Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DETERMINACION SEXUAL.
El sexo cromosómico y sexual se establece en la fecundación y depende de si un
espermatozoide X o Y fecunda al ovulo con un cromosoma X. El tipo de gónadas
que se desarrollan se determina por el complejo cromosómico sexual del embrión
(XX o YY). Antes de la séptima semana, las gónadas de ambos sexos poseen un
aspecto idéntico y se denominan gónadas indiferenciadas. El desarrollo del
fenotipo masculino requiere de un cromosoma Y. En la región determinante del
sexo del cromosoma Y se ha localizado un gen SRY que codifica un factor
determinante del testículo (TDF). Son necesarios dos cromosomas X para el
desarrollo el fenotipo femenino. Diversos genes y regiones del cromosoma X y
desempeñan funciones especiales en la determinación del sexo.
La ausencia de un cromosoma Y (es decir, un complemento cromosómico sexual
XX) determina la formación de un ovario. Por consiguiente, el tipo de dotación
cromosómica sexual establecida en la fecundación determina el tipo de gónada
que surge a partir de la gónada indiferenciada. A continuación, el tipo de gónada
presente determina el tipo de diferenciación sexual que ocurre en los conductos
genitales externos. La testosterona, producida por los testículos fetales,
determina el sexo masculino. La diferenciación sexual femenina primaria en el feto
no depende de la producción hormonal; se produce incluso cuando no hay ovarios
y aparentemente no se encuentra bajo control hormonal.
GONADAS MASCULINAS.
Las gónadas son órganos con forma de ovoide aplanado transversalmente y
poseen una coloración blanca azulada midiendo entre 4 y 8 cm de longitud y entre
2 y 4 cm de ancho. Están constituidos por un conjunto de órganos y estructuras
que contribuyen al ejercicio de sus funciones, estos son los conductos deferentes,
el epidídimo, los conductos seminíferos, la capa albugínea, los conductos
excretorios y varias venas y arterias que transportan la sangre dentro y fuera. La
capa albugínea es una capa de tejido conjuntivo que rodea al testículo, de
consistencia densa y elástica y coloración blanca. Los conductos seminíferos son
los encargados de la producción del semen, que es el conjunto de
espermatozoides y líquido seminal en el que nadan; éstos se hallan alojados en
unos lóbulos (alrededor de 380 por testículo) en cantidades de 1 a 4 por cada
lóbulo. Los conductos seminíferos se encuentran conectados al epidídimo por
medio de los túbulos rectos que los conectan a la red testicular y ésta al epidídimo.
El semen realiza este viaje desde los conductos seminíferos hacia el epidídimo
pasando por las estructuras previamente mencionadas. El epidídimo es una
estructura de mayor tamaño que cubre al testículo en su parte posterior. El semen
llega desde la red testicular a través de los conductos eferentes hacia la cabeza
del epidídimo, de allí es transportado al cuerpo del epidídimo en sentido
descendiente y finalmente llega a la cola del epidídimo que por fin lo conecta con
el conducto deferente, este último lleva a cabo el transporte del semen fuera de la
región escrotal hacia el interior del cuerpo y de ahí al exterior por medio del pene,
expulsión denominada como eyaculación. Las gónadas (o testículos) cumplen dos
funciones: una es la de la reproducción de la especie mediante la producción de
células sexuales, y la otra es una función endocrina a través de la producción de la
hormona masculina denominada como testosterona, aunque también produce en
menor cantidad hormonas femeninas. Gracias a esta función endocrina, las
gónadas también son conocidas como glándulas sexuales.