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En la sentencia del diecinueve (19) de diciembre de dos mil dieciocho (2018) de la Corte Suprema

de Justicia con magistrada ponente Margarita Blanco la Corte estimo perjuicios morales mayores
al tope en cuanto que, por causa de los hechos que fueron causados los daños: « las muertes y
graves lesiones sufridas por el incendio de los miles de barriles de petróleo derramados
sobre las aguas del río Pocuné » lugar donde la comunidad Machuca se dedicaba a recoger oro,
por culpa de la empresa OSCENSA producto de una negligencia frente a la comunidad de machuca,
la Corte en efecto, tras las circunstancias del inmenso dolor que se refleja en la ferocidad y
barbarie de las acciones padecidas por los demandantes sufridas, dieron lugar a que el Tribunal
impusiera una condena acorde con esa realidad, así fuese tomando la suma que como guía por
entonces tenía la Corte establecida desde 2012 y que, frente a la indecible atrocidad de los
eventos narrados y probados en este proceso, ameritaron , para este caso particular, una suma
mayor a la que entonces se tenía dispuesta ($60,000,000.oo) y que se reajusto a setenta y dos
millones de pesos ($72,000,000.oo) para el daño moral propio sufrido por los demandantes a raíz
del fallecimiento de padres, hijos, esposos y compañeros permanentes, la mitad de ese valor para
hermanos, abuelos y nietos y la cuarta parte para el resto de parientes, subiendo así el tope
estipulado por el daño moral.

En el texto de Julio mariano López “CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO EXTRAPATRIMONIAL Y JUSTICIA


DISTRIBUTIVA” habla de cómo Pizarro, otro autor, en concordancia como lo vimos en la sentencia
del 13 de mayo de 2008 de la Corte Suprema de Justicia, considera que el daño moral se
manifiesta en la esfera interna de la persona dentro de su ámbito espiritual, por lo cual el autor
advierte que no es requisito para que se configure este daño que la víctima vivencie dolor o
sufrimiento. “El sufrimiento no es, de tal modo, un requisito indispensable para que haya daño
moral, aunque sí una de sus posibles manifestaciones más frecuentes”, asimismo, señala que el
interés cuyo contenido no es patrimonial se traduce en el deseo o necesidad de mantener el
equilibrio espiritual que se ve alterado por el evento dañoso, y enfatizando en el tema de la
pregunta, señala que hay varias posiciones frente al tema y entre estas una postura que admite la
indemnización por daño moral para la persona que se encuentra en estado vegetativo o coma
(además tomando en cuenta, estudios existe médicos han revelado que una persona en estado
vegetativo no exime de dolor ni de otras emociones como se creía anteriormente) pero subsiste la
cuestión del quantum de dicha indemnización, puesto que, al no haber repercusiones que
permitan establecer en concreto su magnitud, la tarea de cuantificar el daño moral se vuelve aún
más dificultosa -aunque no imposible-, teniendo en cuenta que la suma que se acuerde debe tener
un carácter estrictamente resarcitorio y nunca sancionatorio. En este sentido, ciertas
circunstancias de la vida del damnificado anteriores al hecho dañoso puedan servir de guía para
ese fin.

Por otro lado, Como se puede ver en el siguiente link que encontré en mi investigación con
respecto al dolor o emociones que puede tener una persona en estado de coma o vegetativo, este
tema ha cambiado y se ha puesto a consideración desde el 2003 por el ámbito medico hasta el
punto de en el artículo solicitar un cambio en las guías jurídicas y médicas. Y por lo cual ya que la
persona en estado de coma estaría en la capacidad de tener sentimientos y dolor es claro que si se
le podría indemnizar un daño moral ya que el mismo busca indemnizar la esfera interna del
individuo reflejada en mantener el equilibrio espiritual del mismo.

https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/2012/05/14/vegetativo-exime-dolor-emociones-
26913.html#:~:text=El%20cerebro%20s%C3%AD%20sufre,%C3%A9sta%20confirma%20que
%20sufre%20dolor%22.

El daño moral puede importar un cercenamiento -incluso una supresión- en la aptitud de sentir,
una pérdida de los sentimientos o de la capacidad de experimentarlos.

habla de que hay varias posiciones frente al tema la postura que admite la indemnización por
daño moral para la persona que se encuentra en estado vegetativo, subsiste la cuestión del
quantum de dicha indemnización, puesto que, al no haber repercusiones que permitan establecer
en concreto su magnitud, la tarea de cuantificar el daño moral se vuelve aún más dificultosa -
aunque no imposible-, teniendo en cuenta que la suma que se acuerde debe tener un carácter
estrictamente resarcitorio y nunca sancionatorio. En este sentido, ciertas circunstancias de la vida
del damnificado anteriores al hecho dañoso puedan servir de guía para ese fin.

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