Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
de orina” describen un perfil o grupo de pruebas tamiz con capacidad para detectar
enfermedad renal, del tracto urinario o sistémica. Desde el punto de vista de los
procedimientos médicos, la orina se ha descrito como una biopsia líquida, obtenida de
forma indolora, y para muchos, la mejor herramienta de diagnóstico no invasiva de las que
dispone el médico.
Densidad (1.003-1.030)
Refleja la concentración de solutos disueltos en la orina. Puede aumentar (deshidratación,
diabetes, proteinuria, hepatopatías) o disminuir (polidipsia, diabetes insípida). Con la edad
suele disminuir la densidad urinaria, lo que refleja una alteración en la capacidad de
concentrar y diluir la orina. Si los valores aparecen mantenidos, cabe pensar en una
insuficiencia renal.
pH (4,5-8)
El examen de un pH urinario al azar tiene relativamente poco valor. El control regular del pH
forma parte del seguimiento que se realiza a los pacientes que se tratan con alcalinizantes,
cuando, por ejemplo, se quiere tratar y prevenir la litiasis úrica o los cálculos de cistina
pH alcalino (> 8). Aparece en pacientes con acidosis tubular renal (acidosis sistémica
y, sin embargo, orina alcalina), en personas que siguen dietas vegetarianas y cuando
existen infecciones urinarias por Proteus u otros gérmenes que desdoblen la
urea.Transitoriamente, puede detectarse tras comidas o después de ingerir bicarbonato.
pH ácido (< 4,5). Se observa en pacientes con cálculos de ácido úrico, en acidosis
metabólica y en personas que siguen dietas hiperproteicas.
Glucosuria
En condiciones normales no debe haber glucosa en la orina. Su aparición obliga a
descartar, en primer lugar, la diabetes. En pacientes con glucemias normales, cabe
sospechar patología tubular; es recomendable que estas personas sean examinadas por un
nefrólogo.
Cuerpos cetónicos
En condiciones normales, los cuerpos cetónicos son inexistentes; se detectan en pacientes
con cetoacidosis diabética, y también cuando hay vómitos repetidos y fiebre.
https://www.redalyc.org/pdf/1491/149120468005.pdf
IRA
https://www.nefrologiaaldia.org/es-articulo-insuficiencia-renal-aguda-317
https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-urogenitales/lesi%C3%B3n-renal-
aguda/lesi%C3%B3n-renal-aguda-lra#v26381431_es
https://empendium.com/manualmibe/compendio/chapter/B34.II.14.1.
La lesión renal aguda es la disminución rápida de la función renal en días o semanas que
causa la acumulación de productos nitrogenados en la sangre (azoemia) con o sin
reducción de la diuresis. A menudo se produce por una perfusión renal inadecuada debida a
un traumatismo grave, una enfermedad o una cirugía, pero a veces se debe a una
enfermedad renal intrínseca de progresión rápida. Los síntomas pueden incluir anorexia,
náuseas y vómitos. Si el cuadro no se trata, pueden producir convulsiones y coma. Se
desarrollan rápidamente alteraciones de los líquidos, los electrolitos y el equilibrio ácido-
básico.
En todos los casos de lesión renal aguda (LRA), la creatinina y la urea se acumulan en el
cuerpo a lo largo de varios días, y los líquidos y los electrolitos presentan alteraciones. Las
más graves de estas alteraciones son la hiperpotasemia y la sobrecarga de líquidos (que
posiblemente cause edema pulmonar). La retención de fosfatos causa hiperfosfatemia. Se
produce una acidosis porque los protones no pueden excretarse.
https://www.perlasclinicas.medicinaudea.co/salud-del-adulto-y-el-anciano/enfoque-
diagnostico-y-manejo-practico-de-la-lesion-renal-aguda
Pre renal
La lesión renal aguda prerrenal es la que se establece en la insuficiencia circulatoria
cuando, por estar disminuida la perfusión renal, disminuye la presión hidrostática en los
capilares glomerulares y la cantidad de filtrado. Sus consecuencias son
azotemia prerenal: condición clínica en la que se presenta retención de sustancias
nitrogenadas secundaria a una disminución de la función renal fisiológica debido a una
disminución de la perfusión renal, como ocurre en deshidratación, hipotensión arterial,
hemorragia aguda, insuficiencia cardiaca congestiva, hipoalbuminemia severa, etc. Como
no hay necrosis del tejido renal, la retención nitrogenada revierte antes de las 24 horas de
haber logrado una adecuada perfusión renal.
Renal
La necrosis tubular aguda se sospecha cuando la creatinina sérica aumenta ≥ 0,3 mg/dL/día (26,5
micromol/L) por encima del valor basal o un aumento de 1,5 a 2 veces en la creatinina sérica respecto
del valor basal, después de un desencadenante aparente (p. ej., en un cuadro de hipotensión, la
exposición a una nefrotoxina).
La necrosis tubular aguda debe diferenciarse de la azotemia prerrenal porque el tratamiento
es distinto. En la azoemia prerrenal, la perfusión renal está disminuida lo suficiente como
para elevar el nitrógeno ureico en sangre (BUN) en forma desproporcionada con la
creatinina, pero no lo bastante como para causar un daño isquémico en las células
tubulares. La azotemia prerrenal puede estar ocasionada por la pérdida directa de líquidos
intravasculares (p. ej., debida a una hemorragia, pérdidas gastrointestinales o urinarias) o
por una disminución relativa en el volumen circulante sin pérdida de los líquidos corporales
totales (p. ej., en la insuficiencia cardíaca o la hipertensión portal con ascitis). Si la causa es
la pérdida de líquidos, la expansión del volumen con solución fisiológica normal por vía IV
aumenta la producción de orina y normaliza la creatinina sérica. Si el motivo es una necrosis
tubular aguda, la solución fisiológica IV no produce aumento de la producción de orina ni
cambios rápidos en la creatinina sérica. Cuando la lesión renal aguda pre-renal se perpetúa,
la marcada hipoperfusión renal puede llevar a isquemia de las células tubulares renales, y
convertirse entonces en una LRA intrínseca, específicamente necrosis tubular aguda.
Los cilindros granulares pigmentados "marrón oscuro" y los cilindros que contienen células
epiteliales tubulares son característicos de necrosis del túbulo. Ellos normalmente se
encuentran en asociación con hematuria microscópica y proteinuria (<1 g/d)
Pigmentos hemo mioglobina y hemoglobina(causado por rabdomiólisis o hemólisis masiva)
Cilindros pigmentados
Son producto de la adhesión de productos de degradación metabólica o de pigmentos de
las drogas. Los pigmentos incluyen aquellos que se producen endógenamente, como por
ejemplo la mioglobina en rabdomiólisis. Pigmentos de los fármacos, como la fenazopiridina,
pueden también causar decoloración cilíndrica.
La obstrucción intratubular por mioglobina, hemoglobina y ácido úrico es otra causa de NTA.
Los pacientes con cáncer diseminado o con destrucción masiva de células tumorales por
efecto de la quimioterapia tienen más posibilidades de presentar depósitos de
inmunoglobulinas y cristales de ácido úrico.
Uroanálisis: densidad alta o normal, sedimento: lipiduria, glóbulos de grasa libre, cuerpos
ovales grasos y cilindros grasos, hematuria insignificante
Sindrome nefritico
-Proteinuria leve-moderada
Uropatía obstructiva
La obstrucción al flujo urinario puede tener lugar tanto dentro de los túbulos renales como
en cualquier tramo de la vía urinaria (pelvis renal, uréter, vejiga y uretra).
Independientemente del punto en que suceda la obstrucción urinaria, a partir de la misma,
comienzan a sucederse una serie de eventos, que de no ser corregidos, pueden conducir
con el tiempo al daño renal irreversible y a la atrofia tubular.
UROANÁLISIS
Hematuria variable
Cilindros granulosos anchos,
Cilindros céreos
Eritrocitos y leucocitos
Glomerulonefritis Crónica:
Enfermedad inflamatoria crónica del riñón caracterizada por fibrosis de los glomérulos,
degeneración de los túbulos y esclerosis vascular.
Con frecuencia, la glomerulonefritis crónica parece ser resultado de alguno de los mismos
trastornos que causan glomerulonefritis aguda, como la nefropatía por IgA o la glomerulonefritis
membranoproliferativa. En algunos casos, la glomerulonefritis aguda, en lugar de remitir, pasa a
ser una enfermedad de larga duración (crónica). En ocasiones la glomerulonefritis crónica está
causada por la nefritis hereditaria, un trastorno genético hereditario. En muchas personas con
glomerulonefritis crónica, la causa no puede ser identificada.
Puesto que la glomerulonefritis crónica por lo general causa sólo síntomas muy leves o casi
imperceptibles, pasa inadvertida durante mucho tiempo en la mayoría de los casos. Puede
haber edema, y con frecuencia el paciente sufre hipertensión arterial. La enfermedad puede
convertirse en insuficiencia renal, que puede causar prurito, disminución del apetito, náuseas,
vómitos, cansancio y dificultad para respirar (disnea).
La glomerulonefritis crónica evoluciona de forma gradual, de modo que el médico no puede
establecer con exactitud cuándo ha comenzado. Puede ser descubierta al realizar un análisis de
orina como parte de una revisión médica y observar en los resultados la presencia de proteínas
y glóbulos rojos en la orina de una persona sin problemas de salud, que tiene una función renal
normal y que no presenta síntomas.
(glomerulonefritis aguda)
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/19_glomerulonefritis_aguda.pdf
La forma clínica más característica de las GNAP es el síndrome nefrítico agudo, que se
define por la aparición brusca de hematuria, edemas, hipertensión, proteinuria moderada,
oliguria con deterioro de la función renal en grado variable. La hematuria microscópica es un
hallazgo casi universal y la hematuria macroscópica se presenta en un 30-50% de
pacientes, siendo el motivo de consulta más frecuente. Es una hematuria de características
glomerulares, que cuando es macroscópica la orina es color cola o té, sin coágulos,
indolora, uniforme durante toda la micción; su duración es variable y la desaparición
progresiva. En el sedimento de orina fresca hay presencia de hematíes dismórficos, piuria,
cilindros hemáticos y granulosos.
Nefropatías infecciosas
pielonefritis aguda
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-infecciones-urinarias-clinica-diagnostico-
tratamiento-10022011
La pielonefritis es un cuadro infeccioso grave que constituye la forma más seria de infección
del tracto urinario. Se caracteriza por tratarse de la infección del parénquima renal (que se
divide en dos componentes principales, la médula y la corteza) y del sistema colector. Se
manifiesta como un síndrome miccional que se acompaña de fiebre alta, escalofríos,
taquicardia y vómitos.
Su incidencia es mayor en las mujeres y habitualmente es el resultado de la ascensión de
microorganismos desde el tracto urinario inferior. De ahí que las bacterias responsables
sean similares a las que producen cistitis, destacando por su frecuencia E. coli.
Se detecta en el sedimento bacteriuria, piuria, cilindros leucocitarios y cilindros bacterianos.
Nefropatías no infecciosas
https://www.nefrologiaaldia.org/es-articulo-nefropatias-intersticiales-252
(nefropatía lúpica)