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-Liturgia 1

-1° de teología
-Miguel Antonio Jiménez Nájera
Signos relacionados con los gestos y actitudes del cuerpo humano
Los Gestos litúrgicos: Los más importantes son:
a). La señal de la Cruz: (visto en el resumen anterior)
b). Golpes de pecho: es signo de arrepentimiento por los pecados cometidos y de humildad.
Es de raíz evangélica: el publicano y el fariseo (Lc 18,9-14), la muerte de Cristo (Lc 23,48).
Y a su vez es de un gesto muy común en los pueblos antiguos. Por eso los golpes de pecho
están prescritos actualmente al hacer el acto de contrición en la Misa. Uno de los gestos
penitenciales más clásicos es el de darse golpes de pecho.

Es uno de los gestos más populares, en cuanto a expresividad. También se emplea para
el acto penitencial, al inicio de la Eucaristía, utilizamos también nosotros los golpes en el
pecho con la mano. Se repite el gesto: cuando se emplea la Plegaria Eucarística el Canon
romano "y a nosotros, pecadores siervos tuyos", el presidente se golpean el pecho con la
mano. Antes de la reforma, en la Misa se repetía más veces el gesto. El golpearse el pecho
es reconocer la propia culpa, es apuntar así mismo, al mundo interior, donde sucede el mal,
y, además, golpeándose: es a la vez la manifestación que queremos cambiar. También
puede ser un recordatorio pedagógico de nuestra situación de pecadores, y de nuestra lucha
contra el mal. Por tanto, tiene un lugar privilegiado en el Sacramento de la Reconciliación.

c) Ojos levantados hacia el Cielo: Los ojos juegan en la celebración litúrgica—como en la


vida—un papel importante.
El cuerpo es nuestro lenguaje radical: que tienen en la liturgia tanta participación
nuestros sentidos, y en especial el ver y el mirar, por eso podemos hablar de una
"pedagogía visual" en la Liturgia. Pero el hecho mismo de mirar, puede tener un significado
y una fuerza comunicativa en la celebración cristiana. Tal como un israelita al orar mirando
hacia Jerusalén, para un musulmán con la vista hacia la Meca, incluso para los cristianos el
que sus iglesias estuvieran mirando al oriente, el lugar simbólico del Sol verdadero, Cristo
Jesús.

Este gesto lo usó Jesús en muchos acontecimientos milagrosos, sin embargo, no se


sabe si lo hizo en el momento de instituir la Sagrada Eucaristía, pero el Canon Romano, en
su forma más primitiva se lo atribuye a Jesús y prescribe que lo realice el celebrante como
un signo de súplica confiada a Dios Padre. Ante ello la Iglesia orante se fija en las manos y
los ojos, en el gesto de su orar y actuar en la figura de Jesús. Nos fijamos en las manos con
las que ha hecho muchos prodigios para con los hombres hasta ser clavadas en la Cruz y
que llevarán siempre los estigmas, signos de su amor. Ahora tenemos el encargo de hacer lo
que Él ha hecho. Esto se nos ha sido encomendado en la Ordenación sacerdotal, nuestras
manos son ungidas, para que sirvan para llevar la salvación, la bendición, para hacer
presente su bondad.

El Papa Benedicto XVI en el 2006, en una de sus homilías resaltaba la Oración


sacerdotal de Jesús (cf. Jn 17, 1), en donde nos señala al Señor que nos enseña a levantar
los ojos y sobre todo el corazón. A levantar la mirada, a orientarnos hacia Dios, que
custodie nuestros ojos para no ensuciar nuestro ser y así miremos el mundo con ojos de
amor, con los ojos de Jesús, de modo que seamos capaces de ver la presencia de Dios en el
mundo.
d) Las unciones: La unción es un gesto que la liturgia emplea. No es de origen cristiano.
En la liturgia actual aparece en el Bautismo con sentido exorcístico y sacerdotal. Las
unciones como rito con estructura esencial del sacramento son: la Confirmación y la
Unción de los enfermos. En las Órdenes sagradas explícita la unción interior realizada por
el sacramento.

El aceite: tanto en la Biblia como en nuestra liturgia tienen aplicaciones muy variadas
y frecuentes. Desde muy antiguo se ha elegido este elemento por su facilidad simbólica,
cara a los diversos dones de Dios y sus efectos espirituales. *El aceite*, los óleos, los
ungüentos, las pomadas tiene en nuestra vida muchas aplicaciones y beneficios. Por eso, el
aceite es Dios. El aceite da suavidad y alegría, da belleza y frescor a nuestros cuerpos. Por
eso se le considera como imagen de la paz y de la alegría: (ver proverbios 27,9), (Ps 132,2),
(Ps 44,7-8).

El aceite también da fuerza, con intención de expresar algo profundo que viene de
Dios, a los que más necesitan de ella y salud para la misión que se les encomienda: los
reyes (David) 1Sam 16, 13. Los sumos sacerdotes (a Aarón y sus hijos) Ex 29,4ss, y
también a los profetas ("a Elíseo le ungirás como profeta") 1Re 19, 16. Así mismo se ungen
los lugares y las cosas que van a servir para el culto que quedan consagrados a Yahvé: (cfr.
Lev8 y Exb 30).

En el N T, el auténtico "Ungido" es Jesús de Nazaret. Quien ha recibido la misión más


difícil, la de Mesías, y por eso recibe la Unción de lo alto, el Espíritu de Dios. No es un rito
de unción visible, sino que es una posesión total del Espíritu, la plenitud de sus dones sobre
Jesús, (Le 4,18; Is 61,1). Dios le ha dado su Espíritu, para el cumplimiento de su misión de
Sacerdote, Profeta y Rey. También los creyentes reciben esta unción entendida en un
sentido espiritual. Los que creen en Jesús son ungidos por el Espíritu, o sea, impregnados
de sus dones de gracia, de verdad, de santidad, de fuerza: confrontar (2Cor 1,21) y " (1Jn
2,20.27).

Las unciones en nuestra liturgia: hay tres clases distintas de óleos.


1) El óleo de los catecúmenos. 2) El óleo de enfermos y 3) El crisma, que es una
mezcla de aceite y bálsamos aromáticos, con él se realizan las unciones de la Confirmación
y las Ordenaciones. El aceite de estos óleos, puede ser de otras plantas pero que sea aceite
vegetal, que puede seguir teniendo los mismos beneficios simbólicos para los sacramentos
cristianos.

Riqueza simbólica y autenticidad del gesto: Los significados de este gesto de la


unción han aparecido a lo largo de los Sacramentos. Convirtiéndose en un signo de la
realidad espiritual del don del Espíritu, así como el aceite, impregna, penetra, suaviza, cura,
fortalece, perfuma. Tal como dicen las oraciones de la Misa Crismal. Los ungidos
participan de la Unción de Cristo, el Ungido, con todo lo que significa de nueva vida y
vigor espiritual. Pero este simbolismo, no es captado en toda profundidad por los que
celebran estos Sacramentos. Este gesto se hace con pobreza resultando insignificante. El

Fuentes: J. A. Abad Ibáñez M. Garrido Bonaño O.S.B.; Iniciación a la liturgia de la Iglesia, PALABRA, Madrid 19982.
J. ALDAZABAL, Gestos y símbolos, DOSSIERS CPL 40, Centre de Pastoral Litúrgica de Barcelona 1989.
www.catolic.net, Jueves Santo, Misa “In Caena Domini”, Benedicto XVI, Basílica de San Juan de Letrán, Roma 2006).
Ritual de los enfermos es claro en sus instrucciones el cual se debería tener en cuenta
también para los otros Sacramentos

Si no se entiende la intención de este gesto es porque se hace mal, y, porque no se hace


un esfuerzo por comprender y transmitir su significado simbólico en la catequesis a partir
del mismo uso natural y del lenguaje bíblico. Con estos factores se nos facilita entender el
aprecio de su simbolismo espiritual. Pero es a través de la Biblia que apreciamos más el
lenguaje de este gesto simbólico que afecta al cuerpo y que es el signo eficaz de una
salvación espiritual que incluye a todo el hombre.

Fuentes: J. A. Abad Ibáñez M. Garrido Bonaño O.S.B.; Iniciación a la liturgia de la Iglesia, PALABRA, Madrid 19982.
J. ALDAZABAL, Gestos y símbolos, DOSSIERS CPL 40, Centre de Pastoral Litúrgica de Barcelona 1989.
www.catolic.net, Jueves Santo, Misa “In Caena Domini”, Benedicto XVI, Basílica de San Juan de Letrán, Roma 2006).

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