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Hablaremos sobre la 

genealogía de Jesús, además de cómo esta descrita


en los evangelios de Mateo y de Lucas siguiendo el linaje tanto de María
como de José.

Genealogía de Jesús
En las Sagradas Escrituras, específicamente en el Nuevo Testamento, se
encuentran ubicados los evangelios de Mateo y Lucas, en donde se
describe la genealogía de Jesús.

Sin embargo, en ambos se pueden observar algunas diferencias, las


cuales estudiaremos más profundamente a lo largo del artículo.

En el de Mateo se inicia la línea de tiempo con Abraham, a diferencia de


Lucas, que inicia la línea de tiempo en Adán. Durante el período de
tiempo que va desde Abraham hasta David, ambas son iguales, y a partir
de este punto evolucionan totalmente diferentes. Empieza en Abraham
diciendo en Génesis 22:18: “En tu simiente serán benditas todas las naciones de
la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”. Abraham tuvo un hijo Jacob de las
cuales salieron las 12 tribus, una tribu es Judá y de ella sigue y por eso se le
llama a Jesús el León de la Tribu de Judá y la promesa se ve cumplida en
Jesús el Cristo

Mateo toma el linaje de Jesús por José, mientras que Lucas lo toma por
María, aunque ambos mencionan a José e incluso discrepan en el
nombre del padre de este.

Cabe destacar que, después de David y hasta José, el evangelio de Mateo


habla de veintisiete generaciones, mientras que en el Lucas se enumeran
cuarenta y dos, teniendo muy pocas coincidencias entre ellos.

Esto ha traído como consecuencia, que algunos críticos han considerado


que ambas genealogías descritas son inventos y, no se conoce con
exactitud cuál es la ascendencia de Jesús.
Genealogía de Jesús según el evangelio de Mateo

Aunque la genealogía oficial de todo el pueblo judío se mantuvo bajo


resguardo hasta la destrucción de Jerusalén para los años 70 a.C, Mateo
dio a conocer en su evangelio la ascendencia de Jesús basándose en la
línea de los Reyes de la Casa de David.

Durante esta época, estos reyes eran conocidos como los legítimos
soberanos y autoridades de Israel. Esta genealogía  se encuentra descrita
al inicio del evangelio, donde se muestran todas las generaciones en
Mateo 1:1-17, el cual comienza:

1 LIBRO DE LA GENEALOGÍA DE JESUCRISTO, HIJO DE DAVID, HIJO DE


ABRAHAM.

2 ABRAHAM ENGENDRÓ A ISAAC, ISAAC A JACOB, Y JACOB A JUDÁ Y A SUS


HERMANOS.

3 JUDÁ ENGENDRÓ DE TAMAR A FARES Y A ZARA, FARES A ESROM, Y


ESROM A ARAM.

Y así sucesivamente hasta llegar a Isaí que dio lugar al rey David y este a
Salomón. El evangelio continúa hasta que llega a Jacob, quien engendro
a José, siendo este el padre de Jesús. En el versículo 17 nos dice lo
siguiente:

17 DE MANERA QUE TODAS LAS GENERACIONES DESDE ABRAHAM HASTA


DAVID SON CATORCE; DESDE DAVID HASTA LA DEPORTACIÓN A
BABILONIA, CATORCE; Y DESDE LA DEPORTACIÓN A BABILONIA HASTA
CRISTO, CATORCE.

Lo que nos confirma lo que se decía previamente, que desde David hasta
José se tenían veintisiete generaciones. Ha habido algunas controversias
alrededor del título que se le da a Jesús en este pasaje, en la versión
Reina Valera de 1960, el versículo 16 dice:
16 Y JACOB ENGENDRÓ A JOSÉ, MARIDO DE MARÍA, DE LA CUAL NACIÓ
JESÚS, LLAMADO EL CRISTO.

Lo llaman el Cristo, término que identifica la traducción griega de la


palabra en hebreo Mesías, que a su vez significa ungido; por lo tanto, se
le considero el «Rey Ungido».

Esto nos puede hacer entender la razón de porque Jesús es descendiente


del rey David, ya que según las escrituras, era el rey esperado o ungido.

Por otra parte, Mateo lo llama el hijo de David, lo que representa el título
real que tenía Jesús, pero a su vez también lo llama el hijo de Abraham,
para que se cumplieran las promesas que Dios le había ofrecido a David.

Esto se evidencia en 2 Samuel 7:1-17, donde Dios le promete que luego de


que él muriese, su descendía ocuparía el trono para siempre y seria
establecido en el reino.

Allí Dios le dice que su reino continuará hasta la eternidad, lo que habla
directamente de que en su descendencia iba a estar el hijo de Dios,
eterno rey.

En cuanto a Abraham, este se encuentra en Génesis 12:3, en donde Dios


le dice que serán benditas por él, todas las familias de la tierra; esta
promesa posteriormente la confirma Pablo en Hechos 3:25-26.

Según Mateo, la genealogía de Jesús está distribuida de la siguiente


manera, indicando a continuación el nombre que representa a cada una
de las generaciones: Abraham, Isaac, Jacob, Judá y Tamar, Fares, Esrom,
Aram, Aminadab, Naasón, Salmón y Rahab, Booz y Rut.

A estos últimos le siguen Obed, Isaí, Rey David, Salomón, Roboam,


Abías, Asa, Josafat, Uzías, Jotam, Acaz, Ezequías, Manasés, Amón, Josías,
Jeconías, Salatiel, Zorobabel, Abiud, Eliaquim, Azor, Sadoc, Aquim,
Eliud, Eleazar, Matán, Jacob, José y Jesús.
Se puede notar que la genealogía de la que habla Mateo es más compleja
y organizada que la de Lucas, ya que la misma está dividida en tres
periodos de 14 generaciones cada uno.

Aunque se cree que, para lograr estas 42 generaciones se omitieron


algunos nombres, y de esa forma lograr la simetría de los tres periodos
de 14, se conoce que este número es el doble de 7.

El 7 representa la perfección y el pacto de Dios con sus hijos. Todo esto


podría considerarse una razón por la que se omitieron algunos nombres
en la misma.

Omisiones en la genealogía de Jesús según Mateo

Al analizar las genealogía escrita por Mateo, se puede notar que en


primer lugar se omiten tres reyes consecutivos, estos fueron: Ocazías,
Joás y Amasías. Ellos continuaban luego de Uzías.

Una suposición de por qué fueron excluidos de la lista original, es que


estos tres reyes eran considerados malvados y su linaje maldito. El
siguiente rey omitido es Joacim, este era el padre de Josías.

Aunque no se conoce con exactitud la razón por la que fue excluido, se


dice que fue para que las generaciones posteriores al rey David
abarcaran exactamente catorce generaciones.

¿Por qué las genealogías de Jesús son tan diferentes en Mateo y


en Lucas?
La genealogía de Jesús es dada en dos lugares de la Escritura: Mateo capítulo 1 y Luc as capítulo
3:23-38. Mateo traza la genealogía desde Jesús hasta Abraham. Lucas traza la genealogía desde
Jesús hasta Adán.

Otra explicación dada por el historiador de la iglesia Eusebio, es que Mateo está trazando el linaje
primario o biológico, mientras que Lucas lo traza tomando en consideración los casos de
“matrimonios por levirato”. Si un hombre moría sin tener hijos, era una tradición que su hermano se
casara con la viuda y tuviera un hijo que preservara el nombre del que murió. Según la teoría de
Eusebio, Melqui (Lucas 3:24) y Matán (Mateo 1:15) se casaron en diferentes momentos con la
misma mujer (la tradición la llama Estha). Esto haría que Elí (Lucas 3:23) y Jacob (Mateo 1:15)
fueran medio hermanos. Elí entonces murió sin un hijo, y así su (medio) hermano Jacob se casó con
la viuda de Elí, quien dio a luz a José. Esto haría de José el "hijo de Elí" legalmente y el "hijo de
Jacob" biológicamente. Por lo tanto, tanto Mateo como Lucas están registrando la misma
genealogía (la de José), pero Lucas sigue el linaje legal mientras que Mateo sigue el biológico.

Tomando en consideración estos conceptos, la mayoría de los eruditos bíblicos conservadores


asumen que Lucas registra la genealogía de María y Mateo registra la de José. Mateo sigue el linaje
de José (el padre legal de Jesús), a través de Salomón el hijo de David, mientras que Lucas sigue el
linaje de María (familiar sanguíneo de Jesús). El trazar una genealogía por el lado de la madre es
inusual, pero igualmente lo fue el nacimiento virginal. La explicación de Lucas es que Jesús fue el
hijo de José “según se creía” (Lc. 3:23).

Genealogía de Jesús según el evangelio de Lucas


En este evangelio, se presenta la genealogía de Jesús en Lucas 3: 23-38.
Luego de relatar su nacimiento, presentación en el templo y niñez, llega
el pasaje 3 donde habla de su bautismo y luego se comienza a mencionar
toda la genealogía desde Jesús hasta Adán.

Este fragmento de la Biblia inicia resaltando la edad de Jesús para el


momento, que era de treinta años, como lo vemos a continuación:

23 JESÚS MISMO AL COMENZAR SU MINISTERIO ERA COMO DE


TREINTA AÑOS, HIJO, SEGÚN SE CREÍA, DE JOSÉ, HIJO DE ELÍ,

24 HIJO DE MATAT, HIJO DE LEVÍ, HIJO DE MELQUI, HIJO DE


JANA, HIJO DE JOSÉ,

25 HIJO DE MATATÍAS, HIJO DE AMÓS, HIJO DE NAHUM, HIJO DE


ESLI, HIJO DE NAGAI.
Según Lucas, la genealogía de Jesús está distribuida de la siguiente
manera (mencionaremos los nombres que representan a cada una de las
generaciones):

Inicia Jesús seguido por José, Elí, Matat, Leví, Melqui, Jana, José,
Matatías, Amós, Nahum, Esli, Nagai, Maat, Matatías, Semei, José, Judá,
Joana, Resa, Zorobabel, Salatiel, Neri, Melqui, Adi, Cosam, Elmodam, Er,
Josué, Eliezer y Jorim, Matat.

Seguidamente, Leví, Simeón, Judá, José, Jonán, Eliaquim, Melea,


Mainán, Matata, Natán, David, Isaí, Obed, Booz, Salmón, Naasón,
Aminadab, Aram, Esrom, Fares, Judá, Jacob, Isaac, Abraham y Taré.

Los últimos de la geneología son: Nacor, Serug, Ragau, Peleg, Heber,


Sala, Cainán, Arfaxad, Sem, Noé, Lamec, Matusalén, Enoc, Jared,
Mahalaleel, Cainán, Enós, Set, Adán, Dios.

Vemos  entonces, que la descendencia de David se dirige por la línea de


su hijo Natán, el cual es un hijo poco conocido y mencionado en el
Antiguo Testamento, a diferencia de Mateo que la desarrolla por la línea
del Rey Salomón.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que notamos que menciona 77


generaciones desde Dios hasta Jesús. Este número se puede interpretar
como el perdón de todos los pecados, probablemente era algo que Lucas
conocía y por eso lo presenta de esa manera.

Una característica importante es lo que menciona el evangelista en el


verso 23, al momento de escribir “según se creía”, lo que afirmaba el
hecho de que Jesús había nacido por obra y gracia del Espíritu Santo.

Debido a ello se consideraba que su nacimiento era virginal, en el mismo


verso dice “José, hijo de Elí”, traducción que no es literal del griego, ya
que en esta versión la palabra hijo no existe. Elí no era el abuelo paterno
de Jesús, sino materno, gracias a esto, se cree que Lucas describe la
genealogía de Jesús, a través de María.

Jesús tenía Cuerpo, Alma y Espíritu.

Cuerpo: Durante los 33 años (o más) de la vida de Jesús, él llevó este cuerpo, y fue este
mismo cuerpo el que murió. Y sin embargo, cuando Jesús resucitó después de su muerte,
todavía tenía un cuerpo humano (Juan 20:14, 17) que llevaba las cicatrices de su muerte
(20:20, 26-27). Por lo tanto, Jesús pudo comer y beber con sus discípulos (Juan 21: 12-
13, Lucas 24: 41-43).

El hecho de que Jesús todavía tiene un cuerpo humano es muy importante, porque
según Filipenses 3: 20-21, Jesús transformará nuestros cuerpos presentes para convertirse
en su glorioso cuerpo resucitado

Alma: Mi alma está muy triste, hasta la muerte … Mas nosotros tenemos la mente de
Cristo … Si quieres, puedes limpiarme … Quiero».– Mt. 26:38; 1ª Cor. 2:16; Luc. 5:12-13.

En los textos citados se encuentran las tres funciones del alma: La emoción, la mente y la
voluntad. Nadie ha tenido un alma tan equilibrada como la del Señor Jesús, pues las almas
de todos los seres humanos desde Adán hasta ahora, han sido gravemente dañadas por el
pecado, con excepción del alma de Jesús.

Él no pertenece a la descendencia de Adán, por lo que el pecado no le tocó; pudiendo


ser afectado, puesto que fue expuesto a las mismas contingencias de la vida y con
todas las tentaciones que tuvo el primer Adán –pues él fue manifestado en carne y
eso significa que fue verdaderamente hombre–, no obstante nuestro Señor no cayó
en pecado, y en eso consiste su victoria sobre el mundo y el maligno. El alma de Jesús
fue probada y aprobada por Dios, y si nosotros fuimos creados a su imagen, entonces
tenemos que conocer el alma de Jesús para ser como el Padre nos diseñó.

Espíritu: Nuestro espíritu fue creado por Dios para que podamos contactarlo y recibirlo a
Él. Nuestro cuerpo y nuestra alma tienen sus propias funciones específicas; sólo nuestro
espíritu tiene la capacidad de contactar a Dios. Podemos ver esto en numerosos versículos,
incluyendo Juan 4:24:
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren”.
A fin de contactar —o adorar— a Dios, quien es Espíritu, debemos usar nuestro espíritu.

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