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Jesús del Hebreo nacido en Israel

Ya veremos quien esta en la verdad


"
Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les
había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye ("Shemá..."),
Israel ; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas
tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que
éstos." (Marcos 12:28-31).
"
No penséis que he venido para abrogar la Torá(la ley) o los profetas; no
he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que
hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la
Torá, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los
hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera
que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos."
(Mateo 5:27-19)

Es difícil a veces entender sin caer tampoco en el judaizar, tras siglos de


cristianismo separado de sus raíces judías y, reconozcámoslo, un desarrollado
sentimiento antisemita por parte especialmente de la iglesia católico-romana,
que el Nuevo Testamento es un libro profundamente judío, que gira en torno
al judío Jesús, escrito por autores judíos para una mayoría de lectores judíos,
en un contexto judío.

El Dios de los cristianos es el Dios de la nación particular de Israel, y no el


dios de otra nación en la historia. Es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. No es
el dios de Roma, ni el dios Alah de los musulmanes. Nuestro Dios es el Dios
de Israel. A Éste, judíos que han aceptado a Jesús o Yeshua como Mesías, o
gentiles que han aceptado a Jesús como Cristo, es al que debemos orar y
dirigir nuestra adoración por medio de Su Hijo, en esta época de ecumenismo
y tremenda confusión.

Desgraciadamente con la Figura de Jesús se plantean dos contradicciones


(como se desarrolla más adelante en otro estudio), por un lado ciertos sectores
mal llamados cristianos, durante siglos han ocultado Su judaidad,
presentándonos a un falso "cristo" greco-romano o germánico: no hay más que
ver las burdas caricaturas de ese falso cristo de pelo rubio, de ojos azules y
con rostro casi femenino. En el otro extremo estaría la gran mayoría de su
propia nación: la hebrea, que ha rechazado desde el primer siglo con
virulencia y en algún caso verdadero odio, que sea el Mesías y su pertenencia
al pueblo de Israel: el Talmud, libro en el que toma su sustento religioso el
actual judaísmo rabínico (y sublime y digno de leer y ser estudiado en muchos
de sus contenidos), es un libro con durísimas acusaciones contra Jesús y el
cristianismo: así, Jesús (al que no se menciona casi nunca directamente, sino
bajo diversos seudónimos) estaría hoy en el infierno en un tormento de
excrementos hirvientes junto con Balaam y el emperador Tito. Se dice
también en este libro que Jesús es un bastardo nacido de la unión adúltera
entre María y un legionario romano llamado Pantera (quizá por el hecho de
que en griego "virgen" sea "parthenos", que Jesús fue un mentiroso y un
hechicero, etc.

Esto es así para que se cumpla lo dicho por el Espíritu Santo (el Ruaj ha
Kodesh en Hebreo) por el apóstol Pablo (un judío fariseo, ver Hechos 23:6):
Digo, pues, ¿Han tropezado los de Israel (rechazando a Jesús) para que
cayesen? En ninguna manera; pero por su trasgresión vino la salvación a los
gentiles, para provocarles a celos. [...] Porque no quiero, hermanos, que
ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros
mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está
escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y
este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. (Romanos 11:11,
25-27)

Presentamos a continuación un extracto de un libro acerca de la judaidad de


Jesús:

"El Nuevo Testamento nos presenta a Yeshua como el Mesías prometido por
Moisés y los profetas, el redentor de Israel, en conformidad a las promesas
dadas a los padres de la nación de Israel.

Jesús nació de una madre judía: la humilde jovencita hebrea Myriam, siendo
su padre adoptivo el judío Joseph. Nació precisamente en Belén de Judea, de
ascendencia real, pues pertenecía tanto por línea materna como
(aparentemente) paterna a la casa del rey David. Recibió el nombre judío de
Yeshua (Lit. "Yahvé es Salvación").
Fue circuncidado al octavo día según la Ley de Moisés, realizaría su Bar-
Mitzvá como todo buen niño judío y recibiría una profunda y completa
educación judía en la sinagoga de Nazaret.

Hablaba en lengua aramea-judáica y hebrea. Fue reconocido por el pueblo, e


incluso por algún grande de Israel (Nicodemo) como Rabí (Maestro entre los
judíos).

Vistió, según nos describe el Evangelio, como judío, con sus ropas acabadas
en flecos anudados o "Tsit-tsit" según la tradición de Israel, recordando las
promesas hechas por Dios a su pueblo. No citó otras escrituras que las judías,
sin incluir en sus enseñanzas los libros Deuterocanónicos de origen judeo-
heleno, introducidos por Roma en la Bíblia Católica en Trento en el s.XVI.

Yéshua nunca entró en una iglesia, ni guardó un solo domingo como día santo,
Él, por el contrarío, predicó en las sinagogas de sus hermanos judíos, guardó y
dio contenido real al Sabath, guardó las grandes fiestas judías como por
ejemplo Pesaj (Pascua), Sucot (Tabernáculos) y Janucá (Dedicación), según se
describe en el Nuevo Testamento.

Yéshua nació como judío, vivió como judío y murió como judío"

Escribanos a ricardomoj7@yahoo.com

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