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1. Introducción
De conformidad con el artículo III del Título Preliminar del Código Civil peruano (en adelante
TPCC):
La ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. No tiene
fuerza ni efectos retroactivos, salvo las excepciones previstas en la Constitución Política del
Perú.
Aplicar las normas jurídicas en el tiempo no debiera ser un problema, desde que cada una de
ellas tiene una vigencia claramente establecida:
Es verdad que, a veces, la derogación tácita de normas hace difícil saber si una determinada
disposición fue o no derogada. Este es un problema conceptual que debe ser determinado
mediante los procedimientos de análisis del caso. Pero una vez decidido si ocurrió o no la
derogación, o modificación, la fecha será siempre cierta. Por consiguiente, en sentido escricto,
no hay margen para que exista un problema de aplicación en el tiempo. Sin embargo, ese
problema se presenta constantemente, se discute y es materia de discrepancia abierta, en
general y en los casos concretos. (Ibídem, p. 43)
Para el profesor Espinoza Espinoza, la función de todo operador jurídico es interpretar las
normas y aplicar aquellas que contemplan los supuestos de hecho pertinentes al caso
concreto. Particular problema reviste el individualizar la norma a aplicarse cuando frente a un
determinado acto jurídico se ha sucedido una serie de normas en el tiempo. Este problema lo
resuelve el derecho transitorio, que está compuesto por un conjunto de normas
(denominadas) de transición, esto es:
normas de remisión a otras normas, normas indicativas de las normas que deben ser
aplicables. Estas normas son de carácter formal en cuanto que no regulan ellas mismas, de una
manera directa, la realidad jurídica; sino que son normas de colisión que tratan de resolver los
conflictos intertemporales. (2015, p. 197)
Las normas de derecho transitorio son normas de segundo grado, por cuanto son normas
sobre normas. Las normas de derecho transitorio están basadas en normas de conflicto. Estas,
como cualquier norma jurídica, están compuestas por uno (o más) supuestos de hecho y por
una consecuencia jurídica. Sin embargo, en este caso, el supuesto se refiere a una situación de
conflicto en lo que a aplicación de normas (antigua y nueva) se refiere frente a un hecho,
relación o situación jurídica concretos y la consecuencia jurídica consiste en la remisión a una
norma (antigua o nueva) que resolverá el conflicto. (Ídem)
Mientras que la aplicación inmediata tiene alcances de uso general, los restantes
tipos (aplicación retroactiva y aplicación ultraactiva) son empleados de manera excepcional.
(Ibídem, p. 644)
Ello ocurre cuando frente a un hecho, relación o situación jurídica concretos se desconoce qué
norma jurídica resultará aplicable. Es decir, que principio de aplicación deberá emplearse: si el
principio de la aplicación inmediata, el de la aplicación retroactiva o el de la aplicación
ultraactiva. Debiéndose tener en cuenta que el primer principio de aplicación inmediata es la
regla general y los otros dos excepcionales.
2. Aplicación inmediata
Dicho de otra manera, es aquella que se hace a los hechos, relaciones y situaciones que
ocurren mientras tiene vigencia, es decir, entre el momento en que entra en vigencia y aquel
en que es derogada o modificada. (Rubio Correa, 2008, p. 47)
La regla in genere es que la ley rige todos los hechos que se produzcan durante su vigencia.
(García Toma, 2019, p. 644)
En definitiva, es aquella que señala que «la ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y
situaciones jurídicas existentes». O también aquella que se hace a los hechos, relaciones o
situaciones bajo y desde la vigencia de la norma que los rige hasta su derogación o
modificación por otra norma.
3. Aplicación retroactiva
Antes de pasar a definir este tipo de aplicación normativa debemos advertir que constituye
una excepción ya que la regla general corresponde a la aplicación inmediata de las normas.
En otros términos, la aplicación retroactiva de una norma es aquella que se hace para regir
hechos, situaciones o relaciones que tuvieron lugar antes del momento en que entra en
vigencia, es decir, antes de su aplicación inmediata. (Rubio Correa, 2008, p. 51)
En suma, es aquella que se hace a los hechos, relaciones o situaciones antes de la entrada en
vigencia de la norma, es decir antes de su aplicación inmediata, poniendo en jaque con ello a la
seguridad jurídica. Por ello es que cobra fuerza el principio de irretroactividad de la ley.
Ninguna ley tiene fuerza ni efecto retroactivo, salvo en materia penal, cuando favorece al reo.
Es útil penetrar en la noción de derecho adquirido, puesto que constituye la clave, según el
sistema tradicional para reconocer cuándo una ley es o no retroactiva (Llambías, 1964, p. 135)
Veamos las explicaciones ofrecidas por los más reputados maestros del derecho. El pionero
Chabot de l’Aillier entiende por derechos adquiridos los que estaban irrevocablemente
conferidos y definitivamente obtenidos antes del hecho, acto o ley que se les puede oponer
para impedir el pleno y entero goce de tales derechos. Para Duvergier, derechos adquiridos
son los que pueden ejercerse actualmente y a los cuales el poder público debe protección,
tanto para defenderlos de los ataques de terceros, como para asegurar sus consecuencias
contra ellos. (Sidou, 2005, p. 270-271)
Merlin los define como aquellos que entraron en nuestro dominio, forman parte del mismo y
de los cuales no se nos podrá despojar más. Son derechos adquiridos, para Baudry-
Lacantiniere, las facultades legales regularmente ejercidas en contraposición a las
expectativas, o intereses, los que no estuvieron en el momento del cambio de legislación al
que sobreviven. El belga J.D. Meyer los entiende como aquellos derechos que una persona
civilmente existente tenía irrevocablemente, ya sea directamente o por un plazo, o bajo
cualquier condición, incluso incierta, suspensiva o resolutiva. (Ibídem, p. 271)
Según Borst, se denominan adquiridos, los derechos que al respectivo titular confieren una
pretensión o prerrogativa consonante con cualquier objeto de relaciones jurídicas (cosa o
prestación), de tal manera que ya no se le puede quitar sin su consentimiento. El jurisconsulto
Gabba, denomina adquirido al derecho que sea consecuencia de un hecho idóneo para
producirlo, en virtud de una ley vigente en el momento en que se produjo tal hecho, aunque la
oportunidad de hacerlo efectivo no se hubiese propiciado antes de la promulgación de una
nueva ley que le concierne, y que, al final de la ley bajo cuyo imperio tuvo lugar, pasó a formar
parte del patrimonio de quienes lo adquirieron. (Ídem)
De acuerdo a García Toma, en la teoría de los derechos adquiridos, la aplicación de una ley
nueva y derogante es válida cuando modifica una situación jurídica abstracta que contiene un
derecho expectaticio[1]; empero, incurre en retroactividad prohibida cuando afecta una
situación jurídica concreta (es decir; un derecho ya adquirido e incorporado al patrimonio
jurídico de una persona). (2019, p. 662)
En otras palabras, esta teoría sostiene que a un hecho, situación o relación jurídica se le debe
aplicar la ley vigente en el momento de su verificación, aun cuando posteriormente fuere
derogada, abrogada, etc. (Ídem)
De las opiniones esbozadas podemos definir a los derechos adquiridos como aquellos que una
vez incorporados a nuestro patrimonio forman parte de este, el poder público debe protección
y de los cuales no se nos puede despojar más sin ocasionarnos un daño emergente.
Verbigracia, una nueva ley incurriría en retroactividad prohibida si pretendiese modificar o
extinguir tal derecho adquirido pero sería permitida en caso se tratase de una facultad o
expectativa.
El derecho positivo peruano ha optado como regla general por la teoría de los hechos
consumados o de los hechos cumplidos conforme se desprende de lo dispuesto en el artículo
tercero del Título Preliminar del Código Civil; sin embargo, no puede dejar de mencionarse que
una excepción a esta regla general la constituye lo normado en el artículo sesentidós[2] de la
Constitución Política del Estado, la cual establece que la libertad de contratar garantiza que las
partes pueden pactar válidamente según las normas vigentes al tiempo del contrato, no
pudiéndose modificar los términos contractuales por leyes u otras disposiciones de cualquier
clase; es decir, una clara aplicación de la teoría de los derechos adquiridos. (Casación 1380-
2003, Lima)
3.3. Teoría de los hechos cumplidos
Sostiene que cada norma jurídica debe aplicarse a los hechos que ocurran durante su vigencia,
es decir, bajo su aplicación inmediata. Entonces, si se genera un derecho bajo una primera ley
y luego de producir un cierto número de efectos esa ley es modificada por una segunda, a
partir de la vigencia de esta nueva ley, los nuevos efectos del derecho se deben adecuar a esta
y ya no ser regidos más por la norma anterior bajo cuya vigencia fue establecido el derecho de
que se trate. (Rubio Correa, 2009, p. 54)
El Código Civil vigente, entonces, ha asumido como principio general que la ley se aplica a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efecto
retroactivo salvo la excepción prevista en la Constitución Política del Estado[3]. De este modo,
los artículos tercero del Título Preliminar y dos mil ciento veintiuno[4] del citado código
sustantivo consagran el principio de la aplicación inmediata de la ley, el que cuenta con la
posición dominante en doctrina y se conoce con el nombre de la teoría de los hechos
cumplidos. (Casación 300-96, El Código Civil en su Jurisprudencia)
Sin embargo, la aplicación de normas en el tiempo supone una relación dialéctica entre
el principio de seguridad y el principio de innovación legislativa dentro del sistema jurídico;
para este efecto se ha establecido en vía excepcional y transitoria la aplicación ultraactiva de
algunas normas del Código Civil derogado en moderada inclinación hacia la seguridad jurídica a
fin de lograr la mayor equidad posible en cada caso que se someta al conocimiento de la tutela
jurisdiccional. (Casación 300-96, El Código Civil en su Jurisprudencia)
Una de estas excepciones es la referida a la aplicación temporal del plazo de prescripción, cuyo
artículo dos mil ciento veintidós[5] dispone que la prescripción iniciada antes de la vigencia de
este código se rige por las leyes anteriores. Sin embargo, si desde que entró en vigencia
transcurre el tiempo requerido en él para la prescripción, esta surte todos sus efectos, aunque
por dichas leyes se necesitare un lapso mayor. La misma regla se aplica a la caducidad. Cabe
aclarar que esta aplicación ultraactiva solo está referida a la diferencia de plazos en la
prescripción tanto en la ley derogada como en la vigente. (Casación 300-96, El Código Civil en
su Jurisprudencia)
De las opiniones esbozadas podemos definir a la teoría de los hechos cumplidos como aquella
en la que la norma jurídica se aplica a los hechos, situaciones o relaciones jurídicas bajo y
desde su vigencia hasta su modificación o derogación por otra norma (aplicación inmediata).
Asimismo, esta es la teoría que acoge nuestro ordenamiento jurídico nacional.
4. Aplicación ultraactiva
En otras palabras, es aquella que se hace a los hechos, relaciones y situaciones que ocurren
luego de que ha sido derogada o modificada de manera expresa o tácita, es decir, luego de que
termina su aplicación inmediata. (Rubio Correa, 2009, p. 49)
Se trata de una aplicación extraordinaria y atípica en relación a la regla de generalidad. Así una
ley es ultraactiva cuando continúa manteniendo su actividad sobre hechos, relaciones y
situaciones acaecidas durante su imperio, pese a que se ya rige sobre la misma un precepto
posterior y de distinto contenido. Un ejemplo claro es el del testamento otorgado con las
solemnidades externas vigentes en su fecha de expedición, y que mantiene su pleno valor
jurídico, aunque una norma nueva haya establecido otras. (García Toma, 2019, p. 648)
Para concluir, es aquella que se hace a los hechos, relaciones o situaciones incluso luego de
haber sido la norma que los regía derogada o modificada de manera expresa o tácita, es decir,
luego de terminada su aplicación inmediata. Pese a que sobre esos hechos, relaciones o
situaciones rige un precepto posterior y de distinto contenido.
5. Conclusiones
Prima facie no deberían existir problemas de aplicación de las normas en el tiempo ya que
todas ellas deberían tener un inicio (de su vigencia) y un fin claramente establecidos. Sin
embargo, la realidad de las cosas nos dice lo contrario y esta clase de problemas son el pan de
cada día para los operadores del derecho (abogados, jueces y árbitros).
Ello ocurre cuando frente a un hecho, relación o situación jurídica concretos se desconoce qué
norma jurídica resultará aplicable. Es decir, que principio de aplicación deberá emplearse: si el
principio de la aplicación inmediata, el de la aplicación retroactiva o el de la aplicación
ultraactiva. Debiéndose tener en cuenta que el primer principio de aplicación es la regla
general y los otros dos excepcionales.
Aplicación inmediata: Es aquella que señala que «la ley se aplica a las consecuencias
de las relaciones y situaciones jurídicas existentes». O también aquella que se hace a
los hechos, relaciones o situaciones bajo y desde la vigencia de la norma que los rige
hasta su derogación o modificación por otra norma.
Aplicación retroactiva: Es aquella que se hace a los hechos, relaciones o situaciones
antes de la entrada en vigencia de la norma, es decir antes de su aplicación inmediata,
poniendo en jaque con ello a la seguridad jurídica. Por ello es que cobra fuerza el
«Principio de irretroactividad de la ley».
Teoría de los derechos adquiridos: Aquellos que una vez incorporados a nuestro patrimonio
forman parte de este, el poder público debe protección y de los cuales no se nos puede
despojar más sin ocasionarnos un daño emergente. Verbigracia, una nueva ley incurriría en
retroactividad prohibida si pretendiese modificar o extinguir tal derecho adquirido pero sería
permitida en caso se tratase de una facultad o expectativa.
Teoría de los hechos cumplidos: Aquella en la que la norma jurídica se aplica a los hechos,
situaciones o relaciones jurídicas bajo y desde su vigencia hasta su modificación o derogación
por otra norma (aplicación inmediata). Asimismo, esta es la teoría que acoge nuestro
ordenamiento jurídico nacional.
Esta teoría es partidaria de la aplicación inmediata, privilegia la eficacia de las normas jurídicas
y favorece la innovación.
6.Bibliografía
LLAMBÍAS, Jorge Joaquín (1964). Tratado de Derecho Civil. Parte General. Tomo I. Nociones
fundamentales. Personas. Buenos Aires: Editorial Perrot.
RUBIO CORREA, Marcial (2008). El Título Preliminar del Código Civil. Lima: PUCP.
[2] Artículo 62.- La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válidamente
según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos contractuales no pueden ser
modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase. Los conflictos derivados de la
relación contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los mecanismos
de protección previstos en el contrato o contemplados en la ley.
[3] Artículo 103.- La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las
relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos; salvo, en
ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo.
[5] Artículo 2122.- La prescripción iniciada antes de la vigencia de este Código, se rige por las
leyes anteriores. Empero, si desde que entra en vigencia, transcurre el tiempo requerido en él
para la prescripción, ésta surte su efecto, aunque por dichas leyes se necesitare un lapso
mayor. La misma regla se aplica a la caducidad.