisión el
engaño, lo que supone una ampliación del concepto de coacciones y amenazas, que tradicionalmente sólo
incluyen conductas violentas o intimidatorias. La finalidad de la acción violenta, engaños o gravemente
intimidatoria ha de ser, en cualquier caso, qué una persona contraiga matrimonio en contra de su voluntad.

Reservados todos los derechos.


No es preciso, sin embargo, que el matrimonio se acomode a la legislación española ni que tenga validez
legal en nuestro país.

Si se produce trata de seres humanos y se llega al matrimonio forzado, habrá concurso de delitos entre trata
y el delito del apartado primero del artículo 172 bis, en cuanto el delito de trata de seres humanos se consuma
con la realización de las conductas de trata con la finalidad de un matrimonio forzado, por lo que, sí además
éste se celebra, habría un plus no contenido en la trata. Pero si el matrimonio no se llega a celebrar, sólo
cabría aplicar el apartado segundo del artículo 172 bis cuando no haya trata, pues si se da este último delito,
será de aplicación preferente.

ACOSO

Art 172 ter: 1. Será castigado con la pena de prisión de tres meses a dos años o multa de seis a veinticuatro
meses el que acose a una persona llevando a cabo de forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente
autorizado, alguna de las conductas siguientes y, de este modo, altere gravemente el desarrollo de su vida
cotidiana: 1. ª La vigile, la persiga o busque su cercanía física. 2. ª Establezca o intente establecer contacto
con ella a través de cualquier medio de comunicación, o por medio de terceras personas. 3. ª Mediante el
uso indebido de sus datos personales, adquiera productos o mercancías, o contrate servicios, o haga que
terceras personas se pongan en contacto con ella. 4. ª Atente contra su libertad o contra su patrimonio, o
contra la libertad o patrimonio de otra persona próxima a ella. Si se trata de una persona especialmente
vulnerable por razón de su edad, enfermedad o situación, se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos
años. 2. Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere el apartado 2 del artículo 173,
se impondrá una pena de prisión de uno a dos años, o trabajos en beneficio de la comunidad de sesenta a
ciento veinte días. En este caso no será necesaria la denuncia a que se refiere el apartado 4 de este artículo.
3. Las penas previstas en este artículo se impondrán sin perjuicio de las que pudieran corresponder a los
delitos en que se hubieran concretado los actos de acoso. 4. Los hechos descritos en este artículo sólo serán
perseguibles mediante denuncia de la persona agraviada o de su representante legal.

En este precepto se recogen Determinadas modalidades de acoso, en las que ni siquiera se llega al contacto
físico con la persona acosada, sino de una forma indirecta buscando su cercanía física para perseguirla o
8

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
vigilar, directamente o a través de terceras personas (detectives privados) O cualquier medio de comunicación

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
con el teléfono. Para que estos hechos constituyen delito se requiere que el acoso se realice de forma insistente
y reiterada, lo que requiere la prueba de más de tres hechos en un ratito corto espacio de tiempo.

Aunque en el apartado 3 se permite el concurso con otros delitos, parece claro que cuando las conductas de
acoso están en relación directa con la ejecución de otros delitos, constituyendo un acto ejecutivo de los
mismos (pej. Detenciones ilegales, o coacciones o amenazas propiamente dichas), o dan lugar a otras
modalidades de acoso tipificadas autónomamente, como el acoso laboral o inmobiliario constitutivos delito
contra la integridad moral o contra la libertad sexual, el delito previsto en este art.172 ter pierde su autonomía.
Según el párrafo segundo del art. 172 ter.1 si se trata de una persona especialmente vulnerable por razón de
su edad, enfermedad o situación, se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años.

DETENCIONES ILEGALES Y SECUESTROS

Este delito no deja de ser una variante de las coacciones, aunque se diferencia de ellas en que no ataca la

Reservados todos los derechos.


libertad genéricamente considerada, sino sólo un aspecto de ella, la ambulatoria, y, por otra parte, los medios
comisivos en las detenciones ilegales no se restringen al empleo de la violencia como ocurre en el delito de
coacciones, ni al de intimidación, como ocurre en las amenazas. La distinción es a veces difícil porque hay
supuestos en las coacciones en los que también se priva de la libertad ambulatoria: por ejemplo, el suministro
de un narcótico o el atar a una persona. En estos casos debe apreciarse un delito de detenciones ilegales.

La jurisprudencia aprecia, sin embargo, en casos de detenciones de escasa relevancia o duración el delito de
coacciones, con la intención de eludir la más grave penalidad de las detenciones ilegales. Pero esta exigencia
declina y se muestra menos rigurosa en supuestos en los que, desde el inicio de la acción criminal, se puede
detectar sin duda que la intención del sujeto activo es directamente la privación de libertad ambulatoria (por
ejemplo, en el secuestro). En definitiva, el criterio diferenciador entre detención ilegal y coacciones no reside
solamente en la duración temporal, sino que las coacciones son el tipo genérico y las detenciones el específico
en cuanto se realizan con la precisa finalidad de privar de libertad ambulatoria.

El bien jurídico protegido es la libertad ambulatoria, es decir, la capacidad de la persona de fijar por sí misma
su situación en el espacio físico. No importa que a esa libertad externa no acompañe una libertad interna, el
que concurra o no la facultad de discernimiento. Sujetos pasivos de este delito pueden ser también los
inimputables, menores, etc., en la medida en que tengan capacidad suficiente para poder trasladarse por sí
mismos. Cuando se trate de menores o de personas que carezcan de capacidad para decidir por sí mismos, la
detención ilegal consiste en el quebrantamiento de la relación de custodia con la persona encargada
legalmente de su guarda. En los casos de personas con discapacidad física que necesitan de medios auxiliares
para trasladarse, existirán detenciones ilegales cuando se les prive de estos medios. Sujeto activo puede ser
sólo el «particular» o la autoridad o el funcionario público que actúa como particular, pero prevaliéndose de
su función o cargo. En este último caso, el art. 167 prevé una cualificación de la pena, pero no un delito
distinto.

TIPO BÁSICO

Art 163.1 cp: 1. «El particular que encerrare o detuviere a otro, privándole de su libertad, será castigado con
la pena de prisión de cuatro a seis años.»

TIPO OBJETIVO
Sujeto pasivo será, pues, todo el que tenga la voluntad abstracta o potencial de movimiento. La acción consiste
en la privación al sujeto pasivo de la posibilidad de determinar por sí mismo su situación en el espacio físico,
con indiferencia de las proporciones de este último. Las dos únicas modalidades típicas de la acción recogidas

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
en el art. 163.1 son el encierro y la detención. Es indiferente el tipo de medios utilizados para ello o si se
realizó por acción u omisión.

a) «Encerrar» equivale a situar a una persona en un lugar no abierto, mueble o inmueble (automóvil,
habitación, caravana, etc.).
b) «Detener» equivale a la aprehensión de una persona a la que se le priva de la facultad de alejarse en un
espacio abierto (atándola, golpeándola, etc.).

En ambos casos el resultado es el mismo: privación de libertad ambulatoria, con cuya realización se consuma

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
el delito, aunque esta consumación pueda prolongarse luego indefinidamente.

TIPO SUBJETIVO

El dolo requiere la voluntad de impedir a alguien el empleo de su libertad ambulatoria. No se requiere ningún
elemento subjetivo específico además del dolo.

ANTIJURICIDAD

El consentimiento del sujeto pasivo justifica la privación de libertad. De no mediar el consentimiento hay que
recurrir al estado de necesidad (ej: internamiento de enfermos mentales peligrosos en los casos en que eta
peligrosidad no pueda ser eliminada de otro modo). Las observancias de estos preceptos excluyen la
antijuricidad de la detención. Si se incumple alguna de las formalidades legales prescritas podrá apreciarse la

Reservados todos los derechos.


eximente incompleta, aunque en el caso del funcionario habrá que ver si no será de preferente aplicación en
al art. 530. En algunos casos está permitido al particular detener a otro particular, como detener al delincuente
in fraganti, al fugado de un establecimiento penal, al procesado o condenado en rebeldía, etc. Basta la creencia
racional de que el detenido se encuentra en alguna de estas circunstancias.

Cuando el sujeto activo cree erróneamente que su conducta se halla justificada por actuar en el ejercicio de
un derecho o con consentimiento del sujeto pasivo, actúa en error sobre la antijuricidad de su conducta, pero
cuando se trata de una “creencia racional” en la existencia de los presupuestos previstos, el hecho estará
justificado, y en los casos de error vencible se permite bajar la pena en uno o dos grados.

CONSUMACIÓN Y PERMANENCIA

El delito se consuma cuando se ha producido el resultado de privación de libertad. Cabe la tentativa. Pero
como la detención ilegal es un estado que puede prolongarse en el tiempo, estamos a veces ante un delito
permanente, al igual que el allanamiento de morada, en el que cabe una participación después de consumarse
el delito, y cuya duración puede tener incidencia en la gravedad de la pena.

PARTICIPACIÓN

El que proporcionare lugar destinado a la ejecución del delito responde como cooperador necesario, aunque
si existe acuerdo previo y división de funciones con los ejecutores de la detención puede ser considerado
coautor. Cabe la autoría mediata, incluso sirviéndose de la autoridad como instrumento; así, por ejemplo, es
perfectamente imaginable el caso del que, falsificando un certificado médico, consigue que encierren en un
establecimiento psiquiátrico a una persona, el del perito o el testigo que con su peritaje o falso testimonio
consiguen que detengan a un inocente, o el del acusador o denunciante falso que consigue que el acusado sea
detenido unas horas por la Policía.

El art. 168 declara expresamente punibles en este delito la conspiración, la proposición y la provocación,
castigándolas con la pena inferior en uno o dos grados a la señalada para el delito de que se trate.

10

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
CONCURSOS

Con frecuencia las detenciones ilegales se darán conjuntamente con otros delitos, como lesiones, homicidio,
delitos contra la libertad sexual o robo con violencia o intimidación, cuya ejecución requiere por su propia
naturaleza la retención de la víctima en contra de su voluntad. Si la detención ilegal es de corta duración y
además dura el tiempo estrictamente necesario para cometer el otro delito, se entiende que la detención ilegal
es inherente a éste y no se castiga separadamente. Pero si la detención ilegal es de larga duración o dura más
de lo necesario, se castigará en concurso de delitos con el delito correspondiente. La misma solución de
concurso de delitos se adopta cuando la privación de libertad es el fin en sí mismo, con independencia de su

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
duración o de los demás delitos que puedan cometerse.

TIPOS PRIVILEGIADOS

1. Art 163.2: Si el culpable diera libertad al encerrado o detenido dentro de los tres primeros días de su
detención, sin haber logrado el objeto que se había propuesto, se impondrá la pena inferior en grado.
2. Art 163.4: El particular que, fuera de los casos permitidos por las leyes, aprehendiere a una persona para
presentarla inmediatamente a la autoridad, será castigado con la pena de multa de tres a seis meses.
Lo importante en este delito es que la intención del sujeto activo sea la de presentar a la autoridad a la
persona detenida. Esta intención es, pues, un especial elemento subjetivo del injusto que trasciende del
simple dolo de la detención. Caso de que no existiese, estaríamos en presencia de un delito de detenciones
ilegales tipo básico.

Reservados todos los derechos.


TIPOS CUALIFICADOS

a) POR LA DURACIÓN DE LA DETENCIÓN: Una de las razones que justifica un trato agravado de la
detención ilegal es la prolongación de la detención, lo que obviamente aumenta el desvalor del resultado. La
pena de prisión es de cinco a ocho años si el encierro o detención ha durado más de quince días. (art 163.3)

b) POR SECUESTRO: Previsto en el art. 164, cuando la detención va seguida de la exigencia de alguna
condición para poner en libertad a la persona secuestrada. La expresión “para ponerla en libertad” se refiere,
a la decisión que los secuestradores comunican a la familia o a terceras personas de que si no cumplen las
condiciones que ellos imponen, matarán al secuestrado o le causarán algún daño; y, por eso mismo, en el caso
de que los destinatarios de la amenaza sean terceras personas distintas del secuestrado, la cualificación es
aplicable, aunque ya hayan matado al secuestrado. Lo importante es, por tanto, que la familia o cualquier otra
persona destinataria de la condición que imponen los secuestradores crea que efectivamente todavía estos
pueden poner en libertad al secuestrado.

Incluye un delito de detenciones ilegales y unas amenazas condicionales, que pierden así su autonomía típica
para integrarse en un nuevo delito. La pena del secuestro se eleva a la superior en grado si se da la
circunstancia del art. 163.3., es decir, la de que el secuestro hubiera durado más de 15 días y se rebaja a la
inferior en grado si el culpable diera libertad al encerrado o detenido dentro de los tres primeros días de su
detención, sin haber logrado el objetivo que se había propuesto. Si se obliga al secuestrado a suscribir algún
documento, habrá el correspondiente concurso con el delito de extorsión; igualmente cabe concurso entre el
secuestro y los delitos contra la vida, la integridad física o la libertad sexual.

c) CUALIFICACIONES COMUNES A LAS ANTERIORES: El art. 165 impone las respectivas penas
en su mitad superior cuando la detención ilegal o secuestro se ha ejecutado con simulación de autoridad o
función pública, o la víctima fuere menor de edad o persona con discapacidad necesitada de especial
protección, o funcionario público en el ejercicio de sus funciones.

11

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620
d) POR DESAPARICIÓN DEL DETENIDO O SECUESTRADO: Art. 166.1: “El reo de detención
ilegal o secuestro que no dé razón del paradero de la persona detenida será castigado con una pena de
prisión de diez a quince años, en el caso de la detención ilegal, y de quince a veinte años en el de secuestro”.

Para castigar por homicidio o asesinato hay que demostrar que efectivamente este hecho se ha producido, y
eso es lo que no sucede cuando lo único que consta es que no se sabe del paradero de la persona detenida. El
problema que plantea la aplicación de este precepto en la práctica es que, muchas veces, el desconocimiento
del paradero de un detenido ilegalmente se debe a que tampoco se sabe quiénes son sus secuestradores o a
que no se les puede detener. El precepto solo puede aplicarse a los que, una vez detenidos, procesados y

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
juzgados por un delito de detención ilegal o secuestro, no dan razón del paradero del detenido, en la medida
en que este no haya aparecido, vivo o muerto. Se ha optado por agravar la pena al autor del delito previo de
detención ilegal o secuestro “que no dé razón del paradero de la persona detenida”. Por tanto, si antes del
juicio o en el juicio mismo se prueba que el detenido o secuestrado fue asesinado o hay pruebas fehacientes
de que murió durante la detención, no podrá aplicarse esta cualificación, sino el correspondiente concurso de
delitos.

El art. 166.1 tampoco puede aplicarse si antes de que se celebre el juicio o en el transcurso del mismo contra
un secuestrador el “desaparecido” hasta ese momento aparece. Si el secuestrado aparece, vivo o muerto,
después de haber quedado firme la condena del secuestrador, la condena no podrá ser objeto de revisión, y si
además se prueba que el secuestrado fue asesinado o víctima de cualquier otro delito habrá que enjuiciar este
delito en un proceso independiente. La aplicación está condicionada pues, a) Por un elemento de carácter

Reservados todos los derechos.


temporal: que en el momento del juicio por la detención ilegal o secuestro la víctima esté “desaparecida”; b)
Por el hecho de que el autor o autores del delito no den razón de su paradero. Ambos elementos se configuran
como condiciones objetivas de punibilidad y opera independientemente de si el acusado no puede dar razón
del paradero porque realmente no lo sabe.

El art. 166.2 se prevén dos cualificaciones que dan lugar a la pena de 15 a 20 años de prisión, en el caso de
detención ilegal, y de 20 a 25 años, en el de secuestro: a) Que la víctima fuera menor de edad o persona con
discapacidad necesitada de espacial protección; b) Que el autor hubiera llevado a cabo la detención ilegal o
secuestro con la intención de atentar contra la libertad o la indemnidad sexual de la víctima, o hubiera actuado
posteriormente con esa finalidad.

e)DETENCIONES COMETIDAS POR AUTORIDAD O FUNCIONARIO PÚBLICO: el Art. 167.1


establece el supuesto de la autoridad o funcionario que lleve a cabo una detención directamente ilegal, por
razones particulares o no, pero en todo caso con abuso de su cargo, “fuera de los casos permitidos por la ley
y sin mediar causa por delito”. Las penas previstas en los artículos anteriores se impondrán en su mitad
superior, pudiéndose llegar “hasta la superior en grado”.

El apartado 2 del art. 167 castiga al “funcionario público o autoridad que, mediando o no causa por delito,
acordare, practicare o prolongare la privación de libertad de cualquiera y que no reconociese dicha privación
de libertad o, de cualquier otro modo, ocultase la situación o paradero de esa persona privándola de sus
derechos constitucionales o legales”.Por otro lado, el art. 167.2 aplica esta cualificación al particular que lleva
a cabo la detención “con la autorización, el apoyo a la aquiescencia del Estado o de sus autoridades”. El
Estado siempre actúa a través de las personas físicas, funcionarios o autoridades, y son estas las directamente
responsables cuando utilizan a particulares para que realicen hechos delictivos, sin perjuicio de la
responsabilidad en la que incurran estos particulares, por lo que responde como “autor mediato”.

Según dispone el apartado 3 del art. 167 “en todos los casos en los que los hechos a que se refiere este artículo
hubieran sido cometidos por autoridad o funcionario público, se les impondrá, además, la pena de
inhabilitación absoluta por tiempo de 8 a 12 años”.

12

¿No te llega para pagar Wuolah Pro? ¿Un año sin anuncios gratis? ¡Clic aquí!
a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-5849620

También podría gustarte