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HSG "C" (Rodríguez)


Capitalismo como religión
(Fuente:http://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.html)

Hay que ver en el capitalismo una religión. Es decir, el capitalismo sirve


esencialmente a la satisfacción de las mismas preocupaciones, penas e
inquietudes a las que daban antiguamente respuesta las denominadas
religiones. La comprobación de esta estructura religiosa del capitalismo, no
sólo como forma condicionada religiosamente (como pensaba Weber), sino
como fenómeno esencialmente religioso, nos conduciría hoy ante el abismo de
una polémica universal que carece de medida. [Y es que] no nos es posible
describir la red en la que nos encontramos. Sin embargo, será algo apreciable
en el futuro.
No obstante, son reconocibles tres rasgos de esa estructura religiosa del
capitalismo en el presente. Primero, el capitalismo es una pura religión de culto,
quizás la más extrema que haya existido jamás. En el capitalismo todo tiene
significado sólo en relación inmediata con el culto. No conoce ninguna
dogmática especial, ninguna teología. Desde este punto de vista, el utilitarismo
gana su coloración religiosa. A esa concreción del culto se vincula un segundo
rasgo del capitalismo: la duración permanente del culto. El capitalismo es
celebración de un culto sans trêve et sans merci (sin tregua ni piedad). En él no
hay señalado un día a la semana, ningún día que no sea día festivo (en el
sentido terrible del desarrollo de toda la pompa sacral) que constituiría el
esfuerzo más manifiesto de quien adora. Este culto es, en tercer lugar,
culpabilizante. Probablemente el capitalismo es el primer caso de culto no
expiante, sino culpabilizante. Este sistema religioso se encuentra arrastrado por
una corriente gigantesca. Una monumental consciencia de culpa que no sabe
sacudirse la culpabilidad de encima echa mano del culto no para reparar esa
culpa, sino para hacerla universal, forzarla a introducir en la consciencia y,
[finalmente] y sobre todo, abarcar a Dios mismo en esa culpa para que se
interese finalmente en la expiación. La expiación, por tanto, no debe esperarse
del culto mismo, ni de la reforma de esa religión. Tendría que sostenerse en
algo más seguro que en ella misma. Tampoco podría sostenerse en su
rechazo. En la esencia de ese movimiento religioso que es el capitalismo [yace
la idea] de resistir hasta el final, hasta la culpabilización final de Dios, hasta la
consecución de un estado mundial de desesperación que es, precisamente, el
que se espera. En esto estriba lo históricamente inaudito del capitalismo, que la
religión no es reforma del ser, sino su destrucción. La expansión de la
desesperación hasta un estado religioso mundial del cual ha de esperarse la
salvación. La trascendencia de Dios se ha derrumbado, pero no ha muerto,
sino que está comprendido en el destino de la humanidad. Ese tránsito del
planeta humano por la casa de la desesperación en la absoluta soledad de su
trayecto es el ethos determinado por Nietzsche. Ese hombre es el ultrahombre,
el primero que empieza a cumplir, reconociéndola, la religión capitalista. Su
cuarto rasgo es que Dios debe permanecer oculto, y sólo debe ser llamado en
el cenit de su culpabilización.
El culto es celebrado ante una divinidad inmadura y toda representación, todo
pensamiento en esa divinidad daña el secreto de su maduración.
La teoría freudiana es también parte del dominio sacerdotal de ese culto. Está
pensada de forma totalmente capitalista. Lo reprimido, la imaginación
pecaminosa es, en lo más profundo y por [una] analogía que todavía habrá que
clarificar, el capital, que paga intereses [verzinst] por el infierno del
inconsciente.
El tipo de pensamiento religioso capitalista se encuentra extraordinariamente
expresado en la filosofía de Nietzsche. El pensamiento del ultrahombre sitúa el
salto apocalíptico no en la conversión, expiación, purificación [y] penitencia,
sino en el aparente permanente acrecentamiento- si bien, en el último tramo,
discontinuo y a saltos. Por eso, aumento y desarrollo son en el sentido del non
facit saltum (del no dar saltos) inconciliables. El ultrahombre es el hombre
histórico al que se llega sin conversión que traspasa el cielo. Este hacer saltar
el cielo por medio de un acrecentamiento humano que religiosamente es y se
mantiene (también para Nietzsche) como endeudamiento (culpa)
[Verschuldung] lo prejuzgó Nietzsche. Y similarmente Marx: el capitalismo
incambiable se tornará, con intereses e intereses de intereses, cuya función es
la deuda (vid. La duplicidad demoníaca de ese concepto [deuda/culpa: Schuld],
en socialismo.
El capitalismo es una religión del mero culto, sin dogma. El capitalismo se ha
desarrollado en Occidente –como se puede demostrar no sólo en el calvinismo,
sino en el esto de las orientaciones cristianas ortodoxas- parasitariamente
respecto del cristianismo de modo tal que, al final, su historia es en lo esencial
la de su parásito, el capitalismo.
-Comparación entre las imágenes de los santos de las distintas religiones, por
un lado, y los billetes de los distintos Estados, por otro-El espíritu que se
expresa en la ornamentación de los billetes.
{Aquí hay varias anotaciones bibliográficas: Fuchs, Weber, Sorel, Landauer
Troeltsch…}

Las preocupaciones: una enfermedad del espíritu que es propia de la época.


Situación espiritual (no material) sin salida que (deviene) en pobreza,
vagabundeo, mendicidad, monacato. Una situación así que carece de salida es
culpabilizante. Las “preocupaciones” son el índice de la consciencia de
culpabilidad de la situación sin salida. Las preocupaciones se originan por el
miedo ante la falta de salida colectiva, no individual-material.
En tiempos de la Reforma el cristianismo no favoreció el advenimiento del
capitalismo, sino que se transformó en él.Metódicamente habría que investigar
en primer lugar qué vinculos estableció en cada momento el dinero con el mito,
hasta que pudo atraerse hacia sí tantos elementos míticos del cristianismo para
constituir ya el propio mito.[algunas citas..]Vinculo del dogma con el
capitalismo, desde lo disuelto – y para nosotros en esa característica
naturaleza del saber que es salvadora y que está muerta al tiempo (¿) . El
balance como saber realizado y salvador (¿)}.Contribuye al conocimiento del
capitalismo como una religión el hacer presente que originalmente los infieles
consideraron la religión no como un “elevado interés moral”, sino como el más
inmediatamente práctico. En otras palabras: fueron tan poco conscientes, como
el capitalismo actual, de su naturaleza “ideal” o “trascendente”, que vieron más
bien en el individuo irreligioso o heterodoxo de su comunidad, precisamente, a
un miembro inconfundible de ella, igual que la burguesía actual los ve en sus
miembros no productivos.

W. Benjamin, Gesammelte Schriften,vol. VI, 100-103.

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