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Introducción
La empresa familiar es la estructura empresarial más numerosa del mundo. Se encuentra en casi
todos los sectores de la economía, y existen todo tipo de tamaños: desde una pequeña empresa a
una multinacional cuyas acciones cotizan en bolsas de comercio.
[Las empresas familiares] han sido el origen y la base fundamental de la economía de los países.
Trabajo, ahorro, disciplina y más trabajo y más ahorro y más disciplina van formando poco a poco
la riqueza de un país. Son estos héroes anónimos que con su contribución diaria y callada dan
empleo, satisfacen las necesidades de la comunidad y aportan los recursos que el Estado necesita
para proveer la infraestructura y los servicios básicos que la sociedad requiere. (Belausteguigoitía
Rius, 2004, p. 11).
Con fuerte presencia en la economía y con alto impacto social, la empresa familiar presenta
características específicas que la distinguen de las empresas no familiares. A continuación,
abordaremos las nociones principales que hacen a su definición, sus características distintivas y su
contextualización en Argentina y el mundo.
Definiciones
La empresa familiar, como objeto de estudio y de conceptualización, ha tenido desarrollos
relativamente recientes. Las investigaciones sobre el tema todavía dan cuenta de la falta de
acuerdo que existe entre los teóricos en torno a la definición del concepto de empresa
familiar, lo cual da lugar a múltiples miradas. No obstante, existen acuerdos en relación con
la consideración de cuatro aspectos distintivos en el análisis de la empresa familiar:
1. la propiedad
2. el control de la empresa
3. la familia
4. la trascendencia.
Gallo y Sveen (1991) Es una empresa en la que una sola familia posee la mayoría del
capital y tiene un control total. Los miembros de la familia también forman parte de la
dirección y toman las decisiones más importantes.
Handler (1994) La empresa familiar es una organización en la que desde las decisiones
operativas hasta los planes de sucesión pasan por la influencia de los familiares que la
dirigen.
Gersick, Davis, McCollon y Lansberg (1997) Según estos autores, la propiedad de las
herramientas instrumentales y directivas pertenece a una familia empresaria.
Ward y Dolan (1998) Según estos autores, la característica principal de las empresas familiares es
la transmisión a las nuevas generaciones que la dirigirán o controlarán.
Davis y Harveston (2001) Según estos autores, la característica principal de estas empresas está
en la interacción entre empresa y familia.
Belausteguigoitia (2003) “Una empresa familiar es una organización controlada y operada por los
miembros de una familia. Desde una perspectiva diferente, digamos espiritual, suelo referirme a ellas como
empresas con alma, dado que el corazón de las familias está en ellas” (2003, p. 19).
Importancia socioeconómica
El desafío de la continuidad
Uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas familiares es su propia
supervivencia a través del paso de generación en generación. Los estudios realizados en
los Estados Unidos indican que solamente el 13 % de las empresas familiares se
mantendrá en manos de la tercera generación de la misma familia. Estudios similares
Copertari, Franco Pá gina 4
Resumen EMPRESAS FAMILIARES
Fortalezas y debilidades
Las empresas familiares poseen características y atributos compartidos con otro tipo de
organizaciones. Pero también, el hecho de convivir en ellas diversos sistemas (empresa,
familia, propiedad) les otorga cierta complejidad y riqueza en la que podemos distinguir
fortalezas y debilidades.
A los fines de estructurar la información, vamos a distinguir dos grandes grupos en donde
podemos identificar aspectos positivos de las empresas familiares, como también aquellos
de cuidado: por un lado, la gestión de la empresa y, por otro, sus relaciones y cultura.
Varios autores coinciden en indicar como una fortaleza de las empresas familiares el hecho
de que hayan sido creadas para perdurar en el tiempo y trascender. De esta manera, nos
encontramos con una visión a largo plazo, con una proyección de 10 a 15 años e incluso de
más. Cabe señalar que esto no necesariamente significa que posean un plan de negocios,
sino que más bien se proyecta la continuidad en las siguientes generaciones.
Si bien las familias son eficientes para el planeamiento a largo plazo, no son tan buenas para
formalizar sus planes- para describirlos, analizar las conjeturas y comparar los resultados
con las previsiones. Esto significa una ventaja porque existe un pensamiento a largo plazo,
pero también es una desventaja porque ese pensamiento está desorganizado (Leach, 2014).
importar máquinas desde China para poder mejorar su producción en serie y participar de
importantes eventos tecnológicos en el país y en otros países.
Ahora bien, en la medida en que este conocimiento se concentra en una sola persona y con
menor grado de delegación, puede perderse en el proceso de traspaso o bien hacer que la
empresa se mantenga muy dependiente y centrada en una sola persona. Es así que
podemos encontrar “los feudos” o “la parálisis directiva” que señala Belausteguigoitia Rius
(2004, p. 39) al hablar de las luces y sombras de la empresa familiar. En estos casos en los
que delegar o traspasar los conocimientos o el know how no es posible, en general, las
empresas no pueden continuar o tienen que transformar su modelo de negocios. La
delegación es esencial para que las empresas puedan crecer de forma sostenible; la
concentración de todo en una persona es contraproducente, no solo para la empresa, sino
para la misma persona. En estos casos, quien concentra llega a un estado de saturación que
le impide seguir gestionando de manera eficiente y, en general, la consecuencia es que la
familia empresaria se separa para poder continuar.
Cuando uno o más familiares tienen roles simultáneos se centraliza la toma de decisiones. A
su vez, aumenta la eficacia y la confianza del proceso de toma de decisiones. Debido a la
disponibilidad inmediata de información sobre la propiedad, la empresa y la familia, quienes
toman decisiones actúan con rapidez y discreción en beneficio de la empresa y la familia al
mismo tiempo. Cuando los objetivos de los integrantes de la familia, de la gestión y de la
propiedad son compatibles, los gestores familiares pueden actuar con decisión y lograr que
la empresa sea un competidor formidable (Davis, y Tagiuri, 1996).
Por otro lado, en ocasiones, trabajar sin procesos y procedimientos lleva a los miembros de
la familia a poder moverse con mayor flexibilidad respecto al tiempo de dedicación, lo que
permite que puedan variar de una dedicación más extensa y demandante por un proyecto
en particular, o bien disponer de mayor cantidad de días de vacaciones, de horarios flexibles
de trabajo, etcétera. En cuanto a la remuneración y las ganancias, estas pueden variar en
función de los desafíos que esté enfrentando la empresa, como también de la situación
familiar. Esta flexibilidad le permite a la empresa adaptarse más rápidamente a los
diferentes momentos de cambios o crisis que pueda atravesar.
Las transiciones suelen ser un desafío difícil de sobrellevar para las empresas familiares. En
este sentido, la sucesión o cambio de generación en la conducción de la empresa suele ser
uno de los momentos más críticos. En algunos casos se sobredimensiona y se generan
conflictos.
Relaciones y cultura
“La empresa familiar tiene un significado especial para los miembros que pertenecen a la
familia propietaria. La empresa suele considerarse una parte de la familia y los familiares
suelen tener sentimientos importantes hacia ella” (Davis, y Tagiuri, 1996, p. 14).
El manejo de las emociones y relaciones familiares suele ser una materia crítica y difícil de
sobrellevar en estas empresas:
Los familiares que trabajan en la empresa comparten una larga historia juntos, se conocen
desde siempre, han creado un estilo de vinculación (cercano o distante) en el seno de la
familia, que tiende a repetirse y a hacerse presente en la empresa, lo cual puede favorecer
una sinergia muy positiva, o bien acrecentar las diferencias y conflictos.
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Resumen EMPRESAS FAMILIARES
Un hábito eficaz y poco común son las reuniones, por ejemplo, en el ámbito de la empresa.
En general, se juntan a hablar y no se reúnen a conversar de manera efectiva para tomar
decisiones de empresa, con planes y responsables. Se mezclan los temas sin hacer foco en lo
que realmente se necesita resolver en ese ámbito. Por ello, insistimos en la importancia de
profesionalizar esos espacios.
La familia como tal cumple una función social al engendrar, formar, desarrollar y ayudar a
madurar a sus integrantes. Aporta a la persona una manera de ver y entender el mundo,
trasmite valores, creencias y aporta vivencias y experiencias que serán propias y particulares
para cada grupo familiar. Esto crea una serie de elementos y códigos que son comunes y
conocidos por los diferentes miembros de esta familia. Por eso, no es menor hacer base en
el concepto de inteligencia emocional, ya que, como núcleo primario, es la que da raíces
para que las personas puedan gestionar sus emociones a través del amor propio y la
autoconfianza.
Sistema relacional familiar: que supone el derecho a protección hacia todos sus
miembros, la disposición a ofrecer refugio y ayuda a los más necesitados, y una
vinculación sostenida por el amor.
“El sistema familiar se diferencia en subsistemas así puede desempeñar sus funciones, estos
subsistemas no son absolutos, también se superponen y entran en funcionamiento según el
momento familiar con sus roles, funciones y tareas específicas”
En el sistema parental, los niños aprenden a aceptar la autoridad, y también a negociar ante
la desigualdad de poder. En la empresa, la relación padre-hijo posee una dosis muy alta de
expectativas sobre el hombre, pensando que en ellos puede encontrarse el sucesor. Es una
relación compleja, con juegos de poder y competencia. También es importante que en la
empresa el hijo se deshaga del rol de hijo, y asuma otro rol para la empresa.
Gran parte de los conflictos entre padres e hijos se dan por el control, el poder y la
competencia. Esto da pie a problemas en la comunicación pues siendo la empresa familiar
una fusión de dos subsistemas es fácil que lleven los papeles de un subsistema al otro y que
se creen dificultades si se desempeña el papel de hijo dentro de la empresa, se correrá el
riesgo de ser opacado por la figura del padre.
En cambio, en las relaciones de padres e hijas, cada vez más frecuentes debido la
profesionalización de las mujeres, existe otra dinámica más plástica y sensible, con lazos de
apoyo y cuidado. Asimismo, los padres suelen tener ciertas consideraciones en cuanto a
exigencias y horarios por su condición de madre y esposa.
La relación madre e hijo, en cambio, suele ser menos conflictiva, tal vez por la menor
competencia que hay entre ellos. De hecho, la madre tiende a ceder el control de la
empresa con confianza en el hijo, porque encuentra en él un apoyo, lo que brinda mayor
libertad para accionar. En tanto, la relación madre e hija puede depender mucho de la
relación que tengan a nivel familiar, como también de los roles que ocupen en la empresa
(con mayor o menor vinculación).
Inteligencia emocional
En las relaciones interpersonales, las emociones son un elemento más de los múltiples que
las conforman, y, en algunos casos, es un factor determinante. De esta manera, un gesto,
una palabra, una mirada puede ser suficiente para disparar o generar escenarios muy
diferentes.
El concepto de inteligencia emocional fue definido por Goleman (1995) como las aptitudes
para reconocer y regular las emociones en nosotros mismos y en los demás. La teoría
sugiere cómo la ausencia o presencia de la inteligencia emocional en una persona puede
afectar positiva o negativamente su relación y desempeño con los demás y con las
organizaciones (Goleman, 1995). Signos de baja inteligencia emocional pueden ser la falta
de escucha como manera de empatizar, no tener equilibrio entre las emociones del ámbito
de la familia y lo que pasa en la empresa (no poder separar) y, como consecuencia de esto,
la ausencia de análisis de lo que pasa en el ámbito que corresponda, la centralización de la
toma de decisiones y la bajada de líneas a los demás (Kets de Vries, Carlock, y Florent-
Treacy, 2007).
De esta manera, las emociones comprometidas con el negocio familiar suelen ser tanto la
clave del éxito como puntos de quiebre y conflicto, por lo que gestionarlas será
fundamental. Eduardo Press (2015) señala que para gestionar las emociones es necesario:
por un lado, aprender a expresar los propios sentimientos, teniendo en cuenta el sentido de
oportunidad, es decir, saber dónde, cómo y en qué momento hacerlo; y, por otro, reconocer
las emociones de los demás. Gestionar las emociones necesita una práctica permanente.
Los siete ingredientes clave de esta capacidad fundamental, aprender a aprender, (por
cierto, todos ellos relacionados con la inteligencia emocional) enumerados por el
mencionado informe:
5. Relación. La capacidad de relacionarse con los demás, una capacidad que se basa en
el hecho de comprenderles y de ser comprendido por ellos.
Tomando los aportes de Ward (2006), se entiende por conflicto: “una diferencia entre dos o
más personas, caracterizada por tensión, emoción, desacuerdo y polarización, en la que no
hay vinculación o esta se ha roto. En la raíz de todo conflicto está el rompimiento de una
vinculación” (Ward, 2006, p. 121).
Más allá de estos conceptos, la realidad es que el conflicto se produce básicamente cuando
hay un desacuerdo; no importa cuál, pero hay diferencias entre las personas y estas
producen algunas veces tensiones entre ellas y dificultades para resolverlas. El abordaje de
los conflictos en las familias empresarias y en las empresas familiares es importante, dado
que es la principal causa de la no continuidad de las mismas.
Tipos de conflictos
Sobre la base de investigaciones de Ivan Lansberg, Martínez Echezárraga (2011) analiza los
principales conflictos que se presentan en las empresas familiares.
Conflictos generacionales: son los que se producen entre las distintas capas etarias o
generaciones (familiares y no familiares) que existen en la empresa, ya sea entre
padres e hijos, tíos y sobrinos, o empleados antiguos, leales al fundador, y el elegido
como sucesor. Cada generación está atravesada por su historia, subcultura, sus
intereses, sus preocupaciones y los desafíos evolutivos propios de la etapa de vida
que cada uno atraviesa. Promover la toma de conciencia y reconocimiento de las
dificultades que atraviesa cada grupo acerca las posiciones y logra una mayor
tolerancia y aceptación del otro.
Conflictos entre hermanos: este tipo de conflicto es uno de los más frecuentes. Las
rivalidades y diferencias, que tienen su origen en la niñez y perduran de manera
expresa o tácita en la adultez, se ponen de manifiesto en la empresa, a veces,
poniendo en juego su continuidad. Resulta bastante habitual encontrarse con una de
las partes herida o dolida, aunque no necesariamente sepa por qué.
La dimensión emocional, por su parte, es más profunda y se pone en juego al abordar los
verdaderos escollos o fuentes de problemas. Con frecuencia, hay grupos que manejan
distintos tipos de información, o bien circulan los malentendidos, o bien las triangulaciones
(cuando dos miembros de una familia se comunican en general de manera indirecta a través
de un tercero). También podemos incluir en este apartado actitudes que mantienen o
agravan los conflictos, como la negación, la evitación o la renuncia. Este es uno de los
conflictos más frecuentes que existen en las empresas familiares. La experiencia nos indica
que resolverlo depende exclusivamente de cada uno de los miembros de la familia
empresaria, abriendo conversaciones que son necesarias para poder poner sobre la mesa el
verdadero problema.
Lo positivo en el conflicto
El abordaje del conflicto desde una mirada positiva favorece el descubrimiento de nuevas
oportunidades para transformar y revitalizar la empresa familiar. El afrontamiento favorable
de un conflicto permite crecer y puede resultar una instancia de aprendizaje tanto para los
vínculos de la familia como para la gestión de la empresa.
El afrontamiento de conflictos requiere disposición a trabajar con otro/s. Implica que las
personas puedan vincularse entre sí, escuchar lo que cada uno puede aportar, clarificar
contextos y propósitos, poner el foco en los temas a resolver, expresarlos de manera
adecuada y construir posibilidades que promuevan recursos para acciones específicas.
Entendemos que el diálogo es el medio y el instrumento para lograr un proceso de
resolución de conflictos. Requiere compromiso y responsabilidad por parte de todos los
integrantes de la familia empresaria para construir (o reconstruir), a través de
conversaciones productivas, un vínculo de confianza para la búsqueda de alternativas
novedosas.
Por otra parte, el segundo foco es el del negocio, bajo el cual se considera cómo el concepto
de negocio afecta o es afectado por los vínculos de la familia. En este caso, si el concepto
está solo basado en el negocio y el sustento económico, que normalmente surge de un
miembro, sin la previsión inicial de incorporación de familiares, el esquema de trabajo y la
estructura sucede por fuera del vínculo y este no se ve afectado en su desarrollo futuro. Ello
no quita que en otra etapa el negocio sí se vea afectado por el vínculo, pero no es
determinante.
Otro factor determinante es la experiencia anterior del emprendedor, sea que haya
trabajado en dependencia, que no sea su primer proyecto, que tenga capital que lo
sustente, que arranque “de la nada”. También afecta la edad, y en qué momento de la vida
de la persona se inicie el negocio. El nivel de formación que tenga el fundador, y su propio
componente de personalidad (conservador o arriesgado) hacen que, luego, el negocio tenga
un proceso de desarrollo diferente en cada caso y permita realizar diversos abordajes. Estos
múltiples factores son de gran incidencia.
Las generaciones laborales conforman un tema que ha tomado una relevancia inusitada en
los análisis globales y sociales sobre empresas en general de los últimos tiempos. Sin
embargo, ha tenido una importante incidencia a lo largo del tiempo en las empresas de
familia, desde la definición en sí misma: fundador, babyboomers, X, millenialls, Z,
centennialls. A esto se suma la complejidad del negocio respecto de lo que en consultoría se
distingue como generación que gobierna y generación futura.
Esta es una distinción simple que apunta a ilustrar cómo se distribuye el poder en la toma
de decisiones en la organización y cómo se ven afectados los vínculos al respecto. Serán
conceptos que se seguirán abordando más adelante.
Asimismo, cada época define a las generaciones: se aclara de manera inicial que la próxima
descripción es general y no persigue el objetivo de profundizar en esta instancia sobre las
especificidades, sino que se busca ser introductoria en la temática y generadora de
conclusiones de trabajo sobre cómo las generaciones afectan el desempeño de la empresa
familiar.
La empresa de familia, a partir del desarrollo de la familia, atraviesa por diferentes etapas
de dirección. Inicia con la gestión unipersonal del fundador. En esta instancia se desarrolla
un liderazgo de “patrón de estancia”, entendiendo que el dueño es quien tiene la visión del
negocio y sabe lo que cada uno debe hacer. Así es que asigna las tareas según la confianza
con los colaboradores, diseña y planifica las tareas, evalúa al personal y lo compensa según
A nivel de la dirección, se hace necesario formalizar los espacios de decisión que empiezan a
ser colegiados. Lo que antes sucedía en la cabeza del fundador, después debe suceder en la
mesa de dirección. Esto hace necesario que la familia entienda y se forme para poder tomar
decisiones en este ámbito y entender la responsabilidad de una decisión. En este espacio, lo
más importante es aprender a pensar en el consenso, en el acuerdo.
Los grupos de interés que intervienen o condicionan la empresa de familia tienen que ver
con aquellos que son parte del proceso de decisión:
• Asesores: los asesores, que surgen de la confianza de los dueños, son palabra
legitimada para acciones dentro de la empresa y sobre las decisiones en cuanto a
la intervención de la familia, como así también sobre el modelo de negocio que
se sigue. Es normal que, a medida que la empresa crezca y se integran nuevas
generaciones, se cambien los asesores que acompañan al negocio, sobre todo en
sistemas, en el sector contable y el legal.
• Los familiares políticos: son parte de una nueva subcultura de la familia, la que
se construye en la unión de dos culturas familiares ascendentes. El modo de
relación entre la familia nuclear y la política también es determinante del rumbo
del negocio. La familia empresaria debe establecer con claridad las acciones
dentro de la empresa, como así también los alcances de la empresa en la familia.
Lo que diferencia a una empresa familiar de una que no lo es, en general, pero no en todos
los casos, es el sistema de valores. Más allá de los cambios que se sucedan en la historia,
más allá del crecimiento y profesionalización de la organización, el sistema de valores y el
capital emocional son lo que define el sistema del negocio y la participación del linaje en la
empresa.
Está el círculo de la familia, que incluye el sistema familiar. Es el ámbito de las relaciones
signadas por el linaje. La estructura es su árbol genealógico, que viene a ser el organigrama
de la familia. En este se observan las líneas de autoridad, las costumbres familiares y su
productividad. Así, se puede verificar si el sistema familiar es machista (en el que los hijos
varones tienen determinados privilegios), si la idea es de familias numerosas, cómo
funcionan los subsistemas de familia, y cómo afecta la muerte de un familiar en el sistema.
Círculo de empresa: este ámbito es el del negocio de la familia. Se estructura a través del
organigrama y funciona con una estructura de trabajo que permite realizar las transacciones
que promueven la procuración del lucro. El sistema de empresa promueve el trabajo que
genera dinero para la causa, pero también para las remuneraciones de las personas que en
ella se encuentran. Los objetivos laborales apuntan a la excelencia del negocio en términos
de eficiencia y eficacia. Promueve un capital económico racional que alienta la
profesionalización personal, la conformación de equipos y la dirección en pos de lucro.
El sistema de empresa aporta valores organizacionales sobre cómo se deben hacer las cosas.
El crecimiento interno está dado por las capacidades y habilidades para la gestión. Este
ámbito incluye a familiares y no familiares, por lo cual será importante que los no familiares
acepten o se alineen con los valores de la organización. Es un ámbito que se despega de lo
afectivo en términos de preponderancia de habilidades por encima del lazo o linaje (es, al
menos, la expectativa, porque no necesariamente se da así).
¿En qué se asemejan estos tres ámbitos? En que todos son operados e integrados por
personas, y en todos los casos interviene la familia.
¿En qué se diferencian? Cada ámbito tiene una finalidad diferente: la familia cuida el
vínculo, el linaje. Su sistema de poder está dado en el concepto de patriarcado (en general).
La empresa cuida la gestión, genera trabajo para empleados. Su sistema de poder está
basado en el gerenciamiento de los recursos para el logro de objetivos económicos. La
propiedad cuida el capital. Se basa en la conservación y crecimiento según la renta que
recibe por la inversión que realiza. Su sistema de poder es la decisión de socios y accionistas
sobre el negocio.
Cuando se distingue la gestión del negocio, se intenta dar preponderancia a cada aspecto
del análisis de manera independiente. Esto es posible cuando la empresa familiar crece y se
profesionaliza en los ámbitos de acción y decisión. Así, se puede desdoblar en gestión de la
estructura (organigrama) para decidir sobre los recursos y llegar a cumplimentar los
objetivos que define el directorio. Es decir que el análisis del negocio se define por la
estrategia de mediano y largo plazo. El ámbito del negocio tiene que ver con el directorio
corporativo, que define los negocios que se van a realizar y aprueba la gestión de la gerencia
general.
Cuando se decide que la empresa será familiar, comienza a correr el tiempo en que
sucederá lo que plantea el gráfico. Cada etapa tiene su planificación, y en cada una surgen
conflictos de intereses derivados de los modelos de pensamiento de negocios, que son
generacionales y de gestión. Se recuerda que la empresa familiar decide serlo cuando define
claramente el sistema de valores que hace explícito y concreto el hecho de que la propiedad
siempre estará en manos de la familia, por lo que la continuidad de la empresa se
condiciona a la familia. Es a partir de esta premisa que se origina lo siguiente en el tiempo.
Para concluir, es importante destacar que cada ámbito tiene una lógica de expansión teórica
que no necesariamente se muestra coincidente en la realidad. Esto muestra que cada
ámbito de desarrollo no necesariamente va en paralelo con el otro. Aunque sí es posible
que uno condicione al otro, en virtud del lógico aprendizaje en el paso del tiempo. Estas
complejidades hacen a los desafíos más importantes de la empresa familiar que trabaja en
pos del crecimiento económico en armonía y conservando los vínculos sanos.
Se parte de la base de que la empresa y la familia son sistemas autónomos que funcionan de
acuerdo a reglas bastante consolidadas, las que, si bien pueden variar de una cultura a otra,
mantienen una cierta uniformidad en el mundo. Entendiendo esto, surgen en las empresas
familiares aspectos considerados como debilidades desde la visión de la empresa respecto
de la conservación de patrones familiares que inciden en el desarrollo del negocio.
Es importante relativizar estas debilidades, porque hay algunas empresas que consideran
como un valor estas funcionalidades, y su negocio es exitoso.
• “Soy el hijo del dueño”: es muy común entre las empresas de familia que los
familiares que se incorporan a trabajar lo hagan dentro de una informalidad tal
que hace que no tengan claro su rol y responsabilidad. Esto se vincula a
cuestiones como que el dueño de la empresa ingresa a sus hijos o familiares para
que ayuden a controlarla, o en puestos sensibles, considerando que no pueden
estar a cargo de los empleados no familiares. Esta condición, que admite la sola
evaluación de la confianza y no de las competencias, hace que el modelo de
autoridad que funciona es recurrir a la posición de familiar con derechos. Esta
situación se da porque los empleados de la empresa no reconocen la autoridad
del familiar y este debe recurrir a la posición que le da el vínculo por sobre lo
demás.
• Empresa como “mamá pollo”: muchas empresas que deciden ser familiares para
mantener la familia unida y continuar el vínculo a través del negocio. Esta
condición no es negativa en sí misma, es lo que distingue a la empresa familiar. El
problema radica cuando trabajar en la empresa es una exigencia familiar, más
allá de que se tenga o no la vocación de hacerlo. En este caso, no importa que la
persona esté o no capacitada para hacerlo, ni tampoco que la empresa esté en
condiciones o no de soportar el costo de la incorporación desmedida de
familiares. Este punto es muy importante porque es bastante común que el
fundador tenga este tipo de expectativas, y que en pos de ellas haga lo necesario
para conservar esta situación. Es ahí donde pierde el rumbo la organización
desde el lado del orden de roles y funciones, del sistema de remuneraciones que
no es equitativo y no se atiene a la realidad de la empresa. Se crean enormes
desigualdades e inequidades que desmotivan y le generan un enorme riesgo a la
empresa, no quizás en el negocio, pero sí desde lo organizacional, que, de todos
modos, impacta en lo económico y financiero.
• “No hice las cosas tan mal”: este es un tema que tiene relevancia para el
crecimiento organizacional (se enfatiza en el término organizacional porque,
muchas veces, para ciertos negocios no es proporcional el crecimiento de lo
económico con el crecimiento de la organización). La limitación en las prácticas
organizacionales tiene que ver con la resistencia al cambio desde el ala
fundacional. Aquel que pensó el negocio, lo puso en marcha y lo hizo exitoso,
naturalmente se resiste a encarar nuevas maneras de gestionarlo, con
argumentos de que por todo lo que se hizo se logró lo que tienen. Ahí aflora el
instinto de conservación. Si bien es una realidad, también, a medida que avanza
el tiempo y las formas de trabajo y de gestión se van actualizando, se incorporan
las nuevas generaciones familiares. Esto hace necesaria una actualización en la
manera de pensar el negocio y de crecer de manera ordenada. Este conflicto de
gestión entre el fundador y el proceso de crecimiento, que incluye para el
personal la sensación de desborde o falta de control real, plantea un desafío que,
quizás, en la historia de la empresa sea el más importante y determinante:
conservar la esencia de la práctica que se traduce en los valores, y, a la vez,
poder actualizarse y crecer (esto implica la estructura y a las personas que
comiencen a tomar decisiones de manera autónoma con la consideración de la
línea rectora de la esencia del negocio).
• “Somos una gran familia”: la confusión de roles entre familia y empresa suele
ocurrir más a menudo de lo esperado. Considerarse una familia es también un
valor para muchas empresas, y es un aspecto positivo desde el punto de vista de
la valoración de la persona, de la conservación del personal, de la atención a
aspectos privados de los colaboradores. Sin embargo, cuando estos roles se
confunden, y así también los sistemas de reconocimiento, los sistemas de
remuneraciones, la percepción de derechos o licencias, la gestión de la autoridad
y el exceso de emocionalidad (tomando de manera personal las acciones),
terminan generándose conflictos de intereses, consolidados por una percepción
de desmotivación, enojo, lo que produce un clima laboral negativo y
desconfianza.
• “Cuando no esté, Dios proveerá”. “Ya veremos qué pasa”: estas afirmaciones son
las más comunes cuando se introduce el tema de la sucesión y de la planificación
de contingencias en la empresa familiar. Si hay algo que pone incómodo a un
fundador es poder trabajar en los temas que sucederán una vez que no esté más
en la empresa. El fundador no logra imaginar la empresa sin él al mando. Esta
limitación (entendible) puede generar problemas a nivel familiar y empresarial.
Su perspectiva es que todo podrá continuar luego de su ausencia. Lo que le
resulta difícil de comprender es que, como figura familiar, es quien tiene la
última palabra, es quien aglutina a la familia, y en la empresa es quien guía las
acciones de los demás (empleados familiares y no familiares). Esta debilidad
puede complejizarse si se considera la cantidad de hijos, el tamaño de la
empresa, la etapa de desarrollo, el lugar que ocupa el fundador y la su edad.
• “Está ganando bien”, “ganan más que yo”, “le pago todo”: una enorme debilidad
general es el deficiente sistema de remuneraciones y reconocimientos que se da
en las empresas de familia. Es necesario entender que es sano establecer un
organigrama, un buen desarrollo de puestos con roles, responsabilidades
definidas y un buen sistema de remuneraciones acorde y coherente a la
estructura. Por lo general, no se tiene tanta claridad en la definición de un
sistema de remuneraciones y reconocimientos. Para el fundador es difícil
determinar cuánto debe ganar por su gestión, y cuánto deben percibir los
familiares, por lo que resuelve de manera impulsiva sobre cómo considera que
son las gestiones, sin valorar la estructura, y, muchas veces, desde el lugar de
padre, dando a todos por igual, o por orden de nacimiento o por tamaño de
familia. Todo esto genera una incompatibilidad con las capacidades y la
estructura. El tema del dinero es el más difícil de trabajar y definir en la empresa
familiar.
Familia: si la familia no tiene claras las diferencias que diferencian el sistema familiar del de
la organización, se puede romper la armonía del vínculo, y dar espacio a la formalidad de la
empresa. Esta situación lleva a la degradación de las relaciones, que luego impacta en la
gestión de empresa, lo que puede constituir un factor de riesgo en su continuidad. La familia
es la base para que la empresa sea familiar. Cuando los intereses individuales no son
adecuadamente gestionados, naturalmente, van minando el negocio.
Generaciones familiares: cada grupo familiar tiene una constitución genética y cultural que
los define como grupo y que define, a su vez, los límites de ser familia. Así, mientras muchas
familias solo consideran el núcleo consanguíneo, muchas otras incluyen a los familiares
políticos. Dentro de este último concepto, se puede sumar la condición de género que
tiende a privilegiar a los familiares (independiente del grado y consanguineidad) masculinos
sobre los femeninos. También a los primogénitos por sobre los demás, pues se cree que la
edad es determinante (por mandato moral-cultural) por sobre las capacidades y elecciones
profesionales. Estas cuestiones culturales, en muchos casos, determinan la idiosincrasia que
va a tener el negocio, y la falta de acuerdos claros y positivos será crucial para la continuidad
de la organización.
Etapas de desarrollo del negocio frente a crecimiento del negocio y estructura: los
términos cambio, transformación, crecimiento o desarrollo, entre otros, se asocian
estrictamente a dejar prácticas de lado para incorporar nuevas. Significa poder abandonar
(literalmente, por el compromiso emocional que exige) prácticas que daban o dan
resultados hasta el momento (sistema, tareas, selección de personal, formas de vender,
tecnología) para tomar nuevas formas que permitirán hacer más rentable la empresa desde
todos los aspectos. No todas las empresas logran entender ese clic organizacional y se
demoran pensando que los modelos no están aún agotados, lo que, quizás, sea verdad. Sin
embargo, hay una exigencia de reloj interno (las personas, las generaciones de personas) y
externo (globalizado) de avances tecnológicos y de comunicación que, de alguna manera,
obliga a incorporar prácticas que son novedosas. El desafío está en comprender cuán
preparada está la organización entera para transformarse, sin perder el foco de su
distinción, es decir, lo que la hace diferente de otras organizaciones.
En la actualidad hay una herramienta que es interesante para apoyar la empresa en los
procesos que lleva adelante en pos de mantenerse, que se llama plan de contingencias.
Naturalmente, las empresas tienen previstos planes de acción para determinadas
situaciones, que generalmente se vinculan al corazón del negocio. En muchos casos, se
desestima la importancia de generar planes de acción para resolver conflictos de orden
estratégico como la gestión del cambio, el cambio generacional, el recambio de los recursos
humanos o de la tecnología misma.
Todos los puntos abordados aquí son los que comúnmente hacen que las organizaciones
desaparezcan. La empresa familiar tiene su complejidad en la intervención del vínculo, a
partir de lo que se aumenta la tensión y el compromiso para que el negocio no desaparezca.
Para trabajar en un proceso de sucesión, la familia empresaria debe alcanzar cierta madurez
emocional para poder afrontar una planificación y conversar sobre temas que afectan a la
organización y a las personas luego de que no se está más. Este concepto en la actualidad
no se asocia necesariamente a la muerte, sino al retiro de la gestión por parte de los
familiares, cuando se da el paso a nuevas generaciones. Aun así, son procesos que exigen un
duelo, por lo que se debe dejar de lado, sobre todo, el poder en la toma de decisiones.
Sucesión y herencia
En un proceso de sucesión están involucrados dos partes: una es quien deja y la otra es
quien recibe. No es igual en todos los casos y hay diferencia entre lo que apunta a la
propiedad respecto de lo que implica la gestión.
Sucesión
En la experiencia, nos ha pasado que nos citan las familias empresarias porque necesitan
empezar a planificar la sucesión. De hecho, saben que aún no tienen claridad sobre qué es
lo mejor. En un caso, un fundador quería empezar a trabajar sobre el tema porque sus hijos
habían crecido y estaban con la duda sobre si entrar a trabajar a la empresa o no, y para él
que lo sucedieran era su sueño. En realidad, pensaba en la sucesión en el plano de la
gestión, pero nunca pensó que la parte patrimonial también se debía planificar.
Pensar y analizar esto es una manera de prevenir, proyectar y tener tranquilidad para
gestionar y encaminar la visión del negocio y la familia.
Anticipo de lo obvio
Esto es una manera de anticiparse a lo que será, y que tiene que ver con el fallecimiento del
dueño. Es diferente afrontar la situación si ya se ha hablado y resuelto qué hacer, o si aún
no se ha definido este paso. Siempre se sugiere introducir el tema en la empresa de familia,
porque muchas veces los resultados son perjudiciales para el negocio, porque se instala el
sistema de poder familiar sin privilegiar lo racional y organizacional.
Desde el sistema familiar, el proceso de sucesión está signado por el orden y cultura familiar
que funciona, por el que se rige y del cual dependerá el desarrollo de este ámbito. En ello se
define desde el lugar de la toma de decisiones hasta el manejo del dinero, pasando por la
definición de roles de cada uno.
Una sucesión plantea un espacio de discusión y luego un plan de trabajo que no se resuelve
de un día para otro, sino que exige trabajar en diferentes direcciones para poder establecer
los acuerdos básicos.
La sucesión plantea, en lo emocional, un proceso de toma de consciencia por parte del que
se retira sobre el futuro de la empresa sin su presencia, y de confianza en cómo será el
desempeño del que esté a cargo, que puede ser de una personalidad totalmente diferente.
Es por lo que un proceso de planificación de la sucesión conlleva los siguientes puntos clave:
• Visión: definir claramente la visión del negocio. Pensar la empresa a 20 años, por
ejemplo, permite imaginarse a dónde quiere llegar el fundador. Más allá de que,
luego, puede la empresa tener otro rumbo, el ejercicio permite flexibilizar el
modelo mental actual y proyectar diferentes escenarios posibles.
• RR. HH.: la estructura organizacional se debe pensar según cuáles son los perfiles
adecuados para ser parte de la empresa, lo cual condiciona la incorporación de
familiares y los puestos a los que pueden acceder, o la carrera que se exige para
ser parte de la empresa. Las personas que están en la organización deben
aprender sobre lo que aspiran o poseen, como puestos superiores, o sobre el rol
al que quieren acceder.
• Plan sucesorio: esta actividad debe plantear los ejes estratégicos para la
sustentabilidad de la empresa, atendiendo tanto la estrategia económica como
del sistema familiar y la gestión, la que debe plantear un plan de carrera que
acompañe los cambios organizacionales.
Estos son los puntos clave para el desarrollo del plan sucesorio: se considera la familia, los
valores, las personas y las finanzas. Se implementan a través de herramientas como el
protocolo de familia y el estatuto, y se ponen en valor aquellas cuestiones que se vinculan a
las interrelaciones, cuidando los vínculos.
Sostenemos que siempre es mejor que la familia empresaria esté informada y formada
sobre este tema, ya que conocer estas cuestiones despierta la necesidad de realizar
acciones para evitar luego daños mayores.
Es importante en este aspecto rescatar que las empresas son unidades productivas, y que
en el caso de las empresas de familia hay una combinación de ámbitos dado que son, en
general, las familias las que gestionan estas unidades productivas. Es clave también saber
que no todas las empresas son sociedades comerciales, para eso deben reunir los requisitos
establecidos en la Ley 269941. Este es un aspecto jurídico básico para la sucesión: ¿cómo
nos protegemos?
Sociedades comerciales
“Habrá sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno de los tipos
previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o
intercambio de bienes o servicios, participando de los beneficios y soportando las pérdidas.
La sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad anónima. La sociedad
unipersonal no puede constituirse por una sociedad unipersonal.2”
Lo esencial de este artículo es que cada palabra nos da la idea de cómo están conformadas.
Es clave que se conozcan los siguientes aspectos como características aplicables a las EF que
aún no gestionan su planificación:
• La posibilidad de ser unipersonal, prevista por la ley, pero no tan aplicable, dado
que implica demasiada burocracia. En realidad, estas unipersonales, por su
complejidad, han sido pensadas como sociedad vehículo para empresas
extranjeras porque, de esta manera, el Estado tiene un mayor control. En
conclusión, lo expresado textualmente en la ley no es aplicable a las EF
(empresas familiares).
• La confusión patrimonial.
• Toma de decisiones.
• Patrimonio: se compone del capital social inicial, que es el que se aporta al inicio
de la inscripción, y a eso se le agregan las ganancias. Ese capital puede ser solo
dinero, pero luego se le van agregando bienes. Lo importante es que ese
patrimonio deja de ser de los socios para ser de la sociedad, por lo tanto, los
acreedores de los socios no pueden ir en contra del patrimonio de la sociedad
como principio general (hay excepciones).
Estado de socio: como se dijo antes, de la affectio societatis derivan los derechos de los
socios. Así lo muestra el esquema:
Gestión del socio: este es otro tema importante. El estado de socio hace a la sucesión, pero
además el socio puede estar vinculado con la gestión de la empresa. En este caso, hay que
distinguir en tema de remuneraciones por el rol (como se vio en lecturas anteriores).
• Sueldos: corresponden por gestionar. En este último caso es donde se dan las
mayores discusiones, dado que los mismos familiares no se animan a fijarse el
sueldo. Lo ideal es que sea de acuerdo a las responsabilidades, roles, funciones y
objetivos, si es que se los fijaron, todo eso relacionado con la evaluación de
desempeño (que debería hacer un externo). Si la familia así lo decide, también
puede haber algunos beneficios como los que se detallan en la lectura. En
definitiva, estos familiares son los que trabajan para que la empresa sea rentable
para todos; es lógico pensar en una retribución.
Entre las cuestiones esenciales, además del estado de socio y la gestión del socio, uno de los
temas que más conflicto presenta en este momento es el de los matrimonios ante la nueva
ley que permite que, antes de casarse, la pareja pueda acordar un régimen de separación de
patrimonios regulado a partir del artículo 466 de la Ley 26994 (Código Civil y Comercial de la
Nación). Esto ha traído varias discusiones a las familias empresarias cuando no todos
comparten las ventajas de este régimen, dado que toca lo más íntimo de una relación de
pareja.
Cuando se habla de cuestiones esenciales, más allá de si conviene adoptar una SRL
(sociedad de responsabilidad limitada) o una SA (sociedad anónima), lo que importa aquí es
que las sociedades son una manera de prevenir. Sin embargo, no es la única. La planificación
es importante, dado que el entramado jurídico es realmente amplio en cuanto a
herramientas y estrategias para prevenir conflictos.
Para las personas en general, los seguros, en este momento, son una excelente opción para
protegerse, sobre todo si tienen la opción de capitalización y ahorro. Estos seguros nos
dejan tranquilos porque sabemos que, si algo nos pasa, nuestros hijos están protegidos, y
esta tranquilidad a nivel familia es necesaria.
En el nivel de la empresa y la familia, los fondos de contingencias son otra opción. Resultan
de los planes de contingencias. En realidad, no es necesario realizarlos en una entidad
financiera. Se puede acordar, por ejemplo, que se hagan previsiones en maquinarias,
propiedades u otras opciones para cubrir en caso de necesidad de la empresa.
A nivel de propiedad, aparecen como figura no tratada los fideicomisos, que son figuras que
se utilizan muchas veces para proteger a los hijos que tienen cierta incapacidad. Hay varias
figuras dentro de este tipo de contrato. Su ventaja es que todo lo que implica entrada y
salida de bienes para ese patrimonio protegido se regula por contrato. Al ser una figura
compleja, solo se la presenta. Cada una de las figuras tiene su mecanismo jurídico, en esta
materia solo se trata de presentarlas.
De acuerdo con esas generalidades, se han podido distinguir cuatro tipos de fundadores,
distinciones usadas por Josep Tapies:
Los monarcas
Este modelo de liderazgo muestra una gestión dirigida a generar lealtades personales. Las
decisiones son individuales, personalistas; el dueño decide todo en la empresa y en la
familia. Existe una transacción de voluntades que gestiona el poder. La empresa es su
mundo y todo lo lleva a ese plano, inclusive la familia. Es quien vive para la empresa y elige
morir en y por ella. Funciona muy bien la frase “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Normalmente, hay un dominio de lo discursivo sobre lo ejecutivo (esto puede ser perjudicial
para la continuidad de la organización). Sus aspiraciones son, mayormente, de capitalización
y ahorro, logradas a través de largas jornadas de trabajo y mucho esfuerzo físico, sobre
todo. Promueve el hacer y acumula oportunidades por encima de planificar y ordenar el
negocio. Esto hace que no sea simple una sucesión. Por el contrario, quizás no se logre, ya
que todo está en el fundador y nada en el resto. Su reemplazo implica un alto costo para el
sucesor, y, en muchos casos, peligra la continuidad de la empresa.
Los generales
Los gobernadores
Este perfil de liderazgo hace referencia a fundadores que promueven sus logros a través del
manejo del poder; ello les genera enorme satisfacción. Todo lo que hacen exige
reconocimiento de los otros y la necesidad de generar pleitesía entre sus colaboradores.
Son personas que están a favor de la gestión, el orden y los procesos, siempre a la
vanguardia, aunque no le vean la real utilidad. En su gestión vale más un cambio tecnológico
en la organización que un reconocimiento a los colaboradores por los logros.
Los embajadores
Son perfiles ideales para lograr una buena sucesión. Se destacan por realizar análisis y lograr
comprender lo dinámico de las empresas, cómo todo evoluciona. Como fundador, tiene
claridad sobre el valor de lo aprendido, y por ello se toma el tiempo de formar no solo al
sucesor, sino también a toda la organización. Como figura, no pone palos en la rueda a los
que vendrán; por el contrario, allana el camino haciéndose al costado de la gestión, pero, a
la vez, dando seguridad y acompañando cuando así se lo requiera.
El perfil de líder del fundador tiñe la gestión y cultura de la organización. Ese modelo se hace
funcional a los demás sistemas y ello le da la idiosincrasia pura a la empresa. Con ello se
quiere reflejar que la empresa es lo que es el dueño, no podría ser diferente.
Cuando se trata de una empresa de familia, seguramente, las generaciones que siguen al
fundador comprenden el sistema de valores del dueño, y lo ven reflejado en la impronta de
la gente. El punto de conflicto surge cuando los intereses de los sucesores van en sentido
diferente a la gestión actual, ya sea por intereses distintos, por expectativas mal canalizadas,
u otros motivos. Es en este punto donde falla la comunicación efectiva, los acuerdos claros,
e incide también el perfil del fundador. Según los modelos planteados arriba, un plan de
sucesión puede ser más simple o más complejo.
Desde el lado de la gestión, se debe partir de una base objetiva de análisis sobre los puestos
que van a considerarse para la planificación de la sucesión, desde la dirección hasta los
puestos gerenciales y de mandos medios. Si bien es importante que la organización tenga
planificada la sucesión de todos los puestos, los que realmente puedes presentar una
amenaza son los que se encuentran en la parte media hacia arriba en el organigrama.
Trabajo en equipo
Hay dos maneras de considerar el trabajo en conjunto: como grupo o como equipo. Aunque
muchas veces se confunden o se toman por lo mismo, la modalidad es diferente. En ambos
casos, cada uno trabaja en parte del proceso de trabajo, donde el hacer de todos hace al
resultado y productividad. La diferencia está en que el grupo no exige correspondencia
entre los puestos, no hay exigencias que dependan del trabajo de otro. En cambio, el
equipo, como modo de funcionamiento, exige atención y compromiso con mi acción,
porque de ella depende la acción del otro. El proceso es más eficiente y los resultados son
positivos tanto para el resultado económico como para la rentabilidad del clima laboral
positivo.
equipos de alto desempeño para poder trabajar en pos de objetivos comunes y el logro de
resultados.
Gestión de líderes
Una herramienta esencial para todo proceso organizacional, y más aun considerando la
empresa familiar, es la negociación. Como herramienta, brinda la oportunidad de llegar a
acuerdos duraderos y rentables en los negocios, que permitirán mantener la armonía
familiar. También define el perfil organizacional y de gestión en el cual se pretende trabajar.
Es una herramienta transformacional que predispone al diálogo, a informarse, a tener la
necesidad de conocimiento que, de otra manera, quizás, no se podría. Aumenta la
capacidad de comunicación y permite involucrar a todos los interesados para la llegar a la
mejor solución posible. La negociación posibilita también la adaptación y crecimiento tanto
individual como de equipo.
como familia empresaria y considerar los pasos por seguir. De esta manera, la
decisión de participar no es de la empresa, sino que queda del lado del familiar.
El plan de sucesión es una herramienta de previsión que funciona como solución creativa de
conflictos, justamente por su proactividad.
El plan se construye desde la proyección, considerando la realidad actual, pero también las
aspiraciones futuras. Ve en el futuro los posibles conflictos en el traspaso de puestos y
tareas y gestiona una manera de hacerlo que le da a la empresa y a la persona la
oportunidad de un acuerdo claro, con expectativas de desempeño y desarrollo
completamente planteadas que van a promover estándares objetivos de resultados.
• No saber qué hacer con los recursos: si no se hace ordenada la división de tareas,
muchas veces se genera cierta dificultad para identificar quién se ocupa de cada
tema. En general, los máximos responsables se ocupan de temas menores y los
empleados se ocupan solo de lo que más les gusta hacer. También ocurre que
cuando ingresa nuevo personal (familiar o no familiar) no saben por dónde
empezar, qué tarea asignar, no hay nada específico que lo indique.
También puede ser que esté la necesidad del plan de sucesión, pero no todos puedan ver lo
estratégico de la herramienta, por lo cual se puede hacer y, luego, no poner en práctica. Es
un resultado posible y será proactivo poder evaluar cuál es el estado de la organización y la
etapa en la cual se encuentra para considerar las acciones para potenciar para un mejor
resultado.
En las empresas de familia, si se quiere crecer ordenadamente y con bajo nivel de conflictos
en los vínculos por temas de negocios, es importante relevar u observar el liderazgo
organizacional, el estado de desarrollo y la incidencia de la familia, para poder proponer el
uso de la herramienta del plan de sucesión y que ella sirva para ordenar y potenciar el
desarrollo de los negocios de la familia.
Como decimos siempre, los órganos son como guardianes de cada ámbito, funcionan como
capas protectoras que impiden que los temas o aspectos propios de cada ámbito se
trasladen a otros, lo cual constituye su función principal.
Cada ámbito de acción y decisión que condiciona la existencia de las empresas tiene
definido un órgano de gobierno que regula el funcionamiento tanto en lo estructural como
en nivel de las personas que están adentro.
Las empresas, dependiendo del tamaño y etapa que estén atravesando, van definiendo los
órganos de gobierno que pueden asumir. Decimos que pueden porque, naturalmente, las
empresas, sobre todo en los comienzos, definen los órganos de gobierno por exigencia legal,
pero no ejercen los derechos y responsabilidades que ello exige. Solo cumplimentan las
exigencias institucionales. Luego se pasa a momentos donde se hace necesario el ejercicio
de los diferentes roles, sobre todo, cuando se da la división del trabajo y la separación de
roles, cuando crece la empresa y se necesitan otros controles y, también, cuando se suman
socios, sean del linaje o no.
En cuanto a los órganos de gobierno, hay dos que son formales, están regulados por la ley y
definen la existencia de la empresa. Uno pesa sobre el ámbito de la gestión: el directorio (la
ley de sociedades 1 explica sus incumbencias. El otro rige en el ámbito de la propiedad: la
asamblea de socios, que regula la relación entre los socios y las disposiciones sobre el
capital (la ley de sociedades también regula su accionar). En el estatuto quedan expresados
los criterios de trabajo y toma de decisiones que deben asumir los que estén a cargo de la
gestión de la empresa. Se aclara esto porque, al estar en los estatutos, todo lo que se
incluye es oponible a terceros, no así el último órgano de gobierno que se crea en el caso de
las empresas familiares.
Hoy, en el sistema argentino y latinoamericano pasa esto con los órganos de gobierno:
Esta situación en el tiempo, junto con la realidad de negocio que le toca enfrentar a la
familia, va generando la mezcla de ámbitos por no haber sido definidos anticipadamente
(empresa y familia). Los subsistemas se mezclan y esto impide avanzar en sentido objetivo
en cada uno. Así se suceden distintas situaciones como:
definitiva, el marco formal hace a los límites de la práctica que hacen a la empresa
productiva y exitosa.
A raíz de todo lo expuesto (y más), nace la necesidad de contar con un órgano de gobierno
que permita cuidar el vínculo a través de la gestión de los acuerdos relevantes en la
intervención de familiares en la empresa, trabajando en el marco de la creación y
seguimiento del protocolo familiar. Para ello, existen dos espacios de trabajo: la asamblea
de familia y el consejo de familia.
La asamblea de familia
La asamblea, en general, se hace una vez al año, y se reúne a toda la familia, incluyendo a
los familiares políticos.
El consejo de familia
Este es el espacio en el que se discute sobre el patrimonio. De hecho, es uno de los que
menos se utiliza, dado que, en general, las empresas familiares deciden sobre estos temas
en reuniones de directorio.
Las funciones de esta asamblea son las establecidas en la Ley de Sociedades Comerciales N.°
195501. En definitiva, pasan por los siguientes ejes: inversiones, análisis y aprobación de
balances, destino del dinero, control de las cuentas, análisis estratégico financiero de la
administración del patrimonio, políticas de distribución de las ganancias, entre otras.
El corazón de la empresa es la gestión para poder trabajar de manera eficiente y cumplir los
objetivos que conducen a la rentabilidad. Esta es la única manera de que la empresa pueda
sobrevivir y mantenerse a lo largo del tiempo. Mucho mejor es que pueda trascender y este
es el objetivo de los órganos de gobierno.
El directorio es el órgano que analiza la estrategia para canalizar las inversiones dispuestas
por los socios, y el que, luego, rinde cuentas de su gestión, representa a la empresa y la
administra, con todo lo que ello implica.
Consejo asesor
• interactuar con los otros órganos de gobierno cuando sea necesario (esto forma
parte de la dinámica de un buen gobierno corporativo);
Veamos el primero:
Es la relación dinámica entre los tres órganos de gobierno. Estos interactúan entre sí
informándose respecto de las novedades de cada uno
Según Olcese, para que el modelo de gobierno de una empresa familiar sea eficiente, cada
uno de los tres subsistemas debe tener un papel y una participación claramente definidos
en el gobierno del sistema global:
Una definición clara del papel, los derechos y las responsabilidades de los
empleados, propietarios y miembros de la familia.
Por lo tanto, el buen gobierno corporativo posibilita mayor fluidez entre los miembros de la
familia empresaria y hace que cada ámbito crezca cumpliendo su rol e interactuando con los
otros de manera sana. Esta red es la mejor manera de garantizar la sustentabilidad de la
empresa familiar.
b) Externo: son las relaciones que tienen los empresarios entre sí y con asesores,
que hacen que se compartan buenas prácticas entre ellos y las repliquen en sus
empresas y aliados.
En la práctica, algunas empresas familiares realizan estas redes. Un ejemplo real son los
talleres de buenas prácticas para empresas familiares que realizamos desde el Instituto de
Empresas Familiares de la universidad con las empresas que han sido protocolizadas o están
en proceso. Estos talleres resultan interesantes porque se plantean temas puntuales (por
ejemplo: remuneraciones), las empresas comparten sus experiencias con intervención
nuestra (consultores de empresas familiares) y, luego de un debate guiado sobre el tema de
interés en grupos, se comparten de forma plenaria las conclusiones y se las traduce en
buenas prácticas que, luego, cada familia empresaria se lleva.
En otros casos, existen empresarios que se reúnen entre sí para compartir sus buenas
prácticas a nivel comercial o productivo, y también se pasan información sobre cómo hacen
para manejar algunos conflictos en empresas.
Hoy en día, la sociedad entera tiende a trabajar y crear colaborativamente, por lo que
hemos trascendido viejos modelos que se quedaban con el conocimiento y la experiencia
como espacio de poder. Hoy, el mundo tiende a compartir y expandir para ser más
sustentable, y se genera impacto en todos los ámbitos posibles. Solo así es factible crecer de
manera sostenible.
El protocolo familiar
Reflexiones sobre el protocolo familiar
Por lo tanto, podríamos decir que es ordenador de los acuerdos en cada ámbito para que los
conflictos se reduzcan o, al menos, tengan un método efectivo de resolución. Así, cada
ámbito se potencia en sus objetivos.
Por ello, el armado de los órganos de gobierno es básico, ya delimita roles de la familia. El
protocolo se realiza en el marco del consejo de familia, que es el órgano que tiene por
objetivo preservar la armonía y transmitir los valores.
En un proceso de protocolo, los principales temas que se abordan son los siguientes:
Aspectos críticos
Existen algunos aspectos que se relacionan con los temas más complejos de abordar en un
proceso. Entre estos están, como dice Josep Tapies: la unidad como valor, la armonía como
base para resolver los conflictos en la familia y hacerla sustentable, la sucesión en la
propiedad para la sostenibilidad del patrimonio, la rentabilidad de la empresa en base a su
visión, la profesionalización de quienes dirigen la empresa, entre otros.
Otras consideraciones
la armonía en la familia;