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Para quienes nos dedicamos a la comunicación se convierte en un buen hábito pensar lo

que vamos a decir tomando en cuenta a nuestro interlocutor, el cómo y en dónde vamos a
hacerlo y lo qué esperamos obtener con lo que digamos.

Practicamos día a día cuando hablamos con nuestras familias y amigos, cuando
compartimos un meme, cuando editamos insufrible e inevitablemente lo que vamos leyendo
- como los comentarios en redes sociales -, o simplemente enviamos un mensaje a alguien
que amamos para alegrarle la tarde.

La comunicación profesional no necesariamente es seria, positiva, científica, estructural. A


veces nos olvidamos que existen otras formas y códigos que podemos usar para alcanzar el
objetivo que nos hayamos planteado. Por ejemplo, se dice por ahí que una imagen dice más
que mil palabras.

Cuando sumamos ese grán hábito de comunicación efectiva a un sistema de códigos no


necesariamente verbales podemos hablar de profesionalismo. Por ejemplo, una imagen que
es producida bajo éste esquema de pensamiento se convierte automáticamente en
fotografía.

El fotógrafo - o la persona que hace fotografía - no pinta con luz ni produce imágenes en
serie para una red social con su celular. Es un estratega inteligente capaz de traducir un
hecho o fenómeno en soporte. Alquimia social pura.

Y aún así, un buen fotógrafo se diferencia del resto porque es aquel que se dedica a
estudiar, comprender y practicar las técnicas que aportan a una mejor elaboración del texto
fotográfico, sin importar su género. Lo importante es la forma en la que se elabora el
mensaje.

El fotógrafo, al momento de documentar lo que sea que esté documentando, desaparece y


se transforma en la conciencia colectiva de la humanidad tomando la forma del sistema
réflex. Es decir, se transforma en código y técnica; en cosmogonía y herramienta.

Sabiendo ésto, elige desde el plano compositivo hasta la posición de la cámara,


configurando desde su visualidad un mensaje específico sobre el contexto de un momento
determinado. Tiene intención de hablar con el disparo de su cámara. Así: “hablar”. De habla.
Porque es particular al sujeto en el que se ha convertido con el paso del tiempo. Él es el que
decide.

Sin embargo, la interpretación no depende de él. Está sujeta a la arbitrariedad de la


subjetividad colectiva, esa misma que usa para producir sus fotografías. Pero sigue siendo
la opinión pública - tan cambiante y volátil - la que le da significado a la fotografía usando
hasta su imaginación para llenar los espacios en blanco con los que se va encontrando
mientras decodifica el texto fotográfico.

En la escuela nos enseñan que lo ético es sostener nuestros argumentos en lo científico.


Pero en la práctica, es diferente.
Hechos.

Fue en el New York Times donde se publicó la fotografía que le dio a Kevin Carter su
Pulitzer. La imagen muestra a un infante famélico a punto de ser devorado por un buitre.

Nos cuenta la historia que se encontraban muchas familias formadas en las líneas de ayuda
contra la desnutrición en África de la ONU cuando Carter y otros fotógrafos fueron
desembarcados del avión por tan solo 30 minutos para hacer su trabajo. Fue cuando Carter
tomó aquella imágen. Nunca antes había hecho algo así a pesar de que trabajó cubriendo
guerras y tiroteos con otros fotógrafos sudafricanos durante muchos años.

Carter, acostumbrado a obtener la mejor imágen posible para recibir un mejor pago, esperó
a poder disparar en el momento justo en el que el buitre abriera las alas para darle más
dramatismo a la imagen. Pero eso no pasó.

Cuando finalmente fue publicada la fotografía, inmediatamente la crítica internacional se


dejó caer sobre el joven fotógrafo calificandolo de “carroñero” por su método para obtener la
mejor imágen. Fue criticado por no haber ayudado a la que la audiencia imaginó como una
niña, quizá porque son concebidas en el imaginario colectivo como las personas más
vulnerables en todo el mundo. Se llegaron a preguntar qué clase de fotógrafo sin ética
profesional toma una imagen como esa y no se tienta el corazón para ayudar a alguien.

Pero lo cierto es que la interpretación del texto fotográfico es arbitraria, porque responde al
juicio de quien se expone a ella, sin tomar en cuenta los objetivos y estrategias de los
medios que las publican o la forma en la que el fotógrafo decidió elaborar una imagen. Es
más, el intérprete lo ignora.

Entonces, ¿qué tiene que ver la ética con el profesionalismo? Aunque pareciera, en el caso
particular de Carter, que tiene que ver más con la censura, la ética en la comunicación es
responsabilidad del cuarto poder. Qué prefiere: ¿vender copias, comunicar la ilusión de
bienestar, incomodarnos o decirnos la verdad?

Las presiones que causó la fotografía en su autor fueron insoportables, no solamente por lo
polémico de su contenido sino por lo que hace la guerra, los asesinatos, la ira y el dolor a
las personas. El 27 de julio de 1994 Carter tomó su vida mencionando lo deprimido que
estaba por dedicarse a la persecución del dinero para pagar las cuentas y los recuerdos
forjados en las situaciones que documentaba.

Los medios.

VILLASEÑOR, Enrique. “Ética fotográfica. Ética y fotoperiodismo.” Disponible en


http://www.fotoperiodismo.org/FORO/files/fotoperiodismo/source/html/textos/villasenor2.htm
Reflexiona sobre el objetivo de la noticia y el fotoperiodismo a través de la ética en la
producción de la imagen documental y el valor que pierde o gana una imagen cuando es
retocada o alterada. Remarca las diferencias entre el fotodocumentalismo periodístico e
informativo subrayando que, incluso en la fotografía publicitaria y editorial, los montajes,
ediciones y alteraciones a la imagen cumplen un objetivo comunicativo ya que la fotografía
es un acto interpretativo de la realidad hecho por el propio fotógrafo.

“Al producir la imagen, el autor tamiza la obra con su propio bagaje y lo expresa a través de
códigos propios: el encuadre, el énfasis de los temas, los detalles compositivos, la elección de
los sujetos, el fondo, la posición de la cámara, el espacio o el instante elegido. Todos estos y
muchos otros aspectos son utilizados consciente o inconscientemente por el fotógrafo. La
imagen resultante refleja su posición ante el suceso y frente a la vida. Es producto de sus
intenciones, intereses, pericia técnica, cultura y por supuesto, su ideología. En este punto,
podríamos afirmar que la objetividad en la producción de imágenes es relativa.”

La imagen del CVhé Guevara es una fotografía alterada. Pero nadie la cuestiona.
Charles Darwin alteró imágenes, pero nadie las cuestiona.
Los soldados americanos torturan prisioneros iraquíes y el presidente George Bush tuvo que
disculparse en los medios iraquíes.

“Actuar con responsabilidad y prudencia nos permitirá resolver dilemas morales de manera
óptima, dicha capacidad se ve sesgada por normas socialmente cambiantes, en tanto el proceso
moral se conforma desde afuera por leyes, principios, criterios que construyen un entramado
propio. Es ahí donde podríamos ubicar también a la fotografía, como un entramado de
realidades configurada de manera objetiva pero desentrañada subjetivamente. Los medios que
“usan” la imagen fotográfica deberían medir límites en sus formas de expresar o evidenciar
representaciones o ¿somos los lectores los que establecemos nuestros propios niveles de
análisis (denotando o connotando) sin fijar prudencia y responsabilidad que marquen límites
justos?”

BARBARÁN, Maria Isabel. (2015) “La fotografía, paradoja ética.” Revista Trazos Digital.
Disponible en http://revistatrazos.ucse.edu.ar/index.php/2015/08/27/la-fotografia-paradoja-etica/

“En la medida en que debe ser actualizado, un texto está incompleto. Por dos razones. La
primera no se refiere sólo a los objetos lingüísticos que hemos convenido en definir como
textos, sino también a cualquier mensaje, incluidas las oraciones y los términos aislados.
Una expresión sigue siendo un mero flatus vocis [expresión vacía] mientras no se la
pone en correlación, por referencia a determinado código, con su contenido establecido
por convención: en este sentido, el destinatario se postula siempre como el operador (no
necesariamente empírico) capaz, por decirlo así, de abrir el diccionario a cada palabra
que encuentra y de recurrir a una serie de reglas sintácticas preexistentes con el fin de
reconocer las funciones recíprocas de los términos en el contexto de la oración. Podemos
decir, entonces, que todo mensaje postula una competencia gramatical por parte del
destinatario, incluso si se emite en una lengua que sólo el emisor conoce”

ECO, Humberto. (1987) “El Lector Modelo” Disponible en:


https://perio.unlp.edu.ar/catedras/comunicacionyrecepcion/wp-content/uploads/sites/135/2020/05
/eco._el_lector_modelo.pdf

“nunca se da una comunicación meramente lingüística, sino una actividad semiótica


en sentido amplio, en la que varios sistemas de signos se complementan entre sí. Pero
¿qué ocurre en el caso de un texto escrito, que el autor genera y después entrega a una
variedad de actos de interpretación. como quien mete un mensaje en una botella y luego
la arroja al mar?” Eco.

Los lectores ya esperan un significado del medio en el que se publican las imágenes, sean
periodísticas o no. Los lectores leerán los códigos con base a lo que están acostumbrados a
recibir, a su bagaje cultural y rellenando los espacios vacíos en el texto que se presuponen por
la naturaleza de nuestro lenguaje. Eso no cambia en las producciones gráficas y mucho menos
en la fotografía que está involucrada no solamente con el objeto que se retrata, sino la elección
de un campo compositivo, la estructura de imagen, la posición de la cámara, la posición del
fotógrafo, la visualidad del momento, el mismo calibraje de la cámara fotográfica y los objetivos y
estrategia que se deben tomar en cuenta al momento de producir un texto, en este caso, visual.

El lector debería saber más de nuestra fotografía o la fotografía debería hablar por sí misma.
Una imagen dice más que mil palabras.

BARTHES, Roland. “El mensaje fotográfico” Disponible en


https://socioloco.tripod.com/observacion/barthes_el_mensaje_fotografico.pdf

Sobre la paradoja fotográfica y formas de lenguaje fotográfico. Procedimientos de connotación.


Fotoperiodismo. Fotografía y texto.

BARRANCO, Justo.(2021) “Vivir (poco) tras la foto más polémica del mundo.” La Vanguardia
Digital. Cultura. Dispopnible en:
https://www.lavanguardia.com/cultura/20210108/6172938/kevin-carter-pulitzer-tnc-fotoperiodism
o-apartheid.html

Periodistas 21 (2004) “El dolor y la verdad de la imagen” Disponible en:


http://periodistas21.blogspot.com/2004/03/el-dolor-y-la-verdad-de-la-imagen.html

Wikipedia “Kevin Carter” https://es.wikipedia.org/wiki/Kevin_Carter

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