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El gobierno

virreinal
por Andrés Lira

Palacio virreinal entes del Incendio. según


detalle del reverso de un biombo mexi cano.
reelízado en el alglo xv, (colecci6n morquen
do Hu6tor de Santill6n. Madrid). Constituyó
1-a sede de la nueve forma de gobierno. U na
ve. organliodo el pals. H introdujo el sistema
de mando por et que el rey pudiera controlar
directamente, mediante au.s funcionarios.
las tierre1 descubiertas por los espal\olaa.

1
Gobierno biemo el Consejo de Jnruas, cuerpo colegiado
en el que laboraban activos funcionarios que
Con lJ1 Uegada del primer VÍITey, Antonio conocían todos los asun tos de los dominios
de Mcndoza, a la Ciudad de Mwco en oc- inruanos.
tubre de 1535 se completó el aparato de go- En Nueva España el dispositivo central,
bierno central de Nueva España. En los años depenruente del rey y del Consejo, estaba in-
siguientes se ajustó el gobierno de los distri- tegrado por el virrey y la real audiencia de
tos componentes del reino y se introdujeron México. Bajo escas autoridades estaban los
en los pueblos de indjos los cabildos o ayun- alcaldes mayores, corregidores y gobernado-
tamjentos, calcados del modelo castcllano, res, encargados del gobierno en los rustritos
para el régimen local que ya funcionaba en que componían el virreinato de Nueva Espa-
las villas y ciudades de españoles desde los ña; en cada distrito, bajo la jurisdicción de
úempos de la conquista. sus gobernantes, estaban los cuerpos o con-
De esta suerte, para mediados del si- sejos locales de las ciudades y villas de espa-
glo XVl quedó ya bien definida una organiza- ñoles y de los pueblos de indios, esto es, los
ción de jerarqulas que hizo posible la centra- cabildos o ayuntamientos.
lización del poder en manos del monarca El rey era el únjco titular de la autoridad,
español hasta donde lo permitió la lejan!a de que se extcndia a todos los órdenes del go-
sus dominios en Nueva España. Aunque con bierno en Jo civil y en lo eclesiástico, pues
dificulrndes y ajustes en el funcionanúento por concesiones papales era, desde 1508,
del aparato politico, éste dio muestras de su cabeza de la Iglesia en las lnruas, ya que a
eficiencia en los siglos que duró el virreinato. él se babia encomendado la conversión de los
Representacl6n da las El orden en que se constituyó fue el si- nativos y la propagación de la fe católica en
primeras autoridades guiente: en la península ibérica un ruspositivo el Nuevo Mundo.
en 101 inicios central regla todas las lndias, en cuya cúspide Su poder se fue afirmando con los años
del M éxico hisp6nlco. estaba el rey, amo y señor natural, único ti- hasta el grado de bar:erse indiscutible, pues si
según un detalla tular de la autoridad, que sólo delegaba fun-
del C6digo Osuna
en la primera mitad del siglo XVI se ooooder6
(Bibllotece ciones para hacer más efectivo su poder. por nlgunos letrados que los dominios india-
Necionel. M adrid). A este monarca absoluto lo auxiliaba en el go- nos se bablan unido voluntariamente a la co-

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2
rona de Castilla y la unión dependfa de la Antonio de Mendoza,
voluntad general de sus pobladores, en el si- aegún una ilustraci6n dol
glo XV! 1 quedó cscablecido en las obras de .. Atlas Pintoresco.. de
doctrina jurídica que la unión no dependía de Garcla y Cubaa. Fue
el primer virrey
voluntad o acuerdo alguno, sino que era el de Nueva Eapa~e
resultado de una "accesión" o agregado terri- y got6 de notables
torial al reino de Castilla. facultades para
Esto cuadraba con el concepto de Estado gobernar. segün mandato
patrimonial sobre el que se construyó la mo- del monarca español.
narquía de los Austrias; pero no se crea por
eUo que el poder del monarca era omnímodo
y libre de sujeción a los principios del dere-
cho. Sobre el monarca pesaba la responsabi-
lidad del buen gobierno; los funcionarios
ceoian la obligación de encauzar su autoridad
dentro de los principios del derecho y de la
religión, y cualquiera de ellos, al igual que los
gobernados que no ejercían cargo alguno
dentro del Estado, podía llamar la atención
del monarca sobre aquellos casos en que el
desajuste y las consecuencias del mal gobier- Mundo, se constituyó como una especie de
no hacían peligrar "la real conciencia". Se con- consejo autónomo, encabezado por un presi-
sideraba un deber de tocios los súbditos del dente, bajo el cual estaban los consejeros, los
monarca señalar los males y proponer los fiscales, los abogados y oaos funcionarios,
remedios. como un cosmógrafo y un a-onista, encar-
El Consejo de Indias nació en 1519 como gados de reunir y organizar la información
panc del consejo de Casrilla; pero en 1524, geográfica e histórica que se consideraba
ante la abundancia de problemas que plan- indispensable para la buena administración
teaba el gobierno de los dominios en el Nuevo de los reinos y provincias de ultramar.

FACULTADES DEL VIRREY MENDOZA


El pnmer wrey dé NuevA España cios por e uempo que oomo d,cho es, ñado por Hernan Cortés. y recontara los
don Antonío de Mendoza fue nombra- nue11ro merced e volunted fuere en llr ve ,utrés mil vasallos Que se le habian
do en J 529, pero hasra 1535 no se des aquellas cosas e cadG una de ellas otorgado al conquistador cuando se le
trasfad6 al ra,no que iba a gobemar. So entendths que a nuestro servic,o y bue habla hecho marqués del valle de Oaxa-
le dieron amplios facultades paro qua na gobernac16n, perpetuidad y noblec1- ca. También se lo ordenó que vigilara a
pudlero 0J8rcer la representacté>n porso- m,ento de la dicha t.14rra e lnstrucc16n lo.s encomenderos y reduJera las cargas
nal del rey que se le encomendaba He de tos naturales viéredes que conviene. de tributos y ser.lelos que pesaban so-
aquí una pene del documento en que el para usar y e1ercer los d1cho1 of1c1os. bre los 1nct101. según conv1n1era e eu
rey especificaba el alconco y calidad de todos se conformen con vos y vos obé- buen tratamiento. Todo esto estaba en-
su autoridad: dozcan. y con sus personas y gentes caminado a moderar ol poder que ha-
-... Por cstu nuestra cana mandamos vos den y hagan dar (odo el favor y ayu- blan ganado los oonqulstadores de la
al pres,dento a oidores que al presente da que les p,d,érados y menester hub1é- tierra.
r0s1don en lo ciudad de México... y 01 redes. y en todo vos acaten y obedaz- Por otra parte, se le encomendó que
nuestro capitán general y capitanes de can. .. controfara a loe eclesn\sncos. a los cua
elle, y a tos consejos, just1c1as e ra9Ido- E otro s1, es nuestra merced, que si les debla dirigirse ba¡o la íormo do
ros, caballeros y escuderos oficiales e vos et dicho don Antonio de Mandoza rvego y encargo, por el respeto de su
omes buenos de todas los ciudades. v1- entenchéredes ser cumplidero o nuestro fuero; cuidando de quo no egtaV1aran a
Has y lugares de la dicha Nueva Espal\a servoc,o e a la ejecución. quo cualqu,er los hobnantes y deshac,endo. como
que al presente están pobladas e se po- persona que ahora est~ o estuviere en pres,deme de Ia Aud1enc1a, aquellos
blaren de equl adelante. que sin otra la dicha Nueva EspDl\a. tierras e provIn agravios que hablan cometido. Tamboén
larga n1 tardanza alguna. e sm má& re- cias della, se salgan v no entren ni 99.. se le av,s6 que las órdenes rehg,osas
quem n, consultar___ , vos hayan, rect- tén en olla. fes podéis mandar da nues no debían recibir nerras ni constru,r
ben o tengan por nues-trov1sorrey e ge>- tra porte y lo hagáis de ella salir. monastonos sin el "'pase· del Conseto
bornador de la d•cha Nueva España e En las inslrUCClones que llevaba se le de Indias.
sus provincias. e vos dojen y consientan encargó que ejerciera el cargo de cap,-
~ ~nte us.ir y ejercer tos d1chos_ o_t1-_ __t_6_
n _g_e_n_e_
, ª_'· hasta entonces desempe-_ __ _ __ A. L

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CARTA DEL VIRREY MENDOZA SOBRE EL GOBIERNO
DE LAS PROVINCIAS
En ct1<:1ombre do 1537 a•r.rit116 el rev pasa por el pensam1ento en muchas que sean honrados quedaban atrós. con
don Antonto do Mendoza para info,mar panes. S, Vuestra Ma1esrnd p,ensa parecer do algunas personas que 1,oncn
le $Obre lo marcha del gobierno. ••o que con ponerse corro91dores en IOM nouaa de las CQ6;'15 do estos, de1erm1o6
mtSmo hacia trecuentemente al 1qual pueblos basta, lo l1ago saber qua no hacerlos roe/es en nombre de Su Ma
que los otros vure-;us. la carta de la hay otra cosa que mts conVtene. para iosu1d; teniendo fmtenclldo que ni eUo&
cuill reproducuros unt1 par1e a conu- til doscargo de su real conc1enc,a. doJun de tribvrar. ni adqu,eren derecho
nuoc16n tJene la •mponane1a de ser una que Qu11arlos; porque demés do proveer n1 stti\orio sobre mocehualos lo gante
descnr,ción de la forma en Quu funcio- personJs inhábiles. no uencn nmgün del eomunl. n, más que sók> un titulo
naba el gob1emo de las prov,nc,os v de cuidado de lo que ,oc. a los indio,. m~s honroso Y para esto yo procuro de ha-
las prov,d..:ncti!S Qua iba tomando para Que vacarte, fel> decir, hacerlos o,butar cer pr,mero h1íormac,ón do cómc, v.-
orgamzar los puubl~ de md10s. al rey y no a encomenderos) v roborleb ven. y s, son huunatt cnsuanos y vu1uo
·vo
ru;cnbl • v,
1re MaIest~d que lo m4s que puedo11. Y lodo esto caroa sos v hob;da olSIA h6golos confesar v
:orivenía pone, <ti 1os mayores en E-Obre la rea conc1anc1a de V1JeStra Ma oír m,sa, y después roclblrles ¡uramen
:-t'II provmcias v panes quu no legarla et ¡estad 10 v tes d,go quo on nomb<e de
iJl01 de asta Aud1enc1A ~dti Méx1col. • Loa naturales de estat11 p.:irtes tenian VUOblla MaJ&Stad les hago (flCICf~. V que
para que m,ra::;en por los 1nd1os y procu- en 'SU tiempo la o,den v ceremonias en pueden traer en sus man1as fa d1v1se
rc:tsen u ccm:jervación y bue11 trato hacerse wtlrs. que era uno d1911Jdad de las eolumnos de Vuestra MilJ!J&IOd
miento porqu,1 Acausc:e de no haba, lo::., como de sor bal drOS; y ahora al pre• y ponerla en •us cMas. Hasrn ahora ho
,oc-ibta:n muy grande motest1as y agr,.,. sante, los que t,ttm.m prmapio de cris hecho dos. p1on~o qun ha de ser muy
v10.., .. tPues~ p,ovuvcndose los alca thlndad quedaban b1on pnvados de esto provechoso para 1nc1tarlos a cnst1andad
d n,:,yores que d.go, serla excusar el honra. v los que no so,, b, anos cnst,a- y Vtrtud. y a que sean f1elus y tengan
m¡al trt..1tam1ento de los ,ndios. y adelan- no,. aunque de temo, r,o osan hacer honor u Vuestra Ma¡esInd
tar muoho Etn su conversión y c.r15t1an-- todas ,:.t ceremonias. hacen los que
dad, lo que iora no se hat~ n t1un los pueden. Y v1s10 que los que més ra,on A. L

Reunía las mi\s amplias facultade& el audiencia de México o con otras audiencias
Consejo de Indias. Legislaba de dh·ersas de las Indias. Conocía las quejas contra las
maneras, ordenando lo que se debía bacer en autoridades centrales en todos los dominios
casos concretos, o dietando ordenanzas y dis- de ultramar e incluso hasta el Consejo llega•
posiciones gcncnles para aplicar..e en todos ban demandas que muchas veces no hablan
los dominios indianos. Recopilaba en códigos pasado por las manos de las autoridades india-
legales disposiciones de diversos tiempos nas en sus propias jurisdicciones. Esta labor
para darles una estructura lógica e intej,lrar jurisdiccional fue, a la posLrc, la más a.bruma•
cuerpos de leyes, que con el tiempo fueron dora, retrasando y entorpeciendo lo~ asuntos
un auxiliar indispensable en sus labores, pues dada la abundancia de conflictos y peticiones
en ellos se recogió la experiencia de muchos contradictorios que se someúan a su conoci-
años de gobierno, de tal suerte que a estas miento. Pero tal un el precio que habfo que
recopilaciones se les concedla en la pr&ctica, pagar para lograr la centralización del poder.
validez general. Las primeras aparecen hacia Teóricamente, el Consejo era un cuerpo
1570 alcanzando In forma impresa, como el consulti,·o que auxiliaba al rey, pues a éste
Cedulario Tndiano, recopilado por Diego de correspondía decidir y autorizar; pero la rea•
Encinas en 1.596 en cuatro grandes volúmenes. lidad fue otra, ya que lo5 funcionarios fueron
En la administración propiamente dicha, ordenando las cosas hasta el punto de ela•
eJ Consejo disponía sobre la Real Hacienda, borar una legislación y ciertas maneras de
otorgaba licencias para diversas ac1ivid0dcs decidir y scn1enciar que se impusieron al
económicas, ratificaba los nombramientos monarca como limites insalvables. Ahora
de autoridades distritalcs y militares que ha- bien, no por e.Uo perdió éste su car6ctcr de
cía el vi1Tcy en J\: ueva España, conocía mu• soberano en favor de una burocracia ) de
chas cue,,ioncs concreLaS del gobierno y rcu- un orden racional o legal, pues, aunque esto
nla la información necesaria para su buena se imponía por necesidad, era el rey quien
marcha. nombraha personalmente n los más altos
Era el máximo tribunal; ante él se pou ía funcionarios y ratificaba los nombramientos
acudir por via de apelación cuando había in- hechos en los dominios indianos. Era la
conformidad con las decisiones de la real burocracia española, impre,;ionante por su ta·
4
maño, una burocracia patrimonial dependien-
te de la voluntad del monarca absoluto.
El virrey era el astro mayor en el go-
bierno central de Nueva España. Su juris-
dicción abarcó un inmenso territorio que
desbordaba los Límites de ese reino: desde
La Florida en el noreste y Nuevo México
en el noroeste hasta la península de Yucat:in
y la capitanía general de Guatemala, que
limitaba con Panamá, en el sur. Sus atribu-
ciones eran amplias, todas las que el rey
habla delegado en él como su representante
personal: gobernador, máxima autoridad mi-
litar, como capitin general; presidente en
los acuerdos de la real audiencia de México,
y vicepatrono de la Iglesia. Esta suma de
facultades delegadas en una sola pertiOna,
parece contradecir el control meticuloso que
desplegaba el Estado español sobre sus fun-
cionarios. Pero observando las condiciones
en que el virrey tenla que desenvolverse,
encontramos los limites de su autoridad.
Sus amplias facultades de gobierno le
permiúan atraerse la voluntad de débiles y
poderosos, pues podía otorgar mercedes
de tierra oomo recompensa a servicios, con-

Gostón de Peralta,
morqué$ do Falce& h1rriba).
tercer virTey
de Nueve E1paña
( Biblioteca Nacional de
México). Durante
su goblemo traba16 por
mItI9ar fa situoc,ón
dol pa1s. ,nquletedo
o causa de las
conspiraciones do
Martín Cortés. Al lado.
edrfic,o dal Conse¡o
de Indias, act:ualmente
Archivo General de
Indias. en Sevilla.
Este orgonI1mo
go,6 de cierta autonomla
para administrar
los intereses
de Nueva España

5
imponerse sobre los oidores haciendo preva-
' lecer sus puntos de vista en los acuerdos
del Lríbunal, del que era presidente -cargo
definitivo a partir de 1614- por mandato
expreso del monarca. De esta manera se ase-
guraba el control del virrey sobre los ac-
tos de la Audiencia; pero lo que ocurría en
el fondo era una pugna sorda entre ambas
autoridades centrales, que, cuando se hacia
pública, provocaba el desorden y la oposici6n
de bandos en la primera ciudad del reino.

L Algunos virreyes llegaban a desesperarse


cuando veían desobedecidos sus mandatos.
El segundo de ellos, Luis de Velasoo el Vie-
jo (1550-1564), llegó o ped,ir al monarca
que Jo relevara del cargo, pues no encontraba
acato en los gobernados ni apoyo en las
autoridades. Pero no logró nada, y tuvo que
seguir en el dificil quehacer de mantener el
o Q o • o o presligío de su mermada autoridad. Otros
virreyes probaron umbién esta situación y
recomendaban a sus sucesores la buena rela-
ción con la Audiencia, a base de paciencia y
moderación.
El virrey podía pedir a la Audiencia que
le aconsejara en los casos más díflcilcs de
gobierno. En el siglo X\'11 algunos de ellos,
ea su afán de evitarse dificultades o choques
con este tribunal, abusaron de ese medio
hasta el grado de des,irtuar la natw-aleza de
su cargo, haciendo de la Audiencia un órgano
de gobierno.
Como vicepatrono de la Iglesia en Nueva
España, el ,•irrey podía y debía intervenir ea
todo aquelb ~acionado con el clero secular
y las órdenes religiosas. En realidad no pudo
llevar muy lejos el ejercicio de esta facultad,
ya que los hombres de la Tglesia eran celo-
sos en extremo, y sorteando la autoridad
inmediato, acudían directamente al rey y al
Detalle de una 16mlM ceder pensiones a las viudas e hijos de los Consejo de Indias. Hubo casos en que los
del Códice de Osuna conquistadores y otras personas de méritos, virreyes trataron de hacer prevalecer su
que ropresenta el Tecpan
nombrar autoridades locales, etc. Al mismo voluntad sobre las cabezas de la Iglesia,
Coll, de México, la
primera sede del
Licmpo, sus actos eran vigilados por otras pero pocas veces lo lograron cabalmente;
goblemo virreinal. autoridades y por particulares celosos o re- 01 ras, consiguieron provocar el escándalo,
En la página siguiente. sentidos, que siempre estaban en contra de pues la lealtad del pueblo respondía más di-
anverso y reverto Jo que ordenaba y se quejaban ante la Au- rectamente a los hombres investidos por la
de un real acuñado diencia o ante el Consejo de Indias. religión que a los investidos por el rey como
en México a nombre delos
reyes Carlos y Juana La desconfianza y el enfrentamiento en1rc autoridad temporal. Muy sonado fue el es-
(Gabinete Numismático los funcionarios fue el medio del que se va- cándalo ocurrido en 1576, cuando el virrey
de Cataluña. Barcelona). lieron las autoridades de la península para Enríquez de Almansa (1567-1580) llamó la,
controlar a los de Nueva España. Los vi- atención del procurador de los padres fran.
rreyes tenían frente a ellos a la renl audien- ciscanos, pues éste, al no ser atendido inme-
cia de ~1bico, máximo tribunal del reino, que diatamente en el palacio virreinal, pregonó
deshacía frccuemcmentc, por vía de apela- que alli "a todos se igualaba, y que no se
ción o queja, lo que el virrey ordenaba en el hada diferencia entre seglares y eclesiás-
gobierno. El virrey, por su parte, procuró ticos". El virrey le mandó callar, pero la

6
respuesta del fraile fue salir en procesión
rumbo a Veraauz con todos los frailes del Gobernantes de Nueva Eepaña de 1530 • 1701
monasterio, causando la indisposición del
Gohern11.n11
pueblo contra el virrey, quien se vio en la
necesidad de llamarlos para evitar el amo-
Carlos V
tinamiento de In Ciudad de México.
1519 155 61 SrnUNDA
M6s grave fue lo ocurrido en 1624 cuan- Auo,t,Cl<I:
do el virrey marqub de Gelves desterró al Presidente: SebaS1,6n Ramiro,
arzobispo de Mmco, apresándole y envián- ,10 Fuenlea obls~o
dole bajo custodia rumbo a Veracn12. El de Santo Oominoo
Oodoros· Juan de Solmerós
pueblo se amotinó frente a palacio gritando Alonso Meldonado
vivas al rey y mueras al "mal gobierno del Franr o Ceynos
hereje luterano", que era el virrey. El ar• Vaoco d,· Ou1roga 1530 1635
zobispo volvió a la ciudad. El virrey tuvo que
1 • Vtrrev; Antonio de Mendozo
ocultarse en el monasterio de San Francisco conde Tend,lfa co
para evitar que lo linchara el populacho en- mendador da Secué-
furccido cuando entró en el palacio virrei- l1amos v camare,o del
nal. El principio de este escándalo fue un Emperador 1636 1550
conflicto de autoridades y su resultado pro- 2. • Virrey: LulS e1e Ve lasco 1 1550-1564
vocó la suspensión del virrey.
Felipe
Los eclesiásticos, tanto sec:ulares como
( 1656-15981
regulares, fueron verdaderos liscales de las o, C•ynos
autoridades civiles. Enviaban quejas e in- Pedro V1l1a11ueva
formes sobre el componamiento del virrey JerOn,mo Orozco
y de la Audiencia, quienes temlan la oposición Vasco d• Pugo Villa-
de estos hombres que contaban con el apoyo lobos 1564 1566
3 ., V1uev: Gesrón de Peralta
marqués de Falce• 1566-1567
AUOltS0A
~A.
Vu111edores: Luis Carrillo
Alonso d• Muñoz 1567-1568

4. 0 Virrey. Mantn Enriquez


do Almansa 1668-1580
5. • v,rrev Lorenzo Su6re1
de Mendoza conde
de La Coru~a 1580 1583
~
GoernNAOOAA. V1llanueva
Sénchez Paredes
Pedro Farfán
Franclsco do Sandre
y Robes 1583-1584

6. • V11rey- Pedro Maya de Con-


treraa arzob,sp-o de
México. mqu1s,dor v
v · ,tador de Nuova Eg...
paña 15841585

7. • Virrey Alvaro Manrfquez de


Zúñ1ga arqués da
Villa-Mu ,nque 1585 1590
8. • Virrey- Lu11 de Velasco 1590-1595
9. • Virrey: Gaspar do Zúñ,ga v
Acevedo. conde de
M onterrey 1595 1603

7
de la población de las ciudades y lugares apar•
G1b1tT111111 Afloa tados y con prerrogativas y consideraciones
del rey y del Consejo. Pero en el fondo, la
Felipe 111 Iglesia también estaba dividida; bahía una
(1598•i621) \O Virrey· Juan de Mcndoza y lucha entre el clero secular y el regular, pues
luna. marqués de el primero trataba de imponerse sobre el
Montes-Claros 1603-1607
segundo, despladndolo de los lugares que
había ganado durante la conquista espiri-
11 V,uey Lu,s de Velasco 11 tual de M6<ico. E&la lucha, que tuvo mu·
12 • voz), marqués de chas implicaciones en la política de Nueva
Sdlinas 1607 1611
España, se mantuvo durante toda la época
12 V11rey: Fray García GuerrR, YirreinaJ.
orzob,spo de México 1611 1G12 Al virrey se encargó desde un principio
AUOoCNOA
la protección y el amparo de los nativos.
G o e - Pedro Otalora 1812 Para ello se le dieron las mb altas faculta•
des, pues era él la última instancia en los
13 Virrey• Diego Fernández de
Córdoba marqués de pleitos de indios y podta dictar las ordenan•
Guadalcjiar 1612 1621 zas y mandamientos que considerant nece-
sarios. Esta a1ribuci6n del virrey acentuó
AUl>tJ,QA
el carácter patcmalista del gobierno en Nue-
GOOClt'IADOAA. Paz de Va•ecillo 1621
va España. Si el rey era amo y señor na•
Felipe IV tura! de sus vasallos, sobre los indios ese
1162 1 16661 14 Virrey: Diego Camilo de M en•
señorío se transformó en verdadera patria
v
daza Ptmentel, mar-
potestad, puesto que se les consideraba
qués de Gelves y con-
de de Priego 1021 1624 vasallos desamparados o gente miserable y
AUl>lNCIA desvalida frente a la explotación de los es-
GOhf ANNXJR4 1624 pañoles, constituyendo un deber religioso el
15 Vir,ey Rodrigo Pacheco y
conservarlos y procurar su conversión a la
Osono. marqués,i de fe católica.
Cerralvo 1624-1635 Puede decirse que ningún virrey dejó de
16 V1rrcy: lope Diaz do Au, do cumplir con esta especial función de pro-
Armendanz. marquéS tector de los naturales del país. Algunos
lle Cadere,1a 163!>-1640 fueron Uamados padres de los indios, ya que
17 Virrey: Diego López Pach~• supieron enfrentarse a los intereses de los
co Cabrera y Bobndt- encomenderos y de OU'OS españoles. Despu~s,
lla marqués ele V,lle cuando la población mestiza se multiplicó,
na, duque de Escalona hubo de emprendC1'11C la lucha contra mestizos
y Grande de Espa~a 1640 1642
y castas, quienes, sin lugar fijo en la sociedad
18 Virrey: Juan de Palafo• y española, CAian sobre los pueblos de indio~
Mendoza OblSf,O do
abusando de cUos y dándoles mal ejemplo.
Puebla V 'VIS1tador do
Nueva España 1642 Eran motos los casos que se presentaban
ante los virreyes, que ya en 157 3 se creó el
19 V.Ncy García Sarmiento do
Sotom•yor. conde ne
juzgado general de indios, como un tribunal
Saiva11em, y marqué$ de equidad en el que el virrey, asesorado por
de Sobraso 1642 1648 los oidores o por uno de ellos, resolvla per•
20 Vurey: Marcos de Torres v
sonalmcntc todas aquellas demandas, cuya
Rueda obispo de Yu importancia económica puede hoy conside-
ca1án (con titulo de rarse ridícula, como lo era la hacienda de mu•
gobernador t lff Nuova chos de esos pobres indios que acudían a de-
España) 1648 1649
fender lo suyo. Otras veces eran casos en los
AUOoENCIA que se barajaban mayores cantidades, mu-
GO~l"'<ADORA: 1649-1650 chos de cUos promovidos por caciques y man-
21 Vttrey: Lu,s Enrique, do Gut dones de común acuerdo con los españo-
mán. conde C'le Alva les para lograr ganancias o molestar en fa.
de Ltsre y marques du vor propio a los naturales de los pueblos,
V1llattor 1650-1653 sobre los que siempre calan los gastos de
los pleitos.

8
Como protector de los indios, el virrey
tuvo una labor abrumadora, asegurando con Rey de flp,W Gobem1ntt
eUa el control de los más apanados lugares
de su jurisdicción. DC&de ellos acudían a 22 Vtrrey· Fntn• ~ :o Fern&ndez
de la Cu8\fa. duque de
quejarse los nati,-os, señalando a aquellos que
Alburquerque. grande
se alzaban con mano poderosa y a las autori- d~ Esoaña 1653-1660
dades distritales y locales que abusaban de
23 Virrey. Juan Fran.-:;co de Lov-
su poder. Puede decirse que esta labor pro- va y de le Cerda mar-
tectora fue en realidad el medio más eficiente qués de Leyva v <le la-
para hacer ~ntir en el inmenso territorio del drada coode do Sai\os 1660-1664
virreinato la presencia de las autoridades
24 Vure'f. Diego Osouo de Es
reales, lo cual favorccjó la centralización del :obar y Llamas. obts
poder en el representante del rey, siempre en pcde Pucblu 1664
pugno con los poderosos de la tierra. Cortos 11
Como máximo tribunal que era la real (1665 17001 25 v,rrev. Antonio Sebas11'1n de
audiencia de México controlaba los actos de Toledo mar®é~ dt!
Mancara 1664 1673
las autoridades del distrito, a veces de acuer-
do con el virrey y m6s frecuentemente de 26 Virrey· Pedro Nuño Colon do
Ponugal duque de Vt><
modo independiente. Su jurisdfoción se hac!n
ragua. marqués de Ja-
patente sobre todas las autoridades del reino ma,ca or•nde de Es-
y sobre los actos del virrey mismo. Después paña. cabo ero del To,
de las decisiones de la Audiencia sólo se pod1a són de Oro 1673
11pelar ante el Consejo de Indias. 27 Vlfroy; Fray Pavo EnrlQoot <Ht
No fue pooo lo que hizo la Audiencia R,vera anobispo do
para lograr la presencia de la autoridad real Móxico 1673-1680
en Nueva España. Como aparato judicial y 28 Virrey· Tom~s Anionio de 1,
de gobierno --<!n los acuerdos con el virrey o Cerda v Aragón con-
en los momentos en que l{Obcmaba por la de de Pa,edes y mar-
qués do la Laguna 1680 1'386
ausencia de éste- imponln cJ parecer de los
letrados sobre las personas que se levantaban 29 V,rrcv: Malchor Portocarrero
con mano poderosa. Deshaciendo agra v ,os Leuo de la Vega con
por '"la de apelación Ucgó a privar de efectos de de Monclova 16861688
las decisiones de autoridades Lemporalcs y 30 Virrey, Gaspar de la Cor<Sa
eclesiásticas. La Audiencia conccdia a los va- Sandoval s,,va y Mon-
sallos del rey reales provisiones para librarlos doza, conde d.- Galve 1688 1696
de las ~anciones que les impooínn los obis- 31 Vir,oy Juande0negavMon-
pos; su poder Uc¡:nba hasta el grado de levan- tM~• anoblspo de
Ml,x,co 696
tar temporalmente las excomuniones cuando
se acuwa a ella por vía de fuerza. Quienes 32 Vorrey Jasé Sarm,onto y V1-
1adares conde con-
echaban mano de cble recurso alegaban en
sorte di.' Moctezuma y
su, exposiciones su caJjdad de vasallos del Tulo 1696 1701
rey, demandando de su real auruencia que
"quhara la fuerza que sobre ellos hacía la au-
toridad eclesiástica".
Fue feJjpc 11 quien reglamentó con más De la actividad de la Aurucncia surgieron
cuidado este medio ya conocido en la penln- prácticas que se fueron imponiendo como ley
sula ibérica, para reforzar su autoridad frente en Nueva España. Los autos acordados eran
a la Iglesia de las Indias. El abuso de este re- disposiciones que ordenadas en años poste-
curso por parte de los eclesiásticos para li- riores constituyeron verdadera jurispruden-
brarse de sus &uperiores, hizo que se cons1· cia. En es1h decisiones, nacidas en los acuer-
derara ant icaoónico por lns autoridades ccle- dos con el ''U're), es fácil reoonocer su mano
siásLicas, y que se prohibiera n los hombres como presidente de la Audiencia, pero no debe
de In Iglesia que lo lllegaran; pero una revi- menospreciar~ la cooperación de los oidores
sión de los archivos de este tiempo muestra para reforzar el poder de las autoridades cen•
que la prohibición no tuvo efecto alguno. trales en el reíno.
Nunca dejaron de utilizarlo seglares y sacer- Algunos oidores fueron cuidadosos en el
dotes, clérigos y reJjgiosos. ordenamiento de la experiencia y recopilaron

9
\'irrey. Siempre hubo pugnas y disidencias
entre las autoridades centrales y la audiencia
de Nueva Galicia, empeñada en mantener su
autonomía, hasta el grado de provocar enfren-
tamientos violentos con el virrey.
El gobierno en los distritos que compren-
día Nueva España estuvo a cargo de los al-
c:aldes mayores y corregidores. Las proviocias
de Yucatán, Nueva Vizcaya, Nuevo León y
Nuevo México tuvieron gobernadores, ma-
gistrados 000 poderes semejantes a los del
virrey, aunque sólo en lo polhico y adminis-
trativo. Las ciudades de Tlaxcala y Vera-
cruz también tuvieron gobernadores, pero las
atribuciones de éstos eran las mismas que las
de los alcaldes ma vores y corregidores.
Los alcaldes mayores se introdujeron en
Nueva España para que se hicienm cargo
de la administración de justicia, lo cual era
de su incumbencia en los reinos de la pe-
nínsula ibérica. En México, dada ln lejanía y
las necesidades de la tierra, obtuvieron tam-
bién facultades gubernativas. Sus decisio-
nes en juicios eran apelables ante la Audien-
cia y "" lo relativo al gobierno quedaban bajo
la autoridad del virrey.
Los corregidores se introdujeron para
atender la administración de los pueblos de
indios, que tributaban directamente a la co-
rona, es decir, los que no estaban encomen-
dados o los que dejaban de estarlo. Con el
tiempo las alcaldías mayores y los corregi-
mientos se confundieron, no existiendo prk-
ticamcnte diferencia entre ellas. Favoreció
esta confusión la disminución de la población
indígena, que obligó a reajustes en las juris-
dicciones distritales, pues se sumaron a lo
alcaldía o corregimiento de mayor importan-
Portada del denominado las disposiciones más importantes para el go- cia jurisdicciones distritales que la hablan
"Cedulario de Puga", bierno y la administración de justicia. La perdido.
que recoge las cédulas. más conocida de esns recopilaciones, por ha- Los alcaldes mayores y corregidores ejer-
provialones
a instnJccionea dada• berse reimpreso en el siglo xrx, es el "Ce- cían un poder amplio en sus distritos. Aparte
por 101 reyes de Espar\a dulario de Puga", oidor de la audiencia de de lo jurisdiccional, sus facultades adminis-
entre 1625 y 1565 México, que reunió cédulas y ordenanzas dic- trativas se extendían a todos los aspectos de
( Bibliotece tadas por el rey para r-ueva Espaita desde la vida: recolectaban el tributo de los indios,
Nacional. Madrid). 1525 hasta 1563. Otros oidores y funciona- vigilaban a los encomenderos, disponían sobre
rios de la Audiencia hicieron lo mismo, pro- los caminos y transportes, cuidaban de la
porcionando as1 el repertorio legislativo que moral pública y de la religión e intcrvcnlan,
se aplicaba en Nueva España. como representantes de las autoridades cen-
En l'\ueva Calicia hubo una Real Audien- trales, en el gobierno local de las ciudades
cia desde 1548, que tuvo a su cargo la justi- y villas de espaitoles y de los pueblos de
cia y el gobierno del amplio territorio de ese indios.
reino; pero por disposición del rey y del Con- Debido a la amplitud de sus jurisdic-
sejo de Indias se ordenó que sus decisiones ciones estaban obligados a recorrerlas para
judiciales fueran conocidas en grado de apela- "hacer llegar el calor de la justicia real a
ción por la audiencia de México y que en lo todos los lugares". Como resultaba imposible
relacionado con el gobierno se sometiera al un control permanente, por más que visita-

10
ran la tierra, podían, con autorización del cional con quejas detalladas de los indios. Detalle de una t6mina
virrey, nombrar tenientes o delegados en las Tales agravios, que siempre trató de deshacer del C6dice Osuna en
el qu& aparecen algunos
poblaciones de su distrito. Los tenientazgos el virrey, mueslnlll el poder de hecho que te-
episodios acerea de
se vendían ilegalmente y eran acaparados por nían los funcionarios en sus distritos, un ver- la actuación del doctor
familias que con el tiempo llegaron a erigirse dadero obst6culo para el buen gobierno de Puga. oidor de la
en dueñas de la polilica local Nueva España. Audiencia. El "Cedulario
Unn de las labores más abrumadoras de Las alcaldías mayores y con-egimieotos de Puga"' constituye
las autoridades centrales fue controlar los uno de las
eran, en manos de los ambiciosos, verdaderos recopllacione1 m6s
abusos que cometían los alcaldes mayores, cotos mercantiles. Imponían a sus poblado- preciadas sobre ta
los corregidores y sus tenientes. Y nada más res la compra de artlculos a precios eleva- administracf6n
dificil, pues éstos tenlan un poder inmediat0 dos y obligaban a los indios a cultivar aque- del gobierno y la justicia
en sus jurisdicciones y se aseguraban valién- llos productos qne daban mejores ganancias an Nuevo Espafla.
dose de amenazas de que los agraviados no ca el mercado. También los hacían trabajar
los acusaran cuando los oidores o enviados en sus propias empresas o los conducían a las
especiales del virrey iban a visitar la tierra. de aquellos que los sobornaban, para que los
Pese a este terror, que se hizo sistemAtico surtieran de mano de obra indispensable en
en !'.ueva España -como lo señalan muchas sus granjcrlas.
relaciones y memoriales-, no son pocos los Huelga decir que esaQ autoridades dis-
casos que se encuentran en el Archivo Na- tritales y sus tenientes se inmiscuyeron cons-

11
Escena del Códice Osuna
que representa
al virrey Luis de Velasco
dando las varas a los
alcaldes y alguaciles,
encargándoles
la vigilancia.
ado01rln1mlento y el
buen tra10 para
con 101 naturales.

1amemeote en el gobierno local, haciendo que risdiccionales. que tenían facultad para juzgar
salieran electos en los pueblos de indios los y decidir en casos de menor importancia, y
que favorecían sus empresas. De esto hay los regidores, encargados de la administración
nbuodantes quejas, basta el punto de que al- y de los servicios públicos en la localidad.
gunos funcionarios Ucgoroo a considerar que Estos cuerpos concejales, que regían la
el mayor mal para los indios era el haberlos vida diaria de las poblaciones, perdieron
sometido al orden de república, desplazando pronLo su autonomía, pues se procuró que los
a sus autoridades tradicionaJes. regidores no fueran electos. Con el tiempo
DenlrO de las alcaldías mayores y corre- fueron nombrados por el rey y el Consejo en
gimientos estaban los gobiernos locales de las los poblados de mayor importancia; el cargo
ciudades y villas de españoles y de los pue- se daba a perpetuidad. Sólo los aJcaldes se
blos de indios. Los primeros tuvieron, desde elegían cada año, pero la elección era contro-
un principio, forma idém ica a la de los cabil- lada par el virrey, quien ra1ificaba el nom-
dos de Castilla. Había dos clases de funciona- bramiento.
rios en esas corporaciones o ayuntamíentos: Otra forma de comrol fue la vigilancia
los alcaldes ordinarios con atribuciones ju- sobre sus acuerdos, mediante la presencia de

12
INSTRUCCIONES DEL VIRREY ENRIQUEZ DE ALMANSA 7
E-1 cuarto virrey que tuvo Nueva Es- cada uno hobio de tener en su propio v espa11olas, que p;¡ra lo Que pnnc,pal•
paña. don Manín En~quez de Ailnansa. of,cto, l"lc ~amonto seglar sino tam- menee Su Majes1ad nos envío acá es
instruyó a sus sucesores sobre lo que bién oclesiásuco... Y fuera de esto, para 10 tocante u los 1nd1os y su ampa
convenla hacer pora el buen Q()b,erno. no hay chico m grande. ni persono de ro. Y ello es ..r. que • éslos se debe
Puedo dec,.rse que con este virrey se cualquier estado que sea. Que no sepa acudir con m6s cuidado, como a pnrte
c1erra todo un período en la vida de acudir a otro en todo género de nogo- mé! nacs, porque son los ind10f; una
Nueva Espaft~. pues los problemas que clos, sino al virrey porqlJe hasta los gente tan m ,sorable, que obhgo o cual-
senala son k>s mismos que se repiten a goc,os y n1ñerias que pasen de e~ quier pecho crisllono a condolerse de
lo largo de los siglos s,gulentes. 10s entre algunos en sus casas, los pa- ellos. Y esto ha de hacer el virrey con
-y comenzando por lo más 1mponan- rece que :.i no dan cuema de ellos nf más cuidado. usando con ellos of,c,o de
te. dogo que la moyo, segund•d y luerza v,rrey, no puad~· h.Jber buon áUCeso. V prop,o padre. Ouo ese por una pano no
Que 11ene esta uorro. es el virrey quo visto yo qua la 1,erra pido OStO. y que perm,ttr que ninguno IO$ agravie, y po,
gobio, na y la Real Aud1onc1a, y lo que e1 virrey ha do ser padre pera todos. y olro no aguardar a que ellos acudan
mós puede sus1entar esta fuena. es quo para ellos ha de pdsar por codo a sus cosas porque no lo haran. ""°
(lue s~enton ollos entre sr mucha con- esto y oi,los a todas horas. sufmlos dárselas hechas. hal>« ndo v,s10 lo que
formidad y paz; y tras esto. qua traiga con pac,onc1a n,e ha sido torzotiO hacer conviene. como lo hace el buon padre
.siempre tan su¡eta o lo rcptJbhca. para lo. V esto masmo pt"or.ure hacor Vuestra con su, h1J05; v en esto ha de ser sin
Que nmguno se atreva con lns cabezas Señoua. cosco ni gastos, porque los més de olios
a cosa que huela a desac~10, so pena ·y en acud, a otras obho ><iones quo no uunen de donde sscsr un l'Oal, si no
de cmthQO e1omplar, cosa que se ha he- sólo son del v1rrey. quo es el amparo ven<1en. ni sus negocios son de cahdad
cho con algunos en mi rn,mpo, sin ru1 do cOdos 10, monastenos y hosouales n1 canttdad.
do porque cosa c,ena os que no J>Uf:tde y mucha gonte pobre v desamparada. He quorodo dejar p&ra la pos1re el
haber mucho segundad donde 101 ma- que hay en 8!:il8 tierra, hué.rfan0$ y viu- trdtar o Vuestra Sot\ona lo quo entiendo
vores no fueren acatados y temidos. das. muJeres e h1,os de conqu1S18dores más 1e hn de cansa, en los negoc,os.
Y s1 Quiere Vuestto Señorfa saber ol y cnado• de Su Me¡oblad; porque pasa quo son tas prov1s1ones de cargos de
med,o con que entre ambas cosas se rian mu~ho trabajo s, el virrey no mu&... jusuclo de esta uerra; porque los que
puede conseguir mayormente en eate ro por todos Y on lo de lo. hospitales o,en•an que más derechos a ellas toe
uerra. digo quo vivan bien los que man convione acudir ol de tnd,os de esta nen. son lo:. nacJdos ,,, ella, h1JO.S y
dan, porque en asto poeden siempre ciudad y ol ele San Juan de Uh,o. por- nietos de col"lquistadores. aunc,ue de
usar su hbertad y entro, y sa 1r con elle que com'l el do los. 1ndtOS de at.1ul tiene •stos an111ndo quedan pocos. v en
en todos casos sin temor... nombre de hospllol real, y p1onsan to- efecto do no les dar a ellos lot car905
• Despuós de esto. sebra VuoSI ra Se- dos qu~ Su Ma¡estod provee lo nece- hacen tanto ruido. que no falta sino
1ioría que aunque Juzgan en Esp9"8 quo sario, 11cuden po..:os a él, y asl padece pone, el ne_goc.ío o pleito. Porque pedir
el virrey "" acA muy descansado. y quo necesKlad Domas de los españoles. tastlmon,o .,.ra 1rae a que¡ar a Espaf\a.
en t1,,rrus nueva!\ no debo haber muehO de~pués de &erv,rse de 1os md10s. m6s Por o,dinano lo hacen Y lo que Su
a qu• acudir. que a mi mu ha desenga~ cuidado non, n de sus 110,ros que no de Matestad mo mandó rue puos yo tenia
nado de esto lo expenenc1a y el trobOJO ellos. y hub1en,n muchos perecido. así esto J)rt.~nto, que como lo demés lo
quo he temdo. y lo mismo verá Vuestra de est¡i ciudad como de fuera, ,, no se gobernase m1tando lo que mtH1: conve-
Se11oria. porque vo hallo que sólo el les hubtMa hecho en.te rea;rRO. nla al serv,cio de O,os y suyo v bien de
virrey os ocá duello rle todas las cosas ·va traerá Vue:;,tre Señorfa e11tendido la t,orra Y lo mu;mo haga Vuestra Se-
que all~ estan repamdas enuu mucho~ que do las dos repubhcas que hav qu• floria a,rt reparer en qoajat
y él solo ha do tenor cwdudo de lo Ql1t' g~mar e.n 05ta tierra. que son mdtM
A L.

un oidor o un enviado del vilTey, o también Aunque se trató de privar de facultades


someLicndo a la aprobación del virrey las representativas a los 3yuntamientos, ~stos lo-
decisiones sobre los asuntos de mayor im- graron, mediante quejas, informaciones y pe-
porutncia. En la práclica esLa sanción se lle- úciones, hacer oír la voz de distimas pobla-
gó a exigir para casos de menor enúdad, ciones ante el Consejo. Muy ímportanLe es la
como la aprobación de limosnas, disposición representación que en nombre de Nueva Es-
de bienes de poco valor, ele. paña hizo al rey, en 1567, el cabildo de la
No se crea por esto q ue los ayuntamicn- Ciudad de México, voz nhrev,ada de todo el
LOS o cabildos carecían de imponancia. Su reino, para que dispusiera lo que conven ía
labor administrativa abarcaba todos los as· e n lo concernieme a la agricultura, la gana-
pectos de la vida en las villas y ciudades. dería y la minería.
Además, los cuerpos concejales fueron el Si bien dicha función representativa se
refugio de los criollos que no podían aspirar fue limitando, no puede menospreciarse la im-
a los cargos en el gobierno central por estar portancia de los ayunLamientos que fueron
reservados a peninsulares nombrados por el centro de discusiones. En los de las ciudades
rey y el Consejo. principales se colocaron con-cgídorcs, encar-

13

JURI SDI CCIONES DE LAS AUO}ENCIAS DE AMfAICA CENTA~L en un consejo varias cabeceras, cada año una
J Y DEL NORTE Y DE OCEANIA de éstas elegía a los miembros del cabildo.
Para hacer efeetivo el régimen y el orden
--- OCÉ A NO

O\
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<"'•<"•'
,
AUDIENCIA Dt

~ ~ALAJARA l158DI
-
.cr:--
~
..._'-;;;:r( - '"\._
AT L ANTJCO de república se atendió a las variedades loca-
les, respetando la tradición. Esto, no obstan-
te, tuvo sus excepciones, pues los alcaldes
mayores y corregidores, aliados a otros ex-
4>

..,.
..-nill:oU ! : I • -
i..-i- ~.... iw... J. 1
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-- ~ ,
traños, lograron muchas veces deshacerse

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AUDIENCIA ar i,
---,
.,.,
~
de las autoridades tradicionales para mejor
o ) ~XICO l1 ,;2Jl ~ - AUDIENCIA oe disponer de los servicios y las tierras de las
A¡UOIEl'tCIA
¡: ~ SANfO DOMINGOtt51 I) . '('O comunidades indígenas. La intervención de
e/
"""
AVOIENCIA 0E 1
-..,_ ).. - las autoridades discritales en las elecciones
estaba prohibida para asegurar la libertad de
... ,... p I (: 0 GW.'rn<'A4 ..,,
I1543\ ,,..... los indígenas; pero en la práctica siempre
• estuvieron complicados en ellas, pues eran
quienes aprobaban los nombntmiemos que
debla ratificar el virrey para convencerse de
gados de velar permanentemente por el orden que hablan sido hechas libremente. Sin em-
y el acato de lo que ordenaban las alJ!ocida- bargo, la presencia inmediata de las autorida-
des centrales. des de distrito y sus tenientes echaba por
Aunque el ejemplo que se tuvo presente tierra muchas veces este medio de control.
para organizar el gobierno de los pueblos Al lado de las autoridades de república,
de indios fue el cabildo de las ciudades espa- propiamente dichas, hubo en los pueblos de
ñolas, la composición de los consejos indíge- indios otras que se encargaban de ciertos
nas resultó distinta. Varió por la necesidad servicios y deberes de la comunidad: los te-
de mantener prácticas tradicionales que hi- quitlatos, para lo relativo al tributo y servi-
cieran posible el reconocimiento de los indí- cios que prestaba la comunid.id; los fiscales
genas y la obediencia de pueblos distintos, de doctrina, para vigilar y hacer cumplir los
reunldos en un solo consejo. deberes religiosos en el pueblo; cantores y
En principio los cabildos indígenas eran minitriles de la igle$ia; encargados especia-
electivos. Los alcaldes, gobernadores, regido- les para los tianguis o mercados semanales;
res y alguaciles deblan renovarse cada año. mandones, encargados de reclutar y conducir
No siempre se logró esa renovación, pues los a los indios de servicio. En fin, tantos y tan
caciques y autoridades tradicionales solían variados, por las exigencias de las comuni-
perpetuarse en los cargos. dades y sus relaciones con las empresas de
La forma de elección era distinta según españoles y los servicios públicos, que se
la composición del pueblo. Donde había una obligaban a prestar a los indios.
tradición aristocrática y un número suficiente Todo el aparato administrativo descrito
de caciques y principales de linaje y sangre, se organizaba en una pirámide de jerarquías,
la participación en las elecciones se limitaba que, aunque bien articulada teóricamente,
a éstos, y entre ellos eran elegidas las auto- tenía muchos fallos por razones de la exten-
ridades de república. En los pueblos pequeños sión del territorio y por los intereses parti-
o en los que habían perdido al grupo de prin- culares de los funcionarios. Para corregirlas
cipales, por la disminución de la población in- se dieron al virrey facultades amplias, orde-
dígena y la fusión entre ellos, participaban en nándole que proveyera "como persona que
la elección el común del pueblo, del cual eran tenla la cosa presente, y sabia lo que convenía
elegidas .las autoridades. al servicio del rey".
En pueblos de composición múltiple, Eso equivalía a una descentralización del
como cm Toluca con tres parcialidades: la de poder real, contraria al espíritu que animaba
los otomíes, la de los matlatzincas y la de los a la monarquía española. Para controlar a los
mexicanos, cada una de ellas designaba un funcionarios desde la corona hubo dos me-
alcalde y dos regidores. En Zinapécuaro ha- dios principales: uno de fiscalización y otro
bla una cabecera, el mismo Zinapécuaro, y de enjuiciamiento. La visita se encargaba a
otro pueblo importante, Acámbaro. El pri- un fun.cionario especial, qwen se trasladaba a
mero elegía un alcalde y la mitad de los regi- Nueva España y recorría la tierra, para re-
dores, y el segundo otro alcalde y la otra mi- coger infonnaci6n y las quejas existentes
tad de los regidores. En Tlaxcala, que reunía sobre la actuación del virrey, de la Audiencia
14
y de todos los magistra(los, de lo que debla
dar cuentas al Consejo de Indias. En Nueva
España, el virrey debia bacCt' visitas perso-
nalmente para conocer el desempeño de las
autoridades distritales y locales; de no poder
hacerlo, su obligación era enviar a un oidor
de la Audiencia o a una persona designada al
efecto.
AJ concluir el desempeño del cargo, los
virreyes y oidores tenían que rendir cuentas,
momento en que se les abrla juicio de resi-
dencia. Debían residir fuera de la Ciudad de
México y se les exígía fiama. La residencia
era tomada por una persona especialmente
designada y por los oidores de la Audiencia.
Se abría un periodo de acusación y se pre-
gonaba por todo el reino, y para quienes
tenían que decir algo del virrey o del oidor
procesado acudieran a informar. Concluido
el periodo de información, el juez de resi-
dencia sentenciaba.
Era la residencia un verdadero juicio de
responsabilidad para los mh altos funcio-
narios, que también se podla seguir en contra
de las autoridades distritales cuando eran
suspendidas en su cargo. Entonces lo podía
hacer lo Audiencia o el virrey directamente.
Por desgracia, visitas y residencias no
siempre tuvieron el efecto para el que fueron
creadas, pues eran muchos los intereses que
se ventilaban en las acusaciones. Los enjui-
ciados sobornaban y aterrorizaban con el fin
de evitarlas. AJ iniciarse una residencia se
formaban bandos contrarios; n las visitas las
precedía una acción terrorista para evitar
que los agraviados acudieran con sus quejas,
y si, como era frecuente, el funcionario salla
ileso, solía tomar represalias comn los que-
josos.
Con todas estas deficiencias, propias de
la corrupción inevitable en cualquier aparato
político, los medios de fiscalización y enjuicia- Hubo siempre el propósito de recoger y Ponada de "Política
miento sirvieron para atenuar -y algunas ve- sistematizar la experiencia positiva y nega- Indiana .. , de Juan
ces para sancionar con rigor- la arbitr.uic- Liva del gobierno, no sólo en Nueva España, de Sol6rz.1no Pereira.
Constituye una de 101
dad de las autoridades, Lo mismo ocurrió sino en todos los dominios españoles del Nuc-
obras mé.s importantes en
con medios ordinarios, en los juicios e infor- ''º Mundo. Las mayores obras en este sen- materia Jurtdica. que
maciones, pues por muchos que fueran los tido son, en doctrina jurfdica, la Político Tn- reflejan la legislac,6n
males y sus persistencias, bay que tener diana, de Juan Solórzano Pereira, publicada del gobierno
en cuenta que es posible conocerlos para en 1647 y reeditada posteriormente. En le- y la organización social
juzgar en nuestros días el período virreinal. gislación, la Recopilaci6n de Leyes de los de Nueva España.
Precisamente porque estuvo abierta la posi- Reinos de Tndias, publicada en 1680. Pese a
bilidad de informar y de quejarse a autori- su organización lógica y sistemática, estas
dades superiores, empeñadas en lograr, no sin obras son un repertorio vivo de la vida social
muchas contradicciones, el buen gobierno de y política en los dominios indianos, fruto del
Nueva España; medios de queja efectivos, cnjuiciamieo10 y del af6n de idear medios
que regímenes posteriores se han encargado óptimos para el buen gobierno de pueblos y
de eliminar o de hacer inoperantes. lugares tan diversos.

15
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Apuntas par• I• Hmorla del Deracho en Mhico 14 vols.), México,
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Foil os 18 y 17 do le colocci6n de documentos perteneclentH a la • Historia eclesiástico y civil da


Am6rica·. formada por Juan Diez de la Calle, oficia! segundo de la aecretarin de Nueva España.
Aqul se recogen loa ministros que fo·r maban el RNI y Supremo Conaejo de la1 Indias, Cimara
y Junte de Guem1 y los oficial" que aalstlan a aquél en 1648 (Sibhotece Nacional, Madndl.

16

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