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La pandemia causó cambios radicales en la vida cotidiana de la autora, incluido el distanciamiento social y el trabajo desde casa. Al principio, estos cambios fueron difíciles de aceptar e incrementaron su ansiedad y miedos. Sin embargo, con el tiempo logró adaptarse a la nueva normalidad. Aunque la incertidumbre persiste, la autora se siente más tranquila ahora que la pandemia parece estar bajo mayor control.
La pandemia causó cambios radicales en la vida cotidiana de la autora, incluido el distanciamiento social y el trabajo desde casa. Al principio, estos cambios fueron difíciles de aceptar e incrementaron su ansiedad y miedos. Sin embargo, con el tiempo logró adaptarse a la nueva normalidad. Aunque la incertidumbre persiste, la autora se siente más tranquila ahora que la pandemia parece estar bajo mayor control.
La pandemia causó cambios radicales en la vida cotidiana de la autora, incluido el distanciamiento social y el trabajo desde casa. Al principio, estos cambios fueron difíciles de aceptar e incrementaron su ansiedad y miedos. Sin embargo, con el tiempo logró adaptarse a la nueva normalidad. Aunque la incertidumbre persiste, la autora se siente más tranquila ahora que la pandemia parece estar bajo mayor control.
Un día todo empezó… todo cambió, una sensación de miedo, angustia,
incertidumbre alteraron mi vida cotidiana; estábamos luchando con un gigante desconocido llamado COVID 1º, que rápidamente comenzaba a propagarse causando estragos a la humanidad. Me obligó al distanciamiento social a tomar conciencia de que estábamos frente a una realidad que producía un cambio radical en mi vida, cambios que yo no quería pero debía aceptarlos porque esas eran las reglas del juego.
Cambió lo laboral, lo social, las costumbres en mi hogar, el día a día que
enfrentaba la familia, de repente mi casa se había transformado en mi espacio laboral, al principio aceptar tremendo desafío costó pero con el paso de los días, la adaptación y la aceptación a esta nueva manera de enfrentar algo a lo que no estábamos preparados se hizo sentir.
Muchas veces el estrés producto del cambio, sumado a esto aislamiento
social, carga de trabajo en aumento, el contacto virtual diario con los alumnos, la preocupación de no saber que pasaba del otro lado del teléfono o de la computadora, aumentaba más mi ansiedad y mis miedos, ansiedad por querer cumplir con las metas pautadas diaria, miedo por todo lo que estaba pasando a mi alrededor, incertidumbre de no saber que jugada tenía el destino para mi. Por suerte no fue mas que eso, de a poco va quedando a tras, de a poco estamos retomando nuestra vida normal cumpliendo con todos los protocolos necesarios para cuidar y cuidarnos, más aun con la vuelta a las aulas en medio de una pandemia que nos acecha pero con menos fuera.