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Trabajo de investigación: El debido proceso y sus garantías

Francisca Álvarez Lagos

Los principios del “debido proceso” forman parte de nuestra regulación constitucional
desde 1833, sin embargo, encuentran su mayor desarrollo en el Acta Constitucional N°3 de
1976 y en la Constitución de 1980. Se trata de una garantía constitucional que asegura a
todas las personas que estén en un proceso y de un derecho que limita el ejercicio de la
soberanía.

En términos coloquiales, el debido proceso es una garantía constitucional de que a todos se


nos aplicarán las mismas normas de procedimiento, juzgándonos bajo un proceso que está
regulado y no de cualquier manera arbitraria o injusta. Por esta razón, el Estado debe
garantizar el respeto a aquellas garantías mínimas en los procedimientos tanto judiciales
como administrativos o de todo tipo. Es decir, que existe una obligación de las autoridades
a respetar las formalidades esenciales del proceso para considerar este como válido o justo.
Además, deberán actuar con imparcialidad, ateniéndose a lo que establecen las leyes,
protegiendo de esta manera los derechos y libertades de toda persona acusada de cometer
un delito. En el artículo 19 se expresa que: “Toda sentencia de un órgano que ejerza
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al
legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación
racionales y justos”.

No hay una definición universalmente aceptada del debido proceso, sin embargo, citaré a
diversos autores o fuentes para comparar similitudes y diferencias entre sus conceptos.
Víctor Rodríguez, reconocido jurista experto en Derechos Humanos, define el debido
proceso como: “existencia, suficiencia y eficacia de un sistema judicial y procesal idóneo
para garantizar ese derecho fundamental a la justicia” 1. Por otra parte, según Juan
Colombo, abogado chileno y expresidente del Tribunal Constitucional, expresa que, “todo
proceso para ser tal tiene que ser debido y, en la medida de lo posible, dependiendo de
factores subjetivos y especialmente de la actuación del juez, reiteramos que, además puede
llegar a ser justo en el cumplimiento de su natural objetivo, cual es el de resolver el
conflicto. El debido proceso es un concepto unitario, pero como una moneda, tiene dos
caras. La primera nos señala que es general y aplicable a todos los casos en que se emplee
como forma de solución de conflictos y la otra, referida al caso concreto nos muestra como
en uso de su competencia específica, lo resuelve”; “el acceso eficaz a la justicia, el derecho
a la defensa, a una asesoría jurídica razonable, a una asistencia judicial gratuita, si fuere
necesaria, tener un juez imparcial, preparado, responsable, creativo y en fin a un plazo
prudente de duración, constituyen elementos que indudablemente tendrán influencia en el
desarrollo de cada proceso jurisdiccional y que, como su natural efecto, lo subjetivizan caso
a caso” 2. Además, añade que, si el proceso no es “debido”, nos enfrentaremos a un proceso
viciado que podrá invalidarse por la vía de la nulidad procesal. En cambio, si es “injusto”
su corrección dependerá de si existen o no recursos para remediar el agravio que tal
situación produjo. Estos dos conceptos están bastante relacionados, ya que ambos apuntan a
un sistema que garantice el derecho fundamental de todas las personas a la justicia,
entendiendo que es importante que el proceso sea “debido”, respetando normas y garantías
mínimas para que se respeten los derechos e intereses de los justiciables. Sin embargo,
Colombo hace una distinción interesante entre un proceso que no es debido y un proceso
injusto, donde el primero queda nulo, ya que no cumple con los requisitos mínimos para ser
un debido proceso y el segundo puede ser enmendado en el caso de que existan los recursos
para subsanar el daño que la situación o la injusticia produjo.

Si buscamos una definición en el ámbito del derecho internacional, la Declaración


Universal de los Derechos Humanos y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de
las Naciones Unidas concuerdan en entender el debido proceso como el derecho de toda
persona a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones, en caso de cualquier acusación contra una
persona en materia penal. La Corte Interamericana de Derechos Humanos entiende que la
expresión debido proceso: “apunta al conjunto de condiciones o requisitos que deben
cumplirse en las instancias procesales para asegurar la adecuada defensa de aquellos cuyos
derechos u obligaciones están bajo consideración judicial”. En este caso, los conceptos
hacen alusión a lo mismo, ambos hacen énfasis en la protección de los derechos de la
persona que ha sido acusada de cometer un delito en el respectivo proceso que se encuentre.

A su vez, en el artículo 8 inciso 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos


sobre garantías judiciales se expresa: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter” artículo que, si bien
no habla directamente del debido proceso, hace alusión a este y se refiere específicamente
a las garantías judiciales que es una figura que está completamente relacionada. Este
enunciado normativo tiene un carácter protector, en el sentido de que apunta a proteger los
derechos humanos en los distintos procesos (penales, civiles, laborales, etcétera) y se ha
observado que la jurisprudencia ha interpretado este artículo de manera expansiva, con el
objetivo de ampliar la tutela judicial.

El debido proceso tuvo sus inicios en Europa donde el monarca Juan sin Tierra, rey de
Inglaterra, fue obligado por los barones ingleses a dar una solución frente a
disconformidades sobre abusos que sufrieron, ya que en esos tiempos las practicas
monárquicas consistían en enviar a los barones a prisión, encarcelarlos o matarlos sin juicio
previo por no cumplir obligaciones en los ámbitos tributarios, administrativos o penales. En
ese contexto, surgió la necesidad de una garantía para las personas que les asegure que
cuando sean procesados se respeten normas y derechos mínimos, un primer concepto de
debido proceso se puede observar en la siguiente cita del estatuto 26 del rey Eduardo III:
“Ningún hombre, cualquiera sea su estado o condición, debe ser sustraído de su hogar, ni
tomado o puesto en prisión, acusado o dársele muerte sin que se le dé una respuesta al
debido proceso”, el cual es un concepto bastante primitivo sobre el debido proceso y que
hoy en día ha evolucionado de gran manera, al punto de ser considerado por algunos
incluso como un derecho humano en sí mismo y por otros como una garantía de jerarquía
constitucional.

“El proceso jurisdiccional es aquel destinado a solucionar conflictos de intereses de


relevancia jurídica por una sentencia o mediante el uso de sus equivalentes legitimados. Es
una relación jurídica procesal dinámica que avanza y crece a medida que los sujetos
habilitados actúan en él y que se plasma físicamente en hechos y actos que, encadenados,
generan como resultado un acto procesal complejo, autónomo y distinto de aquellos que lo
integran. El proceso, como sostiene Brugi, es una relación judicial que asume la relación
jurídica que se alteró por el conflicto 3. Por lo tanto, como bien dice Couture, no se trata de
crear un proceso cualquiera, sino de un proceso idóneo para que el Estado ejerza la
jurisdicción y los sujetos involucrados tengan acceso racional y justo a la solución de sus
conflictos 4. En otros términos, un debido proceso”

En la cita anterior, se puede dilucidar el aspecto instrumental del debido proceso, siendo un
instrumento para la resolución de conflictos de relevancia jurídica, en el que no sólo
importa la serie de actos que desencadenan en una sentencia, sino que este proceso sea el
idóneo para que aquella solución del conflicto sea justa para todas las partes.

Responde al doble objetivo de resolver el conflicto y restablecer el imperio del derecho, ya


que debe ajustarse estrictamente a las normas de procedimiento preestablecidas para su
tramitación, toda vez que son ellas las que contienen presupuestos procesales habilitantes
para que el proceso, una vez afinado, logre sus objetivos y pueda calificarse como
“debido”.

El debido proceso encuentra su fundamento constitucional en la norma ya citada del


articulo 19 y el artículo 1 inciso 1, en cuanto se garantiza “el derecho a la vida y a la
integridad física y síquica de la persona”. Ya que ambas garantías apuntan a suspender un
proceso penal si con él se pone en peligro un valor superior (el “debido proceso” o la “vida
o integridad física o psíquica de la persona”). Por otra parte, a mí parecer, el debido proceso
también se funda en la igualdad ante a ley de todas las personas que establece la
Constitución en el artículo 19, estableciendo el derecho a la igual protección de la ley en el
ejercicio de sus derechos.

Desde la Segunda Guerra Mundial, el derecho constitucional contemporáneo se planteó la


relación entre Constitución y proceso y se comenzó a concebir a los propios derechos
fundamentales como garantías procesales, otorgándoles implícitamente a los derechos
humanos un contenido procesal de aplicación y protección concreta. Entendiendo que los
derechos fundamentales son valiosos y realmente eficaces en la medida que cuentan con
garantías procesales, ya que permiten reclamarlos ante los distintos órganos de los poderes
legislativos, ejecutivos, judiciales e incluso contra los particulares. A través del proceso se
busca obtener la garantía de la seguridad jurídica del individuo contra el poder, debido a
que toda persona tiene derecho a la defensa jurídica cuando han sido acusados de cometer
una infracción a la ley, evitando así verse desamparados o que sus derechos fundamentales
se vean afectados ya sea por una autoridad o por un particular.

Lo mencionado anteriormente, tiene que ver con la característica del debido proceso de
“concretizar” la justicia en sí. Eso explica la frase “La jurisdicción sin proceso es sólo un
ideal de justicia” en el sentido de que, si no existe un debido proceso con todos los
requisitos, normas, derechos y deberes establecidos no es posible ejercer jurisdicción o no
al menos de la manera se concibe actualmente en un Estado social y democrático de
derecho, donde en la mayoría de Estados se consagra en sus respectivas Cartas
Fundamentales y en el Derecho Internacional el respeto a los derechos fundamentales o a
los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Por supuesto, sin dejar de
lado el objetivo principal de la jurisdicción de impartir justicia, resolviendo los conflictos
de relevancia jurídica a través de las sentencias, pero entendiendo que esto no se puede
llevar a cabo sin lo otro. ya que la necesidad de establecer y regirnos por un debido proceso
surgió precisamente en un contexto de violaciones a los derechos humanos y de abuso de
poder.

Las garantías que incluye el debido proceso son:

a. Igualdad ante la ley de todas las personas, artículo 19 inciso 2. Todas las personas
son tratadas de la misma forma por la ley, no hay grupos privilegiados ni
desaventajados.
b. Garantiza que solo se ejecutará una sanción que esté tipificada por el derecho
positivo y que solo será aplicada por una autoridad competente, no pudiendo
aplicarse cualquier tipo de sanción que no esté expresamente señalada en la
Constitución y las leyes, artículo 18 Código Penal, artículo 2 y 5 Código Procesal
Penal.
c. El respeto a la integridad física y psíquica de la persona, artículo 19 inciso 1 CPR.
d. Prohíbe la aplicación de todo apremio ilegitimo, refiriéndose a todo trato cruel o
inhumano que un funcionario público cometa contra alguien, abusando de su poder
o no cumpliendo con las formalidades indicadas por la ley, artículo 19 inciso 1 CPR
e. El derecho de toda persona a la defensa jurídica, con el objetivo de evitar una
condena arbitraria o injusta y la protección de los derechos humanos, artículo 19
inciso 3 CPR.
f. La inviolabilidad del hogar, nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada, familia o en su domicilio, artículo 19 inciso 5 CPR.
g. Derecho a la libertad y a la seguridad individual, nadie puede ser privado de su
libertad personal ni ésta restringida (solo en los casos que establece la Constitución
y las leyes) y nadie puede ser arrestado o detenido sino por orden de funcionario
público expresamente facultado por la ley, artículo 19 inciso 7 CPR y artículo 5
Código Procesal Penal.
h. Garantiza que las personas en un proceso no serán discriminadas arbitraria o
injustamente, artículo 19 inciso 2 “Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer
diferencias arbitrarias”.
i. Derecho a la presunción de inocencia del imputado mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad. Articulo 8, inciso 2 Convención Americana sobre
Derechos Humanos, artículo 4 Código Procesal Penal.
j. Ciertas garantías judiciales del imputado: derecho de ser asistido por traductor o
intérprete en caso de no entender el idioma, que se le comunique previamente la
acusación, tiempo y medios para la preparación de su defensa, ser asistido por un
defensor proporcionado por el Estado, entre otros. Artículo 8, inciso 2 letras a, b, c y
d Convención Americana sobre Derechos Humanos.
k. La prohibición del empleo de la tortura en el ámbito de la jurisdicción, protegiendo
a la persona que ha sido culpada de cometer un delito de que la torturen durante los
interrogatorios, arrestos, detenciones, etcétera. Artículo 6 y 7 de la Convención
Interamericana para prevenir y sancionar la tortura.
Fuentes:

1. El debido proceso constitucional – Juan Colombo Campbell


https://biblio.dpp.cl/datafiles/10598.pdf
2. El debido proceso a la luz de la ley chilena – Pablo Rodríguez Grez
https://derecho.udd.cl/actualidad-juridica/files/2021/01/AJ-Num-3-P7.pdf
3. El derecho fundamental al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
file:///C:/Users/panch/Downloads/3287-Texto%20del%20art%C3%ADculo-
12416-1-10-20121110.pdf
4. El debido proceso. Concepto general y regulación en la Convención
Americana de Derechos Humanos.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-
86332006000300002
5. El proceso como garantía constitucional – Sandra Ponce de León Salucci
https://actualidadjuridica.doe.cl/el-debido-proceso-como-garantia-
constitucional/

Referencias:

1. Rodríguez Rescia, "El debido proceso legal...", en varios autores, Liber


Amicorum..., cit., nota 27, p. 1300.
2. Colombo, Juan (2006) pp.16-19
3. Brugi, Instituciones de derecho civil, 1940.
4. Couture, Eduardo, Fundamentos del derecho procesal civil, 1958

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