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Sistema Geocéntrico
Los planetas giran alrededor del Sol siguiendo una trayectoria elíptica. El Sol se
sitúa en uno de los focos de la elipse.
Primera Ley de Kepler
Pues bien, la mayoría de las órbitas planetarias tienen un valor muy pequeño de
excentricidad, es decir e ≈ 0. Esto significa que, a nivel práctico, pueden considerarse
círculos descentrados.
Excentricidad de una elipse
La figura muestra una elipse con el semieje mayor horizontal (a) y el semieje
menor vertical (b). Puedes arrastrar el valor de su excentricidad y al hacerlo
cambiarás el valor de la longitud de sus semiejes a y b. De igual forma puedes
mover el punto origen O (x0 , y0). Observa como a medida que la excentricidad se
aproxima a 0, la longitud de a se iguala a la de b, obteniendo poco a poco
una circunferencia.
Por esta razón podemos considerar la circunferencia como un caso particular de la
elipse en el que los semejes mayor y menor coinciden a = b.
Segunda ley de Kepler: Ley de las áreas
La segunda ley, conocida como ley de las áreas, nos da información sobre
la velocidad a la que se desplaza el planeta.
La recta que une el planeta con el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.
Para que esto se cumpla, la velocidad del planeta debe aumentar a medida que se
acerque al Sol. Esto sugiere la presencia de una fuerza que permite al Sol atraer
los planetas, tal y como descubrió Newton años más tarde.
Velocidad areolar
Se define la velocidad areolar vA como el área barrida por el vector de posición de un
cuerpo por unidad de tiempo. Según la segunda ley de Kepler, vA es constante. Por tanto:
En un instante, es decir, un diferencial de tiempo dt, el planeta se
desplaza dr→=v→⋅dt . Ya que se trata de un diferencial podemos considerar
que dr→ es una línea recta. Pues bien, los vectores r→ y dr→ determinan un
paralelogramo cuya área es justo el doble que dA. En la siguiente imagen puedes
observar el área correspondiente a dA, que supone la mitad de la del hipotético
paralelogramo.
Recuerda que el módulo del producto vectorial de dos vectores es justamente el área del
paralelogramo que forman. Así, nos queda:
En definitiva, aunque la velocidad areolar vA sí permanece constante en todo el
recorrido, para que se cumpla la segunda ley de Kepler la velocidad instantánea
del planeta debe variar según el punto de su trayectoria en que se encuentre y el
ángulo θ que formen r→ y v→.
ra⋅va=rp⋅vp
T2=k⋅r3
Donde: