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Hay muchos ingredientes que pueden hacer que tu retrato falle: imágenes
movidas, desenfocadas, sobre o subexpuestas…, estos son los errores más
clásicos, pero contamos con otra variable que, sin ser error, puede hacer de tu
imagen algo magnífico o algo anodino. Ya sabes de lo que estoy hablando,
¿verdad? ¿Quieres saber cómo pasar del 10% al 30% (milagros tampoco,
¿eh? ) gracias a la composición? Sigue leyendo entonces.
Quizá ya estés harto de escuchar hablar de ella, pero en retratos puede serte
de especial utilidad, no sólo porque te ayudará a colocar a tu retratado dentro
del encuadre general, sino porque puede serte muy útil a la hora de colocar lo
que quieras destacar de su rostro, por ejemplo los ojos, que suelen ser el
motivo principal o el más destacado de un retrato.
Recuerda que la regla de los tercios divide el encuadre en tres líneas paralelas
verticales y en tres horizontales. Los puntos donde convergen estas líneas
imaginarias se conocen como puntos fuertes, y es allí donde nuestro ojo se
detiene de forma más natural, por lo que es allí donde se recomienda situar
nuestro centro de interés.
Las líneas son un elemento muy común en fotografía, que nos ayudan a
componer y dirigir la mirada hacia el punto de interés. Líneas las tienes en todo
lo que nos rodea, pueden ser físicas o las que crean los elementos que
componen la imagen, pero bien utilizadas, pueden ayudarte a señalar a tu
protagonista o a hacer que la mirada del espectador pasee por la imagen de la
forma que quieras.
Relacionadas con las líneas, las fugas son el lugar en el que convergen esas
mismas líneas, de forma literal o imaginaria. Actúan como guía de la mirada
centrando el interés visual allí donde se cruzan las líneas; en los puntos de
fuga.
Ayúdate de líneas y puntos de fuga para componer
8. QUE NADA RESTE PROTAGONISMO A TU SUJETO PRINCIPAL
9. LLENA EL ENCUADRE
A menos que hayas decidido enfocar otro punto del rostro de tu protagonista
para resaltarlo, en los retratos se debe enfocar a los ojos de la forma más
cuidadosa posible. En caso de que trabajes con aperturas de diafragma
grandes (mayor zona desenfocada en la imagen), procura enfocar al ojo que
se encuentre más cercano al objetivo.
Ya sabes muchos trucos y normas, pero eso no implica que no puedas crear
las tuyas propias, las que te funcionen mejor o con las que te sientas más a
gusto. Variar la perspectiva, el punto de vista, los motivos, los encuadres, los
fondos, jugar con los colores, el contraste y un largo etcétera te ayudará a
investigar y profundizar en las diferentes técnicas que existen o inventarte las
tuyas propias ;-). Así que agarra tu cámara, quítale la tapa y disponte a crear tu
nueva y mejor versión “retratística”, tus imágenes lo agradecerán 😉