Está en la página 1de 2

El hijo pródigo

Lucas 15:11-32
La razón por la cual he escogido la parábola del hijo pródigo, del evangelio según San Lucas, es
por el cariño personal que le tengo a este texto. Otra razón de esta elección es que en el texto
leemos la conversión de un hijo perdido en el pecado(el menor) y posteriormente la conversión
del otro hijo(el mayor) que perdona a su hermano y vuelve a considerarlo como tal.
La parábola del hijo pródigo tiene una cronología comparable con la vida del cristiano en
relación con la importancia del sacramento de la reconciliación. Para explicar mejor esta tesis
he dividido el texto en tres partes. La primera parte está comprendida desde el inicio de la
parábola hasta la llegada de la crisis al país donde habita el hijo menor(versículos del 11 al 16).
En esta parte vemos que el hijo hace uso de su derecho judío de reclamar la parte que le
corresponde de la herencia de su padre en vida de éste, aunque estaba mal visto por los judíos
(no se veía bien que el padre viviera del patrimonio de los hijos). Él coge lo que le corresponde y
hace uso de su libertad como hijo de Dios, cayendo en los vicios y perdiendo todo lo que era
suyo. En este momento una crisis ya sea una guerra o una hambruna azotó al país donde se
encontraba el hijo menor obligándole a pedir trabajo a un hombre probablemente pagano(que
no respetaba el shabat y trabajaba con animales impuros "lo mandó a sus campos a cuidar
cerdos"). Esta primera parte da paso a la segunda que inicia con el recuerdo del bienestar de los
trabajadores de su padre y finaliza con el inicio de la fiesta en honor de su vuelta(versículos del
17 al 24). En esta parte vemos la conversión del hijo, reconociéndose indigno de llamarse hijo
de su padre, queriendo volver y pedirle solamente ser un trabajador más de su padre(igual que
un pecador se reconoce indigno del perdón de Dios cuando se da cuenta de su agravio contra
él). Éste al volver se encuentra que su padre sale a su encuentro y lo colma de besos. Ese amor
anticipado del padre antes de que su hijo se disculpara, también sucede en los cristianos
cuando antes de confesarnos Dios ya nos muestra su misericordia anticipadamente al
garantizarnos su perdón. El padre lo viste de nuevo como hijo suyo: las sandalias (para que
camine como un hombre libre y no como un esclavo), el anillo (símbolo de poder) y la mejor
túnica (haciendo ver que el hijo menor, aunque perdido, vuelve a ser considerado hijo suyo tras
su conversión, al igual que los cristianos tras la confesión). En este punto debemos aclarar que
el padre debió repudiar al hijo, de ahí que lo considerara muerto y que su hermano no lo llame
hermano suyo en toda la parábola. Tras reintegrarse en la familia por el perdón del padre, llega
la fiesta(el sacrificio del ternero cebado) y la celebración equiparable al gozo que sentimos al
experimentar el perdón de los pecados a través de la misericordia divina, esa alegría de tener
un Dios que nos ama hasta perdonarnos incluso el apartarnos de él. Al igual que la primera
parte daba pie a la segunda, la segunda da pie al inicio de la tercera. Esta última parte narra el
conflicto del padre y del hijo mayor sobre la vuelta a casa, con honores, del hijo perdido. Esta
parte comprende desde el versículo 25 al 32. El hijo mayor habló con el criado y este le dijo «Ha
vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado sano»,
ante esto el hijo mayor se niega a entrar a celebrar. También a nosotros nos pasa cuando el
señor perdona a alguien que nos ha herido y nosotros nos negamos a perdonarlo. El padre trata
de hacérselo entender y el hijo le reclama pero el padre que comparte con él todo lo que tiene
le hace entender que no pierde su patrimonio en vano, en alguien que lo malgasta, sino en su
hijo, que ha vuelto a su lado. Así hemos de comprender la razón para perdonar siempre a
nuestros hermanos, ¿Por qué si el señor lo perdona nosotros no lo vamos a hacer? El hijo
mayor se niega debido a que seguramente habría sido desterrado de la familia como lo pide la
ley judía. Se había dejado caer en los vicios fruto del libertinaje, se había ido a un país pagano,
que no seguía los mandatos de la ley judía, se había humillado a trabajar para un pagano, que
no respetaría el shabat ni sus otras tradiciones… Finalmente el hijo comprende lo que ven los
ojos misericordiosos de su padre, «Pero tenemos que alegrarnos y hacer una fiesta porque este
hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado». La
razón del festejo me hace entender las palabras de Cristo en el versículo 10 del mismo capítulo
«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve
justos que no necesitan convertirse». Esta parábola es comparable con la conversión de
cualquier cristiano caído en el pecado, con la situación, las fases de la conversión (Caída en el
pecado, consecuencias del pecado en la vida del pecador, examen de conciencia unida a la
conversión del pecador, reconciliación y misericordia de Dios), y la obligación del resto de los
hermanos de efectuar un perdón sincero. El texto puede identificarse con una fábula, en la que
encontramos una enseñanza clara, Dios es compasivo y misericordioso. Al igual que el padre
con el hijo menor y con la posición inamovible del hijo mayor. Ha sido usado como inspiración
para obras literarias y piezas artísticas a lo largo de la historia. Analizado literariamente este
texto contempla una situación de rebeldía por parte del hijo menor que lo lleva a sufrir los
frutos de esa rebeldía (el hambre, la lejanía de los suyos, la pobreza…), la situación cambia a
mejor cuando pasa de la rebeldía y a la humildad y pide perdón a su padre, recuperando todo
lo perdido inicialmente. El narrador es omnisciente, dado que lo cuenta directamente él y no de
boca de los personajes. El padre es equiparable a Dios, el hijo menor a un pecador que se
convierte, y el hijo mayor a un fariseo disconforme con la elección del padre.
Bibliografía:
Para realizar este comentario he consultado el texto bíblico en la Biblia perteneciente a "La
Casa de la Biblia", cuya traducción ha sido aprobada por la Conferencia Episcopal Española.
También he consultado el libro El Evangelio según san Lucas, de la editorial HERDER, cuyo autor
es Alois Stöger. Fue impreso en Barcelona en el año 1979. Este texto se encuentra en el
segundo tomo del libro que consta de 342 páginas, concretamente inicia en la página 65.
Además del libro ya citado, también he consultado el comentario contenido en el tercer
volumen del libro EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS de François Bovon, impreso en Salamanca
en el año 2016 por la editorial SÍGUEME. Este libro consta de 501 páginas, hallándose el texto
consultado comprendido entre la página 54 y la 88.

También podría gustarte