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Negación de la voluntad de vivir

para la afirmación de la vida. El


hombre dionisiaco como superación
de los instintos artísticos
primordiales.

Alumno: Jorge Vergara


Profesora: Sandra Baquedano
Introducción.

La problemática del lugar de la vida, de los valores que de ella emergen es un pilar
fundamental dentro de la filosofía nietzscheana, este su primer libro comienza con la
problematización que luego dará paso a el grueso de su filosofía. Intenté ser fiel a su
pensamiento, matizando copiosamente sus razonamientos con los conocimientos que poseo
de Schopenhauer y de mitología griega. Es claro que Nietzsche como buen helenista
necesita ser abordado con ciertos conocimientos de la mitología helénica, y ver su relación
con Schopenhauer resulta muy interesante, es a la vez un deudo poderoso,
dando simultáneamente en esta su primera obra, se perfila algo de la crítica que luego hará
a su maestro. Los griegos y por lo menos eso es lo que aguardo demostrar, buscaban en la
negación de la vida, no negar a la vida más que con ello rejuvenecer, volver a nacer, buscar
la reconciliación con la naturaleza, y esto claramente se opone al
pensamiento schopenhaueriano, en el que se caracteriza por la búsqueda fundamental de la
negación de la voluntad de vivir. Como dice nuestro titulo, trataremos de lo que significa
dentro de la realización del sujeto la negación de la voluntad de vivir y la afirmación de la
vida. El cómo afectaría quitarle a la vida el valor intrínseco además aplicarlo a la
cosmovisión Griega. En fin, como los griegos no poseían dentro de sus valores
fundamentales a la vida, por el contrario poseían otros valores que engrandecían a la vida
pero no hacían de ella la piedra angular de sus valores, para esto es necesario que algunos
conceptos se aclaren. Lo terrible de la vida radica en que el fundamento último para este
periodo de la filosofía nietzscheana es la voluntad. La voluntad en
sentido schopenhaueriano es el trasfondo último de la realidad, en el cual nos encontramos
ante una unidad cósmica, esta unidad se basa en la sed insaciable del querer, de la
insatisfacción como piedra angular de la vida humana. A todo deseo lo sigue otro, eso es
continuo. La tragedia hay que decirlo, Schopenhauer no hizo hincapié para identificarla con
el trasfondo último, al que él derivo a la música. Para Schopenhauer música y voluntad son
una y la misma cosa. Decir que el mundo es representación y música es igual de correcto
que denominarlo voluntad y representación. Al ser la música la quintaesencia realizada de
la voluntad, Nietzsche para seguir a su maestro tuvo necesidad de ver el origen de la
tragedia en el espíritu de la música para con esto justificar lo dionisiaco en la música
popular, en la fiesta de la feria o en la fiesta popular donde el coro de personas se hunde en
la realidad comenzando a fundirse en un todo. Entonces la tragedia aparece como resultado
de aquellos coros báquicos. Resumiendo para poder aclarar cómo fue estructurada esta
tarea, intenté guiarme por las preguntas que aparecerán a continuación, estas fueron
surgiendo a través de mi investigación, me guiaron constantemente. Espero que se hayan
respondido todas ellas a través del texto y confío que al lector le sirvan para poder
vislumbrar lo que el autor piensa en estas líneas.

¿Cómo una sociedad tan vitalista como la griega tenía una forma de arte tan terrible?
¿Qué es lo terrible de la tragedia?
¿Cómo explicamos el exceso de energía griego, su forma de ver la vida, sus impulsos
sexuales, en definitiva Dionisos?
¿Qué nexo existe entre una negación y una afirmación?
¿Afirmamos la vida, quitándole su valor?
¿El conocimiento trágico y la fiesta?
¿Apolo y la individuación?
¿Cómo supera el sujeto (hombre que vive), la dicotomía apolíneo-dionisiaca? Lo que yo
denomino como vitalista se encuentra en el margen de un pueblo que era capaz de afirmar
la vida, aun teniendo un espíritu absolutamente trágico.
El sujeto u hombre que vive su forma de superar la desdicha esencial de la existencia se
expone al final del texto.
Mantengo dentro de las definiciones las concepciones iníciales de Nietzsche intento no
entrometer mucho de su pensamiento posterior, y por lo tanto aun la negación de la
voluntad aparece como algo positivo y no una señal de la debilidad. El nihilismo en este
texto aun no es un enemigo jurado de Nietzsche.
Termino esta breve introducción con una cita „‟ Grecia y el pesimismo, este habría sido un
titulo menos ambiguo; es decir, una primera enseñanza acerca de cómo los griegos
acabaron con el pesimismo,- de con qué lo superaron… Precisamente la tragedia es la
prueba de que los griegos no fueron pesimistas: Schopenhauer se equivoco aquí como se
equivoco en todo. ‟‟1

„‟ ¿Libre te llamas a ti mismo? Quiero oír tu pensamiento dominante, y no que has


escapado de un yugo. ‟‟2

1. Lo que conocemos del periodo clásico griego en general se mantiene en los márgenes de
la aparición de Sócrates y Platón, abarcando el inicio de la guerra del Peloponeso
hasta la época de Alejandro magno. Esa es la antigüedad clásica Griega que se acentuaba en
los estudios anteriores a la aparición de Nietzsche. Este último (conocido pensador
alemán), sospecha de algo extraño. ¿Dónde quedan los mitos que alababan las potencias
sexuales, las infamias, las virtudes de la guerra, la valentía criminal? Siempre se habla del
paso del mito al logos, aunque, ¿Cuál es el lugar del mito? Hay que recordar que los dioses
griegos eran por sobre todo brutales. Sí, brutales. ¿No es brutal que Cronos haya castrado a
su propio padre para tener el poder sobre la creación?3 ¿Qué Zeus violara a su hermana y
luego la convierta en su esposa?4, ¿El poco valor que se le consideraba a la compasión?
Los antiguos griegos criaban a sus hijos con los textos de Homero, criaban a sus hijos para
que admiraran y siguieran los pasos de Hércules. El mismo que asoló Troya, Hércules el de
los doce trabajos. Dioses de pasión, héroes de fuerza; pasión y fuerza para lograr sus
cometidos, regidos en general por su propio capricho o solo para satisfacer sus apetitos. Los
dioses juegan entre sí, también con los hombres. Los dioses son animales de rapiña. Los
dioses, la fuente de los males y de los bienes. Dioses a los cuales se les sacrificaba incluso
como tuvo que hacer Agamenón a la propia prole.

1
Ecce homo, Alianza editorial, Pág. 75
2
Así habló Zaratustra, Alianza editorial, Pág. 106
3
Los mitos griegos tomo I, alianza editorial, pág. 52
4
Los mitos griegos tomo I, alianza editorial, pág. 72
¿Qué personas criamos cuando los envolvemos de estos valores? ¿Qué animales humanos
surgen de una cosmovisión como esta? Por supuesto serán „‟…generación que crezca con
esa intrepidez de la mirada, con esa heroica tendencia hacia lo enorme, imaginémonos el
paso audaz de esos matadores de dragones, la orgullosa temeridad con que vuelven la
espalda a todas las doctrinas de debilidad del optimismo, para «vivir resueltamente» en lo
entero y pleno: ¿acaso no sería necesario que el hombre trágico de esa cultura, en su
autoeducación para la seriedad y para el horror, tuviese que desear un arte nuevo, el arte
del consuelo metafísico?, la tragedia, como la Helena a él debida…‟‟5 Vivir resueltamente
en lo entero y pleno. El hombre trágico es hombre que necesita de la tragedia. Se hace un
paso inverso, no es el hombre que le da vida a la tragedia sino que la tragedia le da vida al
hombre, ¿Pero qué tiene que ver con lo entero y pleno? Es, el conocimiento del mundo. El
conocimiento del azar y del fundamento doloroso del mundo. El hombre trágico criado
en los valores de aquellos dioses, no tiene miedo puesto que está destinado a, el aceptar el
devenir, la muerte, el destino, el dolor y el placer como una unidad. Los dioses griegos eran
dioses altamente volubles, ellos lloraban y se encolerizaban. Eran Dioses que sufrían. Por
tanto la forma de mundo que irá adquiriendo una sociedad que es consciente de lo positivo
y negativo de la vida, será la búsqueda de solución del fondo terrible.

La crianza del griego antiguo era aparte de los mitos helénicos una forma integral de
educación. Música, gimnasia, técnicas de combate, retorica y en algunos casos
matemáticas. ¿A quién querían reflejar? ¿Dónde estaba puesto el objetivo? La fortaleza de
los pueblos griegos radicaba en una forma de ver el mundo que se contenía en los márgenes
de cómo lograr superar al otro. El sentido de esta superación no era visto de forma
negativa, ya que intentaba con esto lograr que las partes de la polis fueran provechosas en
su completitud. Como vemos en los dioses olímpicos, descritos en la Ilíada o en la
Odisea, tendremos en cuenta las luchas generadas, como entre Atenea y Ares, Hera contra
los troyanos. Artemisa y Apolo defendiendo a Eneas en las afueras de Troya. Eran dioses
que competían entre sí, querían tener más poder que el otro. Esta visión los griegos la
explotan, tomándola como forma de vida, una en la que para el griego clásico era vencer
a un oponente, al otro, sea tanto en la gimnasia, en la calidad de la música, la memoria, y
luego en la innovación socrática del dialogo.

Los griegos vencieron al emperador Jerjes, y en particular los espartanos y los atenienses
vencieron a muchas polis que los rodeaban. Sin lugar a dudas los griegos son un pueblo
de una potente fortaleza además de energía. Su misma crianza y sus mismos valores los
llevaban a ser un pueblo activo, terrible a la vez. Hasta ahora hemos descrito el mundo
griego que tiene su principio mítico en la aparición de los dioses olímpicos, pero ¿Qué
había antes en la religión de este pueblo?

„‟Ahora la montaña mágica del Olimpo se abre a nosotros, por así decirlo, y nos muestra
sus raíces. El griego conoció y sintió los horrores y espantos de la existencia: para poder
vivir tuvo que colocar delante de ellos la resplandeciente criatura onírica de los Olímpicos.
Aquella enorme desconfianza frente a los poderes titánicos de la naturaleza, aquella Moira
que reinaba despiadada sobre todos los conocimientos, aquel buitre del gran amigo de los

5
El nacimiento de la tragedia, Alianza Editorial, pág. 36
hombres, Prometeo, aquel destino horroroso del sabio Edipo, aquella maldición de la
estirpe de los Atridas que compele a Orestes a asesinar a su madre, en suma, toda aquella
filosofía del dios de los bosques, junto con sus ejemplificaciones míticas, por la que
perecieron los melancólicos etruscos, -fue superada constantemente, una y otra vez, por los
griegos, o, en todo caso encubierta y sustraída a la mirada, mediante aquel mundo
intermedio artístico de los Olímpicos. Para poder vivir tuvieron los griegos que crear, por
una necesidad hondísima estos dioses: esto hemos de imaginarlo sin duda como un proceso
en el que aquel instinto apolíneo de belleza fue desarrollando en lentas transiciones, a partir
de aquel originario orden divino titánico del horror, el orden divino de la alegría: a
la manera como las rosas brotan de un arbusto espinoso. ‟‟6 La observación que hemos
hecho hasta ahora comenzaba con el nacimiento de los olímpicos, de la nueva forma de ver
griega. Los Helenos tenían modos anteriores a ésta de ver el mundo, su fundamento último,
de donde proceden los dioses olímpicos. Desde donde ellos mismos crearon a los dioses
olímpicos. ¿Cuál es este sustrato inicial?, los poderes de la naturaleza, los poderes de los
titanes. Las montañas, valles, los ríos, la tierra misma, el cielo etc. Todas ellas son
potencias para el griego que aun no había comenzado crear. Podemos inclusive generalizar.
Para el hombre natural, para los primeros hombres, la naturaleza debe haberse convertido
en enemiga, por sus sequias, las hambrunas que se generaban por la escasez de arboles,
persecuciones por parte de otros animales, en definitiva el águila comiéndose el hígado de
Prometeo. Pareciera en este caso una naturaleza que rastrea al hombre. Esa naturaleza a la
cual el hombre pertenece, y que al mismo instante posee la capacidad de destruirlo. Es el
azar, el desorden, el primer terror que siente el hombre, esa proximidad de su muerte, la
proximidad de la nada. El hombre griego es consciente de que de allí venimos y allí
iremos, por añadidura el hombre es parte de la cadena natural de las cosas. Que por mucho
que lo intente él no puede escapar, en síntesis, él y la naturaleza son finalmente Uno. El
Uno primordial. Aquí es donde comienza Nietzsche a referirse a su maestro, Schopenhauer.
Para Nietzsche este uno y múltiple que es la realidad, es lo mismo que Schopenhauer
denominará: mundo como voluntad y representación. Perteneciendo la representación o
fenómeno a lo múltiple y el fundamento único: la voluntad. A partir de allí Nietzsche
analiza la cuestión de la naturaleza. Una y múltiple. El paso para su sobrevivencia que debe
generar el hombre es el dominar. Dominar y mutar las cosas con su propia mano para
oponerse a una naturaleza que en el caso del griego, consciente del poder de los
„‟titanes‟, tuvo que usar y obtener un método de crianza y de valorar, que ponía por encima
de todo la capacidad de dominar al „‟otro‟‟, de subyugarlo bajo el designio propio. Lo
„‟otro‟‟ que aparecía era la naturaleza luego a los otros humanos. Para dominar tal poder el
griego necesitó de una fuerza y energía que por lo menos para este periodo filosófico de
Nietzsche nunca se ha vuelto a repetir.

2. La tragedia griega, siguiendo el análisis del pensador alemán, pertenece al reino de


aquella verdad de lo único, es decir de la voluntad. La voluntad en esencia, para
Schopenhauer es dolor. En tanto que es la condición inicial de todo viviente, requisito de la
necesidad. Pero también es el fundamento de la realidad por tanto, creadora. La voluntad es
dolor y creación más al ser todos los seres voluntad, y todos alimentarse unos de otros, la
voluntad es el fundamento creador y destructor. Esta verdad para el griego clásico no
desaparece, no obstante la debe camuflar, porque el aceptarla a cabalidad lo llevaría

6
El origen de la tragedia, alianza editorial, pág. 52
nuevamente al estado de naturaleza del cual huyó en el pasado. Aquí se muestra la
capacidad de la representación, el principium individuationis. Apolo es la nueva figura que
aparecerá dentro de la cosmovisión griega a partir del azar y caos de la misma
naturaleza. Se manifiesta la nueva corrección de la naturaleza para el servicio humano. Los
hombres de ahora en adelante serán creadores, no meros espectadores del mundo, estos
serán artistas en el sentido de poiesis, de creación. Se crearan (criaran) a sí mismos como
pueblos para mantener el sistema de contraposición con la naturaleza, pudiendo dominarla.
Esto es solo una forma de redención respecto a aquella voluntad primigenia, de forma que
el principium individuationis “Como en el mar embravecido, que ilimitado por doquier,
entre aullidos hace que montañas de olas asciendan y se hundan, un navegante está en una
barca confiando en la débil embarcación; así está en medio de un mundo de tormentas,
tranquilo el hombre individual, sostenido y confiando en el principium individuationis”7.
Esta cita de Schopenhuer, interpreta este principio para lo apolíneo. Lo que surgirá desde el
Dios de Delfos es la nueva capacidad griega de creer (creando), que son capaces de
oponerse a lo Uno primordial. Sin embargo esta oposición no debe ser sentida como una
guerra, donde el griego antiguo estuviera peleando contra el fundamento, de hecho es todo
lo contrario, el mismo cae en cuenta de que no puede dominar al destino; en efecto puede
crear, al igual que crea el fundamento primero. El griego mediante el engaño de lo apolíneo
es capaz de generar la nueva poesía homérica.

El gran educador de la antigüedad, Homero, nos enseña la incapacidad del hombre de


cambiar su destino, al mismo tiempo la capacidad del sujeto de cumplirlo a
cabalidad, perfeccionándose para aquel. En la circunstancia de Aquiles, el hombre que no
puede escapar a su destino de ser asesinado por Alejandro Paris, en su trayectoria logra la
gloria. El cumplir su destino significa alcanzar la inmortalidad mediante este nuevo
orden de la palabra y de las nuevas artes de la poesía. En la época de los titanes nos
encontramos en un estado natural en cambio ahora nos localizamos donde existe la
palabra, paralelamente la capacidad de generar cultura, donde solo surge en el momento en
que el hombre es capaz de darse cuenta de su poder creador. Es por eso que la poesía es la
primera forma de Arte en la cual aparecen los dioses olímpicos dentro de la cultura griega.

El engaño de lo apolíneo aparece como nueva fuerza creadora, una nueva suficiencia que
tendrá el hombre griego, será demostrada en los avances tecnológicos y guerreros, de
todas maneras no nos olvidemos de que lo apolíneo es el impulso artístico que
le dará nueva vida al hombre helénico. Es en el arte el terreno desde donde Nietzsche
analizará esta nueva forma de concebir el mundo, la forma, la escultura, la pintura y el otro
arte aparte de la tragedia que se conforma a partir del fundamento primero, asimismo de lo
apolíneo que será la poesía. Pero esto no podría durar para siempre, Dionisos como cuenta
el mito vuelve de Asia8 y „‟ Bajo la magia de lo dionisiaco no sólo se remueva la alianza
entre los humanos: también la naturaleza alienada, hostil o subyugada celebra de nuevo su
fiesta de reconciliación con su hijo perdido, el hombre. De manera voluntaria ofrece la
tierra sus dones y pacíficamente se acercan las fieras de las rocas y del desierto. El carro de
Dionisos está cubierto de flores y guirnaldas: bajo su yugo la pantera y el tigre caminan

7
El nacimiento de la tragedia, alianza editorial, pág. 43
8
Los mitos griegos tomo I Robert Graves, alianza Editorial, pág. 153.
paso a paso. ‟‟9. Los dos impulsos artísticos serán completados en la época clásica, lo
dionisiaco y lo apolíneo. Mientras que lo apolíneo, el engaño del sueño como
decíamos más arriba, se presentó en una nueva forma de ver el mundo respecto a la
terrible naturaleza, lo dionisiaco vuelve para redimir al hombre, regresándolo a la
naturaleza, volver a acercar al hombre a su fundamento primero. Especifiquemos: no es que
la naturaleza sea el fundamento primero, más bien el griego se da cuenta de que él
y naturaleza son uno, respecto a que ambos son fenómenos de la voluntad. Es la tragedia
la que combinando ambas fuerzas será la forma de arte inventada por los griegos, la que lo
redimirá de su engaño apolíneo, recordándole en las dionisiacas que la multiplicidad
esta unida en una Unidad primordial.

3. Como podemos observar en el libro de Robert Graves, Los mitos griegos, Dionisos era
en un principio una deidad de la fertilidad o una deidad fálica10. Su aparición dentro de la
cosmovisión helena proviene del culto Arcadio a la fertilidad. Dionisos era la deidad que se
festejaba dentro de las dionisiacas en las cuales apareció la tragedia. ¿Por
qué la fertilidad era celebrada junto con la tragedia? La cita anterior de Nietzsche nos
esclarece este asunto. La tragedia como fuerza dionisiaca vuelve al hombre a su estado
primigenio, tornándolo a ser un animal y uno con la naturaleza. Se amigan
nuevamente con la naturaleza para tener su favor en las próximas cosechas. Empero ¿para
qué tendría el griego que volver a este estado natural? Era necesario, recordar la unidad del
universo ¿Por qué?, Porque de esa manera nos volvemos nuevamente amigos de las
fuerzas naturales aceptando sus dones que despreciamos cuando estamos bajo el encanto
apolíneo. En el cual estamos en un instinto de dominación, no de aceptación.

La relación del griego con la naturaleza era una en que se quería mantener la amistad.
Siempre volver con lo uno primordial para reconciliarse con él, por consiguiente aparece
Dionisos tras una máscara „‟ Es una tradición irrefutable que, en su forma más antigua, la
tragedia griega tuvo como objeto único los sufrimientos de Dionisos, y que durante
larguísimo tiempo el único héroe presente en la escena fue cabalmente Dionisos. Mas con
igual seguridad es lícito afirmar que nunca, hasta Eurípides, dejó Dionisos de ser el héroe
trágico, y que todas las famosas figuras de la escena griega, Prometeo, Edipo, etc., son tan
sólo máscaras de aquel héroe originario, Dionisos.‟‟11 La tragedia muestra el sacrificio que
hace el hombre de traspasar la verdad única de lo dionisiaco a lo apolíneo de la forma. Los
griegos debían recordar aunque fuera en forma de Arte qué significaba la civilización que
habían construido, sobre qué estaba formada. Es decir, siempre teniendo en cuenta la
cimentación que era el placer de destruir y crear. Y por ello para sus dionisiacas ofrecían en
sacrificio su sentido apolíneo a la naturaleza. Los sufrimientos de Dionisos, los
sufrimientos de lo uno al volverse múltiple son sacrificados para lo uno
mismo, así dando comienzo a la fiesta de Dionisos.

„‟En el ditirambo dionisíaco el hombre es estimulado hasta la intensificación máxima de


todas sus capacidades simbólicas; algo jamás sentido aspira a exteriorizarse, la aniquilación
del velo de Maya, la unidad como genio de la especie, más aún, de la naturaleza. Ahora la

9
El nacimiento de la tragedia, alianza editorial, pág. 45.
10
Los mitos griegos tomo I, Pág. 149
11
El nacimiento de la tragedia, Alianza Editorial, pág. 96
esencia de la naturaleza debe expresarse simbólicamente; es necesario un nuevo mundo de
símbolos, por lo pronto el simbolismo corporal entero, no sólo el simbolismo de la boca,
del rostro, de la palabra, sino el gesto pleno del baile, que mueve rítmicamente todos los
miembros. ‟‟12 Los hombres deben retornar. Al comenzar las dionisiacas, el hombre se
pierde empezando entre música y agitación alcohólica a unirse dentro de la
multitud, seguidamente en la naturaleza, pero el hombre debe volver. Lo que lo separa de la
naturaleza, lo apolíneo los rescata del descontrol, del dolor y placer de haberse vuelto
uno, de volverse uno con la naturaleza. El perderse a uno mismo que genera esta vuelta a lo
uno primordial, es en el significado de Dionisos, el fundirse y volver a la materia
primigenia.

¿Cómo esto puede llegar a ayudar a una sociedad a ser enérgica o jovial? El volver al
origen es al fin y al cabo renacer. Volver desde lo dionisiaco es la forma que tenía el griego
antiguo de alivianarse, quitando la pesadez de vivir constantemente dominando. El
enfrentarse a lo terrible retornando a ser uno con lo terrible, lo llevaba a un estado de
aceptación. Recordaba mediante lo orgiástico su verdadera unión con la naturaleza y su
ineludible destino de la muerte. Vemos por ejemplo en la poesía homérica, la no
trascendencia de la muerte; el alma escapa como un último suspiro de los héroes, los cuales
al bajar al tártaro no tenían ya consciencia, a no ser que como hizo Odiseo se
aplicara alguna forma ritual para poder hablar con ellos. La muerte para el griego
era reintegrarse a un estado de no consciencia. Por esto, mediante el espíritu
dionisiaco, podían recordar que la nada (la no-consciencia), era el destino último.

Esta forma de purificación hacía al griego un hombre capaz de aceptar lo bueno y lo malo
de la vida, perdiendo el temor a la muerte, dando todo de sí para su realización. Eso
simbolizaba el altar del sacrificio donde se despojaba de lo apolíneo, así volvía a lo
apolíneo de forma renacida. La consciencia de lo terrible de la existencia es la causa de lo
que fueron finalmente.

6. Podemos con estas aclaraciones comenzar a vislumbrar qué relación existe entre la nada
y la afirmación de la vida. La tragedia que es la forma de arte dionisiaca por excelencia,
que según el filosofo tratado, tiene su origen en la música, es la forma en la que el griego
vuelve a lo uno primordial negándose a sí mismo. Niega su voluntad de vivir en la fiesta,
se obnubila más con esto pierde su principium individuationis. Al volverse uno con el todo,
su conciencia desaparece. Esta negación se asemeja a la que realiza el artista en el mundo
como voluntad y representación, „‟Pues en el instante en que nos desprendemos del querer,
abandonándonos al puro conocer avolitivo, es como si entráramos en otro mundo en donde
todo lo que mueve a nuestra voluntad y nos estremece tan vehementemente dejara de
existir. Esa liberación del conocimiento nos emancipa sobremanera y enteramente
de todo… Dejamos de ser ese individuo al que olvidamos y a cambio sólo somos sujeto
puro de conocimiento; sólo somos como un único ojo del mundo por el cual miran todos
los seres que conocen, pero que únicamente en los hombres puede verse plenamente libre
del servicio de la voluntad, gracias a lo cual desaparece toda diferencia de la individualidad
tan enteramente que entonces nada importa si el ojo contemplativo pertenece a un poderoso

12
El nacimiento de la tragedia, pág. 49
rey o a un afligido mendigo. ‟‟13 Ese separarse del todo quitando de nosotros la voluntad, es
lo que emerge para Nietzsche en el pueblo de artistas que significa para él el pueblo griego.
Separarse de la individuación para nuevamente formar parte de lo uno. Esa es la negación
que se realiza orgiásticamente en los helenos, con esto podríamos preguntarnos ¿Por qué no
quedarse ahí? ¿Qué diferencia a los hindúes de los griegos?

„‟Situados entre India y Roma, y empujados a una elección tentadora, los griegos
consiguieron inventar con clásica pureza una tercera forma, de la cual no usaron,
ciertamente, largo tiempo, pero que, justo por ello, está destinada a la inmortalidad. Pues
que los predilectos de los dioses mueren pronto eso es algo que se cumple en todas las
cosas, pero asimismo es cierto que luego viven eternamente con los dioses. No se exija,
pues, de las cosas más nobles que posean la firme resistencia del cuero; la recia duración,
tal como fue propia, por ejemplo, del instinto nacional romano, no forma parte,
verosímilmente, de los predicados necesarios de la perfección. Mas si preguntamos cuál fue
la medicina que permitió a los griegos, en su gran época, pese al extraordinario vigor de sus
instintos dionisíacos y políticos, no quedar agotados ni por un ensimismamiento extático ni
por una voraz ambición de poder y de honor universales, sino alcanzar aquella mezcla
magnífica que tiene un vino generoso, el cual calienta y a la vez suscita un estado de ánimo
contemplativo, tenemos que acordarnos del poder enorme de la tragedia, poder que excita,
purifica y descarga la vida entera del pueblo; su valor supremo lo presentiremos tan sólo si,
cual ocurría entre los griegos, ese poder se nos presenta como el compendio de todas las
fuerzas curativas profilácticas, como el mediador soberano entre las cualidades más fuertes
y de suyo más fatales del pueblo.‟‟14 Lo que diferencia a los griegos de los hindúes es el
ensimismamiento extático. La capacidad de ver lo uno primordial pero al mismo tiempo
mantener lo apolíneo en su lugar correcto dentro de la vida, permitió a los griegos ser
inmortales. El hinduismo se limitaría a quedar dentro de la esfera de lo dionisiaco, de
cualquier proceder esto debe ser superado. Quedarse dentro de lo terrible de la
existencia es el efecto que tiene acentuar lo dionisiaco por sobre lo apolíneo. La
capacidad heroica que tuvo el griego fue la de saber superar el mismo como sujeto la
negación de la voluntad para afirmar la vida. Es un momento de la existencia el
reconocimiento del fundamento y en efecto se debe ir más allá de él. La cultura de vida que
poseían los griegos se ratifica en este principio; ellos mediante la tragedia eran capaces de
saber porque había que negar la vida, anulando de esta forma su valor intrínseco. Llegando
a la solución de que la vida, no posee tal valor sino que el valor de la vida está en que se
hace con ella. Así el griego liberaba de su vida el fastidio que conlleva la
existencia. Negando la voluntad de vivir él era capaz de volver a enfrentarse a la
naturaleza. No quiero decir que la vida nos sea fundamentalmente voluntad, sino que para
afirmar la vida tuvo el griego que negar a esta primero. Siguiendo la línea el griego obtuvo
un poder inmenso, el no temer a la muerte es el primer paso a no temer a nada, por ello ser
cazadores de dragones como se anunciaba en un principio. Al no tener miedo a la muerte
aunque sea el destino terrible, el griego podía afianzar su vida como algo que era para él y
para nadie más. El nihilismo de la negación de la voluntad aparece patente, los griegos
fueron nihilistas con un fin práctico, mediante este nihilismo el griego fue capaz de llevar a

13
El mundo como voluntad y representación tomo I, Fondo de cultura económica, Pág. 289
14
El nacimiento de la tragedia, pág. 166.
cabo las más grandes empresas, y gracias al nihilismo ser capaces de adquirir la
inmortalidad.

En consecuencia el griego adivina una verdad terrible: Que la vida no tiene sentido, pero al
mismo tiempo se da cuenta de que la vida se da sentido a sí misma. Que el sentido de la
vida radica no en qué valor se le da a ella, sino en cuanto vales tu con lo que haces de ella.
Al darse cuenta de esto no necesitaron justificaciones exógenas para acreditar su felicidad
y dolor. Ellos no necesitaban de culpables, necesitaban de seguir viviendo.

7. La afirmación de la vida proviene de quitarle su valor. Para el griego antiguo la vida


poseía un valor máximo y al mismo tiempo ninguno. ¿En qué se diferencian estas posturas
antagónicas? „‟Siempre que resuena el lamento, éste habla del Aquiles “de corta vida”, del
cambio y paso del género humano cual hojas de árboles, del ocaso de la época heroica. No
es indigno del más grande de los héroes el anhelar seguir viviendo, aunque sea como
jornalero. En el estadio apolíneo la “voluntad” desea con tanto ímpetu esta existencia, el
hombre homérico se siente tan identificado con ella, que incluso el lamento se convierte en
un canto de alabanza de la misma. ‟‟15 Esta doble significación es interpretable a partir de
los instintos o impulsos artísticos, lo apolíneo y lo dionisiaco. Dentro de la esfera de lo
apolíneo la vida es la condición de posibilidad de seguir afirmándola, lo apolíneo la
mantención de la forma o en otras palabras la dominación. En lo apolíneo la fuerza y la
capacidad de mantener el orden dan el placer de la creación. Y es por este placer que la
vida obtiene un valor máximo. En la esfera de lo dionisiaco, dicho de otro modo en la
esfera del fundamento último de la realidad la vida no tiene ni sentido ni propósito, es por
esta razón que se le debe dar eso mediante el efecto de Apolo, por lo dicho no posee valor
alguno. La vida es solo un pequeño fragmento de lo uno primordial, consecuentemente es
solo una parte insignificante, sin valor dentro de la totalidad. En tanto somos una sola parte
no poseemos valor, pero en tanto somos individuos que se reconocen a si mismos nos
damos el máximo valor. Si el griego antiguo no hubiera sabido que el valor de la vida era
en definitiva ninguno, nunca se habría abalanzado sobre la naturaleza con el ímpetu con
que lo hacía. Al quitarle el valor a la vida, comienza a aparecer el valor añadido que se le
da a esta, uno en el que el sujeto mismo es capaz de darle a su vida. Aquiles el más grande
héroe homérico tenia obviamente en alta estima su vida. Por algo murió por la vida eterna
de la gloria. Pero al mismo tiempo al estar en los infiernos prefería vivir como esclavo
antes que seguir muerto. La gloria no beneficia a los muertos, menos uno de un carácter tan
apolíneo como lo es Aquiles. En él podemos observar el cómo lo apolíneo en su ansia de
dominio quiere seguir existiendo o persistiendo en su vida para continuar con ella la
creación y destrucción; en definitiva Aquiles valora su vida no porque esta tenga un valor
intrínseco más bien porque es valorada por él mismo.

Conclusión.

El nihilismo griego, de una negación de la voluntad de vivir en la pérdida de consciencia es


capaz de llegar a la solución de que la vida existe para seguir siendo vida. Uno mismo le
añade valor a su vida, entregándole sentido para ser vivida. Al darse cuenta de que el
fundamento último no es capaz de darle al hombre un sentido, no hay dios que nos dé una

15
El nacimiento de la tragedia, pág. 53
explicación del para qué de nuestra existencia. Eso genera en el griego antiguo el ansia de
infinita dominación.

Que el fundamento último de la realidad sea el dolor, la creación, la destrucción de


todo y la muerte, no es para el griego una objeción a la vida misma, es mejor dicho la
razón por la cual tomar sus armas y abalanzarse al mundo. „‟La muerte es nuestro principio
y fin, que lo que haya entremedio me pertenezca‟‟ gritaban estos cazadores de dragones.

La tragedia cumplía el rol de purificación, de renacimiento, la vida apolínea en su pureza es


al final una mentira. Dentro de esta capacidad para lo terrible que poseía el griego. „‟Esta
reconciliación es el momento más importante en la historia del culto griego: a cualquier
lugar que se mire, son visibles las revoluciones provocadas por ese acontecimiento. Fue la
reconciliación de dos adversarios, con determinación nítida de sus líneas fronterizas, que de
ahora en adelante tenían que ser respetadas, y con envío periódico de regalos honoríficos;
en el fondo, el abismo no había quedado salvado. Mas si nos fijamos en el modo como el
poder dionisíaco se reveló bajo la presión de ese tratado de paz…‟‟16 La reconciliación de
que significa la tragedia es como el griego antiguo asumió ambos bandos, no ya para
luchar ni significar la eterna guerra de los olímpicos contra los titanes, ahora es
para reconciliarlos, así de esta suerte apareciera el hombre.

El hombre es la superación de los instintos apolíneo-dionisiaco. Para él estos impulsos


artísticos son formas de ver la realidad que se reúnen dentro de sí. Él es el objetivo de los
impulsos artísticos, es quien al final se glorifica con ellos. El sujeto mediante estas
conformaciones de realidad se justifica a sí mismo, con ello gana su puesto dentro del
mundo, su justificación. El hombre dionisiaco consciente de lo que le espera en la
existencia, la afirma. Que sea un engaño apolíneo a él poco le importa, lo que le parece en
realidad relevante es que no sea instrumento de nada, sino que él pueda ser
independiente. Entre todo esto se me presenta una objeción, ¿y la polis? Para el griego
antiguo no era una negación a su condición de individuo el hecho de la polis, y al igual que
lo dionisiaco no niega su capacidad de ser independiente. Su realización se encuentra en
asumir lo que está. El fondo terrible del mundo le muestra que él mismo crea mediante el
impulso apolíneo es deseable. Su vida en la afirmación que le proporciona Apolo aparece
como un eterno decir sí a todo, tal como se enfrento a Dionisos diciéndole a él también
„‟Si, quiero la vida‟‟.

Nos encontramos con la superación de un nihilismo pesimista débil. Para el griego antiguo
el fondo terrible del mundo, no es una objeción sino el estimulo que el mas necesita para
seguir persistiendo en su existencia. El hombre es el producto, el animal perdido de la
naturaleza, de los impulsos íntimos de la naturaleza, por esto, lo glorioso, la victoria sobre
la naturaleza siendo al mismo tiempo el que es capaz de conciliarse con
esta, asimismo darle los regalos honoríficos que cada parte se merece. La superación que

16
El nacimiento de la tragedia, ed. Cit. pág. 48
se logra dentro del hombre trágico es absoluta, al igual que el mundo en el mundo como
voluntad y representación, „‟Aquello que se abstrae aquí, tal como espero que luego llegue
a ser una certidumbre para cualquiera, no es sino la voluntad, en cuanto aquello que
constituye la otra vertiente del mundo, pues este es por un lado enteramente representación
y por el otro enteramente voluntad. ‟‟17El mundo para el sujeto se agota en tanto es
considerado voluntad y representación. Lo apolíneo y lo dionisiaco terminan en el
sujeto, se superan en el sujeto en cuanto éste agota su realidad con ellos. Y con estos dos
impulsos artísticos, estéticos avanza sobre su vida, como un creador o un artista, sin señal
de pesadez, riendo y bailando.

El sujeto que es capaz de amoldarse a la totalidad de su existencia, será un sujeto que tiene
infinitas posibilidades, ya que no se determina por un factor exógeno sino que el mismo le
permite a su vida darse sentido. El griego antiguo no necesito de alguien que justificara
porque él vivía aparte del único dueño de su propia vida, sí mismo.

Bibliografía.
El nacimiento de la tragedia, Alianza Editorial, Traducción Andrés Sánchez Pascual.

17
El mundo como voluntad y representación Tomo I, ed. Cit. pág. 86

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