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Alabo a mi Salvador Jesucristo por su gran amor para con mi pobre alma, mi hogar y su iglesia en Renca,
que en medio de esta pandemia nos ha guardado. Paso a mirar la lección de este Domingo 02 de Enero:
TEMA: LEPRA, SIMBOLO DEL PECADO QUE APARTA AL HOMBRE DE DIOS. (Lev 13:7-17).
La lepra es una enfermedad muy humillante y que trae consecuencias en la vida personal, familiar y social
sobre aquel que la posee, debiendo ser apartado y aislado de sus seres queridos y echado fuera del
campamento donde habitan los hijos de Dios (Lev 14:3; Dt 23:10). Por tanto, al igual que la lepra, el pecado
ha alcansado a todos los hombres (Jer 17:9; Ec 7:20; Is 64:6; 1 Jn 1:8), ha provocado muerte física y
espiritual en los hombres (Gen 2:9; 3:19; 5:5; Sal 90:10; Jn 19:30; Ap 2:11; 20:6), apartando al hombre de
Dios (Is 59:2). La lepra es un símbolo poderoso de lo devastador, dan1ino, y perversidad del pecado en
los hombres, ya que este entorpece los oídos del hombre (Hch 28:27), oscurece sus ojos (Ef 4:18), desvia
sus pies (Is 53:6), corrompe su lengua (Rom 3:13-14), engaña a su corazón (Jer 17:9), devora su intelecto
(1 Cor 2:14), y condena su alma (Ez 18:4). La única razón del porqué Dios mando a su Jesucristo al mundo
para que muriera en la Cruz fue su amor eterno por el hombre que había sido alcanzado por la lepra
maligna del pecado (Jn 3:16).
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arrepentirse de sus malos caminos ni volverse a Dios (Rom 1:24-32). No obstante, cuando el hombre
recurre al arrepentimiento y se vuelve a Dios, por muy avansado que este el pecado en la criatura y se
encuentre completamente perdida e inmunda, el poder de la sangre de Jesucristo tiene el poder para curar
las heridas del hombre gravemente enfermo por las lepra del pecado (Is 53:5).
3erTítulo (v.16-17): SENAL EN LA PIEL: SANIDAD OBRADA POR DIOS. En los v16 y v17 establece
que si la llaga de la piel muestra sus carnes vivas de color blanco, son una clara señal de sanidad y de
inexistencia de lepra en esas heridas, debiendo el sacerdote declararlo limpio y libre de lepra. Solo el poder
de Dios puede curar la lepra en los hombres (2 Rey 5:14) volviendo su piel como la piel de un niño. Cuando
el hombre se arrepiente y se vuelve a Dios aceptando la obra de Jesucristo en la Cruz puede limpiar al
hombre de la lepra del pecado de su corazon y dejandolo completamente limpio y emblanquecido (Is 1:6
y 18; Mat 1:20-21; Juan 1:29)