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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

Trabajo Final

LA TEORÍA DEL ERROR:

¿CÓMO PENSAMOS, DECIDIMOS Y ACTUAMOS LOS CONSUMIDORES?

Trabajo que como parte del curso de Microeconomía, presenta el alumno:

MESA GAMARRA Diego Armando

Cód. U17210517

Sección: 14168

LIMA

Sábado 23 de Noviembre del 2019


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LA TEORÍA DEL ERROR:

¿CÓMO PENSAMOS, DECIDIMOS Y ACTUAMOS LOS CONSUMIDORES?

La base del presente trabajo será el libro “Una revisión de la teoría del consumidor: la
versión de la teoría del error” de Caloca Osorio, Oscar R. y Leriche Guzmán, Cristian E.

En él, presentan su idea sobre lo que representa la teoría del consumidor.

Me encuentro a favor de la posición expresada por el autor, pues entiende al consumidor


y lo describe en función a su comportamiento real en el mundo económico.

Esta investigación se basa en la idea de las hipótesis alternativas y no sustitutivas de la


concepción tradicional de la teoría del consumidor, las cuales son, en cierta medida,
falsables o cuestionables; más no de manera ingenua, sino bajo fundamentos realistas
enfocados. Para ello, se realiza un planteamiento que media sobre la elección con base
en creencias y en un contexto adonde impera la incertidumbre, lo cual, llevado a un
extremo, solamente puede ser resuelto mediante de una regla heurística.

Se hablará incluso de los elementos fundamentales de la teoría tradicional del


consumidor, desde el punto de vista de la teoría del error; en base a esto el autor asegura
que sólo bajo una creencia de tipo racional verdadera se encuentra el conocimiento, pero
no desaparece la incertidumbre, pues solo se podría desaparecer este si se tuviera
información omnisciente, lo cual no es posible.

Esto, dicho de otra manera, indica que cualquier afirmación que se realice sobre el
consumidor, a pesar de los supuestos y afirmaciones que se puede hacer, nunca será
completamente exacta, siempre estará sujeta a cometer cierto error, pues, la única forma
de obtener una respuesta completamente valida de la realidad será teniendo un
conocimiento omnisciente del mundo; esta es la posición del autor sobre la teoría del
consumidor.

El conocimiento omnisciente u omnisapiente no está incluido dentro de las decisiones


del consumidor, esto implica que la teoría del consumidor solo abarca una parte del
fenómeno, la visión del cliente está enmarcada dentro de ciertos aspectos; es decir,
mantiene una mentalidad cerrada, enfocándose en los parámetros más “determinantes”
desde su punto de vista considerando gustos y preferencias, esto limita su entendimiento
del mercado, pues, como se explicará más adelante, el consumidor buscará siempre su
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máximo beneficio utilizando el mínimo de recursos y esto impedirá ver las cosas de
manera completamente objetiva e identificar lo que realmente lleva al máximo
beneficio.

Esto deja notar que, efectivamente, la teoría del error se encuentra presente en la teoría
del consumidor, pues, como estamos analizando, pues al considerar al consumidor como
un ente sujeto a diversos supuestos y asumir que tomará ciertas posturas o tendrá
actitudes predefinidas en algunos casos específicos, estamos restringiendo su campo de
acción y sus posibilidades de compra, el consumidor, como ser humano, es un ente
imposible de entender en su totalidad y aunque se desarrollen modelos muy específicos,
que busquen reaccionar a cada situación particular, siempre existirá la tendencia a un
determinado nivel de error, pues en algún momento surgirá un caso en que la teoría falle
en la práctica.

Ahora, el error en firmeza implica necesariamente que es enormemente posible que


los seres humanos se equivoquen en sus decisiones, aunque incluso implica la cuestión
inversa, en otras palabras, que pueden no equivocarse hasta con la toma
de decisiones bajo vacilación. Esto conduce a la de una gradación que va desde la
máxima certeza, hasta la máxima incertidumbre – lo cual indica que la certeza total y la
incertidumbre total son los limites no incluidos en el cambio decisorio en la vida
cotidiana–, dado que la primera requiere de un concepto total de las cosas y sus
memorias (lo cual es inalcanzable para un humano) y la segunda niega la opción de que
el ser conciliador emplee parte de su destreza en la institución de una regla heurística.
Aumentando el conocimiento para una elección.

Es por esto que el autor pretende analizar la actual o tradicional teoría del consumidor y
replantearla, pero considerando la teoría del error como algo indudablemente existente,
sujeto a desperfectos debidos a creencias e incertidumbre.

Continuando con lo mencionado anteriormente, en la explicación neoclásica de la teoría


del consumidor, se conoce a este como el homo economicus, es decir, el humano visto
como un elector que buscará la máxima utilidad dadas sus restricciones presupuestales y
basando sus elecciones en sus preferencias, gustos, tendencias, creencias, ideologías y
otros factores internos que caracterizan su conjunto de consumo. Por ello, el autor
estudiado define ciertos supuestos para las preferencias en que se basa un homo
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economicus: 1) racionalidad, 2) deseabilidad, 3) monotonicidad, 4) insaciabilidad local,


5) convexidad, 6) continuidad.

Con estas afirmaciones el autor nos busca explicar que en la actualidad el hombre es
visto como un ser económico, el cual buscará maximizar su utilidad considerando las
restricciones a las que se enfrenta y buscando sus preferencias. Las curvas vistas en esta
gráfica explican los diversos comportamientos que podrá tener un consumidor, y es en
el intercepto recta - curva, donde se alcanza el equilibrio entre: bienes deseados y
bienes adquiribles.

En cuanto a la teoría del consumidor, los autores que la relatan coinciden, como ya
se mencionó, que está sujeta a diversos supuestos.

Por ejemplo, podemos considerar a Marc Lavoie, que se centra en, los que considera,
los dos supuestos principales de esta teoría:

« (…) Las preferencias del consumidor pueden modelizarse como una


función de utilidad U convexa y al menos dos veces diferenciable. (…) Las
funciones de utilidad no varían en el proceso de consumo, esto tiene el efecto
de que el consumidor se comporta igual que si antes de consumir nada
decidiera como distribuir la renta disponible, en lugar de ajustar
adaptativamente el consumo a medida que gasta la renta disponible (…) »
(Marc Lavoie 2005).
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La opinión del autor en cuestión concuerda con la anteriormente analizada hasta cierto
punto, pues engloba los supuestos de los que hablaremos a continuación en dos puntos
principales.

Para explicar más a profundidad el punto de los supuestos, podemos decir que:

Dado un nivel de precios un consumidor perfectamente racional consumirá cantidades


de cada bien de tal manera que la utilidad total sea la máxima posible compatible con la
renta disponible. Es decir, un consumidor racional consumiría cantidades de bienes.

De tal manera se cumpla:

Donde el conjunto se refiere al conjunto de grados a los que afecta la restricción


presupuestaria:

Donde:

Nuevamente recalcaremos la idea principal de este texto, que, por desgracia, trabajar
con supuestos siempre trae inconvenientes, pues se asumen casos que no se cumplirán
siempre y esto genera consecuencias como:

 Se asume que existe una curva de demanda continua para cada consumidor.
 Se asume que no existen bienes insubstituibles, es decir, que una disminución en
el consumo de un bien, puede ser compensada con un mayor consumo de otros
bienes.
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Esta consecuencia presenta una fuerte crítica, se argumenta que ciertos bienes, como
algunos alimentos, son necesarios y no son intercambiables por una mayor cantidad de
ocio, por ejemplo.

Como se comentó anteriormente, el autor coincide con otros del rubro en que la teoría
del consumidor está sujeta a supuestos, pero, a diferencia de la mayoría, él considera
seis supuestos diferentes, para ello citaremos a los autores.

Definición 1. Supuesto de racionalidad

« (…) La relación de preferencia ≥ en X el conjunto de consumo, es


racional si posee las siguientes propiedades:
- Completitud. Para todo x, y ∈ X, se tiene x ≥ y o y ≥ x o ambas.
- Transitividad. Para todo x, y, z ∈ X, si x ≥ y e y ≥ z, entonces x ≥ z
Una vez identificadas las condiciones necesarias para que un agente sea
racional, se prosigue con la definición del resto de los supuestos; entre ellos
son de primordial importancia el supuesto de deseabilidad y el de
convexidad, puesto que dan forma al espacio de elección (…) » (Caloca
Osorio O., Leriche Guzmán C. 2010:23).

La racionalidad en las compras en el supuesto básico, se concuerda con el autor en el


sentido en que es válido asumir que los consumidores realizan compras racionales.

Definición 2. Supuesto de deseabilidad

« (…) Se tiene que, de una manera razonable, las grandes cantidades de


mercancías son preferidas a pequeñas cantidades de ellas mismas. Tal
característica de las preferencias se vincula con el supuesto de
monotonicidad. Así, para acceder a su definición se supone que los
consumos de grandes montos de bienes son siempre plausibles; esto es, si x
∈ X e y ≥ x, entonces y ∈ X (…) » (Caloca Osorio O., Leriche Guzmán C.
2010:23).

El deseo en cantidades grandes de un producto es el siguiente supuesto propuesto por el


autor, este supuesto es medianamente aceptado, pues existen algunos bienes de los
cuales se prefieren grandes cantidades sobre pequeñas y otros en los que sucede lo
contrario.
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Definición 3. Supuesto de monotonicidad

« (…) La relación de preferencia ≥ en X es monótona si x ∈ X y y>>x


implica y f x. Ésta es estrictamente monótona si y ≥ x e y ≠ x implica que y f
x.
El supuesto de que las preferencias son monótonas se satisface conforme se
considera que la cantidad de mercancías que son bienes es mayor, antes que
aquellas que son males. Si por alguna razón alguna mercancía es un mal,
aun así, es posible contar con preferencias monótonas. En este sentido, dado
un supuesto de débil deseabilidad y monotonicidad, se plantea el siguiente
supuesto (…) » (Caloca Osorio O., Leriche Guzmán C. 2010:24).

El supuesto de monotonicidad indica que el consumidor tendrá preferencias monótonas,


la opinión personal sobre este supuesto es completamente negativa, pues las personas
tienen gustos y preferencias constantemente variables, los cuales dependen de diversos
factores como: edad, locación, entorno, etc.

Definición 4. Insaciabilidad local

« (…) La relación de preferencia ≥ en X es localmente insaciable si para


todo x ∈ X y para todo ε > 0, existe y ∈ X tal que {y-x} ≤ ε y y f x. Así, la
insaciabilidad local se relaciona directamente con la distancia que existe
entre un elemento del conjunto de consumo x y otro elemento del conjunto
de consumo y, lo cual redunda en el hecho de que el bien y es estrictamente
preferido al bien x, dado que tal distancia entre dichos elementos no exceda
un ε positivo determinado. Este es positivo puesto que en economía
interesan las cantidades de bienes por adquirir. Por otra parte, se tiene el
supuesto de convexidad de ≥ el cual corresponde con los trade-offs que el
consumidor realiza entre los diferentes bienes. Para visualizarlo se recurre
a la siguiente definición (…) » (Caloca Osorio O., Leriche Guzmán C.
2010:24).

Según este supuesto, una persona puede preferir un bien A sobre un bien B si el primero
es más accesible físicamente que el segundo, la distancia entre los productos juega un
papel importante en la experiencia de usuario y en el deseo de adquirir algo, se está de
acuerdo con este supuesto, pues es cierto y comprobado que entre 2 productos similares
se escogerá el que sea más fácil de obtener.
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Definición 5: Convexidad

« (…) La relación de preferencia ≥ en X es convexa si para todo x ∈ X, el


conjunto del contorno superior {y ∈ X: y ≥ x} es convexo; esto es, si y ≥ x y z
≥ x, entonces α y + (1- α) z ≥ x para algún α ∈ [0,1]. Con preferencias
convexas se tiene que, partiendo de una situación inicial x de consumo y
para alguna de dos mercancías consideradas, se toma cada vez un monto
mayor de una de las mercancías para compensar la continua pérdida de
unidades de la otra.
Esto indudablemente delimita la forma del mapa de indiferencia en el
sentido de que puedan obtenerse elecciones consistentes con un nivel de
utilidad y no que se puedan tener elecciones bajo, por lo menos, dos
diferentes márgenes de utilidad. Por otro lado, se requiere de exponer las
condiciones sobre una convexidad estricta, que no es más que otra de las
propiedades de la relación de preferencia (…) » (Caloca Osorio O., Leriche
Guzmán C. 2010:25).

Este punto asume que a medida que se disminuye la cantidad de consumo de un bien la
cantidad de otro aumenta considerablemente para cubrir la ausencia del anterior, se está
en contra de este concepto, pues no se puede considerar que aumentar el consumo de un
bien como “hojas” va a satisfacer la necesidad de alimentación.

Definición 6. Convexidad estricta

« (…) La relación de preferencia ≥ en X es estrictamente convexa si para


todo x, se tiene que y ≥ x, z ≥ x e y ≠ z implica α y + (1- α) z f x para todo α ∈
(0,1). Con base en lo anterior es necesario recurrir al supuesto de
continuidad, para asegurar la existencia de una función de utilidad (…) »
(Caloca Osorio O., Leriche Guzmán C. 2010:26).

A diferencia de otros autores, el elegido para este ensayo contempla una mayor cantidad
de supuestos al momento de desarrollar la teoría, esto se debe a que, a diferencia de la
mayoría, considera puntos poco comunes, se adentra en lo que se espera con esta teoría
y planifica el resultado correcto de esta.

Los consumidores tenemos distintas preferencias o gustos, basando nuestra elección de


opciones en nuestras preferencias.

Debemos caracterizar el conjunto de preferencias, de tal forma que podamos hacer


predicciones refutables sobre el comportamiento y formular ciertos supuestos sobre las
preferencias de los consumidores y analizar cómo el consumidor escoge entre diversas
opciones.
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Los consumidores eligen canastas de mercancías; eligen dentro de una “lista completa”
de bienes y servicios en términos de fecha, lugar y características.

Ahora tocaremos a profundidad un punto clave en el desarrollo del presente texto, la


teoría del error.

TEORÍA DEL ERROR Y COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR: UN


ANÁLISIS ALTERNATIVO

Con lo mencionado hasta el momento, el concepto básico de la teoría del error y cómo
esta se relaciona con la teoría del consumidor y, en general, con todas las teorías
existentes, está bastante claro. Dicho de manera más técnica:

En principio, se reconoce la existencia de un problema a resolver, y es pertinente y


necesario obtener resultados de elección exitosos. Debido a la minimización del riesgo
de error, cada vez se irá fortaleciendo la idea de incertidumbre en las decisiones,
aceptando que los comportamientos siempre estarán sujetos a cambios y que nada es
inamovible, reduciendo el número de supuestos que se puedan elaborar en los modelos
existentes. Para ello se establece que:

« (…) Resolver un problema significa inventar una teoría que sea relevante,
falsable (en mayor grado que cualquier solución alternativa), pero todavía
no falsada (…) » (Feyerabend, 1987: 107).

Cabe mencionar el concepto de homo creencial, un hombre que acepta la existencia del
error y basa todas sus decisiones en el principio de incertidumbre, tomando cada vez
más posibles escenarios en sus decisiones.

Es relevante e ideal suscitar la suerte de estructurar una tesis del error, que en
su aprovechamiento nos permita cambiar la vista innata del homo economicus,
llevándolo a la reforma en el homo creencial. La fuente principal ante tal variante de
racionalidad es que mientras tanto el anterior elige de una manera razonable, condición
que no es un elemento que esté siempre presente en los humanos, el segundo elige
bajo opinión razonable y peligro de error; lo que se traduce en un dispositivo de
adaptabilidad evolutiva.
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« (…) El homo creencial elige y toma decisiones bajo incertidumbre y puede


o no tener éxito en un curso de elección, cada vez que pretende minimizar el
riesgo de error con el método empleado para la realización de su elección.
Aunque el individuo que elige bajo creencias puede no acertar, es decir,
puede no minimizar el riesgo de error, si lo vuelve a intentar, ante la misma
información, buscará otro método que le permita lograr el éxito. Esto le
lleva al aprendizaje de nuevas estrategias metodológicas, que le conducirán
a la minimización del riesgo de error y no así a la eliminación de éste, lo
cual es un dato en el mundo de la vida. El error se convierte en una pieza
fundamental de tal constructo debido a que la probabilidad de caer en él
puede llegar a ser muchas veces mayor que no caer. De la existencia de este
individuo se desprenden explicaciones compatibles con la realidad, pero
siempre efectuadas de la mano del riesgo de error y la incertidumbre »
(Caloca Osorio O., Leriche Guzmán C. 2010:38).

El uso distinto de los planteamientos racionales en cuanto al tipo de individuo


característico de la economía, al pasar de un elector racional u homo economicus a otro
que opera bajo creencia racional u homo creencia es el objetivo principal de la teoría del
error y, por extensión, de la teoría del consumidor.

CONCLUSIÓN

En este trabajo se presentó un concepto propio de “Teoría del Consumidor” de un autor


seleccionado, en base a esto se dieron opiniones personales a favor, basándose en
algunas partes en opiniones brindadas por otros autores. Esta “Teoría del Error” se
desarrolla bajo ciertos supuestos que corresponden a los mercados de competencia
perfecta.

Por otro lado, se está de acuerdo con que el uso de agentes racionales permite predecir,
pero no es suficiente para aproximarse a la opinión verídica de agentes que
experimentan una mayor diversidad en su concepción y una alta aproximación a la
realidad, con esto se concluye que, necesariamente, ante un mayor realismo aumenta la
incertidumbre y el riesgo de error, sin embargo, las predicciones se apegarán en mayor
medida a las condiciones reales que enfrentan los individuos.

Finalmente es de expresar mi idea propia; que sea entendible y aceptable para mis
lectores: “Una cosa es elegir un bien o servicio en base a creencias racionales y otra
muy diferente, es conocer toda la información del bien o servicio y realizar una elección
racional”
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BIBLIOGRAFÍA

 Caloca Osorio O., Leriche Guzmán C. (2010) Una revisión de la teoría del

consumidor: la versión de la teoría del error. Universidad Autónoma

Metropolitana Unidad Azcapotzalco Distrito Federal, México

https://www.redalyc.org/pdf/413/41318401003.pdf

 Marc Lavoie (2005). La economía postkeynesiana. Icària Editorial. Barcelona,

España.

https://www.marcialpons.es/libros/la-economia postkeynesiana/9788474267853/

 Gargiulo Teresa (2016) La El relativismo de Paul Karl Feyerabend. Universidad

Nacional de Cuyo, Ciudad de Mendoza, Argentina.

http://www.scielo.org.co/pdf/idval/v65n160/v65n160a05.pdf

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