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La autonomía se define como la capacidad de las entidades para tomar sus propias decisiones basadas en sus intereses a través de normas y poderes propios, sin depender de otros. Las entidades autónomas tienen su propia ley, instituciones y financiamiento sin recurrir al presupuesto estatal, aunque algunas tienen autonomía relativa al depender parcialmente del gobierno central. En Guatemala, entidades como las municipalidades, la Universidad de San Carlos y el Comité Olímpico Guatemalteco gozan de autonomía.
La autonomía se define como la capacidad de las entidades para tomar sus propias decisiones basadas en sus intereses a través de normas y poderes propios, sin depender de otros. Las entidades autónomas tienen su propia ley, instituciones y financiamiento sin recurrir al presupuesto estatal, aunque algunas tienen autonomía relativa al depender parcialmente del gobierno central. En Guatemala, entidades como las municipalidades, la Universidad de San Carlos y el Comité Olímpico Guatemalteco gozan de autonomía.
La autonomía se define como la capacidad de las entidades para tomar sus propias decisiones basadas en sus intereses a través de normas y poderes propios, sin depender de otros. Las entidades autónomas tienen su propia ley, instituciones y financiamiento sin recurrir al presupuesto estatal, aunque algunas tienen autonomía relativa al depender parcialmente del gobierno central. En Guatemala, entidades como las municipalidades, la Universidad de San Carlos y el Comité Olímpico Guatemalteco gozan de autonomía.
La autonomía puede definirse como la capacidad de los gobiernos, instituciones y
otras entidades de tomar sus decisiones en función de sus propios intereses por medio de la existencia de normativas y poderes propios, opuestos en consecuencia a toda dependencia y subordinación. Los entes autónomos son aquellos que tienen su propia ley y se rigen por ella, se considera como una facultad de actuar en una forma independiente y además tiene la facultad de darse sus propias instituciones que le regirán y lo más importante el autofinanciamiento, sin necesidad de recurrir al Presupuesto General del Estado. Además los entes autónomos deben contar con sus propios recursos, un patrimonio propio, independencia total del organismo centralizado y sin ningún tipo de control, pues no manejan fondos públicos, sino solo privativos. Esto implica, que con este tipo de instituciones tienen sus propias normas; sus propios recursos, sin tener necesidad de recurrir al presupuesto del Estado para su subsistencia; inexistencia de un control, ni político, ni financiero; y una independencia absoluta en lo técnico y científico. En Guatemala, existen diversas entidades que gozan de la calidad de autónomas, entre ellas: Las Municipalidades, La Universidad de San Carlos de Guatemala, El Comité Olímpico Guatemalteco, El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, La 4 Corte de Constitucionalidad, La Escuela Nacional Central de Agricultura, el Banco de Guatemala y la Superintendencia de Administración Tributaria. Cuando hablamos de Autonomía, podemos distinguir algunos grados de la misma y que dependen de la independencia financiera y política. De esa forma, la Autonomía puede ser absoluta y relativa. La autonomía es absoluta cuando la institución cuenta con su propia ley fundamental (Ley Orgánica), su propio gobierno y tipo de organización y es financieramente y políticamente independiente. Por su parte, los entes con autonomía relativa difieren de las anteriores en el sentido que algunos no tienen la facultad de darse su propia ley, como el caso de las Municipalidades en muchos países. En este último caso, las municipalidades poseen autonomía política (posibilidad de darse organización y gobierno), autonomía administrativa (prestación de servicios públicos y demás actos administrativos), pero no son autónomos financieramente (libre creación, recaudación e inversión de las rentas en forma de tasas y arbitrios municipales). Otro tipo de autonomía relativa se refleja en aquellas Instituciones que aun cuando tienen su propia Ley Orgánica y forma de organización y gobierno, no son financieramente independientes. En Guatemala, existen diversas instituciones que cuentan con autonomía relativa, tienen sus propias leyes orgánicas y sus propias formas de organización y gobierno, sin embargo son financieramente dependientes del Gobierno Central. Así por mandato constitucional, el presupuesto nacional incluye asignaciones presupuestarias para la Universidad de San Carlos y la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (5% y 3% de los ingresos ordinarios respectivamente).