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¿Qué es el marketing sensorial?

Es un tipo de marketing que se vale de estímulos sensoriales para provocar en quien lo recibe
un reconocimiento de una necesidad, despertar un deseo de consumir un determinado
producto y promover un toma de decisión inmediata. Cuando estamos en una situación de
compra, ya sea buscando por internet o en una tienda física, nos encontramos, de alguna forma,
vulnerables a los estímulos externos. Es una oportunidad que tenemos para persuadir al cliente.

Obviamente que al tener una consciencia mucho más ampliada sobre este tema, aumentan en
gran proporción nuestras posibilidades de crear empatía entre un producto y un cliente. Lo
interesante de esta vertiente del marketing es que ella sirve tanto para generar buenos
recuerdos como también para disparar la intención de compra.

El sentido de venta
La mercadotecnia es una ciencia muy interesante, pues nos saca de nuestro precario universo
de medias verdades y nos lleva a una profunda comprensión del ser humano. La función de los
sentidos es percibir y regular. Y tenemos una gran lista, más allá del tacto, el gusto, la vista, la
audición y el olfato. Por ejemplo el sentido del equilibrio que nos permite caminar y andar de
bicicleta o el sentido de la mecano-recepción que nos permite interpretar el entorno y producir
un movimiento reflejo.

¿Me creerías, por ejemplo, si te dijera que la mayoría de las marcas de gaseosas y alimentos en
realidad no estimulan el olfato ni el gusto, sino nuestro sentido de la interocepción? Este
sentido es el que nos permite percibir el interior de nuestro cuerpo y, de esa forma, saber si
tenemos hambre o sed.

Los sentidos aplicados al marketing sensorial


Esta modalidad corre en dos ejes al mismo tiempo. Por un lado es un disparador, estimula los
sentidos y nos lleva a tomar decisiones en el momento de compra y, por otro lado, recrea
vínculos emocionales, o sea posibilita la relación empática del cliente con un producto, marca o
servicio. Por eso, es muy importante definir en qué tipo de estrategia lo irás a usar.
Lo visual
Muy compatible con lo digital y estrechamente ligado al mundo de la diagramación. La gran
mayoría de los mensajes entra por los ojos y compiten por tu mirada, ya sea en el paisaje
urbano o en tu dispositivo móvil. Por eso, trabajamos con conceptos que van más allá de la
imagen, como la percepción de la luz, los tonos primarios y la semántica de los elementos. Por
ejemplo, los colores elegidos pueden ser más importantes que la forma a la a hora de persuadir.

Lo auditivo
El sonido sin imagen nos lleva inmediatamente a la reacción de buscar una forma concreta en
nuestra mente, de descubrir el origen del sonido. Es, prácticamente, automático escuchar algo y
querer saber de qué se trata. Por supuesto que cuando se juntan grandes creativos del
mercadeo logran crear esas campañas que juegan con eso de forma magistral. Te dejo aquí una
perla publicitaria, del siglo pasado (cuando todavía no existía internet) que hizo historia y
continúa vigente. https://www.youtube.com/watch?v=MwI0rRQ6Jc0

Lo olfativo
Es muy difícil utilizarlo digitalmente, a no ser por asociación de ideas que hagan referencia a
perfumes fácilmente reconocibles, como el aroma de la tierra mojada o del mar. Es muy común
utilizar este tipo de estímulos en acciones de merchandising con perfumes, alimentos hechos en
el momento, etc.

Lo gustativo
¿Ya has oído que no hay que ir al supermercado cuando estás con hambre porque terminas
comprando cualquier cosa? Es que cuando tenemos una necesidad física, como hambre,
cansancio, sed, sueño, etc, nuestro cuerpo comienza tomar decisiones precipitadas. Por eso una
acción de degustación de productos puede transformarse en la diferencia a la hora de vender.
No solo crearás un recuerdo de ese momento, sino también desencadenarás el proceso de
tomar una decisión.

Lo táctil
Hacer marketing estimulando el tacto, puede parecer algo muy difícil y que no tiene tanta
importancia. Por suerte Steve Jobs no pensaba de esa forma. La tecnología touch modificó el
mundo de los negocios con la aparición de los iPhones con pantalla táctil. Una nueva forma de
conectarnos con el producto y de usarlo.

Todo lo referente a la experiencia táctil nos produce una aproximación inmediata, la textura, el
tamaño, la temperatura entre otras informaciones son fundamentales a la hora de elegir.

El sexto sentido
Aquí hay una gran discusión sobre cuál puede ser el sexto sentido: la intuición, la empatía o
incluso el sentido común, entre otras opciones. Lo cierto es que en esta área en la que
englobamos los sentidos que no son tan famosos y es donde podemos buscar formas más
creativas de marcar la diferencia.

La intuición
Es el sentido que nos permite entender algo sin necesariamente pasar por un proceso
lógico. Es como un reflejo con el cuál llegamos a una conclusión interpretando
elementos de forma sensible. Muchos servicios digitales, por ejemplo, tienen éxito por
ser intuitivos a la hora de usarlos.
La empatía
Es el sentido que nos ayuda a percibir una frecuencia y colocarnos en sintonía con el otro
o con el contexto. Estimula la identificación, ya sea por factores emocionales, culturales
o de pertenencia a un círculo determinado y ganarás adeptos.

El sentido común
Es el sentido de la solución obvia. Hay quien dice que es el menos común de los sentidos.
Dentro de mi experiencia personal, los CTA siempre me parecieron el mejor ejemplo de
esto. También las estrategias de links. Es cuando estimulamos en el navegante la
sensación que realizar determinada acción es lo más práctico para su necesidad.

Muy interesante, ¿verdad? Hemos realizado un breve viaje por los sentidos para que
veas la importancia de estudiar el comportamiento humano para aplicarlo a tus
estrategias de marketing y esperamos que estos consejos tengan sentido para ti. Estudia
la fuerza de los estímulos en el marketing y tendrás una importante ventaja competitiva.

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