TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE

LOS PRECIOS DEL COBRE 1

JoHN T1LTON

INTRODUCCIÓN
Durante varias décadas, los precios reales del cobre han presentado dos
características importantes. Primero, son altamente volátiles. En el transcurso de
uno o dos años pueden subir o bajar en 30 % o más. Segundo, en el más largo plazo
están cayendo. De hecho, desde 1970 el precio de tendencia a muy largo plazo ha
descendido en más del 50 %.

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1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000
Año

Fuentes: Edelstein, 2002; U. S. Geological Survey, 2002; U. S. Bureau of Labor Statistics, 2002.

FIGURA!
PRECIOS AL PRODUCTOR REALES EN EE.UU. POR LIBRA DE COBRE
EN DÓLARES DE 2001, 1970- 2001

l Una versión modificada de este artículo fue publicada en inglés en la revistaMining Engineering, pp. 25-32,julio 2002.

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 TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN TILTON
¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ ÜUSTAVO LAGOS C.C., EDITOR

millones de toneladas en 1970 a 7,2 millones de toneladas en 1980, a 9,2 millones

La Figura 1 resalta ambas características. Muestra el precio al productor
de toneladas en 1990 y a 12,9 millones de toneladas en 2000 (Porter y Edelstein,
promedio anual en EE.UU. desde 1970 medido en dólares constantes de 2001. Aun
2001). De hecho, el reciente crecimiento de la demanda de cobre, especialmente en
cuando no se muestra el de la LME (Bolsa de Metales de Londres), el movimiento
Norteamérica, ha sorprendido a muchos analistas.
tanto de ésta como el de los precios al productor en EE.UU. ha sido más o menos
similar. De manera que las fluctuaciones a corto plazo en torno a una disminución
significativa en el largo plazo describen los precios del cobre no sólo en los EE.UU.
sino en todo el mundo. Precio
Estos dos factores importantes de los precios recientes dan lugar a cuatro
interrogantes, o series de preguntas, que este artículo se propone explorar. Primero,
¿cuáles son las razones o causas subyacentes? Específicamente, ¿por qué es tan
volátil el precio del cobre y por qué la tendencia a largo plazo se ha desplomado en
los últimos años? Segundo, ¿el precio del cobre siempre ha tenido este comporta-
miento y la tendencia a largo plazo ha sido siempre tan descendente? En síntesis,
¿qué encontraríamos si revisamos los precios del cobre durante el último siglo,
poco más o menos? Tercero, ¿tienen importancia la volatilidad y las tendencias
descendentes de los precios a largo plazo? ¿Cuáles son las implicancias para los
productores, tanto empresas como países y estas, son necesariamente negativas?
Cuarto, ¿qué lecciones, si las hay, podemos aprender del pasado que pudieran arro-
jar luces útiles respecto del futuro? En particular, ¿es probable que los precios del
cobre continúen su volatilidad en torno a una tendencia a largo plazo descendente
Cantidad
durante la(s) siguiente(s) década(s)?

CAUSAS SUBYACENTES , FIGURA2

CAIDA DE LOS PRECIOS A CAUSA DE UN DESPLAZAMIENTO DE LA CURVA
Comencemos con las razones por las que se ha instalado la tendencia des- DE LA DEMANDA
cendente de los precios del cobre desde 1970. Para un economista, solo hay tres
explicaciones posibles. Primera, la curva de la demanda se ha desplazado hacia
La tercera explicación no es tan fácil de descartar. Cuando tanto las curvas
abajo o hacia la izquierda, como ilustra la Figura 2. Esto implica que la cantidad de
de la oferta como de la demanda se están desplazando hacia abajo, los precios pue-
cobre que demanda el mercado a cualquier precio dado ha descendido con el tiem-
den disminuir al tiempo que aumenta la producción. En estas situaciones, la dismi-
po. Segunda, la curva de la oferta del cobre se ha desplazado hacia abajo o hacia la
nución del precio (y, por ende, el movimiento a lo largo de la curva de la demanda)
derecha, como ilustra la Figura 3. Esto significa que, a cualquier precio dado, las
compensa con creces la reducción de la producción causada por el desplazamiento
compañías productoras están dispuestas a suministrar cantidades mayores al mer-
descendente de la curva de la demanda en sí. De todos modos, esta explicación no
cado a través del tiempo. Tercera, los precios, desde luego, pueden bajar si tanto las
parece probable. El creciente ingreso per cápita en los países desarrollados (donde
curvas de la demanda como de la oferta se desplazan hacia abajo.
todavía se consume la mayor parte del cobre), el aumento de las preferencias de los
La primera explicación puede descartarse rápidamente. El desplazamiento
consumidores por modernos equipos electrónicos y otros productos que contienen
descendente de la curva de la demanda ilustrado en la Figura 1 hace que la produc-
cobre y el rápido crecimiento económico de algunos países en vías de desarrollo,
ción de equilibrio disminuya de Q 1 a Q2• Esto sucede porque la caída de los precios
incluidos Corea, Taiwán y China, todo apunta a un desplazamiento ascendente en
impulsada por los desplazamientos descendentes de la curva de la demanda hace
lugar de descendente de la curva de la demanda mundial de cobre durante las últi-
que la cantidad de cobre producido y consumido disminuya. Pero sabemos que esto
mas décadas.
no ha ocurrido en el más largo plazo. La producción mundial de cobre creció de 5,9
23
22
 ¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ GUSTAVO LAGOS e.e., EDITOR
Esto nos deja con la segunda explicación. Al parecer, los desplazamientos
descendentes de la curva de la oferta mundial estarían en la base de la caída en el
precio de tendencia del cobre. Como muestra la Figura 3, cuando la curva de la
oferta se desplaza hacia fuera, la caída del precio va acompañada de un aumento de
la producción de equilibrio de Q 1 a Q2, lo que es compatible con el gran aumento de
la producción y del consumo de cobre a través del tiempo.
Precio
Demanda
Cantidad
FIGURA3
CAÍDA DE LOS PRECIOS A CAUSA DE UN DESPLAZAMIENTO DE LA CURVA DE LA OFERTA
Sin embargo, esta explicación hace surgir la pregunta: ¿por qué la curva de
la oferta se ha desplazado hacia abajo a través del tiempo? En una industria compe-
titiva como la del cobre, donde los productores no tienen ningún control sobre el
precio que reciben, son los cambios en los costos los que causan el desplazamiento
de la curva de la oferta. De hecho, cualquier libro de introducción a la economía
demuestra que en tales industrias la curva de la oferta para una empresa dada o para
la industria en su conjunto, es la de costos marginales de la empresa o industria (que
muestra el costo de producir una unidad de producción adicional a distintos niveles
de producción). De modo que, cuando los costos de producción están subiendo, la
24
TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN TILTON
curva de la oferta se desplaza hacia arriba. Cuando están bajando, lo hace hacia
abajo.
Así, nuestra búsqueda para comprender la tendencia descendente de los pre-
cios del cobre nos lleva a la conclusión de que la responsabilidad recae en los cos-
tos más bajos y de ahí al análisis de los diversos factores que afectan a estos. Para
algunos, la conclusión de que los costos han estado bajando puede llegar de sorpre-
sa, ya que hay al menos dos buenos motivos para sospechar exactamente lo contra-
rio. Desde 1970, los gobiernos del mundo han estado imponiendo reglamentos cada
vez más estrictos a las compañías para reducir los impactos ambientales de la mine-
ría y del procesamiento de minerales. Además, el agotamiento de los mejores recur-
sos minerales en el tiempo y la necesidad de explotar yacimientos de más baja ley,
más remotos y más difíciles de explotar, también debería estar ejerciendo presiones
al alza sobre los costos.
Sin embargo, contra estas fuerzas hay varios factores que están empujan-
do los costos hacia abajo. En primer lugar, en las últimas décadas la industria del
cobre ha descubierto y explotado varios yacimientos de alta calidad, especial-
mente en Chile. A continuación, en años recientes, el dólar estadounidense se ha
valorizado en contraposición al peso chileno, al dólar canadiense y a las monedas
de otros países productores de cobre. Dado que los productores de fuera de los
Estados Unidos cubren una parte de sus gastos en sus propias monedas, esta ten-
dencia los ha ayudado a reducir sus costos cuando estos se denominan en dólares
estadounidenses.
En tercer término, los productores de cobre han logrado incrementar su pro-
ductividad y reducir sus costos espectacularmente al introducir una amplia gama de
innovaciones y nuevas tecnologías. Estas novedades han afectado las operaciones
en forma generalizada, de la exploración a la explotación, al procesamiento, a la
fabricación e, incluso, al reciclado. Aunque entre el público general es ampliamente
percibida como una industria antigua y madura, de hecho el cobre tiene mucho en
común con los sectores computacionales y de alta tecnología cuando se trata de
utilizar nuevas tecnologías para reducir costos.
Por lo tanto, podemos visualizar las tendencias a largo plazo de los precios
del cobre y otros metales simplemente como el resultado de una carrera entre el
agotamiento y las demás fuerzas que empujan los costos hacia arriba, por una parte,
y, por otra, la innovación y las demás influencias que los estimulan hacia abajo. En
el transcurso de las últimas tres décadas, el precio real del cobre ha caído a medida
que los efectos de la innovación, que tienden a reducir los costos, han superado las
secuelas del agotamiento, que tienden a aumentarlos.
El apoyo empírico para esta conclusión se encuentra en la Figura 4. Prepa-
rada por la firma consultora Brook Hunt, muestra la dramática reducción en los
costos directos de explotación (cash costs) de los productores de cobre en los años
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 TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN TILTON
¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ GUSTAVO LAGOS e.e., EDITOR

acentuada pendiente de la curva de la oferta en las inmediaciones de la restricción

1990, 1995 y 1999. Los costos directos de explotación, que se asemejan a lo que los
de la capacidad, como aparece en la Figura 5.
economistas llaman costos variables, no incluyen los de capital ni una tasa de ren-
Segundo, la demanda a corto plazo también es poco responsiva o inelástica
tabilidad competitiva sobre el mismo. De modo que solo reflejan una parte de los
con respecto al precio del cobre. Esto es porque el cobre incorporado en la mayoría
costos totales. Aun así, la reducción impresionante de los costos directos de explo-
de los productos finales representa solo un pequeño porcentaje de los costos totales.
tación en los años 90, unido al hecho de que los mismos dan cuenta de una parte
De modo que las fluctuaciones en el precio del cobre tienen muy poco efecto en el
considerable de los costos totales, sugiere que también existiría una caída significa-
precio y la demanda de los productos finales que contienen dicho mineral. Aunque
tiva en ellos. Es esta disminución de los costos, impulsada mayormente por las
es cierto que los cambios en el precio de este alentará a los fabricantes a sustituir
actividades innovadoras, la que da cuenta de la tendencia descendente de los pre-
otros materiales por cobre o viceversa (según si el precio del mismo está subiendo
cios del cobre desde 1970.
o bajando), dichas sustituciones rara vez se llevan a cabo en el corto plazo. Esto es
porque frecuentemente implican la compra e instalación de nuevos equipos, ade-
más de la recapacitación del personal. La acentuada pendiente de las curvas de
140
demanda mostradas en la Figura 5 refleja esta característica de la demanda a corto
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Millones de toneladas

FIGURA4 Oferta
COSTOS DIRECTOS DE EXPLOTACIÓN DE LA INDUSTRIA MUNDIAL DEL COBRE EN
CENTAVOS DE DÓLAR (2000) POR LIBRA PARA LOS AÑOS 1990, 1995 Y 1999 Cantidad

Revisemos a continuación la volatilidad del mercado del cobre, que surge

en gran parte como resultado de tres características de la oferta y demanda del FIGURAS
mismo. Primero, cuando la producción se acerca al límite impuesto por la capaci- CAUSAS DE LA VOLATILIDAD DEL MERCADO
dad disponible, la oferta a corto plazo responde muy poco a los cambios de precio.
En términos económicos, decimos que la oferta es inelástica con respecto a los
Tercero, la demanda del cobre es muy responsiva o elástica en el corto plazo
cambios de precio. La razón de ello, por cierto, es que toma tiempo explotar nuevas
con respecto a cambios en los ingresos o en el PIB provocados, por ejemplo, por
minas y armar una capacidad de procesamiento distinta: De modo que, en el corto
fluctuaciones en el ciclo económico. Esto es porque esta demanda se concentra ma-
plazo, un alza considerable en el precio no puede hacer que la oferta aumente en
yormente en cuatro sectores de uso final -construcción, equipos de capital, transporte
forma importante. Esta característica de la oferta del cobre queda reflejada en la
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 TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .• ./JoHN TILTON
¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ GUSTAVO LAGOS e.e., EDITOR

y bienes de consumo duraderos- cuyo rendimiento varía a lo largo del ciclo económi- Ignorando por ahora las líneas de tendencia mostradas en la Figura 6, pode-
co junto con el PIB pero con mucha mayor amplitud. Una disminución en el creci- mos ver que la volatilidad ha sido parte de este mercado a lo largo de su historia.
miento del PIB de 3 % a 1 %, por ejemplo, puede hacer que el crecimiento en estos Los cambios de 30 % o más en su precio eran igualmente comunes hacia fines del
siglo XIX que en el período desde 1970. Los carteles, precios al productor, contro-
sectores caiga de+ 1O% a -5 %. La Figura 5 refleja esta característica de la demanda
les gubernamentales y otras intervenciones en el mercado han morigerado a veces
del cobre a través de desplazamientos en la demanda desde DP en la cúspide del ciclo
las fluctuaciones de los precios, pero han requerido circunstancias especiales y rara
económico, a Dm en el punto medio del ciclo, hasta D1 en la sima del ciclo.
vez han subsistido más allá de unos pocos años. Dadas las causas subyacentes de la
Dado que las curvas tanto de la oferta como de la demanda son bastante
volatilidad recién discutidas, esto no es sorprendente. Eliminar las causas medulares
acentuadas, los desplazamientos de esta última provocan cambios importantes en el
de la volatilidad implicaría efectuar modificaciones fundamentales en la naturaleza
precio de equilibrio del mercado, desde Pp en la cúspide del ciclo económico hasta
de la oferta y la demanda del cobre.
Pt en la sima. Además, cuando la volatilidad está impulsada por desplazamientos en
Pese a que la volatilidad parece sér un elemento más o menos permanente
la curva de demanda, como ocurre en el caso del cobre y la mayoría de los demás
de este mercado desde los años 1870, no puede decirse lo mismo de la tendencia a
metales, la producción de equilibrio está alta cuando el precio está arriba y baja
largo plazo negativa de los precios durante las últimas décadas. Aunque el precio
cuando este está abajo. Esto significa que los ingresos totales (precio multiplicado
real es considerablemente más bajo hoy que hace un siglo o más, la Figura 6 mues-
por producción) y las utilidades de la industria varían considerablemente a lo largo
tra que el ritmo del cambio varía mucho durante algunos sub-períodos específicos,
del ciclo. Esto no ocurre en todos los mercados de productos básicos. En el caso de
muchos de los cuales cubren varias décadas.
muchos productos agrícolas, los responsables de la volatilidad son los desplaza-
mientos de la curva de la oferta más que los de la curva de la demanda. En estos
mercados, cuando la producción está baja el precio sube y viceversa.
Este análisis de la volatilidad está, por cierto, un tanto simplificado. En el
mundo real, otros factores también pueden contribuir a esta volatilidad. Muchos 3,50

analistas del cobre, por ejemplo, creen que los especuladores y otros tienden a acen-
3,00
tuar la volatilidad del mercado cuprífero al reducir sus inventarios cuando el precio
está bajando y aumentarlos cuando está subiendo. Sin embargo, nuestro análisis 2,50
más simple sugiere que la volatilidad del mercado está impulsada en gran medida
por la naturaleza inherente de la oferta y demanda del cobre a corto plazo y, en 2,00
particular, por los desplazamientos pronunciados de la curva de la demanda a lo
largo del ciclo económico. En contraste, hemos visto que el persistente desplaza- o
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1,50

miento descendente de la curva de la oferta, como resultado de la reducción en los !!

Q.
1,00
costos de producción, ha estado en la base de la disminución a largo plazo del
precio del cobre desde 1970. 0,50

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ANTECEDENTES 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930

Año
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

A continuación abordaremos nuestra segunda pregunta: ¿el mercado del cobre

siempre ha tenido precios altamente volátiles en torno a una tendencia descendente Fuentes: Edelstein, 2002; U. S. Geological Survey, 2002; U. S. Bureau of Census, 1975; U.S.
a largo plazo? La Figura 6 muestra los precios al productor promedio anuales en Bureau of Labor Statistics, 2002.
EE.UU. para este metal desde 1870, nuevamente medido en dólares constantes de
2001. Aunque el precio al productor en EE.UU. sigue menos fielmente al precio de FIGURA6
la LME antes de 1970 que después de esa fecha, las siguientes observaciones sirven PRECIOS AL PRODUCTOR REALES EN EE.UU. POR LIBRA DE COBRE EN DÓLARES
también para los precios de la LME. DE 2001, 1870- 2001

29
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J
 ¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ GUSTAVO LAGOS e.e., EDITOR
Entre 1870 y 1916, la tendencia de los precios descendió a una tasa anual
promedio de 1,38 centavos (medida en centavos de dólares reales del año 2001).
Entre 1916 y 1920, el precio de tendencia toma un único y discontinuo paso hacia
abajo. Luego de este ajuste, queda 40 % por debajo de su valor previo. En la base de
esta repentina caída hay una cantidad de innovaciones importantes, entre ellas la
tecnología de flotación y los grandes equipos de movimiento de tierra, que hicieron
que la minería del cobre de yacimientos porfídicos de tajo abierto resultara tan
económica. Estas innovaciones fueron introducidas durante las primeras dos déca-
das del siglo XX. La Primera Guerra Mundial y los sucesos que la precedieron
demoraron el impacto en su precio a largo plazo.
Entre 1920 y 1950, los precios de este mineral tendieron a bajar nuevamen-
te. Durante este período la disminución promedio fue de un modesto 0,25 centavos
reales (2001) por año. Luego, durante dos décadas, de 1950 a 1970, la tendencia
cambió en la dirección opuesta y los precios del cobre aumentaron en promedio
2,60 centavos reales (2001) por año. Como sabemos a raíz de nuestra discusión
anterior, a continuación volvió a revertirse, cayendo un promedio de 2,67 centavos
reales (2001) por año.
Esta rápida revisión de los últimos 130 años indica que la disminución apre-
ciable de los precios en las últimas décadas no constituye un elemento permanente
de este mercado concreto y tampoco es inevitable. En el transcurso del período
completo, la carrera entre los efectos del agotamiento, que tienden a aumentar los
costos y los efectos de la innovación, que se inclinan a reducirlos, ha sido ganada
por estos últimos. De manera que el precio real del cobre es más bajo hoy que en
1870. Sin embargo, a lo largo de varias décadas -1920 a 1950- la carrera terminó
más o menos empatada y el precio varió muy poco. Y en al menos dos décadas, los
años 50 y 60, prevalecieron el agotamiento y otras fuerzas que empujaron los pre-
cios hacia arriba.
IMPLICANCIAS
Esto nos lleva a nuestra tercera pregunta: ¿tiene importancia la volatilidad
en torno a una tendencia descendente de los precios? Comencemos con la volatilidad.
La volatilidad claramente crea problemas tanto para las empresas como para
los países productores de cobre. Para las empresas, hace más difícil la planifica-
ción. Los proyectos intensivos en capital con largos períodos de gestación, aun
cuando sean necesarios, pueden producir un rendimiento del capital decepcionante
si se ponen en marcha justo cuando esté comenzando un ciclo descendente prolon-
gado. Sin embargo, es casi imposible hacer coincidir el momento preciso para po-
ner en servicio tales proyectos con el ciclo económico apropiado.
30
TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN TILTON
La inestabilidad del mercado también complica el uso eficiente de las insta-
laciones una vez que están en marcha. Se incurre en costos cuando las instalaciones
quedan ociosas y se despiden trabajadores y se cometen nuevamente cuando se
vuelven a poner en marcha. Como se observó anteriormente, la volatilidad también
acentúa las fluctuaciones en las utilidades, las que con frecuencia son negativas
durante una recesión. Esto aumenta el riesgo para los inversionistas y, a su vez, el
costo del capital.
Para los países productores de cobre, la volatilidad también hace difícil la
planificación. Una recesión en el mercado mundial cuprífero puede provocar una
recesión general en toda.la economía, justamente cuando los recursos del gobierno
en términos de ingresos por concepto de impuestos y de divisas se ven seriamente
reducidos. Aunque la industria del cobre no es especialmente intensiva en mano de
obra, sus operaciones frecuentemente están localizadas en zonas remotas. Así, los
despidos durante una recesión pueden debilitar gravemente el desarrollo y creci-
miento regionales.
Dados tales impactos negativos, no es sorprendente que las empresas y paí-
ses productores, tanto en la industria del cobre como en otras de metales, hayan
tratado de reducir la volatilidad del mercado a lo largo de los años. Los medios y
mecanismos empleados, que varían mucho, incluyen:
Fusiones entre empresas productoras para crear un monopolio o una em-
presa dominante. Por ejemplo, entre 1898 y 1901 muchas fusiones verti-
cales y horizontales llevaron a la creación de la U.S. Steel. En aquellos
tiempos la compañía controlaba alrededor de dos tercios de la industria
del acero en los Estados Unidos, desde la producción de mineral de hierro
hasta la fabricación de productos semiterminados. Durante varias décadas
después, la compañía controló el precio de muchos productos de acero en
Norteamérica.
Carteles organizados por las principales empresas o países productores,
que dividen los mercados, asignan la producción o fijan los precios. La
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es hoy proba-
blemente el cartel más conocido, pero antes de la Segunda Guerra Mun-
dial existieron muchas iniciativas para crear otros en las industrias de me-
tales, incluido el cobre. La mayor parte de estas iniciativas colapsaron
después de unos pocos años. Los gobiernos de los países exportadores de
cobre y bauxita crearon el Consejo Intergubernamental de Países
Exportadores de Cobre (CIPEC) y la Asociación Internacional de la Bauxita
(IBA) hacia fines de los 60' y comienzos de los 70' a fin de estabilizar y
elevar los precios de estos productos. Estas iniciativas tampoco tuvieron
gran éxito.
31
 ¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ GUSTAVO LAGOS e.e., EDITOR
Asociaciones de consumidores y productores constituidas conjuntamente
por los gobiernos de países produc~ores y los consumidores de metales para
estabilizar el precio de mercado a través del uso de existencias reguladoras
y controles a la exportación. Un ejemplo conocido es el Convenio Interna-
cional del Estaño (ITC). Durante muchos años, después de la Segunda Gue-
rra Mundial, este intentó controlar el precio del mismo hasta su súbita des-
aparición a fines de 1985.
Precios al productor, según el cual los productores importantes venden sus
productos al mismo precio o precios similares. Con frecuencia dicha coor-
dinación es más tácita que manifiesta a fin de evitar infringir las leyes
antimonopolio o de competencia. Puede ser una empresa la que impone el
precio que otras sigan o bien este rol puede, de vez en cuando, traspasarse a
otras. Tales arreglos inevitablemente exigen que las empresas limiten su
producción o acumulen existencias durante las recesiones. Durante años las
industrias mundiales de aluminio y níquel, además de la norteamericana del
cobre, tenían precios al productor. Sin embargo, a medida que fue creciendo
el tamaño de estos mercados, se hizo cada vez más difícil que unas pocas
empresas pudieran controlar a estos y los precios al productor desaparecie-
ron en gran medida.
El fracaso de las medidas para eliminar o mitigar la volatilidad del mercado
ha alentado a los productores a implementar estrategias bastante distintas en los
últimos años. Las nuevas alternativas están diseñadas no para reducir o eliminar los
riesgos, sino más bien para desplazarlos desde las empresas y países productores de
metales a terceros, quienes están dispuestos a asumirlos por un precio determinado.
Por ejemplo, las empresas se valen de mercados a término y otros derivados finan-
cieros para comprar protección contra futuras disminuciones en los precios. Los
gobiernos mantienen fondos de estabilización donde colocan algunos de los ingre-
sos provenientes de su sector nacional de minerales en los tiempos de auge y desde
los cuales pueden retirar fondos cuando los precios descendentes de los metales
provoquen una caída en los ingresos. En el intertanto, estos fondos se invierten en
el extranjero para asegurar que no acentúen las fluctuaciones de la economía nacio-
nal a raíz de su dependencia del mercado volátil del cobr~.
Aunque la volatilidad crea problemas para los productores de cobre, no todo
es negativo. Investigaciones recientes, realizadas por mí junto con algunos colegas
en los últimos años, indican que la caída en los precios del cobre, asociada con
descensos en el ciclo económico, motiva a las empresas a redoblar sus esfuerzos
para rebajar los costos. Como resultado de ello, las recesiones en este mercado
promueven aumentos de la productividad y reducen los costos. Durante estos perío-
dos, los gerentes se ven obligados a tomar decisiones difíciles y los empleados y
32
TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN TILTON
sindicatos están más dispuestos a apoyar sus esfuerzos. Se despide a los empleados
no esenciales y se cierran definitivamente las instalaciones ineficientes. (Tilton y
Landsberg 1999, Aydin y Tilton 2000, García y otros 2001, y Tilton 2001)
Asimismo, cuando los ingresos gubernamentales están bajos, los funciona-
rios de gobierno están más dispuestos a escudriñar y eliminar los programas estata-
les antieconómicos. Aunque la volatilidad hace que la vida sea más difícil y desa-
fiante para los funcionarios corporativos y públicos, no deja de tener sus ventajas.
Sorprendentemente, para algunos al menos, desde 1970 lo mismo es incluso
más válido para el descenso a largo plazo de los precios de tendencia del cobre.
Aunque los beneficios de los precios reales descendentes para los consumidores
son reconocidos ampliamente, no lo son tan fácilmente para los productores. Esto
es porque tendemos a pensar en los precios descendentes sin considerar los motivos
del descenso. En igualdad de condiciones, los precios descendentes significan me-
nores ingresos y utilidades más bajas para las empresas productoras y tiempos más
difíciles para los países productores.
Pero, como hemos visto, no existe tal igualdad de condiciones; la fuerza
impulsora detrás de la caída de los precios es la disminución de los costos. La capa-
cidad de las empresas de crear patrimonio y ganar utilidades depende tanto de sus
costos como del precio de mercado. Cuando los costos caen con la misma o mayor
rapidez que el precio de mercado, las utilidades no bajan. Por lo demás, tampoco
bajan los impuestos sobre las utilidades que las empresas pagan al gobierno.
Por cierto, algunas empresas tal vez no logren reducir sus costos al mismo
ritmo que la caída de los precios de mercado o con la rapidez de muchos de sus
competidores. Estas verán restringidas sus utilidades con el tiempo, pero el precio
de mercado descendente es solo un chivo expiatorio. Estas empresas están perdien-
do su competitividad porque son incapaces de, o no están dispuestas a, mantenerse
a la altura de los otros productores.
Hay otra razón bastante diferente por la que algunos condenan la caída en
el precio de mercado. Esto refleja el hecho de que son los consumidores, en lugar
de los productores, los que en definitiva están cosechando los beneficios de las
nuevas tecnologías y otras innovaciones que reducen los costos de producción
del cobre. Se argumenta que para los productores y, en especial, para los países
productores, esto es problemático. Muchos países productores están en etapas
más tempranas de desarrollo que los países desarrollados, donde tiene lugar la
mayor parte del consumo.
Esto, desde luego, no es una preocupación nueva. Se remonta por lo me-
nos a los años 50 y a los escritos de Prebisch (1950), Singer (1950) y otros econo-
mistas del desarrollo. Para bien o para mal, simplemente refleja un hecho de la
vida, no solo para el cobre sino para casi todas las industrias de la economía
mundial moderna. La mayor tajada de los beneficios resultantes de los avances en
33
 ¿MINERÍA PARA SIEMPRE?/ GUSTAVO LAGOS C.C., EDITOR
la tecnología en las industrias de las comunicaciones y de la computación, por
ejemplo, pasan bastante rápidamente a los consumidores en la forma de produc-
tos mejores y más baratos.
Además, las empresas que innovan exitosamente tienden a prosperar. No
todo el patrimonio que crean a través de la eterna lucha por reducir los costos se
traspasa a los consumidores; algo se traslada a sus empleados, otro tanto a sus ,
inversionistas y, una parte, también a los gobiernos que los acogen en la forma de
mayores ingresos tributarios.
Hasta ahora, el argumento en favor de los precios reales descendentes ha
sido mayormente defensivo, explicando porqué es equivocada la presunción popu-
lar de que la caída de los precios es mala para los productores. Pero, ¿en qué sentido
el descenso de los precios es efectivamente bueno para ellos? La respuesta radica
primordialmente en su impacto sobre la demanda de cobre. Mientras los producto-
res de cobre compiten entre sí para lograr mayor participación en el mercado, en
gran medida a través de sus esfuerzos continuos por reducir los costos, la industria
en su conjunto está enfrascada en una batalla competitiva a largo plazo con los
plásticos, el aluminio y otros materiales para conseguir mercados. Un mercado
mundial del cobre en rápido crecimiento provee mayores oportunidades para que
las empresas cupríferas obtengan utilidades y generen patrimonio y para que los
países productores del mineral compartan dicho patrimonio.
Observamos anteriormente que el crecimiento de la demanda del cobre en
Norteamérica y otros lugares durante los años 90 fue mucho más rápido de lo que
predijeron muchos analistas. Por esta y otras razones, la producción mundial creció
más del doble entre 1970 y 2000.
Ahora imaginen que los costos de la producción hubieran seguido aumen-
tando después de 1970, haciendo que los precios siguieran la tendencia ascendente
registrada para el período 1950-1970. Al llegar a 2001, el precio de tendencia ha-
bría alcanzado los 2,49 dólares por libra, alrededor de tres veces el precio de ten-
dencia mostrado en la Figura 6. Nadie sabe exactamente de qué manera esto hubie-
ra modificado la demanda de cobre, pero no cabe duda de que la capacidad del
cobre de competir en el mercado de materiales más amplio se hubiera visto seria-
mente menoscabada.
Un beneficio algo relacionado de la caída de los precios a largo plazo para
los productores surge a raíz de la percepción generalizada de que el cobre y otros
metales, por el hecho de producirse a partir de recursos no renovables, con el tiem-
po serán cada vez más escasos. Algunos argumentan que, por este motivo, la socie-
dad debe estudiar la factibilidad de utilizar recursos renovables y reciclados como
sustitutos de los metales producidos desde yacimientos mineros. Esta forma de pen-
sar, por ejemplo, se encuentra frecuentemente en el campo de la ecología industrial,
como se ilustra en el conocido libro de texto de Graedel y Allenby (1995).
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TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN TILTON
Como el pasado no es necesariamente una buena guía del futuro, la ten-
dencia descendente de los precios del cobre y otros metales durante los últimos
30 años y, por cierto, durante el último siglo, no descarta la posibilidad de una
escasez futura. Sin embargo, sí sugiere que actualmente esta insuficiencia está
alejándose hacia un futuro más distante, reduciendo ahora mismo la necesidad de
sustituir el cobre.
Por estas razones, puede esgrimirse un fuerte argumento a favor de que la
tendencia descendente de los precios reales del cobre sea buena tanto para los pro-
ductores como los consumidores, no obstante la percepción generalizada en contra-
rio. La lucha permanente de los productores por introducir nuevas tecnologías y
otras formas de reducir los costos no es irracional. Aunque en las últimas décadas
ha empujado más hacia abajo el precio del cobre, a su vez ha promovido el rápido
crecimiento del mercado mundial de este, situación de la que han disfrutado los
productores.
EL FUTURO
Ahora es tiempo de mirar hacia el futuro y abordar nuestra pregunta final:
¿qué podemos decir respecto del rumbo futuro de los precios del cobre a la luz de su
comportamiento en el pasado?
En el año 2001, el precio al productor promedio del cobre en EE.UU. era de
79 centavos por libra, uno de los más bajos jamás registrados. Solo en 1932, en las
profundidades de la GranDepresión, estuvo más bajo el precio real del cobre. Esta
cifra refleja tanto el descenso continuo de la tendencia a largo plazo que comenzó
alrededor de 1970, como la disminución cíclica asociada con la desaceleración re-
ciente de la economía mundial. Dentro del próximo par de años, si la economía
mundial se recupera como muchos prevén, el precio del cobre debería elevarse
hasta -o incluso superar- el de tendencia actual de 88 centavos por libra (siempre
en dólares constantes de 2001).
Aunque esto supuestamente tiene algún interés inmediato, el asunto más
importante a largo plazo es si acaso el precio del cobre seguirá fluctuando brusca-
mente en torno a una tendencia descendente a muy largo plazo.
Lo más probable es que subsista una volatilidad continua. Los esfuerzos
previos para reducirla no tuvieron un éxito duradero y hay pocos motivos para creer
que, si se intentaran de nuevo, serían más efectivos. Si la tendencia reciente hacia
las fusiones continúa, la mayor concentración entre los productores primarios po-
dría en algún momento alentar iniciativas por parte de las empresas más importan-
tes de reintroducir los precios al productor o, simplemente, coordinar tácitamente
reducciones en la producción en tiempos de contracción de la demanda y los pre-
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¿MINERÍA PARA SIEMPRE? I GUSTAVO LAGOS e.e., EDITOR
cios. Sin embargo, tales sucesos no son muy factibles. En algún momento es proba-
ble que las instituciones antimonopólicas proscriban las nuevas fusiones requeridas
para que estas iniciativas tengan éxito. Además, una parte significativa de la pro-
ducción mundial del cobre proviene del reciclado de chatarra por la fragmentada
industria secundaria del cobre.
Más aún, aunque los precios al productor amortigüen las fluctuaciones cí-
clicas de los precios a corto plazo, no pueden modificar las características subya-
centes de la demanda y oferta del cobre que causan la volatilidad del mercado.
Como resultado, los precios al productor y las reducciones de producción tácita-
mente coordinadas logran reducir las fluctuaciones en los precios a través de una
acentuación de las oscilaciones en las ventas de mercado a lo largo del ciclo y la
utilización de la capacidad.
Esto significa que la volatilidad dependerá en gran medida de los cambios
en el comportamiento cíclico de la economía mundial. Si las fluctuaciones del ciclo
económico se tornan menos serias y se extienden por períodos más largos, la
volatilidad disminuirá. Si ocurre lo opuesto, como predicen algunos (Mining Journal
2001), esta aumentará. En cualquier caso, no hay motivo para suponer que desapa-
recerán las causas subyacentes de la inestabilidad derivada de la naturaleza de la
oferta y demanda a corto plazo del cobre. De modo que es probable que el mercado
siga experimentando volatilidad, con las ventajas y desventajas que esto conlleva.
La continuidad de la tendencia descendente de los precios del cobre es me-
nos segura. Esto requerirá que las nuevas tecnologías y otras innovaciones compen-
sen los efectos negativos del agotamiento sobre los costos. Como hemos visto, du-
rante gran parte de los últimos 130 años han prevalecido las fuerzas que empujan
los precios hacia abajo. Sin embargo, entremedio han habido décadas donde han
dominado las fuerzas que alzan los precios, y donde las dos fuerzas se han más o
menos neutralizado entre sí. De manera que no puede descartarse que la reciente
tendencia descendente llegue a su fin o incluso se revierta.
No obstante, puede esgrimirse un argumento razonablemente fuerte a fa-
vor de que los precios del cobre continuarán descendiendo durante una o dos
décadas más. Las nuevas políticas de inversión en el mundo están alep.tando a las
empresas mineras multinacionales a explorar y explotar nuevos yacimientos en
países que antes evitaron por motivos políticos. Esto debería mantener a raya los
efectos del agotamiento que tiende a aumentar los costos. Al mismo tiempo, no
hay señales que sugieran que el ritmo de cambio tecnológico esté por disminuir.
Por el contrario, hay algunos avances en la hidrometalurgia y otras áreas que se
ven bastante prometedores (National Research Council 2002). Es difícil predecir
si acaso los costos y los precios caerán tan rápidamente como ha sucedido en las
últimas tres décadas, pero hay mucho que sugiere que los precios reales seguirán
bajando en el largo plazo.
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TENDENCIAS A LARGO PLAZO DE LOS PRECIOS .. ./JoHN T!LTON
Estas son buenas noticias para aquellos productores cuyos esfuerzos por
innovar se traduzcan en una reducción de los costos a igual velocidad que la caída
esperada en los precios. Porque los precios descendentes aumentarán la
competitividad del cobre y promoverán la continua expansión de sus muchos mer-
cados de consumo final alrededor del mundo .
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