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Competencia perfecta se comprende la existencia de un gran número de

oferentes y demandantes en el cual ninguno ejerce un poder o control sobre el


precio del producto. Tampoco existen barreras de entrada a los nuevos oferentes
del mismo producto, de forma que ningún oferente o demandante tiene
control sobre el mercado. La cantidad que cada productor aporta al mercado es
muy pequeña, tal como la cantidad que adquieren los demandantes. En este
caso, productores y consumidores son tomadores de precio, porque aceptan y
negocian con los precios existentes en el mercado.

La gráfica A describe la situación de competencia perfecta. El precio de


equilibrio P* es un precio que vacía el mercado, lo que indica que se vende todo
lo que ofrecen los productores, y toda la demanda de los consumidores es
satisfecha. Ningún productor se queda con productos en bodega, y ningún
demandante se queda con las manos vacías. Este equilibrio de mercado contiene
un 100% de eficiencia: la maximización plena del excedente del consumidor y
también la maximización plena del excedente del productor.

En el caso de la competencia perfecta se cumple la igualdad entre Precio, costo


marginal e ingreso marginal (P = CMg = IMg) lo que indica que la curva de
demanda es horizontal (o perfectamente elástica): y se ofrecerá la infinita
cantidad de producción para los infinitos demandantes.
 la cantidad demandada es una función del precio, a menor precio del bien (y bajo
el supuesto de ceteris paribus, es decir, “todo lo demás constante”), se pueden
adquirir más unidades de ese bien. Gráficamente la curva de demanda es
decreciente de izquierda a derecha y su relación negativa proviene de la relación
inversa: a menor precio → mayor demanda. El monopolista maximiza su beneficio
comparando el ingreso marginal de vender una unidad más con el costo marginal
de producirla.

Monopolio se asegura de la existencia de una curva de demanda de pendiente


negativa. Este factor es clave para ejercer control sobre el precio del bien, al
controlar la cantidad del producto que ofrecerá al mercado. Así es como el
monopolista se convierte en un “formador de precios”.

El monopolista no tiene competencia, puesto que existen barreras de entrada


para otros productores.

 la cantidad demandada es una función del precio, a menor precio del bien (y bajo
el supuesto de ceteris paribus, es decir, “todo lo demás constante”), se pueden
adquirir más unidades de ese bien. Gráficamente la curva de demanda es
decreciente de izquierda a derecha y su relación negativa proviene de la relación
inversa: a menor precio → mayor demanda. El monopolista maximiza su beneficio
comparando el ingreso marginal de vender una unidad más con el costo marginal
de producirla.

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