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Resolución fiscal

FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCION JERARQUICA.

En principio, es importante señalar que el “Derecho de acceso a la justicia”, también conocido


como “tutela judicial efectiva” , se constituye actualmente en un derecho humano de
trascendental relevancia para un estado constitucional de derecho, en el que todos los
ciudadanos pueden conocer y ejercer sus derechos, con la seguridad que sus conflictos y
litigios serán tratados y solucionados de formar eficaz y oportuna, a través de la jurisdicciones
reconocidas, al respecto, tanto la doctrina como la jurisprudencia es coincidente al afirmar que
la “tutela judicial efectiva” o “derecho de acceso a la justicia” consiste” consiste, de manera
general, en la protección oportuna y realización inmediata de los derechos e intereses
legítimos de las personas por parte de las autoridades que ejercen la función jurisdiccional.

En ese entendido, el parágrafo segundo del art. 115 de la CPE, establece el reconocimiento del
“derecho de acceso a una justicia o tutela judicial efectiva”, plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones, siendo obligación del Estado garantizarla. Al respecto, la SCP
0570/2013 de 21 de mayo, precisó: “(...) El derecho a la tutela judicial efectiva, uno de los
elementos de la garantía del debido proceso, consiste en el acceso libre a la jurisdicción; es
decir, promover un proceso, intervenir en el mismo y obtener una decisión jurisdiccional sobre
la pretensión deducida o sobre lo peticionado, impugnar la misma y finalmente que el
pronunciamiento se cumpla a efectos de reponer el derecho demandado como infringido (...)”.
Asimismo, con anterioridad, pero en el mismo sentido, la SC 0193/2006-R de 21 de febrero,
afirmó que el “acceso a la justicia o tutela judicial efectiva”, debe ser entendida como: "(...) la
potestad, capacidad y facultad que tiene toda persona para acudir ante la autoridad
jurisdiccional competente para demandar que se preserve o restablezca una situación jurídica
perturbada o violada que lesiona o desconoce sus derechos e intereses, a objeto de lograr,
previo proceso, una decisión judicial que modifique dicha situación jurídica”.

Por su parte, la SCP 1953/2012 de 12 de octubre, ampliando el contenido del “derecho de


acceso a la justicia”, refiere que: “(...) en el ámbito procesal, debe ser interpretado por las
autoridades jurisdiccionales a partir del principio pro actione, el cual deriva del principio pro
homine -también pro persona o favorabilidad-, que implica la obligación de aplicar las normas
procesales de manera más favorable, que asegure una justicia material por encima de una
formal (...)”.

Complementariamente, el Tribunal Supremo de Justicia en el A.S. N2 192/2015-RRC de 19 de


marzo de 2015, respecto al “derecho a acceso a la justicia” precisó: '(...) De igual forma, es
necesario estimar que este derecho, no puede comprenderse como absoluto e ilimitado, pues
acarrearía una desmesurada como innecesaria (por tanto perniciosa) actividad procesal, en
cuyo mérito para ejercerlo debe ser armonizado con ciertas exigencias que la propia legislación
contiene, como por ejemplo las formas, plazos y requisitos que la ley procesal prevea para
cada supuesto en específico; un elemento importante también dentro del ejercicio de este
derecho, es el constituido por que la pretensión deba tener origen en un perjuicio jurídico o
agravio
Para los fines del ejercicio del Art, 55 de la Ley 260, se consideran en términos generales la
descripción del supuesto fáctico, la cual responde 3 criterios identificadores de tiempo-
espacio, modo, forma, resultados, Identificación de participes, víctimas y testigos, las acciones
realizadas por estos; de lo que naturalmente se concluye la importancia de la descripción
fáctica, además debe tener ausencia de conclusiones, conceptos jurídicos, en su construcción
narrativa; por ello se indica que los hechos solo son descriptivos y los mismos no pueden
comprobarse a sí mismos, empero la construcción narrativa en este punto concreto, es
suficiente para el análisis de Subsunción y Tipicidad. En tal entendido debemos considerar que
esta descripción de los hechos, debe responder a la probabilidad y/o posibilidad razonada de
su existencia, a partir de las cuales se mide los elementos constitutivos de los diversos tipos
penales, ello en consideración a que la descripción de estos hechos debe reunir mínimamente
ciertas características que permitan identificar ciertos elementos (materiales, objetivos y
subjetivos).

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