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Estos grupos generalmente tienen un carácter de tropa irregular por lo que combaten sin
obedecer las convenciones nacionales e internacionales para el ejercicio de la guerra, lo
cual le permite excesos de violencia que serían inadmisibles en las fuerzas del Estado.
Otro grupo considerado como paramilitar es el que se conoció como Camisas Negras,
que era una organización que apoyaba el régimen fascista de Benito Mussolini en Italia.
Uribe hizo pública una estrategia para vencer a fuerzas rebeldes de izquierda,
paramilitares de derecha, y sus respectivos financistas que comercian con las
drogas y el ¿Qué es un desplazado?
por RUTH CEPEDA VARGAS Sunday, Nov. 20, 2005 at 10:55 AM
Es la pregunta que nos hacemos cuando en cada esquina del centro de esta ciudad los “desplazados”
piden ayuda. Son familias enteras que un día cualquiera la guerrilla o los “paras” los sacaron de su
terruño para adueñarse de las pertenencias que ellos habían conquistado a través de una dura y paciente
labor.
Todo lo perdieron y fueron muchos también los que murieron por tratar de salvar lo que era de ellos. Hoy
son un montón de gentes que sobran en todas partes. Nada tienen ni nadie les responde por sus vidas y
sus bienes que constituían todo su patrimonio. Hoy no pertenecen a ningún círculo social. Son nómadas
que se mueven de un sitio a otro sin encontrar el calor humano que guardaban sus hogares y de donde
fueron lanzados al inhóspito mundo de la miseria y del abandono.
Fuera de esta clase de “desplazados”, que gozan de una tímida ayuda gubernamental, están los llamados
“inmigrantes internos”. Son verdaderas tribus de una pobreza tan infinita que su misma patria los ha
exilado, no dándoles ninguna oportunidad. Son los olvidados. Los que burlan fronteras en busca de otro
horizonte. Son hermanos nuestros que han heredado nuestras culturas y costumbres. Nadie los sacó de
su terruño porque nunca lo poseyeron. Son los “desplazados” de la vida. Ellos habitan los “suburbios”, “los
guetos”, los espacios que sobran, en donde no tienen cabida ni la comodidad ni la belleza. Viven
hacinados en sus covachas que levantan invadiendo terrenos. No hay trabajo, ni educación posible. Estos
seres nunca tendrán patria porque ella jamás los tuvo en cuenta. Y sólo cuando esta olvidada masa se
rebela, el esplendor y la comodidad de los otros se derrumban. En París: nueve mil carros incendiados y
tres mil detenidos son los resultados de un olvido continuo. No hubo nunca para esta gente una
integración social. Y el París, luminoso y turístico, fue un cuento lejano para ellos. “Si tuviéramos los ojos
azules las oportunidades serían diferentes” dicen. Las discriminaciones, el racismo y el vandalismo
surgen cuando la gente no tiene nada que hacer y su futuro no existe.
Una delgada capa separa a nuestros “desplazados” de estos adolescentes franceses de raza negra que
no lograron tener un acomodo en su propia patria. Han sido tratados siempre como un estorbo, como
esos parientes pobres que de pronto surgen en todo árbol genealógico. Hay toda una bomba de tiempo
en cada esquina de nuestras ciudades. Para el mundo entero lo que está sucediendo en París es una voz
de alerta.
De lo contrario los “desplazados” seguirán durmiendo en las calles o en los albergues que no tienen nada
que envidiarle a un suburbio parisino. Seguirán añorando todo lo que perdieron. Seguirán, como
autómatas haciendo piruetas junto a los semáforos. Y un día, cualquier día, “tal vez un día de fiesta”, esta
“bomba de tiempo” ha de estallar. No servirán de nada nuestros lamentos. Es hoy, es ahora que debemos
trabajar por detener esta tormenta. Sino el Katrina de nuestra indiferencia nos borrará del mapa.
secuestro.
Los desplazados internos (IDPs por sus siglas en inglés) son personas atrapadas en un círculo interminable de
violencia que, como una reacción natural ante las amenazas, huyen de las zonas de conflictos o persecuciones
civiles, como los refugiados.
Su número es alto, aproximadamente entre 20 y 25 millones alrededor del mundo. La diferencia con los
refugiados radica en que cuando un civil que huye cruza la frontera internacional de su país, él o ella se
convierte en un refugiado y como tal recibe protección internacional y ayuda; pero si una persona en
circunstancias similares es desplazada dentro del país, se convierte en desplazado interno.
Los desplazados internos (IDPs por sus siglas en inglés) son personas atrapadas en un círculo interminable de
violencia que, como una reacción natural ante las amenazas, huyen de las zonas de conflictos o persecuciones
civiles, como los refugiados.
Su número es alto, aproximadamente entre 20 y 25 millones alrededor del mundo. La diferencia con los
refugiados radica en que cuando un civil que huye cruza la frontera internacional de su país, él o ella se
convierte en un refugiado y como tal recibe protección internacional y ayuda; pero si una persona en
circunstancias similares es desplazada dentro del país, se convierte en desplazado interno.
Es evidente que en Colombia –como en cualquier otro lugar del
mundo– nadie consulta a la población desplazada antes de su desplazamiento. Nadie
les pide su opinión a estas personas ni las invita a participar en la toma de decisiones
sobre su futuro. Para sobrevivir, lo único que puedes hacer es huir, sin hacer
preguntas. A nadie le interesa qué piensas ni qué tienes que decir; te conviertes en
una víctima cuando pierdes el control de tu vida y se violan tus derechos. Es algo
que ya sabemos. Pero estas historias de vida no son historias sobre víctimas pasivas:
son historias de personas con fuerza interior, con una voluntad férrea de sobrevivir
y de recuperar el control de sus vidas, que continúan demostrando un enorme coraje
en la defensa de sus derechos. Este proyecto de historias de vida devuelve un
cierto grado de dignidad a los afectados, al permitirles expresarse con el corazón,
ser escuchados sin ser juzgados y que el mundo sepa lo que les ha ocurrido.