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Distrito Colina
Junio 2020
AÑO 2020
AÑO 2010, 2019
Manual 1
Presidentes de Estaca y Obispos
2010
Capitulo 1
• Has sido llamado a servir en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de lo Últimos Días.
Agradecemos tu servicio. Bendecirás vidas y experimentarás gozo al servir con fe.
• Este manual te ayudará a aprender principios de servicio según Cristo y entenderás tus
responsabilidades. Serás más efectivo cuando alinees tu servicio en la Iglesia con la obra de Dios
el Padre y de su Hijo Jesucristo.
Demostramos nuestro amor hacia Dios guardando Sus mandamientos y sirviendo a Sus hijos (Juan 14:15)
• Como líder en la Iglesia, tú eres llamado a enseñar y apoyar a aquellos que sirves al mismo
tiempo que ellos se comprometen en la obra de salvación y exaltación (ver 1.2). Eres responsable
de cumplir tu llamamiento y “enseñar…la palabra de Dios con toda diligencia” (Jacob 1:19).
Trabajar con el Señor en Su viña te brindará gran gozo (ver Jacob 5:70-72).
• Tener una clara comprensión de la obra de Dios, de lo que Él te invita a hacer y del propósito de
Su Iglesia te ayudará a enfocar tus esfuerzos en traer almas a Cristo. Teniendo esta visión en
mente estarás alineado con el Salvador y guiará todo lo que hagas como líder en la Iglesia.
• Consulta a menudo los principios de este capítulo. Con espíritu de oración busca saber cómo
puedes ayudar a llevar a cabo los propósitos de Dios en las vidas de aquellos a quienes sirves.
Dios t guiará a través de las impresiones del Espíritu Santo.
Capitulo 2
Apoyando Individuos y Familias en la Obra de Salvación y Exaltación
2.0 Introducción
Como líder en la Iglesia de Jesucristo usted apoya a individuos y familias en cumplir la obra de Dios
de salvación y exaltación (ver 1.2). El propósito final de esta obra es ayudar a todos los hijos de Dios
a recibir las bendiciones de la vida eterna y una plenitud de gozo.
Mucho de la obra de salvación y exaltación se completa a través de la familia. Para todos los
miembros de la Iglesia, esta obra está centrada en el hogar. Este capítulo le ayudará a obtener una
visión de:
La familia es ordenada por Dios y es central para Su plan. Cada uno de nosotros “es un amado
espíritu hijo o hija de padres celestiales (con) una naturaleza y destino divinos (La Familia: Una
Proclamación para el Mundo”). Nosotros somos parte de Su familia. Nosotros vivimos con ellos
antes de haber nacido en la tierra.
Como parte de Su plan, el Padre Celestial ha establecido familias en la tierra. El tiene la intención de
que la familias nos entreguen felicidad. Las familias proveen oportunidades de aprender, crecer,
servir, arrepentirse y perdonar. Ellas pueden ayudarnos a preparar para la vida eterna.
En esta vida, mucha gente tiene oportunidades limitadas sobre relaciones familiares amorosas.
Ninguna familia está libre de desafíos, dolor y sufrimiento. Los individuos y las familias ejercen fe en
el Señor y luchan por vivir de acuerdo a las verdades que Él ha revelado concerniente a la familia. El
Salvador ha prometido que Él ayudará a llevar las cargas de todos los que vienen a Él (Mateo 11:28-
30).
El plan de felicidad del Padre Celestial asegura que todos Sus hijos tendrán la oportunidad de
aceptar Su evangelio y recibir Sus grandes bendiciones (DyC 137:7-10). Todo aquel que hace y
guarda los convenios con Dios puede experimentar gozo y “paz en este mundo y vida eterna en
el mundo venidero” (DyC 59:23; ver también Mosíah 2:41). La promesa de vida eterna de Dios
incluye el matrimonio eterno, hijos y todas las otras bendiciones de una familia eterna.
2.1.1 Familias Eternas
Las familias eternas se forman cuando los miembros de la Iglesia hacen convenios, tales como
recibir las ordenanzas selladoras en el templo. Las bendiciones de una familia eterna se cumplen
cuando los miembros guardan aquellos convenios y se arrepienten cuando transgreden. Los líderes
de la Iglesia ayudan a los miembros a prepararse para recibir estas ordenanzas y honrar sus
convenios.
Cada persona puede cumplir un número de roles en una familia eterna. Todos los roles de la familia
son sagrados e importantes. Estos roles pueden incluir madre y padre, hija e hijo, hermana y
hermano, tía y tío y abuela y abuelo. Cumplir estos roles con amor ayuda a los hijos de Dios a
progresar hacia la vida eterna.
Un aspecto adicional de establecer familias eternas es realizar ordenanzas en el templo que
permiten a los miembros sellarse a sus antepasados fallecidos.
Comprendiendo el plan de Dios, los miembros buscan las bendiciones de una familia eterna. Esto
incluye prepararse para ser un digno esposo y padre.
2.1.2 Esposo y Esposa (1/2)
El matrimonio entre un hombre y una mujer es ordenado por Dios (ver DyC 49:15). Marido y mujer
están destinados a progresar juntos hacia la vida eterna (ver 1 Corintios 11:11).
Uno de los requisitos para obtener la vida eterna para un hombre y una mujer es entrar en el
convenio del matrimonio celestial (ver DyC 131:1-4). Una pareja hace este convenio cuando recibe la
ordenanza selladora en el templo. Este convenio es el fundamento para una familia eterna. Cuando
este es guardado con fe, permite que su matrimonio dure por siempre. Finalmente ellos pueden
llegar a ser como Dios (DyC 132:19-20).
Dios ha mandado a esposos y esposas unirse el uno al otro (ver Génesis 2:24; DyC 42:22). En este
contexto, la palabra unirse significa ser completamente devoto y fiel a alguien. Las parejas casadas
se unen por el amor y el servicio el uno al otro.
Unirse también incluye fidelidad total entre marido y mujer. La intimidad física entre esposo y
esposa está destinado a ser hermosa y sagrada. Esta es ordenada por Dios para la creación de hijos
y para expresar amor entre esposo y esposa. La ternura y el respeto—no el egoísmo—deberían
guiar sus relaciones íntimas.
Dios ha mandado que la intimidad sexual está reservada para el matrimonio entre un hombre y una
mujer. Permaneciendo sexualmente puro antes del matrimonio y fiel dentro del matrimonio ayuda a
los individuos a ser realmente felices y evitar daños espirituales, emocionales y físicos. Se alienta a
los padres y a los líderes de la Iglesia a hacer todo lo que ellos puedan para reforzar esta
enseñanza.
2.1.2 Esposo y Esposa (2/2)
Un matrimonio busca estar unido en establecer su familia (ver Génesis 2:24). Ser un matrimonio
unido requiere un compañerismo total, compartir responsabilidades. Marido y mujer son iguales a los
ojos de Dios. Uno no debe dominar al otro. Sus decisiones deben ser tomadas en unidad y amor, con
plena participación de ambos.
Adán y Eva establecieron el ejemplo para esposos y esposas. Ellos trabajaron, oraron y adoraron
juntos (ver Moisés 5:1,4). Ellos enseñaron a sus hijos el evangelio y lloraron juntos sobre sus pruebas
(ver Moisés 5:12, 27). Ellos fueron unidos el uno con el otro y con Dios.
2.1.3 Padres e Hijos (1/2)
Antes de que los hijos de Dios puedan recibir “inmortalidad y vida eterna”, ellos deben recibir un
cuerpo mortal (Moisés 1:39). El primer mandamiento de Dios a Adán y Eva como marido y mujer
fue tener hijos (ver Génesis 1:28). Los profetas de los últimos días han enseñado que “el
mandamiento de Dios a Sus hijos de multiplicarse y henchir la tierra permanece vigente” (La
Familia: Una Proclamación para el Mundo; ver también DyC 49:16-17).
Es un sagrado privilegio y responsabilidad para esposo y esposa cuidar de los hijos que ellos sean
capaces de tener o adoptar. Los padres adoptivos tienen las mismas bendiciones y
responsabilidades que los padres biológicos.
Esposos amorosos que son unidos proveen el mejor ejemplo para criar a sus hijos. Circunstancias
particulares pueden evitar que los padres puedan criar juntos a sus hijos. Sin embargo, el Señor los
bendecirá en la medida que ellos busquen Su ayuda y se esfuercen en guardar sus convenios con
Él.
Los padres tienen la responsabilidad vital de ayudar a sus hijos a prepararse para recibir las
bendiciones de la vida eterna. Ellos enseñan a sus hijos a amarse y servir a Dios y a otros (ver
Mateo 22: 36-40). Ellos les enseñan a orar al Padre Celestial y estudiar la palabra de Dios (ver Alma
37:36-37, 44-46). Ellos ayudan a sus hijos a entender la doctrina de la fe en Jesucristo,
arrepentimiento, bautismo y el don del Espíritu Santo (ver DyC 68:25). Ellos también los ayudan a
prepararse para hacer convenios y recibir las ordenanzas de salvación y exaltación.
2.1.3 Padres e Hijos (2/2)
“Los padres presiden sobre sus familias en amor y rectitud y son responsables de proveer las
necesidades de la vida y protección para sus familias” (La Familia: Una Proclamación para el
Mundo). Cuando no hay un esposo o padre en el hogar, la madre preside sobre la familia.
Presidir en la familia es la responsabilidad de ayudar a guiar a los miembros de la familia a volver a
morar en la presencia de Dios. Esto se hace sirviendo y enseñando con gentileza, mansedumbre y
amor puro, siguiendo el ejemplo de Jesucristo (ver Mateo 20:26-28). Presidir en la familia incluye
guiar a los miembros de la familia en oraciones regulares, estudio del evangelio y otros aspectos de
adoración. Los padres trabajan en unidad para cumplir estas responsabilidades.
“Las madres son primordialmente responsables de la crianza de sus hijos” (La Familia: Una
Proclamación para el Mundo). Criar significa nutrir, enseñar y ayudar, siguiendo el ejemplo del
Salvador (ver 3 Nefi 10:4). En unidad con su esposo, la madre ayuda a su familia a aprender las
verdades del evangelio y desarrollar fe en le Padre Celestial y Jesucristo. Juntos ellos fomentan un
ambiente de amor en la familia.
“En estas sagradas responsabilidades, padres y madres están obligados a ayudarse el uno al otro
como compañeros iguales” (La Familia: Una Proclamación para el Mundo”). En oración se
aconsejan juntos y con el Señor. Toman decisiones juntos en unidad y amor, con plena participación
de ambos.
2.2 La Obra de Salvación y Exaltación en el Hogar
La Primera Presidencia dijo, “El hogar es la base de una vida recta”(carta de la Primera Presidencia, feb 11 1999).
En los hogares, los individuos y las familias se comprometen en la obra de salvación y exaltación. Esta obra consiste
de cuatro responsabilidades divinamente
Para ayudar a los miembros a que hagan la obra de salación y exaltación en el hogar, lo líderes de la Iglesia los
animan a establecer un hogar donde el Espíritu esté presente. Los líderes también animan a los miembros a honrar
el día de reposo, estudiar y aprender el evangelio en el hogar y tener noches de hogar semanalmente. Los líderes
dan especial énfasis a animar a los individuos quienes puedan tener falta de asistencia o cuidado de sus familiares
miembros.
2.2.1 Un Hogar donde el Espíritu está Presente
Se incentiva a los miembros de la Iglesia a hacer de sus hogares un lugar de fortaleza
espiritual y gozo. Ellos pueden invitar, a través de simples esfuerzos, a que el Espíritu del
Señor esté presente en sus hogares. Cada hogar puede ser una “casa de oración, una
casa de ayuno, una casa de fe, una casa de aprendizaje, una casa de gloria, una casa de
orden, una casa de Dios”(DyC 88:119)
Ven, Sígueme – Para Individuos y Familias es el curso sugerido para estudiar el evangelio en
el hogar. Ven, Sígueme alinea las lecciones de la Primaria, Escuela Dominical, Mujeres
Jóvenes, Cuórumes del Sacerdocio Aarónico y seminario con el estudio del evangelio en el
hogar.
Los individuos y familias buscan inspiración de qué estudiar y que mejor satisfaga sus
necesidades. Adicional a los pasajes de las escrituras sugeridos en Ven, Sígueme, pueden en
oración considerar estudiar:
Para que las familias pasen más tiempo juntos, los líderes deberían eliminar las actividades y reuniones los días lunes.
Los líderes animan a los miembros a ser consistentes en tener las noche de hogar y pasar tiempo juntos como
familia .
2.2.5 Apoyar a otros
Los líderes de la Iglesia asisten a miembros que no tienen apoyo familiar. Los miembros que
pueden necesitar apoyo adicional son:
Los líderes ayudan a estos miembros y sus familias a tener oportunidades de compañerismo,
experiencias sociales saludables y crecimiento espiritual. Los líderes los animan y asisten en
sus esfuerzos de aprender y vivir el evangelio de Jesucristo. Los líderes les dan oportunidades
de servir en la Iglesia.
2.3 La relación entre el hogar y la iglesia (1/2)
La obra de salvación y exaltación está centrada en el hogar y apoyada por la Iglesia. Los siguientes
principios se aplican en la relación entre el hogar y la Iglesia.
Los líderes y los maestros honran el papel de los padres y los ayudan. Los líderes y maestros establecen
y mantienen una comunicación efectiva con los padres.
Los líderes buscan garantizar que las reuniones, actividades y programas de la Iglesia apoyen a las
personas y a las familias en la obra de salvación y exaltación en sus hogares.
Algunas reuniones de la Iglesia son esenciales en cada barrio o rama. Estos incluyen la reunión
sacramental y las clases y las reuniones de quórum celebradas en sábado. Muchas otras reuniones,
actividades y programas no son esenciales. Los líderes los organizan según sea necesario para ayudar
a satisfacer las necesidades de las personas y las familias. Los líderes tienen en cuenta las circunstancias
y los recursos locales.
Las personas y las familias consideran sus circunstancias cuando toman decisiones sobre participar en
programas de la Iglesia que no son esenciales.
2.3 La relación entre el hogar y la iglesia (2/2)
El servicio y la participación en la iglesia implican una medida de sacrificio. El Señor bendecirá a los
miembros mientras sirven y se sacrifican en Su Iglesia. Sin embargo, la cantidad de tiempo dedicado al
servicio de la Iglesia no debe restar valor a la capacidad de los miembros para cumplir con sus
responsabilidades en el hogar, en el trabajo y en otros lugares. Los líderes y los miembros no deben
sentirse abrumados con demasiadas responsabilidades de la Iglesia. Tampoco se les debe pedir que
hagan sacrificios excesivos para apoyar los programas o actividades de la Iglesia.
A medida que los miembros sigan estos principios y las impresiones del Espíritu, el Padre Celestial
bendecirá sus esfuerzos