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CAPACIDAD E INCAPACIDAD PARA SUCEDER

Se tiene la capacidad para suceder en general: el ordenamiento puede establecer


condiciones subjetivas (capacidad) para que la herencia pueda ser adquirida por una
determinada persona, decretando que en ausencia de dichas condiciones la persona
carece de capacidad para suceder.

Idoneidad para suceder


El Código Civil no establece una regla general de capacidad para suceder; las personas
que tienen aptitud jurídica o legal necesaria para ser titulares de las relaciones jurídicas
sucesorias, están en capacidad de suceder, lo anterior con fundamento en el artículo 39
de la Constitución Política de la República de Guatemala que reconoce el derecho a la
propiedad privada.

La incapacidad absoluta para suceder no es más que la inexistencia al llamado. Como


consecuencia lógica, el llamamiento será nulo de manera radical, y la herencia se
deferirá en todo o en parte, a título de heredero o legatario, a quien subsidiariamente
corresponda, de acuerdo con la voluntad del causante o en su caso, conforme el orden
legal de suceder.

Situación especial: capacidad para suceder de los nasciturus


En el caso del nasciturus (concebido y no nacido) el artículo 1 del Código Civil le
concede latu sensu derechos sucesorios siempre que llegue a nacer en condiciones de
viabilidad, constituyéndose una conditio iuris hasta que llegue el momento del
nacimiento… Mientras tanto se produce, una situación de pendencia y provisionalidad,
que, en todo caso, salva la retroacción a la que el Derecho provee una serie de medidas
precautorias, dirigidas principalmente a la suspensión de la partición de la herencia y a
la seguridad y administración de los bienes que la integran, medidas que se mantendrán
hasta que se verifique el parto y se adquiera certeza de que éste no tendrá lugar.

INCAPACIDAD PARA SUCEDER

Existen determinadas prohibiciones sucesorias (incapacidad) para poder adquirir por


testamento (art. 926 CC), y otras que suponen una incapacidad relativa por haber
cometido un acto reprobable contra el de cuius (indignidad).
La indignidad es una cualidad relativa a la conducta del indigno con el causante, que se
basa en razones morales y éticas, tiene la consideración de pena privada, no limita la
libertad del testador para favorecer al indigno o perdonarle expresamente, y puede
derivar de causas sobrevenidas tras la apertura o incluso la aceptación de la herencia;
mientras que la incapacidad relativa deriva de hechos o situaciones siempre anteriores a
la apertura de la sucesión, fundando una presunción independiente de la conducta del
sucesor; no constituye pena, y limita la libertad del testador, que no puede dispensar de
ella y ni burlar la prohibición legal.

Indignidad sucesoria
Es una pena civil consistente precisamente en la pérdida de la posibilidad de retener la
herencia de un cierto causante, en función de conductas del que debía ser sucesor,
consideradas insuperables en la relación de éste con aquél. La indignidad sucesoria, es
una sanción civil por la que se priva a determinadas personas de la posibilidad de
suceder a otras, por razones de haber tenido con él una conducta reprobable
(indignidad).
Incapacidad relativa
Responde a la sucesión testada en la que ciertas personas no puedan en caso alguno
captar la voluntad testamentaria. Es una concreta prohibición de heredar por testamento,
que afecta a determinadas personas que el legislador piensa han podido captar la
voluntad del testador. El fundamento de estas prohibiciones se halla en que así se evita o
impide la captación de voluntad de una persona por otra; en el fondo, se trata de
preservar la completa libertad personal en el acto tan trascendente como lo es el
testamento.

Desheredación
Instituto que tiene la finalidad de articular la posibilidad, en la sucesión testada, de que
el testador, prive a sus herederos forzosos o legales de la concurrencia a la herencia, art.
941 CC.

Indignidad para suceder


La indignidad sucesoria supone la existencia de una persona capaz, pero que, frente a un
determinado causante, es privada de su posibilidad de sucederle como consecuencia de
conductas que la ley considera reprobables en sus relaciones con el causante, impide al
indigno retener la herencia del causante por cualquier título, testada o intestada, a título
de heredero o legatario.

Causas de indignidad
a) por razón de moralidad o desatención;
b) por razón de comisión de delito; y
c) por razón de ser atentatorios a la libertad de testar.

Artículo 924 del Código Civil

Rehabilitación del indigno


A tenor de lo establecido en el artículo 925 del CC se puede dar la rehabilitación del
indigno por el causante, en aras del principio de la soberanía de la voluntad del
causante, uno de los principios básicos de la sucesión mortis causa.
Hay, pues, una remisión expresa, que podrá hacerse en testamento, y que consistirá no
en un mero perdón de la ofensa, sino en la concesión de la capacidad sucesoria
arrebatada al indigno por la ley.
El efecto de la rehabilitación es que la indignidad, fruto de una causa legal, no es que
deje de existir, sino que deja de surtir efecto y en consecuencia, el exindigno recibe la
delación hereditaria y puede adquirir la herencia o el legado a él diferida.

Incapacidad para suceder por testamento


A este tipo de prohibiciones sucesorias se refiere el artículo 926 del CC… resulta
evidente que las personas que se enumeran en ese precepto se les impide de forma
categórica ser beneficiarias de disposiciones por testamento.

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